Vamos hermana, salgamos a buscar a malos ¡para patearles el trasero! – Cake levanto sus patas haciéndolas bailar de la emoción – ¡Vamos fionna! – la gata se acerco a la cama donde se encontraba inusualmente callada su humana y hermana.
– Ahora no Cake…quizás luego – se dio vuelta dándole la espalda a su hermana – no me siento con ánimos.
– ¿Qué pacho? – dijo la gata estirándose sobre fionna tratando de ver su cara.
Fionna se levanto y cake se retiro sobre la humana – Es que… no entiendo cake. – La humana miro a la gata – últimamente Gumball no nos ha llamado, y bueno, tu sabes. – dijo sonrosándose. –
– Pero niña, si te quedas en la cama ¡nada vas a lograr nada! Levántate ponte buenachona y vamos al dulce reino. – Dijo la gata emocionada y tirando fuera de la cama a su amiga.
– ¡NO! – Grito Fionna – ya te dije que hoy no tengo ánimos… si lo veo hoy me voy a deprimir.
– ¿Por que? –
– Hoy es el baile del aniversario del dulce reino ¿Qué no te acuerdas? – dijo Fionna con tono lastimoso. – y…bueno yo quería que Gumball me invitara como su pareja… ¡pero ni siquiera nos invito!
En ese momento se escucho un toque en la puerta y unos sonidos a la madera.
Fionna abrió los ojos al máximo reconociendo el sonido, a Cake se le esponjo la cola y las dos bajaron corriendo hacia abajo para abrir la puerta, cuando llegaron la abrieron y no se sorprendieron cuando encontraron a Lord Monochromicorn esperando afuera.
Fionna vio que traía un sobre en la boca y se lo saco rápidamente abriéndolo.
Lord Monochromicorn comenzó con su pata a tocar la madera comunicándose con cake – ---.---.---.--.-. – (Traducción: ¿Quieres ser mi pareja en el baile?)
Cake se sonrojo y le respondió asistiendo con la cabeza, en señal positiva.
Lord toco con su cuerno la cara de la gata, para luego darse la vuelta e irse volando directo al dulce reino.
La gata suspiro y cerró la puerta.
– ¡Siiiiiii! – gritaba y daba saltitos fionna mientras movía la carta en el aire. –
– Ves que si nos invitaron – la gata camino hacia su humana que aun seguía saltando y como si fuera lo más común menciono – después de todo somos sus amigas y guardianas.
– No es solo eso hermana – dijo fionna – además me dice en la carta que soy su invitada especial – Fionna levanto la carta abriéndola en el aire – E-s-p-e-c-i-a-l – menciono emocionada y besando la carta.
– Es en la noche, hay que buscar un lindo vestido para ti, para así sorprender al dulce principe.
Fionna la miro como si le hubiera dado la idea más sensacional del mundo – ¡Claro! Pero yo ya tengo un vestido fabuloso.
– ¿Hablas del que te regalo el príncipe grumoso por tu cumpleaños? – La gata fue a la cocina a tomar un poco de leche – por que si es así, no creo que esa bolsa plástica te quede.
Claro que no – Fionna camino hacia la cocina – que no te acuerdas que en la misión que tuvimos con los gusanos de seda nos regalaron ropa, entre ella venia un vestido de los mas cool. – La chica volvió a re-leer rápidamente la carta y suspirando dijo. – quizás así le llego a gustar a Gumball.
Cake la miro expectante y negando – Hay niña, date cuenta que el dulce príncipe es ya mayor… - menciono en un susurro cerrando la nevera, sin antes tomar la caja de leche.
----- Dulce reino ------
Habían pasado 3 días desde que su experimento funciono, y 3 días desde que el vampiro no iba al dulce reino, Gumball estaba aliviado ya que no había tenido sustos, tampoco había tenido que soportar bromas ni estar preocupado por que lo que corría por sus venas permaneciera hay… corriendo por sus venas.
Luego que el vampiro se fuera había comprobado que el agujero de su escritorio se había cerrado, el efecto era momentario, mientas la pócima se secaba solamente.
Hoy era la fiesta de aniversario de su reino, un año mas de paz y progresos se celebraban y todo estaba listo para ello, habían invitado a todos sus conocidos… claro a Marshall también, después de todo era amigo de fionna, y se soportaban solo por ella, después de todo el vampiro se lo había dejado claro – Gumball suspiro pesadamente acercándose su mano a donde se suponía estaría su corazón – De nuevo mi corazón reacciona así… quizás sea que… – negó con la cabeza borrando las ideas que se juntaban en su cabeza, había pensado en la posibilidad que estuviera siendo atraído por el rey vampiro, pero eso no era posible, los dos eran chicos y eso no era algo muy común y menos tomando la personalidad y los tratos que tenia Marshall hacia el, el no era ningún masoquista ni fan del dolor.
En ese momento mentita entro al laboratorio donde después de desayunar había bajado sin demora el dulce príncipe – Solo quería avisarle que las invitaciones de Fionna y Cake ya fueron entregadas.
– Oh, eso es genial mentita, gracias – el dulce príncipe tomo una fotografía que se encontraba en un extremo de su escritorio donde se veían todos sus amigos y conocidos, incluidas las heroínas del reino. – Por cierto mentita, quiero que hoy disfrutes de la fiesta, no trabajes y diviértete – menciono sonriéndole a la ama de llaves.
– Gracias y lo are – dijo la criada dejando solo a Gumball.
---------- Donde Fionna y Cake --------
Cake se encontraba jugando con beemo mientras comía algunas galletas, hasta que se dio cuenta que hace horas no había visto a Fionna, se levanto, pero antes de que se diera cuenta las ventanas fueron cerradas quedando a oscuras, dio la vuelta y se encontró con Marshall.
– grrrrr – rugió el vampiro mostrándole sus dientes filosos a la gata quien grito despavorida mientras no paraba de temblar.
– ¡Aaaa! – Grito temblando de miedo – ¡Marshall! No me asustes así, reprendió la felina viendo como el vampiro se tomaba el estomago tratando de respirar mientras reía sin parar.
– Si, si – dijo el vampiro dejando de apoco de reír – ¿y fionna? – pregunto.
– No se… ahora iba a buscarla arriba.
El vampiro miro hacia arriba viendo con sus ojos la anatomía de fionna comprobando que si estaba arriba. – Si esta arriba, yo voy por ella.
– Bien chico, pero cuidadito he – advirtió prendiendo la luz, pues el sol quemaba a Marshall.
El chico levito atravesando el piso sin hacer ruido, la habitación de arriba no tenia ventanas así que solo dependía de luz y no habría problemas con el sol, además quería asustar a su amiga humana. Subió quedando atrás de la chica con gorro de conejita, pero antes de asustarla paro y vio como esta se daba vuelta rapidamente, el vampiro sin perder tiempo se hizo invisible.
Fionna suspiro, por un momento creyó oír algo. – Gumball…– sonrío como una chica enamorada mientras sostenida un trozo de cabello del dulce príncipe en sus manos.
Marshall la veía de cerca mientras enarcaba una ceja, no creyó que su amiga tuviera esos fetiches, sabia que sentía algo por el señorito perfecto, pero llegar a tener un cabello y hablar sola era algo rarito.
– A que sabrá. – murmuro inconscientemente el vampiro. Se tapo la boca y se regaño mentalmente por hablar tal estupidez, en un momento pensó en el trozo rosa que tenía Fionna entre manos, era tan rosa, de seguro olía bien y era suave ¿a que sabrá? Había pensado y dicho.
Menos mal que Fionna había tomado el comentario como un sonido de su propia mente y no había sospechado nada.
– ¿A que sabrá? – repitió fionna mientras miraba atenta lo que se encontraba entre sus manos. – Me pregunto… – fionna acerco el trozo de cabello a su boca bajo la mirada ansiosa del vampiro quien se encontraba expectante y lamió un poco el rosado cabello – Chicle de fresa – murmuro sonrojada hasta las orejas y avergonzada por lo que había hecho.
Marshall había lamido sus labios imaginando el sabor del chicle de fresa, hasta que se dio cuenta que estaba pensando en lo dulce que seria lamer a Gumball, bajo aun hecho invisible a la primera planta de la casa y volviéndose visible grito – ¡Fionna!