Capítulo 3: El ¿Por qué?
Desde ya mucho tiempo habia sido el mismo, la misma persona retorcida, aun cuando era pequeño; hacia un buen tiempo una feria en particular habia llegado a la ciudad y el viejo decidió llevarme para divertirnos juntos; cada año una feria diferente llega a la ciudad casi nunca era la misma pero ahorita en la actualidad habia llegado una en especial, la misma de cuando yo tenia 12 años. Ese dia lo recuerdo todo muy claramente le habia pedido al viejo que me dejara solo que me encontraría con mis amigos y que luego regresaría a casa antes de las 11 de la noche; en efecto me encontré con mis amigos y nos divertimos como locos gastando el dinero que mi viejo y sus padres nos habían dado, comimos demaciados dulces y algodones de azúcar hasta provocarnos un dolor en el estomago. Ese dia cuando me despedí de ellos y cada quien tomo rumbo para su casa yo me habia acercado a una extraña caravana de madera era algo vieja pero no era deplorable, observe por todos lados y al no ver a alguien a quien le perteneciera entre; muchas cosas extrañas estaban colgando de las paredes, cosas que me parecían raras y que me podrían servir de algo, estuve a punto de tomar una pero la voz de una mujer me detuvo.
-¿Se te ofrece algo?- Era una mujer muy extraña de cabello negro y unas extrañas orejas saliendo de su cabeza, me da flojera describirla toda pero era una mujer que cualquiera reconocería en especial por esas orejas de perro que solo ella debía poseer.
-No lo se, quiero algo que me sirva, ¿me darías algun poder? -le dije entre jugando y en serio, realmente pensaba pedirle unas navajas que habia visto, me fascinaban los objetos de...
-veo que te gustan mucho los objetos de metal, ¿Te gustaria tener el poder del magnetismo? -Estaba recargada en el mostrador mirándome desde fuera, sonrei y la mire.
-Seria fabuloso, si puedes hacerlo realmente me gustaria -Ella sonrio y acaricio mi cabello entrando a donde yo estaba, obviamente ese poder tenía que ser mío solo algo increíble como aquello podía tenerlo alguien como yo.
-Te concedere tu deseo, pero debes recordarlo Eustass Kid entre mas uses el poder que hoy te e otorgado mas de ti tendrás que dar a cambio, entre mas lo uses menos humano serás y jamás podrías seguir el camino que a sido forjado para ti. ¿Estas de acuerdo? -En esa noche acepte el trato y era verdad, era un magnifico poder, podía hacer grandes cosas con el magnetismo que podía controlar, formar armas con lo que se encontrara a mi alrededor, el poder manipular objetos de metal era simplemente perfecto; al principio lo utilizaba poco y en cuanto me hacia mas grande a eso de los 16 años comencé a abusar de él y entre más tiempo pasaba menos me importaban los demás me di cuenta en especial por mis sueños donde me era extremadamente difícil tomar un camino no tenia ni la mas remota idea de cual debía tomar y me frustraba, entonces recorde las palabras de aquella mujer "entre más lo uses más de ti tendrás que dar" estaba dando mi vida de una manera en la cual si seguía viviendo no podría usar mi vida en algo que yo quisiera porque habia olvidado el motivo de mi existencia y el camino que debía seguir había desaparecido.
Bueno bueno esa misma feria habia regresado yo estaba pensando en ir para pasar a saludar a esa mujer y saber su nombre.
Desgraciadamente fui a la casa de Law, hace unas semanas habíamos estado saliendo juntos gracias a que yo me lo topaba por las calles o tocaba a su puerta para pedirme que saliera o lo golpearía, si habia ocaciones que lo habia golpeado mas no con toda mi fuerza.
-Hola... Iba ir a tu casa, queria invitarte a la feria ¿Sabias que hay una en la ciudad Eustass-ya?-
-¿Tu a mi casa?-Me sorprendió que su intención era ir a mi casa.
-Claro, ¿somos amigos no?- Me dedico una sonrisa y yo tambien lo hice, tenia un amigo y era el, si lo conocía un poco pero no totalmente, además que no tenia idea de que habia dentro de su casa jamás me habia dejado pasar. Caminamos juntos y justo unos minutos después comenzó a llover, tome del brazo a Law y ambos corrimos hacia el parque donde solían estar los juegos, estaba solitario; nos metimos al enorme pingüino que estaba en el centro, aquella enorme figura nos protegía de la lluvia aun que no había mucho espacio allí dentro más allí estábamos.
-Que gran suerte no nos hemos mojado mucho Eustass-ya – Estábamos sentados uno cerca del otro, me sentía incómodo. -¿Me debes odiar no? –Me voltee a verlo tenía una mirada seria y sin pensarlo conteste con otra pregunta.
-No te odio estúpido ¿Qué mierda te hace pensar eso? –
-Siempre me pides que salga contigo… Debo darte asco, solo aléjate de mí, déjame en paz en mi casa solo. No necesito tu lastima –
-No me hagas enojar, desde un principio cuando te busca lo único que hacía era molestarte y e que salía molesto era yo, pero luego quería saber más de ti y me interese en conocerte. –Lo tome del cabello haciendo que volteara a verme, no pude evitarlo, lo bese. Un beso corto y él se quedó mirándome, tenía un semblante neutral, la lluvia seguía cayendo Law se levantó dando un par de pasos al frente.
-No te burles de mí, Eustass-ya… Nos vemos algún día de estos –Lo dijo tan cortantemente que me hirió, sus palabras me calaron como el hielo, mierda ¿Por qué lo había besado tan repentinamente? Lo seguí entre la lluvia más el llego antes a su casa y no me dejo entrar para nada, iba a romper la ventana le había gritado “No seas princesita”, ni aun así me abrió la puerta.
Ese estúpido era un completo misterio y a pesar de que nos habíamos estado viendo estaba muy en claro que no le conocía para nada, algo grande y misterioso ocultaba como el interior de su casa.
To Be Continued…