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Bajo tus alas... ¿o garras? por sombra_larga

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Notas del capitulo:

En verdad lo siento, no tengo perdón, pero por una emergencia familiar me tuve que ir una semana, sin internet, y luego casi muero de gripa, me tuvieron que internar, pero ahora sí, aquí les traigo un nuevo capítulo.

Como recompensa prometo subir dos capítulos el lunes.

-¿Quién eres?- pregunto en un susurro aterrorizado.


Cador no supo que decir, ¿Quién era? Se quedo ahí parado en la puerta con charola en mano.


“mucho gusto soy Cador, el rey de los dragones, los que han matado a miles de ustedes, no sé si te acuerdas, ¿de casualidad tienes hambre?” no, no podía decir eso. Se estrujo lo sesos pensando en quien era.


-me llamo Cador soy…un viajero- le regalo una sonrisa-¿tienes hambre?- ofreció la bandeja.


 


Alex estaba confundido, pensó encontrarse a un mostro de seis metros con colmillos y alas, pero al parecer los dragones no se encontraban ahí. En vez de eso tenía a un enorme hombre viajero ofreciéndole comida…muy guapo.


-s si- tartamudeo, su vos estaba algo rasposa-si tengo hambre-


-pues a comer entonces- dijo Cador. Yendo a la mesita que estaba frente al sillón.


-¿puedo preguntarte algo?-


-ya lo hiciste-bromeo, las mejillas de Alex se sonrojaron al ver la sensual sonrisa, hizo un puchero.


-¿Dónde estamos?-


En seguida  Cador se tensó, no sabiendo que decir, no podría decir que en otro reino, ya que no tenía cara de tonto.


-no te asustes- advirtió el hombre, mientras el doncel se sentaba en el sillón- estamos en el reino de los dragones- soltó lo más delicado posibles.


-¿QUE?- grito alarmado- ¿Cómo quieres que me calme?- se paró tirando el desayuno-¿ESTAS LOCO, ESTAMOS EN EL HOGAR DE ESOS MONSTRUOS?- esa última frase lo había herido, pero no podía culparlo.


Cador sabía perfectamente lo que los humanos pensaban, incluso les era desconocido que tenían forma humana. Pensaban que no tenían mente ni conciencia, que eran monstruos avariciosos y sangrientos… estaban tan equivocados.


-no te alarmes-tranquilizo- los dragones no regresaran hasta que acaba el invierno-


-¿y tú como sabes eso?- pregunto cautelosos Alex, como ese simple hombre había conseguido esa información, si su padre que era el rey había enviado a más de un hombre para investigar el punto débil de los dragones. Y al parecer él lo había encontrado.


-ya ves, tengo mis contactos niño- presumió con una picara sonrisa.


-¡no soy un niño!- dijo en un puchero Alex, que a Cador se le hizo de lo más tierno.


-entonces dime tu nombre-


El doncel vacilo un poco antes de responder, al parecer ese viajero lo había cuidado y curado, por lo que decidió confiar un poco en el.


-me llamo Alexander-vio directamente los ojos amarillos-solo Alexander-


-bien solo Alexander- un cosquilleo recorrió el vientre del doncel al oír esa profunda voz decir su nombre.


-aun quieres desayunar- entonces Alex reacciono, había tirado todo lo que le trajeron.


-ah yo lo siento-


-no te preocupes-


 Estaba a punto de agacharse a recoger los trastes cuando se detuvo, ¿desde cuándo decía lo siento? El único que lograba hacer que lo diga era su padre.


-ven, acompáñame- regreso cuando Cador le jalo suavemente de la mano.


-¿a dónde?-


-a la cocina, a buscar más comida-dijo viendo la que estaba derramada en la mesita.


-¿es seguro salir?-


-si, como dije antes, no hay nadie- aseguro guiñándole el ojo.


 


Como dijo el hombre los pasillos estaban vacíos, primero bajaron escaleras y cruzaron puertas, para luego salir a un pasillo sin paredes, al parecer las habitaciones estaban separadas del palacio, desde el pasillo se podían observar las casitas de piedra, todas con chimenea.


-¿para qué son esas casitas?-


Cador estuvo a punto de responder, pero habría sido sospechoso, supuestamente solo había venido cuando no había nadie.


-no lose, solo paso los inviernos aquí-mintió rápidamente.


-¿nunca te han  descubierto?-


-no-respondió secamente, era peligroso seguir mintiendo, si seguía así se enredaría con sus propios inventos.


Llegaron a las cocinas, todo estaba impecable y muy silencioso.


En uno de los cuatro hornos de leña, había una charola de hierro con un pan encima, uno que olía muy rico.


-se ve muy bueno-elogio, sabiendo que él lo había hecho, ya que al parecer estaban los dos solos en todo el castillo, se sentó en la barra de la cocina.


Viendo al hombre moverse de aquí para ya, lo vio cortar el pan en rodajas y servirle un poco de leche, sus brazos marcaban cada musculo con cada movimiento, lo recorrió con la mirada, era el hombre más hermoso que había visto.


Tenía un cuerpo de adonis, la quijada fuerte y lampiña, el visible pelo sedoso negro y lo que más le gustaba, esos hermosos ojos amarillos gatunos, en verdad quería preguntar por ellos, pero se sentía inseguro con ese hombre.


Nunca le había pasado eso.


Cador sentía la mirada del otro, sentía como seguía cada uno de sus movimientos, eso le gustaba.


-ten espero que te guste- dijo sirviéndole nuevamente la comida.


-gracias- susurro tímido.


Alex dio un bocado al pan de canela, era una delicia, no sabía cuánto tiempo había pasado desde su última comida, pero sintió la gloria con ese simple bocado.


-mmm sabe delicioso-gimió de placer.


Cador trago saliva, su miembro dio un brinco en sus pantalones, no Cador, no pienses en eso, piensa en la vieja Chan y su bigote, si así, ya está, tengo que controlarme más.


Pensó Cador mientras veía al  rubio disfrutando como nunca esa comida, observo los rulos que caían suavemente por las caderas formadas, los ojitos violetas que siempre delataban sus emociones, la naricita respingosa que arrugo molesta.


-¿Qué tanto miras Cador?- tuvo que pensar otra vez en la vieja bigotuda al oír su nombre salir de esa rosada boca.


-nada, Alexander-el doncel se sonrojo, al parecer tampoco le era indiferente.


-puedes decirme Alex- sugirió, nadie lo llamaba por su nombre completo.


-no, prefiero Alexander- hizo un puchero, que causo un nuevo cosquilleo en el vientre del hombre.


-bueno- comenzó dándole un sorbo a su leche-¿me vas a decir que hace un apuesto viajero en el hogar de los dragones?-


Cador trago, al pensar que decir.


-pues…hace años-invento- me perdí en las montañas, y encontré este lugar por suerte era invierno y estaba vacío-


-¿y cómo te diste cuenta que salían los inviernos?-


-pues…regrese al invierno siguiente y no estaban-


-así nada más-


-si, así nada más, como vez soy un mozo muy valiente-dijo con coquetería.


-o un mozo muy estúpido-cambio Alex con una sonrisa juguetona.


Cador lo vio terminar y limpiar su traste con algo de trabajo, al parecer el doncel no estaba acostumbrado a trabajar, seguramente era rico, cuando le cambio de ropa, noto que no tenía ninguna marca y sus manos eran muy suaves, por lo tanto no era un  criado.


-¿me vas a decir que te paso?- pregunto directo.


-¿Qué me paso de qué?- se hizo desentendido, no quería recordar, era demasiado…sabía que era malo arrinconar de ese modo sus recuerdos pero era tan…doloroso.


-esa noche-


Aunque el doncel estuviera de espaldas pudo ver perfectamente el temblor que recorrió el delicado cuerpo, para el que lo curo era obvio la violación, pero quería saber quién era el maldito hijo de puta.


De repente le llego una idea a la mente, ese muchacho obviamente no era un sirviente, pero por ese cuerpo y cara todo hombre pagaría.


-dime Alexander- tanteo-tu… ¿eres un… prostituto?-


Alex, aun de espalda, se quedó tenso y hasta le dieron ganas de reír, pero luego su expresión cambio a una de tristeza, ya que, de cierta forma así era, su cuerpo estaba sucio y vacío.


Cador con temor vio la espalda tensarse, el rubio dio vuelta lentamente.


-s si- se maldijo por su tartamudeo, ¿Por qué ese hombre le ponía tan nervioso?- ¿te molesta?-


-¡no, claro que no!- ahora Cardo se maldijo por su respuesta, un tenso silencio cayo entre ellos dos.


-¿quieres ir a las aguas termales?-


-¿ah?-


 


 


Alex respiro profundamente, intentando calmar sus nervios, estaba desnudo, solo con una toalla contra su pecho.


Alzo la vista, observando la cueva, muchos cristales de colores lanzaban rayitos por la luz de las múltiples velas.


Inesperadamente a las afueras del palacio, había cuevas con aguas termales, eran una serie de laberintos rocosos que los dragones habían adaptado poniendo velas y cristal, dentro de la cueva principal había aguas públicas e individuales.


Las individuales eran pequeñas cuevas con su propia fuente caliente, todo natural, la publica era una gigante que estaba al inicio de la cueva.


Cador lo llevo hasta ahí solo con dos toallas en manos, ahora lo esperaba dentro de una fuente termal, desnudo, para su sorpresa, nada más llegar se empezó a desnudar frente a sus ojos.


El en cambio, como vil doncel virgen, había huido tras una rocosa pared para poder quitarse la bata que traía. Respiro una vez más para luego salir con las piernas temblando.


 


Cador esperaba aburrido en el agua, hace diez minutos, si, los había contado, desde que rubio se fue corriendo, huyo de él y su desnudes.


Le era adorable su reacción, pero un poco chocante teniendo en cuenta su profesión.


Pero bueno que se le podía hacer, sabía lo que pasaría aquí, lo sabía al igual que el doncel.


Ningún hombre te invita a estar con el desnudo si no es para coger.


Vio una tímida pierna salir, seguido de un tembloroso cuerpo, traía la toalla aferrada al pecho, para deleite de Cador su cara estaba roja y sus ojos brillantes.


Entro lentamente al agua, el pelo se le pego a las caderas y la toalla se transparento.


Se quedaron viendo, violeta contra amarillo.


Y en una explosión de placer se acercaron lo más rápido que les permitió el agua, sus bocas se unieron desesperadas y anhelantes, lenguas lucharon y jugaron entre ella.


-aahh-una pequeña mano traviesa descendió hasta su pene y lo masturbo sintiendo el tamaño y la dureza.


-niño travieso-regaño separándose, deleitándose con esos ojos violetas nublados de placer, las respiraciones agitadas.


Cador alzo al menor en brazos, lo llevo hasta una roca y ahí lo empotro.


-mira que tenemos aquí- comento mientras bajaba una mano hasta el culo y daba un pellizco, fue más profundo y encontró ese pasaje rebosante de liquido-¿te mojas por un beso?- metió un dedo.


Solo gracias a sus cuidados había sido capaz de curarle las heridas tan rápido.


-aahh sii- gimió el otro restregando su pecho.


-tus tetillas están erectas-murmuro antes de llevarse una a la boca-yo la alivio-


-aaahh Cador- movió las caderas contra a esos dos dedos en su interior-me mételo aah-


-aun no- chupo con fuerza- recuerda que estabas lastimado-


Alex no escuchó y siguió restregándose contra ese duro cuerpo.


Cador no pudo controlarse más tiempo, el había querido ser amable, pero tener a un doncel restregándosele y no hacerle caso era un pecado masculino.


-como quiera- casi gimió, para seguido meter su pene en una estocada- ¡dios, eres tan estrecho!-


-aaahh- los dos movieron sus caderas con violencia, algo en ellos estaba descontrolado, sus mentes estaban llenas de placer.


Alex sabía que lo estaba cogiendo un desconocido, pero no podía evitarlo, algo en el nublaba su mente.


-aaah ah ya no pu puedo- aviso antes de venirse estrepitosamente en el agua-¡Cador!- grito al sentirse lleno hasta el tope.


-mierda, eso fue bueno-dijo el hombre mientras salía de su interior y lo sostenía contra su pecho temiendo que se hundiera en el agua.


-sí, muy bueno- murmuro aun ido y con la respiración agitada.


Se quedaron un rato así, en silencio y el doncel se recargado en el fuerte pecho.


-tengo que volver a mi casa-dijo Alex, pensando en cómo acusaría al maldito infeliz de violarlo.


-no-fue la seca contestación del hombre- no puedes-


El rubio se alejó indignado.


-¿Por qué no podría?- reclamo molesto.


-por el invierno- contesto saliendo del agua.


-¿invierno?- pregunto confundido.


-si el invierno-confirmo Cador-si intentamos bajar ahora las montañas moriremos congelados por la nieve-


-pero si nos vamos temprano…-


-se tarda día y medio en llegar al reino más cercano-contesto algo brusco, no quería que el menor se fuera-el invierno tarda cuatro meses- dijo al final antes de irse de la cueva.


Dejando solo al doncel.


-¿eh?-

Notas finales:

gracias por leer y comentarios


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