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Love desire por Naomi Jung

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El tecleo rápido de sus dedos era lo único que se escuchaba dentro de aquella oficina. Y pese a que ya había acabado su segunda taza de café matutino, aún no había podido avanzar realmente en aquellos informes que estaba realizando. En frente de la notebook que se encontraba ocupando había dos pilas de carpetas con los próximos postulantes y vídeos que debería estar revisando, pero cada quince minutos sus manos se detenían y su mirada se perdía. Quedando en el vacío por algunos segundos antes de volver y encontrarse frustrado por el corto avance que llevaba.  


Soltando un suspiró pesado alejó de su alcance la PC y miró un momento por la ventana. De alguna forma su mundo se había visto desequilibrado en unos segundos el día anterior y ahora no podía tomar de nuevo la armonía de siempre. Y es que, él ya no era un niño, sino un hombre de más de cuarenta años que no podía darse el lujo de perder tiempo en pensamientos vanos en un día de trabajo.


Inclusive su móvil había sido descuidado y desde hace más de media hora titilaba una y otra vez sobre la mesa, seguramente con llamadas de YunHo, que como siempre pasada las nueve de la mañana consultaba con él los avances diarios.  


Su mente fue traída a la realidad en el instante en que un sutil golpe lo hizo levantar su cabeza. Observando cómo desde el borde de la puerta la silueta de MinHo lo observaba con cierta curiosidad y una pequeña sonrisa. ChangMin no había notado cuándo había ingresado, y seguramente también había ignorado los golpes que buscaban su permiso para ingresar. Aun así el menor no le dijo nada, y con tranquilidad avanzó directamente hasta el frente del CEO.


Estuvo por hablar, pero se detuvo al controlar una por una las cosas que se encontraban exactamente de la misma forma en que lo había dejado en primera hora de esa mañana. Consiguiendo una verdadera duda en las facciones de MinHo y una ligera vergüenza del mayor, intentando ahogar aquella sensación en un pesado y profundo suspiro.


-¿Requerirás ayuda hoy?- Choi siempre había tenido una voz grave, por lo que esta sonó pausada y sutil.


Pero quien en su momento era su jefe negó de un lado al otro con su cabeza, haciendo un ademán con su mano al tomar de nuevo una carpeta y abriendo, aunque solamente pretendiera leerlo.


-No seré tu secretaria. Pero sabes que el archivas y consultar los trainees es algo que puedo hacer  a la perfección, hyung.-


Y aunque no lo hubiera visto sabía que su negativa había ocasionado molestia en MinHo desde el momento en que había ocupado su título para con él. Haciendo esto que los labios de ChangMin se torcieran y dejara ver apenas sus dientes.


-¿Cuánto tiempo falta para que deba encontrarme con los directores de la SBS?-


 


Ya con resignación terminó extendiendo la carpeta a un sonriente Minho que lo tomó con gusto, apoyando la carpeta contra su pecho mientras que sacaba su celular para poder controlar el horario en el que estaban.


-Una hora. En media te esperan abajo para que te lleven. Es mejor que no manejes hoy por la lluvia que empezó a caer- No le estaba preguntando, sino asegurando en ello. Y Changmin rió por esa simple aclaración. -¿Qué sucede?- Elevó su mirada de nuevo, guiado por la sutil carcajada.


-Que algunas veces siento que me robaste el papel de mayor. En unos minutos más bajo.-


MinHo le dedicó una sonrisa conforme, tomando la pila de carpetas entre sus brazos que sabía Shim no terminaría por ver en los próximos minutos y se giró sobre sus talones.


-Algunas veces creo que a pesar de que hyung sea tan maduro le gusta ser controlado en cierta forma. Estaré en mi oficina viendo estos papeles, por si me necesitas- Le dijo ya más relajado y con la confianza que tenía con él.


Desde su lugar el CEO relajó su postura, manteniendo esa sonrisa amplia en todos sus labios hasta que la figura del menor hubiera desaparecido por completo. Tomando unos segundos en esa posición para poder pensar con claridad, antes de moverse, tomando su móvil de una vez y marcando el número de aquella pequeña tarjeta que se encontraba apoyada en la mesa, esa que había recibido el día anterior en el aeropuerto. El pitido de la llamada lo hizo retener unos segundos la respiración antes de sentir ese tono conocido del otro lado respondiendo.


-Buenos días ¿JunSu hyung?… Soy ChangMin-


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-De a dos deben leer la página 25 del libro y responder las preguntas que se encuentran en la pizarra. El delegado de la clase estará a cargo hasta que me desocupe ¿De acuerdo?-


La profesora observó a todos con una advertencia silenciosa hasta llegar a JiHyuk al último. Esperando a que este asintiera antes de tomar sus pertenencias y marcharse rápidamente a la reunión matutina con el director.


HaRyu iba aprendiendo un poco de sus compañeros y de la sociedad coreana en la cual se encontraba viviendo ahora. Si hubiera sucedido esa misma situación en su antiguo colegio de Tokio los murmullos hubieran comenzado apenas la persona a cargo hubiera pasado la puerta. Sin embargo, allí se encontraban todos, leyendo en voz baja y la cabeza inclinada sobre sus propias cosas. Sin elevar la voz ni siquiera aquellos que estaban durmiendo al final de las filas. Aunque ahora crecía la duda latente si era por la sociedad coreana o por la clase alta de todos los compañeros que tenía.  


Ahogó un sonido de angustia, y giró su cabeza a TaeHyun, quien con un lápiz estaba anotando en su cuaderno. Formando un pronunciado puchero que no tardó en llamar la atención del más grande.


-¿Sucede algo?-


Han negó con su cabeza y se acercó a su libro, doblando los brazos para leer completamente aburrido en la hoja que estaba su compañero. Sin notar como la mirada tranquila de Shim se detuvo en él hasta unos segundos más adelante. Fue tan solo un momento, pero suficiente para que HaRyu sintiera una ligera incomodidad, elevando su cabeza, logrando que las orbes de ambos chocaran por unos segundos.


-Se te ve más cómodo en esta semana de clases ¿Solucionaste los problemas con JiHyukkie?- Preguntó al retomar su lápiz, volviendo a trazar los hangul en la hoja que estaba escribiendo.


-Algo por el estilo…- Comentó por lo bajo, mientras que su mentón volvía a reposarse sobre los brazos. Dudando algunos segundos antes de volver a verlo. –Tú que conoces mejor Corea ¿Me podrías ayudar a conseguir alguna audición en las empresas de idol?-


Desde que había llegado, HaRyu tendía a manejar perfectamente el idioma, sumando que su apariencia lejos se encontraba de ser pequeña y frágil como los que acostumbraban a Japón. Por lo que siempre se le olvidaba que el menor recién se estaba adaptando a la agitada vida de Seúl. Pero aunque eso fuera exclusivamente su culpa por su distracción, le llamó la atención la petición.


-¿Quieres ser trainee ahora?-


-Es una apuesta. Tengo que lograr debutar antes que el imbécil de JiHyuk.- Su tono había sido bajo, para que solamente él lo escuchara. Pero no notó que estaba sonando como un niño en cada una de sus palabras.  


TaeHyun reprimió una risa en su garganta, mientras extendía una de sus manos corriendo los cabellos rojizos que caían sobre el rostro fino del contrario.


-¿Sabes que tienes las de perder, no es así? Él está ya dentro de una empresa, hace tres años exactamente que está entrenando y no falta mucho para que debute- No intentaba ser pesimista con él. Pero se consideraba su amigo y su sinceridad era algo que lo caracterizaba.


-Lo sé, lo sé. Por eso debo hacerlo hoy y conseguir llamar la atención lo antes posible. Por favor, TaeHyun, me ayudarás ¿Verdad?- Y nuevamente sus labios se fruncían, haciendo un puchero que sabía terminaría por convencerlo.


No estaba tan equivocado al final de cuenta, porque su compañero desvió la mirada con una risa divertida. Antes de que le revolviera el cabello para que pudiera disolver el gesto de sus labios.


-No te preocupes. Aunque JiHyuk sea mi amigo, por esta ocasión te ayudaré. De otra forma no sería divertido ¿No?- Le guiñó uno de sus ojos, marcando su sonrisa con los profundos hoyuelos y HaRyu sonrió ampliamente.


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Desde que había sido adoptado sus días había pasado acompañado constantemente por sus hermanas mayores. Una casa llena de ruido y movimiento, con sus padres intentando controlar a cada uno que inquietos se movían entre los pasillos de una familia regular coreana. Con un ambiente lleno de paz JaeJoong había crecido con esa mentalidad de necesitar en forma constante de la gente que amaba cerca. Era cierto que en las épocas en que su carrera sufría los bajos más crueles que pudo sobrepasar, había tenido que aprender que las cosas no iban a ser así siempre. Por lo que ahora, muchas veces necesitaba de esa tranquilidad que solamente le brindaba la soledad.


Estaba lloviendo desde que los rayos del sol habían sido cubiertos por completo por las nubes negras. El ambiente estaba frío, denso, o tal vez es como el cantante lo sentía en la profundidad de su casa. HaRyu había salido temprano en la mañana al colegio. Siguiendo la rutina que habían administrado desde que habían llegado de Japón. Pero a diferencia de la semana anterior, YooChun no lo había ido a buscar ni para desayunar como solían hacer desde años pasados. Solamente había ingresado un mensaje en las primeras horas de esa mañana anunciando que las actividades de ese día se habían cancelado por completo.


-Sin excusas… Sin siquiera un “buenos días”- Murmuró por lo bajo, y como si su cuerpo tuviera aún quince años se hundió entre las sábanas, sintiendo cómo lentamente se iba ahogando en la sensación de tristeza. Pero no podía con la indiferencia de YooChun con él. –Te odio.- Logró susurrar contra la almohada mientras tiraba su móvil en forma descuidada, haciendo que cayera por el borde de la cama a la alfombra de su cuarto.


Sabía perfectamente que tenía la culpa de no haberle avisado de la llegada de JunSu. Pero no era como si le hubieran dado alguna opción. Apenas había recibido esa llamada de Europa hace dos semanas atrás sus palabras habían sido tajantes y claras: “Hyung, no le digas a nadie, mucho menos a YooChun”.  Pero ahora se encontraba allí aceptando las consecuencias y gimoteando contra las sábanas de leopardo que cubrían por completo su cama como HaRyu solía hacer cuando le prohibía alguno de sus caprichos.


No supo cuánto tiempo había transcurrido desde que se levantó y estaba allí, pero el hambre que tiraba su abdómen fue el primer incentivo que tuvo para moverse. Tomó el móvil al pisar el suelo  y sin siquiera controlar si tenía algún mensaje caminó lentamente hacía la cocina. Casi arrastrando los pies sacó un bol con sobras de la cena de la noche anterior y se dirigió al living. Dejando caer su cuerpo sobre el sofá, y tomando el control remoto, encendió descuidado el televisor mientras llevaba el primer bocado a sus gruesos labios. 


Un programa de variedades se desarrollaba en la pantalla gigante y plana. Mostraba a jóvenes idol que no debían pasar los veinte años, consiguiendo que por unos segundos la mirada de JaeJoong se centrara allí y olvidara por completo las cosas que le estaban sucediendo. Y sin darse cuenta empezaba a reparar algunas muletillas en coreano, riendo torpe al notar cuánto tiempo había transcurrido desde que hablara libremente en su idioma natal.


-¿Me acostumbré tanto al japonés?- Preguntó en forma pausada, entretenido y riendo cada tanto a las ocurrencias que parecían ser sometidos aquellos jóvenes artistas que desconocía.


Pero su concentración no llegó demasiado lejos hasta que el ruido de su móvil a su par lo hizo sobresaltar. Su mirada oscura se giró y tomó de inmediato, pensando que se trataría de YooChun, pero esa emoción duró relativamente poco al ver de quién se trataba el remitente. Sus rasgos se fueron relajando al dejar salir un suspiro, y acopló los hiraganas para poder responderle en el idioma que acostumbraban hablar.  


En cuanto dejó su móvil a un costado y la cabeza volvió al programa notó que estaban en medio de publicidades. Dobló sus piernas apoyando los talones descalzos sobre el tapizado, aunque esa pose de tranquilidad se mantuvo tan solo por unos segundos en cuanto la pantalla mostró imágenes consecutivas de jóvenes cantantes y bailarines, que en la orilla llevaba estampado el logotipo de las letras “SM”. Una voz conocida para él sonaba a medida que los videoclips traspasaban, pero no llegó a ver nada más, su mano en forma intuitiva había tomado el control remoto para cambiar el canal, pasando a cualquier otro guiado por el impulso.


Su mirada se mantuvo perdida en un punto nulo de la habitación, con cada músculo de su cuerpo tenso. No sé había dado cuenta que la respiración había quedado ahogada en su garganta, soltando un profundo suspiro antes de lanzar el control remoto con fuerza contra la pared. Tapando su rostro con ambas manos, sintiendo como su corazón latía en forma frustrada. 


¿Tan solo escuchar la voz de Jung YunHo le había provocado eso?


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Avergonzado, así es como se sentía en ese momento. La mirada penetrante de JiYool pasaba por cada zona de su cuerpo. A su lado, TaeHyun se reía en la forma que cada facción de HaRyu mostraba la incomodidad que estaba sufriendo en cada segundo que la joven mujer lo rodeaba en un análisis crítico del menor de los tres.


Estaban en el mismo salón en el cual había conocido a la joven Shim. Aprovechando que se encontraban en la hora del almuerzo, TaeHyun le había insistido a Han que ella era la más indicada para brindarle ayuda en una próxima audición y de saber, si tenía lo necesario para ser un ingresante. HaRyu estaba de acuerdo en someterse al ojo de ella, pero ya habían pasado cinco minutos y la confianza en él mismo estaba empezando a flaquear.


-Bien.- Con aquella palabra parecía haber terminado, ya que se alejó del hijo de JaeJoong y doblando sus piernas se sentó sobre el suelo de madera en una pose poco femenina, justo al lado de su hermano. –Tienes un buen físico, y entras en lo prototipo de los chicos que buscan normalmente. Ahora, deja tu chaqueta y la corbata allá. Suéltate un poco, y muéstrame que tan bueno eres bailando.- El tono de JiYool era entusiasta. Y es que había visto en incontable de ocasiones a sus padres y tíos hacer aquello, por lo que sentirse en el lugar de ellos ahora la llenaba de emoción.


Pero muy lejos de su jocosidad, la palabra “baile” hizo que las facciones de HaRyu se llenaran de inseguridad y buscará con la mirada a TaeHyun como si de esa forma le estuviera pidiendo ayuda. Aunque este no llegó a comprender su gesto, por lo que el menor tuvo que respirar profundamente. Y es que, si bien conocía a la perfección la diferencia entre el entretenimiento coreano y japonés se le había deslizado ese pequeño detalle con respecto a que en donde ahora vivía era primordial tener cierta destreza de coordinación, algo de lo cual él carecía.


Pero no tuvo mucho tiempo para pensarlo, JiYool ya había dado play a la música y el salón se inundó de los compases de una música adictiva. Aun así, y aunque el ritmo lo estuviera incitando a moverse, HaRyu no lo hacía. Y sus manos estaban firmes en la punta de su camisa sin poder desprenderla para hacer lo que le habían requerido.


Ambos hermanos se observaron por unos segundos y fue la joven quien terminó por levantar su mano y apagar el equipo con el pequeño control remoto.


-No tienes que obligarte, tranquilo.- Aseguró mientras se levantaba del suelo en donde había estado sentada. Sacudiendo los pliegues de su falta con la punta de sus dedos sin poder evitar el ligero tono aburrido en ello. –No hay apuro. El año entrante aún tendrás la edad que se requiere para las audiciones. Podemos ayudarte y hacerlo a principios ¿Hn?- Prosiguió buscando un tono conciliador y suave, manteniendo una sonrisa calma porque entendía el miedo del mitad japonés.   


Pero antes de que pudiera seguir con su discurso, HaRyu negó con su cabeza de un lado al otro. Presionando con fuerza sus gruesos labios. Sabía que no era intención de ninguno de los Shim el hacerlo sentir mal. Sin embargo esas palabras habían calado profundamente dentro de su pecho haciendo que ahogará un quejido en lo profundo de su garganta.


-Déjenme cantar.- Soltó apenas audible. Observando con desesperación a ambos.- Una oportunidad. Por favor.-


JiYool miró con duda a su petición, elevando ligeramente su ceja izquierda. Pero TaeHyun apoyó su mano sobre el hombro de su hermana mayor, consiguiendo le mirara y con que sus ojos se encontraran por unos segundos en silencio fue suficiente para que ella terminará por asentir.


-Con canto no es sencillo. Eso debes de tenerlo en cuenta ¿Si? Deberías hacerlo perfectamente.-


 Aunque podría sonar cruel, lo que buscaba JiYool era serle sincera sobre sus esperanzas, pero para su sorpresa HaRyu asintió. El silencio abordó de nuevo el cuarto en el momento en que el hijo de JaeJoong apoyaba su mano sobre su propio abdomen, cerrando sus ojos mientras que en su propia mente empezaba a sonar compás a compás un tema que le gustaba desde que era niño.


Su voz se elevó en un segundo y las palabras salieron una tras otra en forma armoniosa. Haciendo pequeños gestos en lo que fruncía apenas su nariz, moviendo su mano libre en el aire mientras que cantaba profundamente una estrofa y un estribillo que hizo brillar aquel particular tono de voz que poseía. Terminando apenas la última palabra baja sonara y subiera su mirada, esperando encontrar alguna respuesta positiva de parte de ellos.


JiYool había quedado por unos segundos atónita, con sus labios apenas abiertos, lo que no le permitió reaccionar en una primera instancia. En su lugar, TaeHyun se movió y acercó al menor, abrazando con fuerza con una sonrisa amplia, completamente conforme al punto que de inmediato empezó a elogiarlo. La muchacha los observó en silencio a unos metros de distancia antes de sonreír con lentitud, marcando los pequeños hoyuelos de sus mejillas mientras sacaba del bolsillo de su chaqueta un pequeño papel, terminando por extenderle a HaRyu, rompiendo aquella escena que mantenían los dos jóvenes.


-Mañana a las 08 hs en esta dirección. Se puntual o perderás la oportunidad. Tienes suerte de que las audiciones para Majestic Entertainment sean cuatrimestrales.-


TaeHyun palmeó la espalda de su compañero que con una sonrisa tímida terminó por tomar la tarjeta. Sintiendo cómo la emoción golpeaba de repente su estómago y agitaba su corazón de nuevo. Había conseguido la aprobación de ellos dos y creían que tendría su oportunidad en aquella empresa, aunque aún le faltaba un detalle no menor, y es que esa cuestión llevaba nombre y apellido, Kim JaeJoong.


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Tal vez estaba siendo imprudente. Inclusive hasta estúpido. Pero por unos segundos su mente se había desconectado de cualquier razón existente. Sus manos estaban presionando el manubrio con la fuerza que le transmitía la frustración que circulaba por su cuerpo. Y eso se reflejaba en la forma en que su automóvil se movía a alta velocidad por las concurridas calles de Seúl en medio del manto de lluvia que caía.


YooChun ahogó un suspiro profundo en su garganta y aprovechó que el semáforo se había colocado en rojo para controlar su móvil. Sintiendo la decepción de no tener ni un mensaje de parte de JunSu después de haber estado toda la mañana llamando una y otra vez al número que sus contactos le habían podido facilitar. Pero había sido rechazado, sin ninguna posibilidad ni señal de parte de él.


El verde brilló de nuevo y arrancó con el ronronear del motor alto. Presionando sus labios al terminar por estacionar en uno de los restaurantes más privados y caros de la zona pulposa de la ciudad. Después de haber estado por horas intentando contactar directamente con quien había sido su compañero de banda, había optado por utilizar sus redes y saber en dónde se encontraría aquel mediodía almorzando. Y es así como ahora observaba con los labios resecos cómo los camareros se movían de un lado al otro con aquel estúpido ramo de flores en su mano izquierda. Con pasos lentos pero seguros, ingresó hasta que la recepcionista lo hubiera detenido pidiendo su reserva.


Si bien, Park ya pisaba los cuarenta años su sonrisa calmada y maduros rasgos semi cubiertos por los lentes de sol habían sido suficientes para conseguir una mirada especial de parte de la joven que estaba atendiendo.  


-Lady, busco a Kim JunSu, el actor de musicales. No sé si me recuerde, pero soy Park YooChun y ambos pertenecimos al mismo grupo. Querría darle una sorpresa ¿Cree que será mucha molestia recibir de su ayuda?- Su voz era pausada, de ese característico tono ronco que pretendía endulzar a quien lo escuchara.


La joven mujer tuvo que contener el aliento por unos segundos y pretender que sus mejillas no se habían enrojecido. Moviendo en forma torpe sus dedos en las listas que tenía entre sus manos.


-Señor Park. Yo… Si, los reconozco, pero la política de la empresa…- Dijo en forma entrecortada, no muy segura.


-Please. No se lo diré a nadie.- Le pidió mientras sus dedos bajaran los lentes, dejando que de esa forma le compartiera un guiño de su ojo.


La recepcionista miró de un lado al otro de inmediato, buscando algún testigo de lo que estaba sucediendo y cuando estuvo segura de no ser así se inclinó un poco a él.


-En la mesa cuatro. Por este pasillo siga derecho en la segunda puerta de la izquierda.- Le indicó con suavidad al señalarle.


Con un gesto de triunfo YooChun le dedicó unas gracias cordial. Cubriendo de nuevo sus ojos antes de seguir el camino indicado. Pretendiendo mantener aquel gesto calmo en el que sus pasos avanzaban uno tras otro, a pesar que su respiración fuera irregular. Pasando por aquel ostentoso corredor que en su mente le sorprendía porque se encontraba muy lejos del gusto de JunSu. Pero todo quedó olvidado hasta haber llegado a aquella puerta semi abierta.


Una sonrisa amplia se envolvió en sus gruesos labios al sentir una risa que reconocía a la perfección. Y su mano se extendió a abrir la puerta, pero en el momento en que estaba por correrla por completo escuchó un segundo tono que coló profundamente en sus oídos, obligando a sus dedos detenerse. Se corrió apenas, consiguiendo que su rango de visión terminara por ver la mesa pequeña que había adentro. Notando la espalda de quien estaba buscando, y en frente suyo a aquel hombre que durante muchos años había sido como su hermano menor.  


-ChangMin…- Soltó su nombre en forma ahogada. Comprimiendo la mano en la cual traía aquel exagerado regalo para JunSu. Soltando un bufido que ahogaba toda la frustración y los celos que ahora estaban golpeando la boca de su estómago.


Se giró sobre sus talones y a pasos apresurados emprendió su retirada. Sin una palabra más o buscar llamar la atención de los dos que estaban compartiendo una amena conversación. Y, aunque ambos estuvieran sumergidos en pequeñas risas, por unos segundos ChangMin notó la figura de la espalda de YooChun, dejando por unos segundos sus ojos profundos y grandes puesto en la puerta entreabierta.


-¿Minnie ah?- Junsu notó aquella distracción de parte del menor. Consiguiendo que con su voz la atención de Shim volviera. Aunque sus labios se encontraban ligeramente elevados, de esa forma que revelaba una ligera molestia. -¿Sucede algo?-


Dudó por algunos segundos en su respuesta, pero sonrió con suavidad y negó de un lado al otro.


-Nada hyung. La comida es deliciosa.- Aseguró con calma antes de volver a mover sus palillos y tomar una nueva porción.


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Después de mucho tiempo JaeJoong no había salido del departamento en el cual vivía, por lo cual se tomó la libertad de cocinarle a su hijo. En sus años de adolescencia y consiguiente madurez había aprendido que en la cocina podía tener cierta relajación que en su vida diaria no. Por eso, tras haber sido ignorado todo el día por YooChun, había optado por encerrarse a preparar platillo tras platillo para su pequeño hijo.


HaRyu notó ese detalle apenas hubiera ingresado al hogar donde vivían hace relativamente poco. El aroma estaba puesto en cada uno de sus rincones, y pensó que tal vez sí era una buena noche para poder hablar con su progenitor. Dejó su bolso a un costado, y desabrochando su chaqueta ligeramente húmeda por la lluvia, la dejó extendida antes de deshacerse de sus zapatos para sentirse al fin cómodo.


-Estoy en casa, papá.- Dijo en voz alta, lo suficiente para que la cabeza rubia del mayor se asomará con una amplia sonrisa. Contagiando a HaRyu con ella. –Hace mucho no cocinabas.- Comentó al acercarse a él por completo.


JaeJoong apoyó su mano sobre las hebras de color de su hijo y asintió con gusto.


-Bienvenido a casa… Si, un poco, pero tuve la agenda libre y quería darte algo especial a lo diferente del día a día.- Lo dejó y se dirigió de nuevo a la cocina, removiendo una de las ollas. -¿No tuviste problemas en las clases de hoy?-


El menor se apoyó contra una de las mesadas de la cocina. Tomando una manzana que estaba en la frutera para morder como aperitivo.


-No. De a poco me voy acostumbrando a hablar en coreano. Aunque algunas veces cuando hablan rápido o cosas muy puntuales utilizo el traductor.- Se relamió suavemente los labios mientras que le contaba, tomando como eje el recuerdo de sus clases de matemática.


-Así me sentía los primeros años que viví en Japón. Aunque en un comienzo me frustraba.- En forma normal comentó aquello, aunque HaRyu sabía que hablar de la vida de soltero de su padre era un tema casi tabú en su hogar.


-¿Si? ¿Y por qué decidiste quedarte en Tokio en vez de estar aquí?- Preguntó en forma casual. Buscando que partiera desde Kim el seguir comentando aquello.


La mano de JaeJoong se retuvo unos segundos mientras que pensaba con cuidado en su respuesta, pero buscó no demostrar demasiado esa incomodidad que sentía. Acentuando ligeramente aquellas finas líneas al costado de sus comisuras, esas que revelaban lentamente su edad y cansancio físico.


-Trabajo. Tenía mejores ofertas.- Con aquella respuesta general terminó sirviendo dos platos llenos y se giró a verlo. –Ayúdame a llevar esto al living, ya está la comida lista.-


HaRyu sentía que había perdido una gran oportunidad de poder ondear en el tema. Pero con amabilidad tomó las cosas que JaeJoong estaba por llevar y sonrió.


-Llevo yo, otousan ¿Tomarás vino?- Apoyó entre sus pequeñas manos la bandeja con todo y caminó hacía el comedor principal, empezando a servir hasta que el cantante hiciera aparición con una jarra de jugo. -¡Otousan! Si quieres beber está bien. No te insistiré para que me invites, hoy no.- Dijo dando perspicacia a sus últimas palabras, torciendo apenas sus labios al reír.


-¿En serio?- Preguntó en forma divertida, elevando sus cejas antes de negar y sentarse en donde le correspondía.- Hoy no tengo ánimos de beber. Aunque gracias por la consideración.- Dijo en un tono de broma lo último, mientras que terminaba sirviendo la copa de ambos.


El estudiante se sentó en frente de él y meció apenas los pies, observando por algunos segundos la figura de quien desde su niñez había sido su ejemplo a seguir. Sabía que en apariencia ambos eran muy similares, sobre todo en los labios y en los ojos grandes y negros. También, había heredado profundos rasgos de su personalidad. El pretender ser alguien serio para terminar con todo su escenario cuando tropezaba, se le caía algo de las manos o terminaba por decir las cosas sin pensar. Pero a su vez, YooChun le solía comentar que era más decidido que el mismo JaeJoong. Y que él, no tenía “un punto débil”. Aunque esto jamás había llegado a comprender con exactitud, su tío solamente le sonreía cómplice y murmuraba que algún día lo sabría. Pero en lo profundo de su pecho, HaRyu pensaba que tenía que ver con esos años que no querían hablar.


Pero el mitad japonés era alguien demasiado curioso, y se había tomado el tiempo de indagar en internet. Aunque los hallazgos habían provocado un profundo dolor en él. Había leído cosas muy crueles. Cinco personas que eran como hermanos y que se había separado por sus decisiones. Nunca una explicación clara. Solo comentarios de uno tras otro diciendo cosas como “traidores”, “perros del entretenimiento”. Y uno que otro vídeo de su padre llorando, a su tío YooChun y a tres personas que recordaba ligeramente de fotos guardadas con recelo. Con eso había comprendido que él no tenía por qué ver en su pasado si su progenitor no deseaba mostrarle.


Pero por esta cuestión es que no podía insistirle demasiado a su padre con respecto a su deseo ferviente de cantar. Sobre todo en las empresas coreanas, la enemistad latente con ese dolor pasado no era un secreto entre ellos dos.  


-¿Te llevas mejor con tus compañeros de clase? ¿Volviste a tener algún cruce con el niño del otro día?- JaeJoong en forma casual empezó la charla y sacó de sus pensamientos al menor de los dos que aún miraba su comida.


-No. Él no me molesta y yo no lo hago tampoco.- En gran parte no era mentira. Puesto que después de haber pactado con Jeong su competencia, no se habían vuelto a dirigir la palabra entre ellos aunque recién habían pasado cuatro días de eso. 


Tomó una porción de cangrejo y lo dirigió a sus labios, comiendo con lentitud mientras que su mirada veía la figura de JaeJoong conforme con su respuesta.


-¿Sabes, Otousan?- Empezó de forma casual, luego de haber bebido un poco de jugo. –Muchos de mis compañeros están dentro de empresas. Preparándose o con la esperanza de debutar.- Sus ojos se levantaron suavemente, buscando la de él.


En un comienzo el mayor le evitó el contacto, pero luego le sonrió.


-Es bastante común. Aunque rara vez estos niños terminan debutando. Es una forma de sacarles dinero creyendo que pueden llegar a algo.- Estaba siendo muy tajante sobre ese tema a pesar de la curva de una aparente sonrisa. Y se notaba en aquella ligera mueca  que buscaba cortar el tema, sin embargo, HaRyu lo ignoró.


-¿Si? Creo que hay algunos muy buenos.- Comentó con suavidad, teniendo en mente la imagen de JiYool bailando. –Siendo cantante ¿Crees qué tengo lo necesario para poder competir?- Preguntó al final, bajando sus cubiertos, observando directamente a sus ojos.


Por unos segundos ambos se quedaron observando y cualquier mueca de amabilidad de los labios de JaeJoong fue desapareciendo.


-Sí. Lo tienes. Pero aún eres un niño como para ir a competir contra ellos.- Prosiguió luego de la pausa, bebiendo del jugo de su copa.


-Pero la mayoría tiene mi edad.- Espetó de inmediato, apoyando sus manos sobre la mesa de cristal.


-Exactamente. Y las empresas se terminarán aprovechando de la inocencia que tienen para lucrar con todos ellos.- Se estaba ofuscando y en cada una de sus palabras se iba notando, puesto que su tono de voz se iba levantando.


-Otousan, no todo es tan negativo. Los grupos que debutan son de mi edad. Es la etapa perfecta para poder intentarlo y-…-


-“La edad perfecta” para ser utilizados. Por Dios, HaRyu, no seas tan inocente- Dijo en forma tajante. Mientras que golpeaba su copa contra la superficie de la mesa al interrumpirle.


Aquellas palabras habían golpeado profundamente en el pecho del menor. Comprimiendo sus pequeñas manos entorno a los cubiertos antes de morder fuertemente su labio inferior de rabia. Porque los ojos de JaeJoong ni siquiera lo miraban.


-Que a ti te hayan utilizado no quiere decir que a todos nos harán lo mismo.- Terminó soltando palabra tras palabra en forma abrupta, mientras temblaba suavemente. Sabiendo que estaba siendo hiriente pero sin poder detenerse. –No todos somos como tú, papá.-


JaeJoong quedó en su sitio y no llegó a contestarle nada porque HaRyu se había levantado y prácticamente corrido a su habitación, dando un portazo para mostrar aquel enojo que estaba haciendo arder su pecho, sin notar que su progenitor ni siquiera se había movido de su posición. Si, estaba sintiendo enojo, pero más que bronca contra la falta de respeto recibida, era el golpe profundo de lo que acababa de decirle su propio hijo.


Un ligero crujido se escuchó en la sala en el instante en que la copa que se encontraba en la mano de él se terminó por partir luego de haber hecho presión sin medirse. Intentó apaciguar de alguna forma sus emociones, pero ahora delgadas hileras de sangre iban cayendo por su piel nueva y JaeJoong estaba allí, sin reacción alguna.


Con un quejido profundo ladeo su cabeza y tiró los restos del vidrio a un costado, ahogando esas lágrimas que golpeaban ahora su garganta.


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Controló por segunda vez la hora en el reloj de su celular antes de cruzarse de brazos. Se encontraba algo preocupado y su cuerpo era un claro reflejo de ello. Sus ojos grandes y marcados observaban constantemente en el lugar que en teoría, HaRyu debería aparecer. Y es que Shim jamás había sido alguien que se alarmará con rapidez, pero al sentir cómo adentro ya se estaban anotando, la ansiedad y preocupación corrían con mayor énfasis por su pecho.


Pero antes de que pudiera marcar el número de su móvil sintió su nombre ser llamado a lo lejos, elevando su cabeza al notar la figura de Han corriendo hasta donde él se encontraba. Y, aunque tuviera un gorro que cubría la mayor parte de su cabello, le fue inevitable reconocer cada uno de sus movimientos.


TaeHyun suspiro de alivio, guardando de inmediato su móvil en el bolsillo de su chaqueta.


-Pensé que ya no vendrías.- Dijo en forma lenta, mientras que apoyaba su mano sobre la espalda de él, sintiendo cómo estaba agitado. -¿Estás bien?-


-Sí. Solamente que anoche fue un día difícil con mi padre.- Murmuró mientras que corría la gorra lentamente y terminaba por desordenar las hebras de su cabello con sus dedos. Sin darse cuenta como ese pequeño gesto había sido seguido por su compañero.


-¿Todo en orden?- Preguntó con cautela, indicando al menor por dónde debían caminar para ingresar al salón.


-Sí. Digamos que mi padre es algo complicado.- Procuró que aquel comentario fuera algo trivial con una pequeña sonrisa entre sus labios.


Aunque no era mucho el tiempo desde el cual compartían, TaeHyun comprendía muchos de los gestos de HaRyu. Y es que el menor era prácticamente un libro abierto cuando no lo notaba. Por lo que con tan solo observar aquella sonrisa que hacía arrugar su nariz, Shim comprendió que no debía indagar más sobre el tema y simplemente palmear su espalda en forma de apoyo.


Ingresando le extendieron un número a cada uno, el cual fue adherido a la ropa. Mientras que se terminaban por colocar en la fila que entre ansiosos adolescentes esperaban en una enorme sala de estar.


-¿Vas a audicionar también?- Preguntó con lentitud Han, tomando con cuidado el papel de TaeHyun y pegándolo sobre su pecho, riendo al ver que el mayor parecía ser algo torpe en cosas sencillas como esas.


-JiYool noona siempre me insistió en que lo hiciera. Supongo que ahora que estabas por hacerlo tú tenía como un incentivo.-


Los dedos blancos de HaRyu terminaron alisando los bordes del número al momento de escuchar eso. Y levantó apenas su cabeza, sonriendo en cierta forma divertido por el comentario.


-¿Así qué soy un incentivo de tu creatividad?-


TaeHyun carcajeó y negó de inmediato con su cabeza, revolviendo apenas su cabello en forma amena.


-En realidad pensé que si ingresamos ambos, será divertido entrenar juntos. No me gusta mucho cómo se vuelven las personas que creen que serán estrellas. Entonces, entrar con un amigo sería lo más grato.-


Por unos segundos esas palabras hicieron pensar en lo dicho por JaeJoong la noche anterior. Pero no llegó a decir nada cuando una sutil voz femenina antecedió a la figura de JiYool abrazando por la espalda a TaeHyun.


-Llegaron bastante tarde. Por unos segundos pensé que el miedo te había ganado, HaRyu~- Estaba feliz, se notaba en sus palabras y en la forma en que sus ojos grandes avellana se entrecerraban apenas en asimetría, balanceando su cuerpo afianzado al cuello de su hermano menor.  


-No podría… Realmente deseo esto.- En forma pausada, pero segura, HaRyu le terminó por decir, hundiendo sus manos en su chaqueta que caía hasta la mitad de sus muslos.


-Determinado. Intenta mostrarles eso a los jueces que te evaluarán ahora y te irá muy bien.-


Han agradecía aquellas palabras de aliento. Pero la curiosidad le hizo ladear su cabeza a un costado sin dejar de verla.


-Debo suponer por tu experiencia que estás dentro de la empresa.- Comentó, buscando no ser entrometido aunque la curiosidad se notaba en sus palabras.


-Algo así.- Se separó lentamente de TaeHyun, que le sonrió en respuesta. –Pertenezco a la SM. Pero como son empresas asociadas, muchas veces me toca entrenamiento aquí por las mañanas.-


A HaRyu aún le costaba comprender lo que era las asociaciones y negocios entre las empresas. Pero saber que Majestic era afiliada a la que pertenecía JiHyuk le dio cierto ánimo de determinación.


Sin embargo, su charla fue cortada por la forma en que empezaban a ingresar con rapidez uno a uno a alguna de las cinco salas dispuestas dentro del recinto. Las ganas de conversar se habían exprimido del cuerpo de HaRyu y presionaba sus puños dentro de los enormes bolsillos. Y a pesar de haber una gran cantidad de concurrentes no pasó demasiado tiempo hasta que su número fuera anunciado.


-¡En la 1! ¡Tienes suerte, pequeño! ¡Ve!- Dijo de inmediato JiYool y palmeó su espalda, haciendo que HaRyu trastabillara antes de caminar hasta aquella puerta señalada.


-¿Suerte? ¿Quién está tomando?- Preguntó de inmediato TaeHyun cuando hubieran estado solos, consultando con su mirada a su hermana.


-Nuestro padre.- Susurro al terminar por formar una amplia sonrisa entre sus labios. Consiguiendo que los ojos castaños de TaeHyun se abrieran con lentitud.


-¿Y crees qué eso es suerte?- Espetó de inmediato, girando su cabeza a observar con preocupación la puerta que acababa de ser cerrada.


-Sí. Nadie más que él sabrá el potencial que tiene o no Han.- Aseguró mientras que se encogía apenas de hombros.


-En momentos como estos me pregunto realmente que es lo que piensas de HaRyu…- Murmuró al encontrarse unos segundos con su mirada, en lo que la joven terminó por encogerse de hombros. –Eres imposible.- Dijo agotado al suspirar.


JiYool rió por lo bajo al recibir aquella acusación, pero sin ofenderse en lo absoluto. Al contrario, observó cómo una figura mayor y masculina se movía y conseguía que mucho de los aspirantes a trainee se fueran abriendo a su paso.


-¡YunHo oppa! ¡YunHo ssi!- Gritó de inmediato, haciendo que TaeHyun volviera la vista a él y a su vez, el CEO de SM los observara con una sonrisa amplia.


-Es grato encontrarte siempre, JiYool. Aunque me sorprende el verte aquí, TaeHyun.- Comentó al llegar hasta ellos dos, recibiendo una ligera inclinación de su cabeza. -¿Vas a audicionar?-


-Sí. Espero dar el mejor de mi esfuerzo.- Intentó ser modesto en aquello, a pesar de saber que en esa empresa tendría ventajas en consideración. 


-Es que al fin encontró su “musa”.- Interfirió JiYool en cierto tono de broma, consiguiendo una risa amena de parte de YunHo y una mirada de reproche de TaeHyun. -¿Qué? Es cierto~-


-Entonces espero que tu musa te ayude hoy, TaeHyunnie. Niños ¿En qué sala se encuentra su padre?- Preguntó girando a ver las puertas. –Me pidió viniera a ver algunas audiciones. Pero necesito me firme antes unos papeles.-


-Allí. En la uno, Jeong ssi.- Señaló JiYool a la puerta que se encontraba en diagonal a ellos, en donde no hace mucho HaRyu había ingresado.


-Muchas gracias. Suerte, TaeHyun.-


Con una mano en el aire se despidió de ambos y terminó por dirigirse a la sala anteriormente mencionada. Abriendo con cuidado y procurando no hacer ruido, sintiendo cómo un frío helado pasaba por su espalda al ver una espalda conocida para él. Una pequeña cintura y grandes hombres, junto a una posición tímida que veía cómo caía el cabello rojizo. Por unos segundos, se olvidó como respirar.


-¿JaeJoong?-


.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-


Su mano presionó el picaporte antes de abrirla lentamente. El salón era grande y cubierto de espejos, y en medio de la sala había tres personas, con un escritorio cada uno y su mano con un pequeño bolígrafo. Sus pies tímidos avanzaron hasta quedar en frente e inclinar suavemente su cabeza en una corta reverencia.


-¿Número treinta y cuatro, no es así?- Preguntó quién se encontraba en el centro, puntualizando su profunda mirada en él. Un hombre de gran porte recto y nariz perfecta, de tal forma que de repente HaRyu se sentía pequeño. Aunque en el centro de su pecho le daba la sensación de haberlo visto antes.


ChangMin esperó el asentimiento de HaRyu antes de hacer un gesto con su mano.


–Tu nombre, por favor.- Pidió de nuevo en una voz alta para ser escuchado.


-Ha-… Han HaRyu.- Su voz titubeó al comienzo y se mordió fuerte el labio inferior antes de tomar aire e intentar calmarse. Manteniendo su mirada fija en los de él. Recordando las palabras de JiYool. –Han HaRyu. Tengo diez y seis años, soy mitad japonés y manejo ambos idiomas.- Se terminó por presentar con una sutil reverencia.


-Muy bien ¿Quieres presentarnos canto, o baile?-


ChangMin no estaba prestando real interés en él. Porque si bien HaRyu poseía una apariencia llamativa, no era algo fuera de lo común en los medios. Así que estaba con la cabeza gacha cuando empezó a trazar los hangul que marcaban el nombre del aspirante.


-Canto. Interpretaré un tema acapella.-


En ese momento la puerta se abrió de nuevo y ChangMin observó la figura de YunHo ingresar. El susurro hecho por este había sido tan bajo que nadie en la sala lo llegó a escuchar, y sus ilusiones de ver a Kim JaeJoong se esfumaron en cuanto HaRyu se volteó y quedó de frente a quien hubiera sido el líder de TVXQ!


-Hyung. Llegas tarde. Ven.-


Jeong rió por lo bajo ante la forma directa en que le indicó su dongsaeng y con una pequeña disculpa avanzó a una silla del lado izquierdo de Shim. HaRyu, ignorante de la identidad del mayor presente, sentía la presión de una nueva persona que lo estuviera evaluando, pero se aferró a esa confianza conseguida con anterioridad para mantener la frente en alto.


-Comienza.-


ChangMin dejó su lápiz a un costado y cruzó sus manos sobre su libreta. YunHo, a su par, no había despegado sus marcados ojos de él y por primera vez el hijo de JaeJoong sintió que se empezaba a ahogar. Las otras dos personas que los acompañaban pasaron a ser un mero adorno del salón, y supo que su mayor reto eran los dos hombres que se encontraban en el centro.


Su garganta presionó y soltó la primera nota, muy alta y chillada, un fallo inmediato que hizo tener una primera mala impresión. Un rechazo inmediato de parte del CEO de Majestic, pero antes de que lo detuviera YunHo lo sostuvo por su muñeca, impidiendo lo rechazara.  


HaRyu sintió que deseaba correr por el pasillo y desaparecer por completo. Con sus gruesos labios oprimidos para no dejar salir ningún lamento, mantuvo la mirada baja hasta que la voz profunda de Jeong lo hiciera elevar de nuevo su cabeza.


-Intenta de nuevo. Tranquilo, controla tu respiración ¿Está bien?- En un tono consolador lo ánimo con una pequeña sonrisa.


Un gesto casi mínimo que le dio la fuerza para que pudiera asentir. Sus dedos se aferraron al borde de su chaqueta y cerró sus ojos, recordando cómo era la espalda de su padre cada vez que se paraba en un escenario y su voz lograba hacer soñar a cada una de sus fans. Sus parpados se oprimieron y la canción empezó a fluir, potente y limpio. Con su voz retumbando armoniosamente en cada rincón del salón. Un tema en coreano que de niño, su padre solía tararear en su oído.


YunHo soltó la muñeca de ChangMin, porque supo que no iba ser necesario darle una nueva oportunidad al menor. Aquel tono era único y en cada uno de sus gestos se mostraba que el primer incidente había sido un simple desliz de su parte, producto de los nervios. Orgulloso de su intuición, se apoyó en el respaldo de la silla, sintiendo que hace mucho tiempo que no disfrutaba de un artista como el que tenía en frente.


Por su lado, Shim abrió apenas sus labios y luego elevó sus cejas, sorprendido por la forma en que ahora se desplegaba. Fue suficiente que llegara hasta el estribillo para escribir en su libreta, dejando que siguiera unas oraciones más.


-Suficiente.- Indicó algo abrupto elevando su mano en el aire.


HaRyu se calló de inmediato, y se puso recto. Conforme con aquella interpretación que había realizado. Por unos segundos los adultos que estaban en el cuarto se distrajeron haciendo anotaciones, siendo el único que quedará viéndolo fuera YunHo. Intentaba mantenerse recto y firme, aunque sentía que aquel hombre mayor estaba buscando analizarlo mucho más que su profunda mirada oscura.


ChangMin consultó con sus colaboradores y se levantó dispuesto a hablar. Pero antes de que pudiera decir palabra alguna YunHo se había incorporado a su lado, caminando en dirección a HaRyu al rodear la mesa con una sonrisa amplia.


-Pequeño ¿Te interesaría formar parte de la SM Entertainment?- 


 


Continuará...

Notas finales:

Debido a que estaba de viaje se me complicó demasiado el poder subir este fic, por lo que deseo que de alguna forma la espera haya valido la pena. Muchas gracias a las personas que lo vienen leyendo hasta aquí, sus opiniones son muy valiosas para mi, porque es la única forma que yo entienda si voy haciendo un buen trabajo o no. 

 

Gracias a Tsukipor haber sido mi BETA en está ocasión. Por cierto, felices fiestas MUY atrasadas a todos

 

Sin más que decir, espero estar subiendo pronto el siguiente capitulo. 

 

Sayounara bye bye <3

 

Notas del capitulo: 

1- El tema que canta HaRyu es All for you del drama Reply1997. Un tema que Yunho eligió como tema con el cual se confesaría. 


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