En la pantalla se divisaba a la perfección la pequeña figura de HaRyu. Sus hombros anchos ligeramente encogidos se acoplaban a sus manos titubeantes que jugaban entre ellas con el nerviosismo que reflejaba en cada una de sus acciones. Su voz contraída en una primera instancia consiguió que la espectadora en frente del televisor frunciera su nariz. Moviendo un poco su mano, impaciente en un ligero golpe contra la superficie del sofá. Aún así mantuvo silencio, escuchando la voz que lo alentaba y posteriormente terminaba por darle la confianza en los profundos ojos oscuros del niño. Unos segundos más en silencio fue lo último que necesitó para que la voz de Han se expusiera al fin.
BoAh estaba con sus piernas cruzadas y una mirada interrogante hasta que sus cejas se elevaron apenas. Sorprendida al punto que sus labios se separaron un poco y admiraba la pequeña figura del estudiante que empezaba a tomar mayor confianza en su tono, haciendo constantes ademanes con la mano. Consiguiendo así que la mujer que estaba a cargo de gran parte de la empresa Sm riera y meneara su cabeza en una corta negativa.
-Un talento único sin duda. ¿Me dijiste qué era mitad japonés?- Con curiosidad en su voz giró su rostro a ver a su esposo que con una sonrisa estaba acomodado en el otro sofá a un costado de ella.
-Si. Aunque al cantar su pronunciación es perfecta, al hablar se nota que tiene ligeros percances. O tal vez era su nerviosismo.- YunHo respondió terminando por acomodar su espalda contra su asiento, manteniendo una postura recta.
-Ya veo. Su técnica es casi perfecta ¿Estudió? No creo que sea natural.- Opinó volviendo su rostro a la pantalla una vez más. Tomando el control remoto para rebobinar y retomar el comienzo de la audición. -¿Fue trainee en otra compañía?-
-Mañana controlaré su ficha. Como estábamos en la mitad de las audiciones solamente pude indicarle a los asistentes de ChangMin ssi que tomaran sus datos.-
-¿No crees que te apresuraste en proponerle el ingreso? Partiendo que ni siquiera estamos tomando nuevos aspirantes.- Con verdadera duda miró de reojo la figura de aquel imponente hombre que se había vuelto YunHo.
-A lo mejor. Pero en cuanto lo escuché sentí que era una buena oportunidad, aunque siento que Minnie me podría odiar por quitarle en su nariz alguien con un talento listo para explotar.- La pequeña sonrisa que se marcó en los gruesos labios de Jung consiguieron relucir las pequeñas arrugas de su piel.
BoAh en su lugar suspiró y negó de nuevo, pero esta vez con una pequeña sonrisa divertida.
-Supongo que evitaré ir a Majestic hasta que esté segura que ChangMin no desea empalarte en el ingreso.-
YunHo carcajeó plenamente a su comentario. Tirando su cabeza hacía atrás y apoyando el dorso de la mano sobre su boca. Con ese gesto en que sus ojos se convertían en dos pequeñas líneas, de la misma forma que había mantenido por tantos años.
Ambos estaban sumergidos en aquella conversación que no se habían percatado de la puerta que había sido abierta. JiHyuk ingresó con total naturalidad al living, aunque el buen humor de la charla de sus padres le despertó curiosidad. Si bien, ellos siempre habían sido como mejores amigos, a esa hora de la tarde normalmente se encontraban debatiendo temas serios de la empresa, pero lejos estaba aquel ambiente laboral dejando respirar una atmosfera relajada y amena.
La mujer que había compartido la risa de YunHo lo notó en cuanto hubiera relajado su postura y le sonrió amablemente.
-JiHyukkie. Hoy terminaste temprano tus prácticas. Bienvenido a casa.- Al momento de saludarlo había presionado el “stop” del control remoto, congelando la imagen de HaRyu en la pantalla.
YunHo se había volteado dispuesto a recibirlo con cálidas palabras, pero quedó por unos segundos en plena duda. Los ojos pequeños de JiHyuk estaban fijos ahora en el plasma, en aquella figura del pelirrojo llamado HaRyu. Con tal intensidad que no se percató que se estaba mordiendo fuertemente su propio labio inferior. Consiguiendo que su padre dudara, pero terminara por sonreír, como si aquel gesto jamás hubiera existido.
-Buenas tardes, hijo. Bienvenido a casa.-
Su voz había sido suficiente para sacarlo de su ligera contusión. Dedicando a sus progenitores una pequeña sonrisa, ahogando en lo más profundo de su pecho esa sensación de frustración que pasaba por sus venas.
-Buenas tardes a ambos, mis prácticas acabaron pronto hoy porque sunbaenim tenía que cubrir un evento. Iré a ducharme y vendré por si me necesitan en algo.- Educado y firme, de la misma forma en que YunHo y BoAh le habían enseñado desde que era tan solo un niño. Sin dejar que observaran más allá de esa pequeña mueca que era su sonrisa.
-Descuida. Concéntrate en tus tareas de colegio y te llamaré en cuanto la cena esté servida.-
Las palabras amables de su madre fueron respondidas con una corta reverencia y agradecimiento en su voz. Se escucharon sus pasos subir por la escalera de madera hacia el segundo piso, y los ojos grandes de BoAh observaron a YunHo.
-¿Entiendes qué le sucedía?- Preguntó, sabiendo que ambos habían notado, que ni siquiera era necesario aclarar a que se refería.
-No estoy seguro. Pero lo averiguaré.- Musitó, volviendo su mirada de nuevo al televisor. Sin siquiera pensarlo al momento de sonreír.
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-En unos minutos les traeré la comida.-
El ruido de las mesas era constante. Y no era para menos, alrededor de los tres estudiantes todos los lugares se encontraban ocupados. A pesar de tratarse de un sitio pequeño con un puesto callejero recubierto de un plástico que delimitaba con un pequeño salón, era demasiado popular. JiYool se los había advertido, pero ahora que estaban en una pequeña mesa de una esquina se percataban qué tan cierta era la primera advertencia recibida.
-Es un lugar muy concurrido.- Comentó por lo bajo TaeHyun. No con incomodidad, sino con una sorpresa notable. No acostumbrado a ir a esa clase de puestos de comida.
-Este lugar tiene una leyenda, por lo que notarás que muchos aquí son aspirante a idol.-Un dedo de la joven se levantó y le guiñó el ojo a ambos, como si les estuviera confiando un secreto. - Al finalizar el primer periodo de prueba de los trainee un sunbae nos trajo. Dijo que de alguna forma era el lugar en que todos iniciaban. Considerando que hoy HaRyu consiguió ingresar a SM y tú a Majestic, es una noche muy especial.- Estaba hablando con entusiasmo. Poseyendo una sonrisa que acoplaba por completo sus labios.
TaeHyun secundó aquello y HaRyu quedó por unos segundos pensando. Observando aquel folio que le habían alcanzado con todos los datos que tenía que llenar y sus horarios a partir de allí. Y fue cuestión de minutos para que les trajeran las primeras bebidas y fue cuestión de tiempo para que las latas se amontonaran sobre la pequeña mesa de madera y la risa de JiYool se escuchara con mayor soltura. Sacando las anécdotas más representativas de su entrenamiento en la empresa. Y fue natural para Han empezar a notar por qué la muchacha solía ser tan carismática entre los chicos del colegio, más allá de su llamativa apariencia. Su tono de voz, sus ademanes y forma en que los trataba estaba muy lejos de esa característica de un superior a los menores. Ella los miraba y trataba como su par.
-…Y en ese momento sunbae me miró. Intenté disimularlo, pero una de mis compañeras de grupo empezó a reír con fuerza porque vio mi pantalón roto. Y solamente quería correr de escena. Tuvieron que parar el vídeo y solucionarlo los vestuaristas… ¡Fue tan vergonzoso! Aunque JongDae sunbae me recuerda siempre que pasa cerca y me saluda.- Intentó mantener la cabeza en alto mientras que contaba aquello, palmeando con suavidad su pecho con una risa divertida. Consiguiendo que los demás carcajearan a su par. –Pero es bueno, insisto.- Intentó recuperar su orgullo con un pequeño puchero. –Cuando debute, JongDae lo contará en los programas de variedades y seré feliz.- Se cruzó sus brazos sobre su pecho y asintió, consiguiendo una risa más sonora en los menores.
-Aquí es donde noona busca consolarse sola.- Le susurró por lo bajo TaeHyun a HaRyu que cubría sus labios con su mano entre risas.
-¡Oye! ¿Qué forma de protegerme es esa, TaeHyunnie?- Extendió su mano sobre la mesa para jalarle de la manga de su camiseta, acentuando más el puchero en sus labios. –No debes aprender de él, HaRyu. Tú eres un niño muy lindo para asimilar las malas mañas de este chico.- Le dijo al señalar a su propio hermano, negando con su cabeza.
El joven mitad japonés observó divertido. Porque saliendo de las paredes del colegio aprendía una nueva faceta de ambos hermanos Shim. TaeHyun siempre le había parecido apacible, era quien con mucha paciencia día a día le iba ayudando a adaptarse a la sociedad coreana. Pero ahora lo observaba con total soltura con la que hablaba ahora su compañero de curso y la forma en que congeniaba a la perfección con JiYool. Y aunque a primera impresión ambos le resultaban casi opuestos, ahora descubría que en realidad eran complementarios.
-Yo te quiero, hermana. Y lo sabes ¡Deja de dejarme como un desalmado!- Se quejó, aunque en ningún momento hubiera desaparecido aquella sonrisa de sus labios.
- ¡Ahora me dice “hermana”! Jum- Sacudió su cabeza en una negativa y volvió su mirada ligeramente clara en dirección al otro muchacho. -¿Tu tienes hermanos, HaRyu? Espero si es así no los trates de esta forma.-
El pelirrojo negó con su cabeza, tomando entre sus manos la lata que le pertenecía y bebiendo un poco antes de responder.
-No. Soy hijo único. Vivo con mi padre.- Le aclaró alejando la lata de sus labios. Y, aunque estuviera más relajado sus facciones se mantenían ligeramente neutras como lo caracterizaba.
-Oh~ TaeHyunnie me contó que eras mitad japonés ¿No es así? ¿Tu padre es coreano?-
-Si. Aunque tenemos buena relación con mi madre. A menudo hablamos con ella.- Mencionó, ignorando el hecho del divorcio de sus padres. Le gustaba acentuar la buena amistad que mantenían entre ellos dos.
-Ya veo. En tu tonada prácticamente no se nota.- Admitió con sorpresa, elogiando con naturalidad.
HaRyu agradeció y en ese momento les interrumpieron dejando sobre la mesa los boles con pollo frito. Haciendo que los tres corrieran sus manos entre exclamaciones de júbilo de la mayor por la comida. Aprovechando los segundos de distracción, el menor de los tres sacó su móvil y escribió con rapidez, buscando el primer número que siempre había tenido guardado y enviando.
Estuvo por tomar los palillos que había dejado a un costado con los cubiertos pero JiYool le negó con la cabeza.
-Debes de tomarlo con la mano, pequeño. De esa forma lo disfrutas más.- Le indicó mientras que ella lo hacía con una presa sonriendo amplio.
TaeHyun en su sitió observó con ternura la forma en que su amigo escuchaba atentamente a su hermana mayor, como si realmente le estuviera indicando algo de suma importancia. Tomando cada detalle de los gestos que realizaba y la manera en que tomaba ahora la comida, intentando no mancharse el uniforme. Haciendo que su sonrisa se ampliará con naturalidad.
La mayor de los Shim cortó por unos segundos su conversación al sentir su móvil sonar. Se disculpó con ambos y se incorporó de su lugar. Controló la pantalla, sonriendo al observar de quien se trataba.
-JiHyuk. Buenas noches…- Por unos segundos le dio la espalda a los menores, a pesar de que estuviera lo suficientemente lejos de los dos. –Si. Las pruebas ya terminaron y estaba comiendo con unos amigos.- Inquieta, como era, se movió con suavidad de un lado al otro el peso de su cuerpo. Escuchando la masculina voz del menor a través de su teléfono. -¿Ir a tu casa? Ya es algo tarde.- Con cierta duda elevó su rostro.
Se giró sobre sus talones para preguntarle a TaeHyun, pero se quedó por unos segundos inmóvil en su lugar. En la mesa observó como ambos conversaban con tranquilidad, pero Shim había dejado su asiento y se había acercado sin disimulo a HaRyu. Primero limpiando su mentón que al parecer había sido manchado por el pollo, y ahora, le hablaba en una voz más baja. HaRyu y JiYool habían notado aquella forma poco disimulada de acariciarle la zona del mentón, casi subiendo a sus labios, pero el nipón no parecía incomodarle e inclusive le había sonreído con naturalidad.
JiYool por unos segundos los observó, borrando aquella sonrisa que había tenido trazada en sus labios. Reaccionando cuando escuchó la voz insistente de JiHyuk mencionar su nombre una y otra vez.
-…Lo siento. Si, iré.- Respondió, intentando retomar aquel tono animado que solía portar. –No te preocupes. Me quedaré contigo esta noche. –
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El departamento tenía la mayoría de sus luces apagadas. Aunque las ventanas abiertas casi en su totalidad dejaban filtrar la tenue luz de aquel atardecer. El televisor estaba como un mero adorno prendido, puesto que el hombre que era el único presente estaba en el sofá, completamente concentrado en la charla en japonés que mantenía por el auricular.
-Le está yendo bien. Hace unos minutos me mandó un mensaje que se quedaría con un amigo hasta tarde hoy… Si, es un compañero con el que suele pasar mucho tiempo.- Sosteniendo el teléfono sobre su oído subió sus pies al sofá. Manteniendo su mirada ligeramente perdida mientras la escuchaba. –No, no hemos vuelto a tocar el tema y me trata en forma cortante aún. No lo sé… No, no lo confrontaré. Realmente no sabría como seguir con ese tema… Si, sé que soy su padre, pero sabes lo terco que es…- Con una voz frustrada marcó más de lo normal su respuesta.
La impaciencia se marcaba en cada gesto de su cuerpo, meciendo entre sus largos y blanquecinos dedos el cigarrillo ya casi consumido en su totalidad. Sin darse cuenta como su pie se movía impaciente contra el suelo. Aunque para el mismo JaeJoong su propia imagen era algo que no podía notar.
Soltó un fuerte suspiro de frustración y asintió con pequeños sonidos. Elevando su cabeza solamente en el instante que el timbre sonó.
-Lo sé. Haré lo que pueda y te avisaré cuando haya hablado con él. Debo irme ahora, buscan… Ajá, también te quiero, adiós.- Intentó apresurado el cortar la llamada al levantarse de su lugar. Apagando el cigarrillo en el cenicero antes de caminar a la puerta. Corriendo los cabellos rubios que caían sobre su rostro con sus manos, intentando verse lo más natural posible.
Pero en cuanto su mano hubiera abierto la puerta quedó observando unos segundos la figura de su mejor amigo de años. YooChun estaba parado en frente suyo, con el gesto ligeramente contraído.
Habían pasado dos días desde que su manager había pasado a ignorarlo por completo. Tan solo unas horas que habían llevado al mundo de JaeJoong de cabeza de nuevo haciendo que su necesidad se consumiera entre bebidas y cigarrillos, como si volviera a tener veinte años y tuviera miedo de todo. Sin su puerto seguro que significaba para él su soul mate. Pero ahora lo tenía de nuevo en frente suyo, y su cuerpo lo traicionaba por completo a la razón. Dejó que por unos segundos el silencio envolviera a ambos, unas disculpas en silencio fueron proclamadas, hasta que fue el cantante que terminó por moverse primero. Avanzando los pasos que los separaban, apoyando su mano sobre la mejilla del compositor antes de acercarse a sus labios.
YooChun no se sorprendió a la forma en que ahora era besado, al contrario, sus brazos se envolvieron entorno a la pequeña cintura del rubio e inclinó su rostro en respuesta a la misma necesidad que buscaba con desesperación en su boca. Golpeando la puerta al cerrarla avanzando dentro del departamento. Delineando con sus dedos el camino entre su espalda y la sensual curva de la cintura del mayor, devorando y mordiendo cada zona que se marcaba con facilidad a su presión. Provocando que la espalda de JaeJoong golpeara contra la pared de la habitación, separándose unos segundos, observando a sus ojos con la respiración agitada.
-¿HaRyu regresará pronto?-
-No… Tenemos unas horas.-
Una ligera sonrisa cómplice afloró antes de que se escuchara el ruido de la puerta del cuarto cerrarse, y aunque hubiera sido fuerte esto fue ignorado por los dos hombres. De la misma forma que en la sala el televisor aún sonaba con fuerza, en el preciso instante que HaRyu aparecía en la fila y el titular anunciaba las audiciones para las empresas de entretenimiento.
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-Puedes dejar allí los zapatos.-
-Gracias.-
Después de haber comido una cantidad considerable de pollo frito JiYool se había disculpado y marchado en total soledad. Consiguiendo que la curiosidad de HaRyu notara con extrañeza que ambos hermanos no se marcharon juntos, y que TaeHyun ni siquiera había preguntado. Sino que parecía comprender en silencio la situación.
Inclusive ahora, que habían llegado a la residencia Shim por insistencia del mayor, no notaba rastro alguno de la joven. Sin embargo, HaRyu pretendió llevar su carácter normal. Agradeciendo al momento de desprenderse el calzado, tomando los que tenían para invitados. TaeHyun esperó a que estuviera listo antes de caminar por el expandido living, observando con cuidado si había alguna señal de su familia aunque la sala se encontraba vacía.
-Estoy en casa~ - Dijo lo suficientemente alto, con la mirada curiosa de Han detrás suyo.
Un ligero ruido le hizo voltear su cabeza en dirección a la puerta de la cocina. Sintiendo en respuesta a su saludo uno con un tono masculino que de cierta forma puso alerta a Han. En cuestión de segundos una alargada pero imponente figura apareció, con una serie de folios en su mano y lentes de marco gruesos sobre su perfecta nariz.
-Bienvenido, hoy llegaste algo tarde.- ChangMin se paró a unos metros de ellos dos. Sin disimular la mirada directa que le dirigió al pequeño muchacho que prácticamente se había escondido detrás de su hijo.
Y es que la reacción fue inmediata. En cuanto hubiera llegado a su campo de visión HaRyu se avergonzó por completo. Ciñendo la chaqueta de TaeHyun entre sus dedos antes de ocuparlo como si fuera un escudo que lo escondiera de sus grandes ojos.
-Lo siento. Pensé JiYool te lo diría. Fuimos a festejar en una tienda de pollo.- Con totalidad naturalidad le habló, ignorando el miedo que el pequeño expresaba al otro como si fuera un fantasma.
El mayor de los Shim elevó apenas una de sus cejas, cruzando sus brazos sobre su pecho y observó con una ligera sonrisa en sus labios al otro adolescente.
-No sabía que el amigo del cual me habías hablado era el joven Han, TaeHyun.- Le hizo notar de esa forma en que no se habían presentado.
TaeHyun observó de reojo a su compañero, y apoyando con suavidad su mano sobre la espalda de él lo hizo quedar en frente. Retomando aquella sonrisa amable a pesar que hubiera recibido una mirada de reproche de él por dejarlo expuesto.
-U-Un gusto, señor Shim… Yo, no sabía que usted era… Oh, mi nombre es Han HaRyu, un placer.- Intentó ser cortés en todo momento, aunque su voz le fallaba. Inclinó su cabeza hacía él de inmediato.
-A mi hijo no le gusta llamar la atención con ese tema, así que no me sorprende.- Respondió ChangMin, inclinando en forma ligera su cabeza. –Soy Shim ChangMin, siéntanse cómodos y si necesitan comida en la nevera hay mucha- Le indicó con aquel porte que lo caracterizaba, sin ser demasiado amable. -¿Y tu hermana? ¿Se quedó en la empresa?- Preguntó esta vez volviendo a ver a su hijo.
-Fue a la casa de los Jeong. Me pidió te avisara que se quedaría a dormir en lo de JiHyuk esta noche.-
HaRyu se sentía ligeramente aturdido por la cantidad de información que había escuchado en una sola oración. Pero más aún le llamó la atención cómo el CEO que había conocido ese día se tomaba con total naturalidad el anuncio. Como si dormir en la casa de un hombre no significara nada especial. Apenas entendió que TaeHyun le indicaba de subir a su cuarto, y con una pequeña reverencia se alejó de aquel imponente hombre que había quedado en la sala.
-Ponte cómodo. Puedes dejar el saco de tu uniforme allá.- Le indicó, aunque por la mirada penetrante de él supuso que no le estaba escuchando realmente. -¿Sucede algo?-
-¿Por qué no me dijiste que tu padre era el CEO de Majestic? ¿Cómo es que se tomó tan natural lo de JiYool? ¿Son todos así de tranquilos en esta familia con esa clase de cosas? ¿La sociedad coreana ve tan bien las relaciones? Ni es tan grande…- Preguntó y habló en forma atropellada. Sin poder disimularlo y ni siquiera esmerarse en hacerlo.
En el tiempo que llevaban como compañeros, Shim se había acostumbrado a la forma abrupta en que la sinceridad del más pequeño salía naturalmente, pero siempre que sucedía no podía evitar pensar que se veía demasiado tierno. Inclusive en esos segundos en que lo miraba con reproche, hizo que sonriera en respuesta, intentando calmar el mal humor que le había acentuado las facciones.
-No pensé que influyera. Sé que te molesta que se mencione que Jihyuk viene de una empresa de entretenimiento. Mi padre fue compañero del de él, y son empresas asociadas. Creo que lo viste ¿No es así? A YunHo sunbaenim.- Con la tranquilidad que siempre portaba se sentó sobre el borde de su cama, sin dejar de observarle al ir explicándole.
HaRyu se sintió ligeramente avergonzado a eso, porque siempre que en su clase salía a colación ese tema terminaba por quejarse por lo bajo. En cierta forma se sentía culpable con él, pero solo asintió a su explicación. Recordando fácilmente al hombre que había entrado a su audición, sobretodo aquella mirada profunda que le había dirigido.
-Él es Jeong YunHo. El padre de JiHyuk.- Le informó divertido. Sonriendo más a la expresión del menor.
-¿Él? No se parecen en nada.- Dijo de inmediato, negando de un lado al otro con su cabeza. La primera imagen que tenía en su cabeza de aquel hombre era de amabilidad y fortaleza, algo totalmente opuesto al prepotente que tenía por compañero. Y, aunque no quisiera reconocerlo, por sus pensamientos cruzó la similitud de los ojos de padre e hijo.
-La gente suele decir que Jihyuk tiene la habilidad de YunHo ssi para el baile- Comentó en un tono divertido, mientras le indicaba que se sentara, algo que de inmediato lo reparó.
-Shim ChangMin, Jeong YunHo…- Murmuró apenas audible, intentando recordar en donde había sido grabado ese nombre en su cabeza. Observando unos segundos al techo, pensativo.
-Y en cuanto a lo segundo…- Prosiguió a explicar con un ligero suspiro al aire.- Es normal Jiyool pase tiempo con JiHyuk. Supongo que tú también lo notaste en el colegio.- Con lentitud lo miró de reojo, consiguiendo nuevamente la atención de HaRyu en un pequeño asentimiento.
-¿Es por la amistad de sus padres?- Preguntó, aunque en realidad estaba deduciendo.
-Algo así. Aunque es natural ¿No? Llevan dos años juntos como pareja.-
Los ojos de HaRyu lo observaron en silencio, sin darse cuenta como sus labios se habían presionado con lentitud hasta hacerlo con fuerza. De alguna forma, esa noticia había dejado un sabor amargo por lo largo de su garganta.
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-¿Tiene en mente muchas propuestas para teatro o planea enfocarse en la música?-
Los flashes se disparaban en forma constante. Una y otra vez, haciendo que el fino pero maduro rostro de Kim JunSu cada tanto palideciera con las luces. Pero lejos de dar una apariencia gastada o cansada para su edad, mantenía aquella aura de tranquilidad y certeza. Sonriendo de tal forma que en el borde de sus ojos se formaban ligeras líneas, al igual que la comisura de sus labios. Consiguiendo acaparar miradas a diestra y siniestra con esa expresión tan apacible.
-Por el momento pretendo seguir enfocado en el teatro. Aunque me han llegado propuestas para poder hacer un álbum, creo que no me encuentro entre los márgenes que se necesita para promocionar.- Su voz era más pausada, y se notaba la influencia que había tenido vivir en el extranjero para él. Aunque a su sinceridad rió consiguiendo la misma respuesta en los periodistas.
-Señor Kim ¿Le gustaría tomar algún nuevo desafío? ¿Después de vivir tanto tiempo en Europa es complicado encontrar algo llamativo en las tablas de Corea del Sur?-
Con esa pregunta se acomodó un poco en su asiento. Pensando con cuidado en la respuesta que podía dar, con sus labios ligeramente abiertos.
-En estos momentos no estoy pensando en un papel revolucionario. Sino en sentirme en “casa”. Regresar a mi país natal significa, antes que nada, un descanso y devolver un poco a mi país el amor que me han expresado aún estando lejos. Ya han sido más de diez años los que estuve fuera y sentía la necesidad de regresar.- Apoyó apenas su mano sobre el micrófono a hablar sobre él. Sonriendo luego amablemente. Dejando unos segundos para que los periodistas tomaran nota.
-Sus presentaciones tuvieron un gran impacto a nivel internacional. La fama que consiguió con la interpretación de “El fantasma de la opera”, “Los miserables” y “A Chorus Line” es indiscutible ¿Por qué decidió dejar los papeles que le proponían para regresar a Corea?-
Sabía que esa pregunta era necesaria. Por lo que mantuvo la sonrisa en sus labios y su mano apoyándose con suavidad sobre la superficie de la mesa.
-Creo que después de despegar mi carrera en solitario y poder formarme como XIA o Kim JunSu debía mucho a mis propios compatriotas. Además, mi hija estuvo desde muy pequeña viviendo en el extranjero. No me agradaba la idea de que no supiera lo que era ser coreana. Y fue en parte su petición…- Por unos segundos paró su relato para reír, recordando lo que había sucedido unos meses atrás. –Supongo que eso fue el puntapié para que regresáramos.-
Nuevamente las cámaras hicieron sonido tras otro al capturar ese momento. Y fue en cuestión de segundos para que el manager apareciera e hiciera el anuncio de que el tiempo de la conferencia de prensa había culminado, cortando las preguntas que en su mayoría preguntaban por la mencionada hija. JunSu se levantó y acomodó el saco largo que caía por su figura bien cuidada y con un amable saludo se terminó por despedir de todos los presentes en aquella sala.
Desprendiendo los primeros botones de su chaqueta en el instante en que estuviera ya en su camerino privado, recibió una pequeña mirada de culpa de la pequeña niña que estaba esperándolo allí.
-¿Ahora qué dije mal?- Preguntó divertido, riendo sin poder evitarlo a los delgados labios contraídos.
-No tenías por qué contar que yo te pedí que viniéramos, papá.- No le respondió en coreano a pesar que JunSu lo había utilizado. Y su francés fue marcado en cada palabra por su molestia, entrecerrando esos ojos rasgados, acentuando el verde natural de las orbes.
-¿Fue mentira?- Preguntó al dejar las prendas más ajustadas a un costado. Tomando los lentes de sol que descansaban sobre la mesa. Observando unos segundos su reflejo en el espejo central del cuarto.
-Trampa. Una cruel y vil trampa…- Espetó refunfuñando, corriendo su cabello lacio y oscuro que caía por el rostro fino.
-¿Vamos por comida de pastas?- A través de los lentes oscuros la observó con una sonrisa. Y su hija no oculto el entusiasmo que le provocó la idea. –No olvides tu bolso.-
La niña de once años asintió y arrastró entre sus manos sus pertenencias, abrazando a su progenitor mientras que caminaban por la salida de la sala. Mientras tanto, el recinto se iba vaciando de aquellas personas que esparcían la noticia del regreso del artista Kim JunSu.
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La noche anterior no había podido dormir como le hubiera gustado y eso se reflejó a la perfección debajo de sus ojos en la blanquecina piel. Esa mañana no deseaba hacer contacto aún con su padre, así que salió antes de que él despierte, aprovechando que en la noche había llegado en cuanto JaeJoong ya estuviera rendido en sueños. Había tenido cuidado de que las manchas por la falta de sueño no se notaran y con sorpresa fue el primero en llegar a su salón de clases. Aprovechó esa repentina intimidad para dejar salir un corto suspiro, dejando su bolso en su asiento y tomando el folio que el día anterior le habían entregado. Sintiendo de nuevo aquella emoción que había sido motivo de su desvelo y conseguía su corazón latiera con fuerza.
Tan concentrado se encontraba que no escuchó la puerta del salón abrirse, ni mucho menos notó la alta figura de JiHyuk ingresar. Temprano como acostumbraba por sus labores de delegado de curso, pero sorprendido al observar al mitad japonés ya presente. Esperó recibir algún comentario de prepotencia del contrario en cuanto lo notara, pero a pesar de haber dejado ya su mochila sobre su asiento eso no llegó, haciendo que Jeong golpeara apenas la silla al correrla de forma adrede.
-Vi tu audición.- Comentó puntualmente, de una forma casi despectiva. Consiguiendo lo que deseaba, que esa mirada oscura y peltre se clavara en él. Pero lejos de responderle rodó sus ojos y volvió su mirada a las hojas que tenían por completo su atención. -¿Ahora ni siquiera hablarás? Vaya, el ego se tu subió demasiado rápido con solo haberte convertido en trainee.- Espetó al sentarse en su lugar, con una sonrisa amplia, de superioridad.
-Al menos yo lo habré conseguido por mis logros y no por mis influencias.- Dejó las cosas sobre su banco y se incorporó. Caminando por el frente del salón, dispuesto a ir a la biblioteca para poder adelantar aquel castigo que le habían impuesto. Pero no pudo avanzar cuando la mano de JiHyuk lo sostuvo con fuerza.
-No tienes idea lo que hablas. Cuando empieces a vivir y a respirar lo que son los aprendices de la empresa, recién allí puedes opinar.- Su voz era pausada, marcando el final de sus palabras al alargarlas y penetrando en sus ojos con sus parpados entrecerrados. Sin medir la fuerza con la cual sostenía su muñeca.
Intentando evitar que lo jalara con fuerza, HaRyu quedó cerca de Jeong. Solamente siendo separados por el banco colegial. Y aunque le estuviera doliendo procuró mantener la mirada fría, sosteniendo por completo el duelo con la de él.
-No hace falta ser un genio para darse cuenta de lo obvio.- Espetó con fuerza, respirando pausadamente y tensando su brazo que era sostenido.
-¿Lo crees? ¿Realmente crees que con tener buena voz es suficiente? Mi padre es capaz de ver talento, es cierto. Pero ten en cuenta que no lo es todo. De los cien aprendices que entra, solamente diez terminan debutando. No te creas tan especial.- Sus dedos soltaron la piel que había dejado enrojecida. Torciendo apenas su sonrisa, elevando su cabeza con orgullo de ello.
Pero antes que tuviera tiempo de responderle o de golpearlo, como era su verdadero deseo, la puerta fue abierta. TaeHyun se detuvo en el umbral, observando por unos segundos a sus dos compañeros que tenían una distancia corta y parecían haber tenido un intercambio de palabras. Aún así, intentó pasar eso por alto. Sonriendo en forma amable a ambos, saludando en voz baja aunque no tuvo respuesta, sino una ligera mirada de parte de ambos.
-Tomaré tus palabras. Pero ten en cuenta algo, el maquillaje se corre con las lágrimas. Procura no llorar cuando te toque ser parte de mis bailarines, Jeong.- Simplemente las palabras salieron y su ego fue más grande. Se alejó por completo de JiHyuk y pasó al lado de TaeHyun sin dirigirle palabra alguna.
-¿Qué hiciste esta vez?-
Shim solía tener una paciencia grande. Pero en esa ocasión no ocultó su enojo, fulminó con la mirada a quien era su amigo de la infancia y girando sobre sus talones corrió en dirección donde se había perdido HaRyu.
JiHyuk no respondió y mantuvo su gesto endurecido por completo. Dejó salir un fuerte suspiro de sus labios, pateando con fuerza la pata de la mesa que tenía a su lado ahogando un quejido. De alguna forma, su corazón latía con fuerza de impotencia y tenía un mal presentimiento que lo estaba ahogando.
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La taza de café descansaba a unos centímetros de él, ya fría, mientras que YooChun la tanteaba cada tanto con la punta de sus dedos, concentrado lo que leía en los papeles que los abogados le habían traído. Haciendo apenas unos ruidos con sus labios al detenerse en algunas oraciones.
A lo lejos, se podía escuchar la potente voz de Kim JaeJoong en la sala de prácticas. Entonando una y otra vez el tema que sería su próxima canción promocional, aunque después de más de media hora Park le había dejado de prestar atención para centrarse específicamente en el contrato y en el señor mayor que se encontraba en representación a sus abogados.
-¿Con este porcentaje que debemos abonar por el horario, es más seguro que tengamos mayor venta?- Preguntó con cierto estrés marcado en su voz, apoyando el codo sobre la mesa y hundiendo los dedos en su cabello oscuro y semi largo.
-Es lo último que podemos pujar con las empresas de medios audiovisuales.- Le respondió con total sinceridad el abogado, abriendo su maletín para sacar unas carpetas y extenderle a YooChun. –Son los contratos que nos han ofrecido hasta el momento. Y aunque lo analizamos e intentamos apelar a la libertad de expresión artística, es muy complicado.-
La mano del compositor tomó aquellas hojas apiladas, y en forma rápida las repasó por encima, como si buscara alguna solución que a lo mejor los especialistas hubieran pasado por alto. Aunque sabía que era imposible que si ellos no lo hubieran detectado, él como un simple manager era imposible lo arreglara.
-¿Pero cuál es el problema puntual? ¿Ley de prioridad? ¿Que las empresas más grandes ya tienen pagadas esas horas?- Estaba molesto, se notaba con claridad en su tono y en la forma en que su nariz se terminaba por arrugar.
El abogado tardó unos segundos en responder. Y de su bolso extrajo una carpeta que se notaba por el borde de sus hojas que tenía años de antigüedad, terminando por extenderla de nuevo a su cliente.
-Es un conjunto de cosas, señor Park. Pero principalmente es esta cláusula que está vigente desde el año 2010 contra su nombre y el de su compañero.-
Sus cejas se elevaron con cierta incredulidad a lo que estaba escuchando. Pero tuvo que contener la frustración que circuló por su cuerpo al leer el encabezado y observar el nombre que conocía a la perfección que se remarcaba en la carátula.
-Sm Entertainment… ¿Aún está en vigencia esto? No lo puedo creer.- En forma frustrada, sus dedos se pasaron por su cabello oscuro, intentando que los nervios no se apoderaran por completo de su cuerpo. –Pero no comprendo. Ayer en la noche se hizo público el regreso de XIA JunSu. Fue a cadena nacional y tengo entendido por las malas lenguas de que tiene oferta para todos estos hipócritas que nos cierran las puertas. XIA fue nuestro compañero de grupo y estuvo involucrado en esta censura que nos hicieron.- Aunque sonaba a queja, intentaba comprender qué estaba sucediendo. A final de cuentas, la aparición de JunSu en la televisión le había dado ciertas esperanzas que ahora veía destrozadas.
-Eso…- Murmuró algo dubitativo y tuvo que escoger con cuidado las palabras que iba a dirigirle. –Es un tema delicado, señor Park. Hicimos averiguaciones sobre las posibilidades del artista Kim JunSu y notamos una diferencia abismal. Pero esto se debe a un acuerdo que él llegó con el CEO de Majestic y socio de Sm Entertainment, Shim ChangMin.-
Aquella última aclaración fue como un golpe en el estómago de Park YooChun. Sintiendo como si un trago amargo pasará por lo largo de su garganta, intentó que sus gestos no revelaran los celos que estaban punzando, a pesar que sus dedos se comprimieran por completo sobre la mesa.
-Sabía que ChangMin era la cabeza de su empresa. Pero no supuse que su influencia había crecido tanto como para poder participar en la toma de decisiones de Sm.- Intentó hablar claro, acomodando un poco sus pensamientos en la prioridades del trabajo.
-En los últimos tres años SM Entertainment y Majestic han fortalecido lazos como una unidad única.- Intentó explicarle, pasando por sobre la mesa la carpeta que en su dorso contenía el característico logo rosa. –Al final de cuentas… Desde que Jeong YunHo asumió por completo la dirección de la empresa, era en cierta forma natural.-
A lo mejor era mucha información de golpe, o el simple hecho de no haberse enterado de que su ex compañero había escalado tan alto dentro de las jerarquías que le provocó el morderse la lengua para no quejarse de la frustración. Aún así, abrió la carpeta y observó con cuidado la fotografía de quien había sido su líder, al lado de su esposa, BoAh Kwon.
-¿YunHo actualizó la cláusula contra nuestro nombre?- Preguntó, leyendo por encima la historia que remarcaba que efectivamente hace unos años todo se encontraba en su nombre y bajo su poder.
-No. No fue tocada desde 2017 hasta la fecha. Pero se necesita el permiso del señor Jeong o de su esposa para poder darle de baja. De la misma forma que accionó XIA JunSu.-
-Entonces… Lo más conveniente sería hablar con YunHo o ChangMin sobre esto…- Terminó por completar la frase del mayor, consiguiendo un asentimiento de su parte. –Y es mejor que sea por nosotros un arreglo pacífico antes de involucrar cartas legales sin saber antes su postura.- Estaba deduciendo en voz alta, sin saber exactamente si eso era lo que él se animaba a realizar. Pero terminó por suspirar, sabiendo que era la vía más rápida.
-Esperaremos a que usted hable con ellos antes de contactarnos con su abogado, señor Park.- Le anunció como finalización de aquella reunión. Dejó ordenado sobre el escritorio los documentos que le había traído y luego de una reverencia se marchó, dejando que YooChun quedara con sus pensamientos.
Sin darse cuenta, la hora de las prácticas ya se habían consumido en su totalidad, y JaeJoong con una toalla sobre sus hombros llegó hasta donde él se encontraba. Apoyando sus manos sobre los hombros de su manager al notar que ni siquiera se había percatado de su presencia, consiguió que su mirada se elevara de inmediato.
-¿Estás bien, soul mate?-
En cuanto hubiera reaccionado tomó con rapidez las cosas que estaban sobre la mesa, metiéndolas en su bolso antes de incorporarse, no pretendiendo ocultarle la situación al mayor, pero sí protegerlo de cosas sabía le harían un profundo daño.
-Lo estoy. Debo ir a arreglar unas cosas para tus promociones. Por hoy come solo ¿Está bien?- Susurro y dejó un beso sobre su frente, casi de una forma paternal, sabiendo que la cosa entre ellos dos habían vuelto a estar en orden.
-Claro ¿Sucedió algo?- JaeJoong lo observó, sabiendo que era así.
-Censura… sabes sobre eso ¿No es así?- Con cierto tono de ironía lo observó y no le sorprendió los ojos de Kim ligeramente abiertos. –Volveré en unas horas, iré a SM para arreglar esto. No te preocupes y come como debes.-
Con un último beso sobre sus labios en esta ocasión se separó. Sin dejarle espacio para pregunta alguna e ignorando la mirada de preocupación que JaeJoong simplemente debió callar.
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Después de un comienzo turbulento en el curso HaRyu no había vuelto a mirar a JiHyuk, y este, evitaba a toda costa tener que dirigirse a él. Desde su lugar, TaeHyun pretendía ignorar la tensión entre ambos, pero le significaba una gran complicación que ese incidente pareció afectar directamente todo el humor del joven japonés. No había dirigido la palabra a nadie y se mantenía sumido en sus pensamientos inclusive en la hora del almuerzo. Por eso, apenas se hubiera indicado la hora de marcharse, lo acompañó en silencio saliendo del instituto en dirección a las instalaciones de SM.
No le molestaba estar en silencio, pero intentó que se relajara con una ligera charla que apenas tuvo respuesta de parte de Han. Y con resignación paró en la puerta de ingreso de los aprendices, por los costados, lejos de la principal en donde encontraban algunas fans amontonadas.
-Entras por este pasillo y seguirás hasta el final. Debes bajar por la escalera y en los subterráneos están las salas vocales. No te vas a perder ¿Hn?- Amablemente le indicó con su mano señalando, consiguiendo que la mirada penetrante de HaRyu se centrara de nuevo en él.
-Gracias… Y lamento mi humor de hoy.-
-Todos tenemos malos días. Solamente no dejes que eso te afecte ahora, que fuera de esa apuesta es lo que tu realmente deseas ¿No es así?- Era una pregunta retórica, porque sabía exactamente la respuesta. HaRyu por fin le sonrió, asintiendo con su cabeza. –Mucha suerte.- Aquellas palabras la dijo con suavidad, y en un impulso se inclinó, dejando un corto beso de sus labios sobre la pálida mejilla.
Sin darle tiempo a reaccionar y con la mirada sorprendida de Han se volteó, marchándose con satisfacción. Sin notar como el muchacho sonreía, y negaba con su cabeza, pero sin ningún rastro de molestia.
Ingresó ajustando la correa sobre su hombro. De una de las habitaciones que se encontraban en el pasillo consiguió escuchar música y una ligera voz conocida. Ahogó un quejido al darse cuenta de su suerte cuando JiHyuk salió, con una botella de agua vacía en su mano y por unos segundos lo miró. Sin embargo, ninguno dijo nada. Ambos siguieron como si ese pequeño contacto visual no hubiera sucedido, y para HaRyu no significó trabajo encontrar la dichosa escalera y bajar. Quedando por completo lejos de la visión de Jeong.
Un pasillo completamente diferente al anterior lo recibió, y sonrió al sentir mayor confianza en si mismo al recordar las fuerzas que le había otorgado su mejor amigo. Controló una vez más qué puerta era la asignada para él y abrió la que tenía el número cinco en la parte superior. Bajó la correa de su hombro al notar que aún no había llegado su profesor y dejó su bolso sobre una de las sillas, girando su cabeza y notando cómo la sala a pesar de ser pequeña contaba con instrumentos, una pizarra y bancos especiales. Sonriendo un poco más con la cantidad de retratos que había allí.
Su mirada divagó en los diferentes lugares hasta que notó uno en particular. Ladeó apenas su cabeza, abriendo apenas sus ojos de sorpresa. Allí, junto a cuatro personas más se encontraba la fotografía de su padre. Por unos segundos dudó por la juventud de su rostro, pero en cuanto notó que la persona que se encontraba a su lado era su tío YooChun la respiración se ahogó en su garganta. Buscó alguna explicación y no tardó en percatarse que no era la única que mostraba a su progenitor. Fotos individuales, grupales, de más niño hasta una edad más avanzada que debió ser entrando a sus veinte o treinta años, no estaba seguro. Inclusive se encontraba su firma, junto a las otras cuatro que dedujo se trataba aquellas personas que parecían tan unidos a él en las fotografías.
-Kim… JaeJoong.- Susurró casi con extrañeza, y siguió. Observando las siguientes. –Kim JunSu…- Por unos segundos observó al muchacho de alegre sonrisa y recordó, la noche que hace muchos años atrás lo había visto en los archivos de la antigua banda, sintiendo que ese nombre había sido mencionado varias veces antes, pero sin recordar siquiera el contexto dado. Sin embargo algo cayó por la boca de su estomago al notar a las dos personas que estaban a su lado. Gestos más aniñados, pero indiscutiblemente siendo esos dos hombres que apenas el día anterior había conocido en persona. –Shim ChangMin… Jeong YunHo…-
Tapó apenas su boca con su mano. Procesando la forma en que diferentes escenas golpeaban su cabeza. Los ojos de Jeong YunHo, las amables palabras de Shim ChangMin, los secretos que constantemente su tío YooChun le susurraba sobre el pasado de su padre, aquella voz lejana que mencionaba a ese tal Kim JunSu y por último, la tristeza inminente en los ojos de su progenitor en cada día que salía a flote su pasado. Intentando apaciguar la culpa que ahora nacía y golpeaba fuertemente en su corazón, sintió que el destino acababa de trazarle una broma demasiado cruel. Mientras sus ojos, leían claramente aquella placa que enmarcaba con las letras doradas “TVXQ!”.
Continuará…