Cap. IV Dulce Halloween “Seremos amigos” Parte III
by karuNeko
Tras lo ocurrido Naruto dejo de hablar: no se comunicaba con nadie, no lloraba, parecía que fuese solo un muñeco sin vida, lo obligaban a comer, lo bañaban, lo vestían hacían todo por él; trataban de hacerlo reaccionar pero todo era inútil. Habían pasado más de tres meses y el “Hallowen” trascurrió con normalidad, ninguna señal de ese demonio se hizo presente.
-Naru vamos a jugar al jardín.- Desde el funeral de Shizune el menor se encerró en su cuarto, no quería salir, su vista perdida a un punto especifico de la recamara no expresaba absolutamente nada, al no recibir respuesta sabía perfectamente que el menor no le respondería la peli-rosa derrotada tomo al menor en brazos y lo cargo hasta llevarlo al jardín ahí lo dejo sentado con el peluche de zorro que al sentirlo se aferro a este.- Ahora vuelvo Naru-chan espérame aquí no me tardo iré a prepararte un emparedado haz de estar hambriento no has comido nada desde que ka-san se fue al trabajo.- Le acaricio sus rubias hebras.- Ya se también quieres que te prepare una malteada de chocolate verdad.- Le sonrió.- No me tardo.- La menor se adentro a la casa, desde la muerte de la nana de Naruto no tenían con quien dejar al menor ya que Shizune era quien se encargaba de los quehaceres de esa mansión al igual que del cuidado del menor dejándola a ella a cargo del oji-azul, no le importaba cuidarlo al contrario le gustaba hacerlo.
Naruto aferro en un fuerte abrazo al zorrito en sus bracitos, con la mirada perdida a la nada sus ojos no tenían el singular brillo que lo caracterizaba, la sonrisa la había perdido, su característica energía se había esfumado, se había encerrado así mismo a modo de protegerse y olvidar aquel acontecimiento. Lo que más deseaba el menor era olvidar.
-¿Por qué?- Susurro, eran sus primeras palabras desde hacía días, un extraño brillo pudo vislumbrar desde la profundidad de los arboles que son parte de la mansión, el menor parecía salir de su trance al ver como tintineaba con insistencia ese resplandor llamando su atención, aferrando más a su pecho al zorrito, después de un rato como si apenas despertara se bajo de la silla para ir hacia ese punto y ver de dónde o que originaba ese brillo. Camino con cuidado sabía que había algo en ese lugar que podría ser peligroso aun temeroso era temerario a su edad, siguió caminando mientras más se acercaba aquel resplandor se hacía más claro hasta que llego a un árbol de el colgaba un collar con una extraña insignia de un abanico en color rojo y blanco, lo observo por un momento hasta que algo le salto encima.- Auch…- Se quejo.
-Lo siento.- Escucho una voz encima de él, Naruto estaba en el suelo encima de su ku-cha, nombre que le había puesto al muñeco de felpa, sentado en su espalda se encontraba un niño que no podía ver.
-Teme quítate de encima me estas sacando el aire dattebayo.- Se quejo nuevamente, el brillo en su mirada aun no regresaba por completo pero tenía aire en los pulmones suficiente como para poder pronunciar palabras nuevamente, la personita encima de él se levanto para ir delante suyo y ayudarle a pararse, el menor al ver una pequeña mano extendida dudo unos momentos, al fijar su vista en aquel niño que le cayó del cielo se sorprendió pues nunca en su corta vida había visto tal cosa aquel niño brillaba, sus ojos y cabellos eran tan negros como la noche, la piel tan blanca como la porcelana parecía un ángel aquella descripción era perfecta ya que su nana le había leído y contado historias de estos seres de tan hermosa y exquisita belleza que bajaban del cielo para proteger a las personas de corazón puro.
-Dobe ¿ya te gusto el suelo? - El menor estaba lejos de ser un ángel con esa boca, provocando un puchero por parte del rubio, quien de mala gana tomo su mano.
-¿Qué hacías arriba del árbol teme? – Pregunto extrañado evadiendo olímpicamente la pregunta, se limpio el polvo al igual que a ku-chan.
-….- El azabache bufo ante el insulto miro con desconfianza al oji-azul, al ver bien al pequeño rubio se dio cuenta de que era un niño muy raro y bonito pues no todos los días se encontraba a un pequeño con marquillas en las mejillas dándole la apariencia de un zorrito con grandes ojos azules como el cielo y esa piel ligeramente tostada eso lo animo a hablar ya que le pareció un niño lindo.- Se atoro mi collar.- Señalo el objeto, el rubio vio hacia la parte de arriba mirando como tintineaba por el brillo del sol.- Subí al árbol para recuperarla…- Dudo en decir lo siguiente.- … me atore y caí encima de ti.- El azabache sonrió de medio lado al recordar lo sucedido pues él esperaba caer en el frio y duro suelo con algún tipo de lesión en cambio callo en el blandito cuerpo del rubio.
El oji-azul no dejaba de admirar la figura de abanico le parecía hermosa e intrigante, el morenito al ver lo concentrado que estaba en el objeto volvió a trepar al árbol por segunda ocasión, el oji-azul al ver una mano se sorprendió.
-¡¿Teme que crees que haces?! – El menor se espanto pues sabía que era peligroso, el grosor de aquella rama no era tanta como las demás del árbol, el azabache se recostó en una de las ramas extendiendo su manita al objeto brillante.- Bájate mejor le hablo a Sakura-chan para que nos ayude a bajarlo.- El azabache parecía sordo miro unos segundos al rubio y le sonrió.- ¡¿Teme te quieres caer de nuevo?! – El moreno se estiro alcanzando el objeto que comenzó a mecerse cuando logro tocarlo.
-Ya casi.- El menor se estaba estirando más que parecía que en cualquier momento se soltaría de aquella rama mientras el oji-azul abría mas y mas sus hermosos orbes pues estaba a la expectativa de cuando callera el moreno.- Lo tengo.- El azabache al tomar la medalla en sus manos y desatorarla se aferro nuevamente a la rama con el mismo cuidado con el que subió bajo del árbol, dejando a un sorprendido Naruto.- Lo tengo.- Sonrió mostrando sus blancas encías, mostrándole con un aire de superioridad el objeto que pendía esta vez es su manita al rubio.
-Es hermoso.- El rubiecillo no le quitaba la mirada a la medalla le parecía la cosa más maravillosa del mundo con esos colores rojo y blanco, lo iba a tomar pero el morenito lo alejo de su vista provocando que el oji-azul frunciera el ceño.
-Lo puedes ver pero no tocar.- El azabache se colgó en el cuello la medalla.
Naruto realizo un puchero dándole la espalda al moreno estaba dispuesto a regresar a la mansión, apretó mas fuerte a ku-chan pues estaba molesto.
-Espera…- El moreno ladeo la cabeza, no se esperaba que ese niño se fuera tan pronto.
Naruto dio media vuelta para sacarle la lengua.
-Eres gracioso usuratonkachi.- Sonrió, para ir al lado del menor.- Me llamo Sasuke.- Le extendió la mano.
El menor dudo, después de todo lo había insultado y había sido egoísta al no querer prestarle la medalla.
-¿Empecemos de nuevo si? – Como veía dudar al rubio le propuso comenzar nuevamente.
-Naruto.- Dijo con timidez al igual que extendió su pequeña mano acanelada.
Los menores se sonrieron.
-¿Qué edad tienes?
-10 y tú.
-Tambien, ¿vas al colegio?, no te había visto antes
-Estudio en casa, mi tío y baa-chan me enseñan.- El rubio por alguna razón se sintió avergonzado, pues el azabache no dejaba de mirarlo.
-Enserio que aburrido.- El morenito se cruzo de brazos.- ¿Me lo prestas? – Desde que vio al rubio no pudo evitar observar el muñeco de felpa que tenia aferrado a su cuerpo.
El oji-azul miro a su muñeco no muy convencido se separo de él para dárselo al azabache.
-Es muy lindo viéndolo de cerca se parece a ti.- El menor inflo sus mofles.
-No es cierto ttebayo.
-¿ttebayo? – Al escucharlo se echo a reír. Naruto contagiado de la risa le secundo.
*** *** ***
-Naruto te traje el…- Al no ver al menor soltó la charola con lo que había preparado.- Naruto.- Comenzó a ver por todos lados sin encontrar el menor rastro del niño.- ¡Naruto! – La desesperación, el miedo y la impotencia comenzaban a apoderarse de su mente, había dejado en varia ocasiones a Naruto solo pero no se imaginaba que desaparecería de esa forma después de todo estaba en un estado de shock emocional del cual aun no salía, cruzo por su mente la horrible idea de que el demonio se lo haya llevado.- No.- Se tranquilizo para regular su respiración, cerro sus ojos e hizo un mapa mental buscando la ubicación del menor.- Lo ayeé.- Abrió sus ojos para correr en la dirección donde encontró su presencia, estaba preocupada pues el menor no estaba solo a parte de su presencia encontró otra.
Cont. *OOoo*ooOO*