Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

BREAKOUT por sleeping god

[Reviews - 72]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Con algo de tardanza, una disculpa. Sigo con Grimmjow y en el siguiente... ni estoy aun muy seguro de quién debería continuarla. Ya veremos.

¿Se notara en mi rostro el cambio? No lo sé. La gente me mira con curiosidad y luego dice cosas al oído de la otra persona.

Me siento… radiante. Y muy cursi, debo decir.

Sé que lo he visto antes: bajito y con la cara hacia el piso. Puedo verlo en mis recuerdos pero no sus ojos, eso quiere decir que jamás me ha volteado a ver ¡Qué tristeza, puede que me esté esperanzando nuevamente por una estupidez!

Si sólo pudiera… encontrarlo otra vez no le dejaría correr.

-¡Auh!—digo al golpear con alguien y tirarlo al piso— ¡disculpa, iba muy distraído!—le ayudo a levantarse a un sujeto de despeinado y castaño cabello—ha sido mi culpa.

-Sí, lo ha sido—dice mientras toma mi mano y se levanta bostezando.

-Perdona.

-Ya, no es para tanto—recrimina limpiándose los pantalones vaqueros. Sin embargo yo miro tras de él, a ese chico que busco.

-…Sí, disculpa… debo de…—me detiene de la mano y con una sonrisa me advierte.

-Lo que estas a punto de hacer es demasiado osado.

Me detengo porque su advertencia me parece adecuado escucharla.

-¿Por qué lo dices?

-Ir de frente a saludarlo lo único que consigues es que entre al salón y no te vuelva a hablar.

-¿Entonces cómo puedo saludarlo?—pido decepcionado.

-Déjame presentártelo—voy tras su lento caminar y toma por el hombro a ese muchacho que le sonríe levemente.

-Buenas tardes, Starrk-sama.

-Deja de decirme así—pide y luego me empuja a quedar enfrente del pelinegro—te presento a… un amigo—afirma al final.

-Hola, soy…

-Grimmjow Jeagerjaquez—afirma sin mirarme—mucho gusto… no te pude agradecer por lo que hiciste… así que… gracias.

¡Qué dulzura emana! Mierda, creo que me estoy sonrojando.

-No fue nada… ¿Cómo te llamas?

-… Bueno… soy…

-Ulquiorra Ciffer—dice el otro y entra al salón, dejándonos solos.

-Ulquiorra, es un gusto conocerte.

-El gusto es mío—sonrió y por fin me encara.

-Quería…—no, no puedo ir tan directo, pero me muero por hacer algo para demostrar mi interés—puedes rechazarme en cualquier momento. Habiendo dicho eso: ¿Puedo invitarte a salir?

Se ruboriza hasta las orejas y le veo a punto de entrar a su salón así que le agarro la mano.

-¿Eso es un “no”?—cuestiono con angustia.

-… No lo sé ¿Por qué yo? ¿Si tú eres…? ¿Si tú puedes salir con quien quieras?

-Eso no lo sé. Yo quiero salir contigo.

Deja de tirar para huir y clava sus ojos en mi rostro.

-¿Es una broma?

¿Broma?

-No, claro que no ¿Por qué haría algo así?

-Bueno… no soy exactamente el prototipo de la pareja del gran Grimmjow—responde volviendo a bajar la cara.

Sí, estoy seguro de que es el indicado.

-¿Y yo soy el prototipo para Ulquiorra Ciffer?

Vuelvo a colorarlo y con risa nerviosa me contesta.

-Tú eres el prototipo de cualquiera.

-¿Entonces…?

Pasa su maestro a un costado de nosotros y agarrándose el cabello me afirma con la cabeza.

Voy corriendo hasta mi salón para sacar esa energía, la risa que me consume y gritar y reír.

¡Me ha aceptado! ¡Me ha dicho que sí!

Me voy deteniendo lentamente por que…

-No lo invite en si a ningún lado…

Seré positivo, acabando la clase iré y lo invitaré a comer, al cine, al parque, por un helado y… no lo llevaré a mi cama, no, con él quiero ser lento, lindo y serio. Quiero algo real con él.

Al terminan Calculo salgo corriendo a la planta baja y veo a Starrk pero no a Ulquiorra.

-Hola ¿Dónde está?—cuestiono viendo tras él.

-Corrió a la biblioteca, parece que lo dejaste nervioso.

Me entristezco pero entonces ese se ríe.

-Ese pequeño es toda una lindura, es demasiado tierno—me hace seguirlo para escucharle, ignorando que yo también tengo clases—me atrase un año así que, siendo mayor, decidí tomarlo a mi cuidado. No había dejado que nadie se le acercara pero… bueno— ¿Por qué se ríe tanto de mí?—jamás vi un rostro tan enamorado como el tuyo.

Me sonrojo lo que provoca una nueva carcajada.

-Te invitaré a comer entonces a ti—digo y el cambia el rostro—no pongas esa cara, quiero que comamos como amigos.

-¿Amigos?

-Sí ¿Qué ni fuiste tú el que me presentó como tal?

Por primera vez le veo una sonrisa no de burla.

-Sí, nos veremos en el almuerzo—afirma y se marcha. Más tarde encontraré a Ulquiorra.

 

Lo espero en una mesa de donde le he pedido a las chicas que no se sienten porque tendré compañía. No se lo tomaron muy bien pero no hay manera de decir eso de manera que suene bien, o si la hay no la conozco.

-Hey ¿de verdad estás solo?—cuestiona sentándose a un lado.

-Fue algo difícil.

-Me encantaría llamar la atención como tú. No tendría que mover ni un dedo para tener a alguien calentando mi cama.

-No es tan bueno como parece—replico rápidamente porque lo que quiero es interrogarlo sobre ese lindo chico—quería saber de Ulquiorra.

Se acaricia la pequeña barba que lleva y, dando un largo suspiro, me dice:

-Desde que entramos estuvo muy callado, le avergüenza hablar con la gente o en voz alta, ya no decir pedir algo, sin embargo es muy respetuoso y en si es agradable, pero hay que hacer que dirija más de dos palabras.

-¿Y cómo le hiciste?

-No le quedo de otra, fui su pareja en un trabajo.

¿Qué debo hacer? ¿Cambiarme de clase?

-No te preocupes—espeta con relajado rostro—ha hablado más contigo que con todo el grupo. Creo que el gustas… como a toda la universidad—se burla y le doy un empujón con el codo.

De verdad que sería muy feliz si le gusto solo a él. Cambiaría el amor de todos por el de él o por una oportunidad.

-Hola—ah, Kurosaki.

-Hola, Kurosaki—saludo con buen humor—siéntate—Él es Starrk, un amigo mío—le señalo a ese tipo más dormido que despierto. Estoy empezando a pensar que se droga—Starrk, es el Kurosaki Ichigo.

Uhh, porque no me sorprende que ni siquiera habrá la boca.

-No le hagas caso, es un flojo sin remedio –lo que realmente me interesa…—¿Qué haces por aquí?

-Ah… bueno… solo quería hablar contigo.

Me alegra que no esté enojado. Estoy muy feliz justo ahora, con un nuevo amigo, el corazón vivo y al parecer sin haber lastimado a Kurosaki ¿Qué más puedo pedir?

-Creí que estarías para siempre enojado conmigo.

-¿Qué le hiciste?—pregunta Starrk, olvide que estaba aquí.

-Eso no te importa—para eso si habla. Que grosería que no lo hiciera para saludarlo—me gustaría quedarme más pero tengo que irme… bueno—no quisiera dejarlo de esa manera. Seré amable, he perdido esa parte de mí en estos días y quiero volver a ser ese Grimmjow no cruel, no me gusta ser malvado—supongo que también estás en semana de exámenes así que podríamos estudiar juntos.

-Claro, te veré en tu biblioteca cuando acaben las clases.

¡Qué bien!

-Nos veremos—me voy con Starrk y a la vuelta me empuja a la pared.

-¿Jugaras con Ulquiorra?

-¿De qué hablas?—cuestiono algo asustado.

-¿Qué es de ti ese chico?

No puedo decirle…

-Nada, es un compañero de la preparatoria. Simplemente quiero ser amable…

Se aleja y vuelve a verse apagado.

-Te creo—susurra para marcharse con paso vacilante.

 

Al termino de las clases reviso nuevamente su salón pero está vacío, tal parece que no han tenido la última clase. Por deducción voy a la biblioteca donde ese chico está sentado de costado a la luz de la tarde.

Me derrito por dentro y por fuera soy un tempano de hielo a poder tomarlo. No soy digno. Pero quiero intentar que él se baje a mi nivel.

-Ulquiorra—llamo en voz baja y alza sus ojos por unos cortos segundos, devolviéndolos al libro y ruborizándose.

-Grimmjow-sama.

-Grimmjow, solo Grimmjow.

Me siento a su lado y noto que lee Drácula.

-Bram Stoker, interesante ¿Te gusta?

-sí… es la cuarta vez que lo leo.

Un vampiro o un cazavampiros. Para mí es un murciélago que vuela lejos de mí, en la noche, donde nadie puede tocarlo. Aun no sé si sea un vampiro porque no me quitado ni gramo de sangre que yo quiero que beba toda.

-“Quizá me mataría pero la muerte me parece ahora el más afortunado de mis males.”(1)

Me sonríe con encanto.

-¿Qué te parece si salimos maña…?—no, ya tengo planes—pasado mañana.

Afirma con la cabeza y a punto de retirarme, vuelvo a tomar asiento.

-Sé que dije que te invitaba pasado mañana pero ¿puedo pasar la tarde contigo?

-Solo voy a leer. Quizá sea aburrido.

-Cuando estás con una persona especial, estar en una biblioteca estudiando es esperanzador.

Sí que podría morir en esa sonrisa y los ojos verdes.

-Tienes…—¿Qué dirás? Solo suéltalo que todo lo que digas será escuchado.

Le animo poniendo mi mano sobre la suya, se acongoja mas luego toma fuerzas.

-Tienes una voz muy agradable.

-Gracias—mira el libro abierto—¡Ah! Claro. Leeré en voz alta.

-No tan alta—replica señalando el letrero que pide silencio.

-Somos sólo nosotros. Deja que la historia se escuche—digo tomando el texto abierto en la página 66—“Existe una posibilidad de escapar, o en todo caso, de poder enviar un mensaje a casa. Ha venido un gran grupo de cíngaros al castillo, y ha acampado en el patio. Los cíngaros son gitanos, tengo tomadas notas sobre ellos en mis cuadernos. Son característicos de esta región…” (2)

Y si en ese verde pudiera quedarme siempre, lo haría porque no hay duda que quiero a alguien que me robe el corazón como la muerte la vida, sin permiso.

 

En la biblioteca ya me espera Kurosaki, le sonrió inmediatamente porque sigo muy feliz de leer para Ulquiorra la noche anterior y que me dejara acompañarlo a su habitación, la numero cuatro, y decirme buenas noches jugando con su oscuro cabello.

-Hola, Grimmjow.

-Hola.

Me siento y saco mi libro de matemáticas.

-¿Qué tienes que estudiar?

-Ah… biología—responde ya con el libro abierto.

-bien—ahora me enfoco en mi estudio y en resolver cualquier duda que tenga sobre las ecuaciones.

Por un momento me parece escucharle suspirar y al verlo está sonrojado, al parecer acalorado.

-¿Tienes sed?—pregunto dispuesto a comprarle una soda.

-No… ¿Por qué lo mencionas?

-Estás sonrojado—le marco con una leve sonrisa. Qué tierno.

-Hace un poco de calor—dice aún más sonrojado.

Si tuviera que basarme en su físico Kurosaki no sería una mala persona… de hecho, creo que no es una mala persona, justo ahora a él quisiera llamarlo un amigo, un buen amigo.

-No quiero que pienses que solo sé estudiar así que ¿quieres ir a los videojuegos?

El acepta gustoso.

Sólo que… hubo un pequeño percance en esa salida, donde no sólo me excité una vez más por el contacto con su cuerpo, lo bueno es que se desmayó porque de verdad tuve ganas de tomarlo otra vez, sino que por un momento, estoy seguro, tuve la idea de pedirle una cita. Estúpido y más estúpido, ya me rechazo y tengo a alguien con quiero y sé que podré compartir mi vida plenamente, porque es Ulquiorra el indicado.

 

Lo bueno viene este día.

Esperar que acabe esta clase para salir con el lindo Ulquiorra es una tortura.

-¿Tiene prisa, Jeagerjaquez?—me pregunta el maestro ante mi tamborileo con la pluma en la libreta.

-Disculpe. Si, un poco de prisa.

-Compártanos la razón, si es buena los dejo salir.

Excelente.

-Tengo una cita.

El salón hace un barullo ensordecedor y las chicas sentadas al frente mío me preguntan insistentemente quién es.

-Debe ser muy importante para que usted no me ponga atención—dice con cierta ironía a su vida solitaria.

-Sí, la verdad es muy importante.

Nuevamente una habladera hasta que el maestro, quizá conmovido por mi sinceridad, nos permite salir.

 

Corro hasta mi habitación, cambiándome a unos janes y playera negra de estampado de FF (3), arreglando una vez más mi cabello y de ahí al cuarto de Ulquiorra. Suspiro y antes de tocar recuerdo que la última vez que estuve así de nervioso fue con Orihime… pero ahora me siento confiado, muy confiado. Apenas toco por segunda vez abre la puerta, vistiendo entallados pantalones negros y camisa verde.

-¿Listo?—cuestiono con gran sonrisa. El afirma volviendo a jugar con un mechón negro de cabello.

Primero lo llevo a comer a un lindo restaurant en el centro. Como ha sido mi costumbre pido carne pero él prefiere pescado.

-Dime, Ulquiorra ¿de dónde eres?—pregunto con entusiasmo, dejándole limpiarse la boca para contestar:

-De aquí, Tokio.

-¿Eres hijo único?

-La verdad…—bebe un poco de agua y sin mirarme da su respuesta—… no tengo familia. Soy huérfano.

Mierda, no empecé muy bien.

-No te preocupes, a mí no me molesta—dice con una pequeña sonrisa que mejora mi ánimo—¿y tú Grimmjow?

-Soy hijo único, vivía con mi padre en Karakura.

-¿Cómo es tu padre?

-Él es… sensacional—digo con una risita—lo conocerás. Siempre fue como mi mejor amigo, mi padre, madre, hermano… mi todo.

-Parece que lo quieres mucho—comenta contagiado de mi alegría.

-Sí, mucho—me rio y vuelvo a él—¿Y qué me cuentas de ti? ¿Tienes amigos?

-…No muchos, soy más bien solitario. Como verás no soy persona de fácil platica.

-No, pues no—le hago reír—pero eres muy lindo—se sonroja pero sonríe.

 

Pasamos cerca de dos horas comiendo, pero más bien platicando, riéndonos de muchas cosas y poco a poco acercándonos, al punto que cambio mi silla a su lado para acariciarle la mano y en ocasiones el rostro y el cabello.

Esto es perfecto.

-Entonces la anciana le pide que se lleve a la niña pero es periodista y soltero ¡Imposible que la cuidara!—le cuento una anécdota que vi en televisión, mientras nos agarramos de las manos sobre la mesa—como sea, por alguna razón tiene que irse un tiempo y al regresar la abuela murió y la niña no está… (4)—noto que su mirada va una mesa a unos metros de la nuestra—¿Qué pasa?

-Creo que deberíamos soltarnos—me dice porque una familia no para de observarnos, en especial el padre que con odio critica nuestras manos juntas y el buen humor que tenemos.

-Puede ir a chingar a su madre—respondo en automático.

-Grimmjow…–me regaña, más bien sorprendido.

-Disculpa pero es lo que pienso—vuelve a sonreírme pero durante el resto de la historia se le ve incomodo así que le propongo ir por un helado y caminar por el parque, a lo que acepta gustoso.

Pago la cuenta y mientras vamos para afuera tenemos que pasar necesariamente a un costado de esa familia donde en voz baja ese hombre dice:

-Esos pervertidos deberían quedarse encerrados donde nadie vea sus porquerías—me enojo pero lo dejo pasar, sin embargo la cara de Ulquiorra se nota adolorida.

-Si tan macho dígamelo en voz alta y a la cara—respondo, soltando la mano de mi pareja para encarar a ese imbécil que hizo sentir mal a mi lindo muchacho.

Parece impresionado pero el padre se levanta y se coloca frente a mí, unos centímetros más abajo, aunque la esposa le pide que se siente y nos deje en paz.

-Debería darte vergüenza hacer esas asquerosidades en lugares públicos—me dice sin miedo a mi tamaño.

-Con todo respeto, sólo eran inocentes caricias, quéjese si me fornicando en público y le pido que modere su tono o de lo contrario…

-De lo contrario ¿Qué?

Ya saco boleto.

-Grimmjow, basta. Déjalo así—me pide Ulquiorra jalándome de la camisa.

-De lo contrario le pediré que salgamos a arreglar este asunto—continuo sin despegar la vista de esos negros ojos.

Viene un mesero y nos separa, pidiendo al hombre que no moleste a los demás clientes. Ulquiorra me lleva a rastras a fuera.

Le veo asustado así que me tranquilizo.

-Discúlpame—le pido—no quería que esto pasara pero no me gusto lo que dijo.

-A mí tampoco pero…

-te asuste, perdóname.

Le agarro la mano y se la beso. El clima vuelve a relajarse y vamos por ese helado al parque y nos quedamos ahí, platicando hasta la media noche, regresando muy juntos, él con mi chaqueta hasta debajo de la cintura y muerto de la risa de un chiste dicho. Al llegar a la facultad me mira con algo de seriedad y me dice:

-Creo que no deberíamos decir nada aun.

-¿Por qué?

-Porque no me gustaría que te metieras en problemas.

-No me importa lo que digan.

-Aun así, preferiría que nos vieran juntos y luego que nosotros confirmemos el rumor—es un buen estratega bajo esa linda carita.

-Está bien, aunque me gustaría saber ¿Qué vamos a confirmar?—lo sonrojo hasta las orejas y se pega a la pared como queriendo que se lo coma—¿Qué somos novios?

-Me he adelantado… yo…

Me agacho y quedando frente a su rostro le susurro:

-Quiero ser tu novio—le beso tiernamente y me separo de inmediato. Esperando. Él se me acerca y vuelvo a besarlo, llevando mis manos a su cintura, levantándolo del piso con ayuda de sus brazos alrededor de mi cuello. No se por cuánto tiempo nos llevamos en eso pero al entrar en la universidad todo está callado, por suerte no tiene compañero y me quedo con él, besándolo hasta muy tarde. No pasando a nada más.

A nada más por un buen tiempo. Incluso mi relación de amistad con Kurosaki viajó más rápido, ahora es mi buen mejor amigo, hacemos muchas cosas juntos, nos reímos, salimos, bebemos (sin sexo), le aprecio mucho como nunca lo espere. Sin embargo Ulquiorra es otra cosa, sí, le amo y con cada día aún más pero el contacto físico va lento, muy lento, sé que no todo en esta vida es sexo pero llevo más de un mes sin siquiera jalármela y me siento estallar.

Un buen día voy a jugar cartas con mi novio, sí, sigue siendo un rumor pero muy fuerte. Por cada juego que gane me llevo una prenda o en una mía, así terminamos semidesnudos hasta que logro dejarlo en calzoncillos y con una mano ganadora lista para quitarle esa trusa blanca.

-Corrida—me dice bajando sus cartas.

-Mmm—sonrió y quita esa inocente carita que deseaba que me bajara los pantalones—póker de reyes—palidece a pesar de que van varias veces que he metido mano bajo su ropa aunque no le he visto sin nada. Avanzo hasta a él y le robo un beso que va subiendo de tono, pegándose a mi cuerpo y solo sintiendo como se quita esa prenda. No me deja bajar la vista.

-Quiero ver—le susurro en los labios.

-No, me la he quitado y ese es el trato.

-Sí, pero quiero ver—pido mordiéndole el labio y bajando al cuello, haciéndole gemir, le llevo a la cama, acariciándole las nalgas, abriendo las piernas en mi cintura.

Pasaremos al sexo, ya era tiempo.

-Te deseo, te deseo demasiado—le digo estrujando su trasero—y te amo, mucho.

-Yo también, Grimm… ah… pero… yo soy…

Por poco le digo que eso suponía.

-No te preocupes, será muy amable—beso su pálida mejilla y le acaricio los brazos hasta el vientre, donde paso a mi cierre y lo bajo porque me está lastimando mi pene erecto. Nos besamos con demasiada calentura, olvidándome un poco de prepararlo, pero pronto acaricio sus nalgas y las abro, pegando tremendo brinco lejos de mí.

-¡Lo siento…! Me he espantado—ahora ya le veo de cuerpo completo y… no la tiene parada. Luce a punto del llanto como cuando lo conocí.

-Ven—lo abrazo y le beso la cabeza—iremos a tu ritmo, sin prisas. Cuando estés listo—me abraza con fuerza y aunque este caliente no quiero herirlo jamás.

 

Pasados los meses planeo volver a ver a mi padre para las vacaciones así que con algo de valor le marco.

-Hola, papá.

-¡Mi Grimmi ¿Cómo estás?!

-Muy bien ¿Qué tal tú?

-Excelente. Pronto serán las vacaciones y me muero de ganas de verte.

Primero una cosa y después la peor… quizá. No sé cómo reaccione, espero que igual que los de la escuela que no nos criticaron.

-Sí, llegaré unos días después porque quiero festejar a un buen amigo antes.

-Siempre tan atento—me felicita. Ojala haga lo mismo con lo que sigue.

-También invité a alguien a ir conmigo en vacaciones.

-¿Quién es?

-Se…—valor, es tu padre, te aceptará—…se llama Ulquiorra Ciffer.

-¡Qué gusto que traigas a un amigo!

Trago hondo, bajo el teléfono para respirar profundo y decir:

-No es un amigo, es mi novio.

Un silencio profundo.

Papá, ámame igual que siempre, por favor.

-Mentiría si no te dijera que estoy sorprendido.

Por favor, confió  en ti, pido con ojos cerrados fuertemente y temblando de las manos.

-¿Es esa persona especial?—pregunta seriamente.

Sonrió y destenso todos los musculos.

-Sí, es él.

-Entonces pregúntale que le gustaría cenar cuando vengan.

-Gracias, papá—digo quitándome ese horrendo pesar.

-Siempre serás mi pequeño y sólo quiero que seas feliz.

Suerte tengo de tenerlo, no solo a él, a mi lindo Ulquiorra, a Starrk, Ichigo y, aunque molesto aun, a Renji.

 

Organizo con ayuda de casi toda la escuela una fiesta en una casa rentada para Ichigo, todo luce muy bien y todos esperaran escondidos hasta que entremos a la mitad de la sala.

Lo saco de su habitación y le pido que me siga, llevándolo de la mano.

-¿Qué es lo que planeas?

-Es una sorpresa—de verdad espero que se sorprende, sería una decepción hacer tanto y que no funcione, además es la oportunidad de presentarle a Ulquiorra.

Ya casi llegamos. Algún pendejo dejó una luz encen… ha, la han apagado.

-Grimmjow.

-No seas impaciente—le pido casi en la puerta. Parece que no sospecha nada.

-Grimmjow, por favor… es importante—están todos escondidos así que podemos pasar—Grimmjow, hay algo que debo confesar— ¿confesar? Me paralizo por un miedo no solido pero quizá fundado—No sé si fue desde ese día que… bueno, pero hay algo que yo…

-Kurosaki, no…

-Déjame acabar—no hables. Le hago señas de silencio pero las ignora. Miro adentro y algunos salen de sus escondites. No, por favor, cállate. No quiero que quedes en ridículo—estos días… me he…

-Kurosaki, de verdad…

-Grimmjow es que…

-No, mejor—dilo afuera, mínimo podre responderte como debo. Pero me sueltas, mierda ¡cállate!

-Solo déjame que…—estiro la mano a su boca pero me gana—te amo.

Cierro los ojos con fuerza, seguro a que todos lo han escuchado.

Su cara… dios, he hecho algo muy malo y, lo peor, ya no siento lo mismo por él.

-No quería que esto pasara. No sabía que dirías algo así—me rechazaste así que ¿Por qué siempre si? Duele ¿no es verdad? Eres mi amigo, no es mi intención herirte. Sin embargo rechaza mi tacto y con ayuda de Renji todo mejora, aunque sea un poco.

-Descuida, nadie se va a burlar—informa tomándolo por los hombros.

-Lo siento—me duele herirlo y, sobre todo, rechazarlo— Será mejor que me vaya. Feliz cumpleaños.

Mientras me alejo Ulquiorra me alcanza, no enojado sino que confundido. Es muy frágil, no puedo decirle que mi primer amor es él y ahora se me ofrece, pensaría que lo dejaré en cualquier momento y para qué hacerlo dudar de mi amor si es sincero.

-No sabía que eso sentía por mí—empiezo—sólo fui amistoso.

-¿No le diste razones?—es la única pregunta que tiene aunque llena de celos.

-No, ninguna.

Me abraza fuertemente, con miedo a perderme pero me tiene seguro.

Alzo su cara insegura y poco a poco en sus ojos aparecen lágrimas.

-Te amo—pronuncia con leve risita—dios, Grimmjow… te amo tanto y tu cara…—derrama esas lagrimas que parecen perlas verdes por sus mejillas— ¿Cómo puedes verme así?

Puedes verlo en mi cara ¿no es verdad? No podría quererte más.

Papá, me enseñaste bien a querer. Seguro él te agrada, después de todo tenemos gustos muy parecidos.

Notas finales:

1. Es una frase muy popular del mismo libro: Dracula de Bram Stoker.

2. Tal cual dice el duario de J. Harker en la pag. mencionada.

3. Foo Fighters

4. Aquí será una disculpa, porque llegue a ver una entrevista con un sujeto que le pasaba esto cuando fue a Finlandia pero... no recuerdo con exactitud todo, jeje.

Aclarados esos puntos... Gracias por leer.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).