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Maestro en fantasmagorías por sleeping god

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Notas del capitulo:

Quiero dar las gracias a Yoshita por el apoyo brindado.

Ha sido una temporada tan contraria como el odio entre perros y gatos, hay quienes dicen que pueden llevarse bien pero eso no desaparece una realidad conocida y reconocida.

Puedo empezar por mi pareja, mi Ichigo, ese lindo chico con el cual he empezado una vida amorosa envidiable, he de admitir que aun cuando lo amo tenía la certeza de que llegaría a engañarlo en cualquier momento por una buena muchacha de largas piernas, pechos falsos y cerebro microscópico, sin embargo no ocurrió en ningún momento, si tengo ganas de sexo él no me lo niega y me complace más que cualquier licenciada en sexología impartida en las calles.

Luego viene esa horrenda marca poco estética en mi cuello que con el sofocante calor me impide descubrirme.

También sus hermanas son adorables, me creen su hermano mayor-mayor aun cuando Ichigo les ha explicado que soy su novio y no su familiar de sangre, hijo de su madre; pero no entienden y realmente a mí no me molesta. A veces desearía que así hubiera sido mi relación con mi hermanito, pero bueno, ya que, no se dio y dudo que ahora suceda.

He cambiado de trabajo por repartidor de piezas de un mecánico, puede que resulte mala idea pues choqué en la camioneta de la otra empresa, dejándome lesiones menores, tres dedos rotos y una multa que estoy pagando poco a poco.

Isshin Kurosaki, o mi suegro, me ha ahorrado el gasto de hospitalización además de ser un hombre agradable, todo lo contrario a mi padre. No bebe y no fuma pero aun así es posible sentarse con él a mitad de la noche y entablar una plática donde  la menor de sus preocupaciones es si me cojo o no a su hijo, ni cómo pienso mantenerlo, ni mi relación con mi familia, ni mi adicción a las drogas, ni mi falta de escolaridad o la gran violencia con la que manejo mis asuntos. Es genial hablar con él.

Mi hermanito vino a visitarme  y debo admitir que me alegra verlo, aunque borrosamente con mis azulados ojos bajo el agua de la tina y su rostro incambiable por fin asustado a intentar sacarme de ahí con la diferencia de 30 kilogramos. Después de ello debo invitarlo a comer aun con sus protestas, quejumbrosas y comunes, de su parte.

-Grimmjow, de verdad que no entiendo en qué diablos piensas.

-nunca lo has comprendido ¿ensalada o filete?

-ensalada.

-¿sigues sin comer carne?

-simplemente no me gusta la carne roja.

-es lo mismo, conejito.

-vete al demonio-me propone para volver a comer como en la casa, en silencio, sin nadie mencionando palabra de su día… que aburrido. De no ser por mi celular me habría quedado callado toda la hora del almuerzo.

-Ichigo ¿podemos cambiar? Mejor voy a tu casa.

-¿Por qué?

-está mi inútil hermano-me fulmina con sus ojos de jade que hace tiempo odiaba, ahora simplemente me importan una mierda.

-me gustaría conocerlo.

-ya te he dicho que es una pérdida de tiempo.

-Grimmjow-me dice, remarcando que no existen los “no-s” en esta relación.

-a las 6 está bien.

-nos vemos.

-se amable, mi novio quiere verte-le digo al murcielago, como suelo llamar al enano chupa sangre, aunque sé que no lograre nada pidiendoselo.

-no sabía que eras gay.

-yo tampoco-digo con algo de mal humor, terminando mi pedazo de carne de res que casi hace vomitar a mi pariente.

Al volver a casa en unas horas aparece Ichigo y yo lo recibo estrujándole el trasero mientras lo beso candentemente, todo a cambio de que vea a Ulquiorra.

Nos sentamos a la sala con un par de cervezas, para Ichigo y para mí, y agua mineral para mi hermano chupa sangre de mierda.

-¿Por qué no se llevan bien tú y Grimmjow?-atacó directamente mi pelinaranja.

-no es tu asunto-era de esperarse-a mí no importa su relación y a ti no debe interesarte la nuestra.

-te dije que era un hijo de perra-mencionó abriendo otra lata.

-si no lo quieres ¿Por qué vienes a visitarlo en vacaciones?

Observó con curiosidad a Ciffer, mi hermano, a ver qué le responde a él pues a mí jamás me lo contestó.

-buenas noches.

Sonrió mientras se marcha a su habitación a dormir.

-sabía que no lo diría.

Por la noche cogemos Ichigo y yo en la mesa y ya en la mañana soy despertado por Ulquiorra con algo extraño, al abrir bien los ojos pude notar sus maletas en la puerta.

-me gustaría nos visitaras.

-sabes que nunca lo voy a hacer.

-sólo esta vez.

-no, Ulquiorra.

Acepta con la cabeza pero en la puerta hace algo que nunca antes hizo en toda su vida.

-adiós, hermano.

 

Mi pareja pensó por días que el corrió a mi hermanito, claro que yo le dije que no era verdad y que siempre hacia la misma estupidez. No lo convencí del todo por pasar una semana sin levantarme de la cama hasta que una vieja amiga sexual fue a mi casa. Quise pagarle el favor haciéndole el amor sin embargo no tenía las fuerzas y no quería engañar a mi fresa.

 

Me volvieron a despedir, lo bueno es que el suegro me mencionó que si necesitaba dinero podía ayudarle en la clínica a traer y comprar medicamentos, así como a cargar a los pesados hombres enfermos que llegaban rara vez. Acepté. Hoy duermo ahí, acompañado del pelinaranja que sueña profundamente mientras miro al techo, hipnotizado, tieso, pálido y con frio, más del que debería tener estando desnudo, con una sábana encima y al chico abrazado a mi pecho.

 

Me subo a una silla, cuelgo un suéter azul rey, mi favorito, al ventilador del techo, amarrándole las mangas para hacer un nudo, meto mi cabeza y hecho hacia atrás el banco. Entro en pánico y antes de perder el conocimientos mis manos deshacen el nudo y caigo de bruces al suelo. De ahí me levanto a ducharme y ver en el espejo una marcha horrible en mi cuello, muy fresca, que hace que use por semanas suéteres y ropa abrigada.

Mientras conduzco por la carretera 49 con destino a un centro comercial en la parte sur de la ciudad, veo un enorme árbol detrás del letrero que me dice reducir a 80 km/hr, mantengo el volante derecho aunque la vuelta está bien definida y así me estrelló. Cuando despierto lo primero que pienso es que estoy jodido  pues deberé dinero que no tengo, así pienso en escaparme con todo y mis heridas, sin embargo la policía ya está llegando junto con la ambulancia. Me dicen que no tengo alcohol en la sangre, pero eso ya lo sé. Al ser dado de alta me marcho a dormir a casa.

En cuanto cuelgo a Ulquiorra, avisándome que ya viene en un taxi a la casa, entro al baño y reviso el botiquín, sólo tengo un bote de no sé qué pastillas, me las trago todas y espero unos minutos en los cuales no siento más que dormidos los pies. Me desnudo y me meto al agua, me lavo el cabello y el cuerpo, también me afeito, después me recuesto y poco a poco me meto en el agua hasta que me duele el pecho, la cabeza y el estómago. Si no es por Ulquiorra el dolor habría aumentado y, finalmente, desaparecido.

Un leve rayo de luz entra por las cortinas y en vez de levantarme me giro y veo un gato de peluche azul, con la cabeza muy triangular pero que compré por el color azul de su pelaje corto; y lo observo bien a detalle: sus 3 líneas azul oscuro en el lomo, otras dos en la frente, 4 en la cola en forma de S invertida, la nariz como una piramide invertida, la boca como un tres acostado, sin bigotes, tres dedos en cada pata, regordete… al final creo que es muy feo y debo tirarlo a la basura. Nelliel entra a mi casa y me alimenta y da agua por días, todo por la semana en la que no hice nada por moverme.

 

Estoy llorando, quieto, inmóvil, paralizado como un vegetal. Estoy tan triste… no, no, yo no estoy triste, tengo mucho miedo y por un tiempo, un maldito segundo, logro mover mi mano. Salgo corriendo despavorido de ahí, sin ropa, a las tres o cuatro de la madrugada, huyendo al otro lado de la ciudad hasta mi hogar.

 

Suena mi contestador por sexta vez en dos horas desde que me fui de esa casa.

-Grimmjow, por favor, contesta… por favor ¿Por qué te fuiste de esa manera? Grimmjow… Grimmjow… llámame, por favor, por favor. Te llamo más tarde.

Sólo puedo ver el teléfono y ese 6 rojo marcado mientras estoy sentado en un sillón, desnudo, abrazado a mis rodillas, mirando con terror el par de navajas de afeitar que están frente a mí y unas marcas de X en mis muñecas. Golpeó mi cabeza cuando se me nubla la vista, no debo perder la conciencia porque o sino intentaré matarme nuevamente, algo va a matarme… y no sé por qué, ni quién es o qué le he hecho.

 

El teléfono marca un 13 que veo fugazmente mientras corro al baño a limpiar la sangre que brota de una de mis muñecas, por suerte es superficial.

-Grimmjow, voy para tu casa… creo que debemos hablar ¿estás bien? Toma el teléfono, por favor, toma el teléfono…

-bueno…-digo  lagrimeando por el dolor que es cortarse los tendones de una muñeca.

-Grimmjow… ¿Cómo estás? ¿Qué pasó anoche? ¿Por qué te fuiste de esa manera?

Me hubiera gustado mucho contestarle pero no pude, la voz se me quedó en la garganta por ver algo que no creía que era posible, porque no era posible pero ahí… estaba… joder… hay alguien frente a mí.

Notas finales:

Gracias por leer.

Yoshita: no creas que lo subi por impaciencia-bueno, un poco, seria mentir decir lo contrario- la razon principal es que voy a mi ciudad a ver a mi abuelo y no regresaré en una semana asi que quise subir. Igualmente te agradezco y espero me sigas ayudando.


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