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BREAKOUT por sleeping god

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Notas del capitulo:

Sin tardanza, es un milagro no muy recurrente, jeje.

Espero les agrade, lo cuenta Ichigo.

La universidad sí que es silenciosa en vacaciones, hasta parece que soy el único estúpido que reprueba en medicina.

Bueno, debo pasar la materia y avergonzar a Grimmjow. No suena a mucho pero será laborioso. Para lo primero leeré los apuntes de Ishida, aprovechando que ya no está molesto conmigo, y en el segundo caso… no estoy muy seguro de cómo le haré ¿Quién dice que ser schoolbully es fácil? Nos tomamos nuestro tiempo, pensamos en las posibilidades, hacemos predicciones, incluso se llega a una teoría, es todo un método científico; deberían apreciar un poco más las bromas que les hacemos. Tengo una idea no bien formada: supongo que cuando entró aquí a nadie le dijo lo enclenque que era, podría mostrar fotos de él que tengo metiendo en el inodoro o demás humillaciones, sin embargo el problema radica en su amabilidad, esa que haría que cualquiera que vea las fotografías simplemente le pregunte “¿Eres tú? Y él se ría y diga inocentemente que sí. Fin de la historia. Que sea tan querido aquí no me la deja fácil, ha logrado forjarse como una perfección.

Cuando vuelva de sus vacaciones sé que le tendré algo listo o un par de meses después. Mínimo espero que agradezca que sigo rompiendo la cabeza porque él ya destrozó mi corazón.

 

Me había acostumbrado al silencio, ahora que todos han vuelvo es un barullo, risas y saludos eternos me abruman así que salgo a dar un paseo y a la vez checar si ha vuelto el peliazul.

Sobre la vereda doy con él y me paralizo, quedándome a diez metro de distancia. Algo, no sé qué sea, está terriblemente mal en él.

Recargado en un árbol, vistiendo jean y chaqueta, sin camisa, botas de soldado negras, el cabello levantado en picos, los ojos enmarcados por un azul verdoso, fumando… lo extraordinario es el ceño fruncido, pero hay algo que me asusta… no sé qué es.

Voltea y me da una sonrisa sádica.

Pongo mis manos detrás de mi cuerpo porque están temblando.

Apaga el cigarro y se marcha.

 

Vuelvo a la habitación intentando no pensarlo, mejor abriendo el sobre con mi calificación de fisiología. He pasado con nueve.

¿Quién era él?

No ha llegado Ishida. Qué raro.

¿Por qué cambio tanto?

Quizá debería marcarle y decirle que las clases empiezan hoy.

¿En qué cambio? Nada. Entonces ¿Por qué me parece… distinto?

Me recuesto boca abajo en la cama distendida, cerrando los ojos para dejar de evadirme en el tema con pendejas (sinceramente no me importa tanto Ishida). Verlo fumando fue una novedad, que se haya delineado los ojos normalmente me causaría gracia, que no tenga camisa lo hace… sensual; la ropa es de su estilo, entonces no concluyo nada que haya causado esa impresión en mí.

¡A la mierda! ¡Estoy pensando demasiado! Si logra hacer sentir mal a algunos paseando semidesnudo será más humillante que sepan que antes era un espagueti andante.

 

Pasada una semana se me “ocurre” llevar mi computadora al salón y “olvidarme” de cerrarla, al igual que mis fotografías donde hay al inicio un par de mis hermanas y después todas las de La Basura mientras llora después de que le amenazáramos con tirarlo al rio, cuando lo dejamos colgado del asta de la bandera, rodeado de niñas de secundaria que se morían de la risa cuando una de ellas le quitó el dinero, entre muchas otras que fotografiaba para cuando quisiera reírme, en ninguna salgo yo así que estoy a salvo. Me asomo y un curioso le mueve a mi laptop y de ahí se junta mi salón entero, roban mis documentos con memorias o mandándoselas por redes sociales.

Listo, el plan está en marcha.

Al final del día es el rumor común, sin embargo cuando alguien intenta decirme algo simplemente luzco furioso porque usaran mi computador. De esa manera no soy el malvado y mal intencionado Kurosaki y Grimmjow no es el pobre inocente que todos adoran, así estamos en igualdad, de esta manera habrá quienes lo consideren lindo pero otros que se reirán en su cara, todo porque fue una mera casualidad.

Temprano en la mañana me despierta el que alguien toque a la puerta. Debe ser Ishida. Prendo la luz.

-Apágale—pide Uryu… no debí darme cuenta en la noche cuando llegó.

¿Quién toca entonces?

Abro la puerta y me recibe un puñetazo al rostro que me derriba, al abrir los ojos tengo el rostro de Grimmjow con una gran sonrisa.

-¿Quieres jugar conmigo? ¿Crees que no sabría quien difundió eso?—me levanta de la playera hasta dejarme unos centímetros del piso—eres una mujercita ardida de que la rechazaran ¡Patético!—me tira de bruces al piso.

Sigo sin creerlo.

-Fue divertido, debo admitir—continua, limpiándose la sangre de mi nariz en su playera—nunca imagine que guardarías las fotos que me tomaban. Que inocente ¿no lo crees? Todavía pensaba que no las usarían nunca. Bueno, esto fue solamente una advertencia así que si quieres jugar conmigo, avísame y te daré el gusto.

Me giñe el ojo y chista la lengua antes de marcharse.

Ishida está en el mismo estado de incredulidad así que aun impactado voy al lavabo a limpiar la sangre de mi nariz.

-Hijo de puta—digo molesto— ¿Cómo se atreve a venir a mi habitación a ponerme un chingadazo?

-Kurosaki—me llama desde la puerta--¿estás seguro de querer molestar a este Grimmjow?

-Fue, es y seguirá siendo Basura Jeagerjaquez. Únicamente se está queriendo creer demasiado—me vuelvo a la cama y le recuerdo a mi compañero—¿Qué ya olvidaste lo que más odiaba?

-Tú mismo que eso era demasiado cruel.

-Sí, pero de vez en cuando hay que ser más acido. Además estamos en la universidad, hay que madurar hasta para molestarlo.

 

Al día siguiente llego al peliazul por quienes me dicen que está nadando. Ahí platica con una rubia muy buena que se ríe mucho y habla fuerte y alegre.

En un momento me nota Grimmjow y se acerca sin ninguna sonrisa, con todo el cuerpo empapado.

-Quiero jugar—le reto y eso le hace sonreír.

-Bien—gruñe.

-Y dime ¿Cómo está tu padre?—le borro la sonrisa y pone ese rostro de antes, avergonzado—ah, lo olvidaba, tú no tienes padre.

-No hables de él.

-¿De Aizen? ¿Por qué? Es solo la persona que te cuida ya que…

-Cállate—pide con la cara al piso. Nuevamente lo tengo donde quería.

-Ya que tus padres no te quisieron, tanto así que te dejaron en una caja para gatos…—sin aviso me agarra y hunde mi cabeza en la alberca. Todavía no contaba lo peor, que poco aguanta…

Un momento…

¡Debes estar bromeando! Intento moverme pero va enserio… ¡Quiere ahogarme!

Logro empujarlo y salir a respirar agitado. Esa rubia lo sostiene y le impide ir a mí nuevamente.

¡Qué rostro tiene Grimmjow! Enfurecido, como el de un loco que no dudaría en asesinarme.

-¡Voy a matarte, hijo de puta! ¡Más te vale irte de la universidad que te voy a chingar como jamás lo imagines!

No creo su amenaza, todo lo contrario, me levanto orgullo y le espeto a la cara.

-¿Ya no quieres jugar, Grimmjow Basura Jeagerjaquez?

Con un gruñido intenta acercarse pero esa mujer no le suelta, haciendo que mientras me marcho la llame perra, puta y demás adjetivos por dejarle en ridículo.

Al regresar le cuento a mi compañero como he logrado ganarle nuevamente. Sin embargo él piensa que esto está llegando demasiado lejos. Al demonio, ya dije que jugaría y no pienso rendirme.

 

En otra ocasión, planeo algo simple pero que a él siempre le molesto: la boleta con un seis en matemáticas. No sé cómo lograba dolerle tanto ese fracaso pero no importa, así que lo imprimí y pongo en toda su facultad, quedándome ahí para ver su vergüenza y luego furia, corriendo a mí a golpearme y ser detenido por los de su salón, quedándome quieto, esperando que los demás hagan mi trabajo mientras como bestia rabiosa buscar matarme, gritándome nuevamente que me voy a arrepentir.

Claro, como no. Esto aún ni empieza.

 

Cabello rosa, cabello rosa… ahí está. Dios, tenían razón al decir que no dudaría de su mariconería.

-Hola ¿eres Aporro Granz?

-Sí, soy yo—dice acomodándose el cabello. Saco un sobre que tiene escrita la habitación del peliazul y las doce horas, creo que se entera fácilmente.

-Te manda esto—hago que acerque su oído a mi boca—Grimmjow.

-¡¿Grimmjow?!—grita emocionado.

Le pido que guarde silencio.

-Sí, pero no le cuentes a nadie.

Como era de esperarse empezó a correrse el rumor de inmediato. Sí, yo sabía que conocían que Grimmjow era homosexual pero las criticas llegarían por ser infiel y por ahora irse con alguien que parecía travesti.

Al día siguiente me di cuenta que salió mejor de lo que esperaba porque a pesar de parecer una “niña” ese tal Granz, resultó que intentó cogerse a Grimmjow a mitad de la noche, pegando tremendo grito y haciendo que la mitad de los estudiantes lo vieran con el trasero al aire y con el pelirosa listo para empalarlo.

Ah, qué complacido me encuentro con esto ¿será suficiente? ¿Habrá aprendido la lección? No, aún tengo una bromita más, sólo una más para que venga de rodillas suplicando que le deje en paz.

 

Cuando sale con su amigo Starrk a beber yo también voy al bar por únicamente agua mineral, tomando asiento en un lugar donde no puedan verme, esperando tranquilamente a que estén lo suficientemente ebrios para que no noten que alguien invita las siguientes para dejarlos inconscientes. Después de gastar gran parte de mi dinero dejo al castaño en un taxi a la universidad pero a Grimmjow me lo llevo a tatuarle ese seis en la espalda, se queja pero al final se queda dormido profundamente. El tatuador me pregunta si él realmente quiere hacérselo y lo convenzo de que sé, siendo yo su gran amigo. Sin embargo me marcho según por algo de comer pero no vuelvo, simplemente por el hecho de que no puedo pagar ese tatuaje.

Bienvenido al juego universitario, Basura.

 

Al día siguiente voy a la facultad pero no encuentro a mi víctima así que voy a la piscina y hablo con la rubia.

-Hola, ¿y Grimmjow?

Ella baja los verdes ojos y con tenue voz me dice:

-Está… en el hospital.

¡Dios mío ¿Qué pasó?! Me pongo pálido, puedo sentirlo.

-Anoche salió a beber y quien sabe cómo se perdió y…—empieza llorar.

-¡Habla ¿Qué pasó?!

-… Entro a un estudio de tatuajes y se hizo un uno pero cuando estaban por la mitad se entró en razón y como no podía pagarlo el gerente lo insultó, se pelearon y… en la pelea le cortaron el pecho…

No quería que llegara tan lejos…

-¿Dónde está?

-En el hospital H.

-Voy para allá.

-No quiere ver a nadie—me avisa—ya fui yo y no me quiso recibir.

-Gracias—digo ignorando esta última advertencia.

Salgo a paso lento sintiéndome muy mal ¿Tanto tardé en darme cuenta que pude haberle hecho mucho daño? ¿Qué tal si moría? Oh, por dios….

Empiezo a llorar del miedo ¡Qué puto inconsciente! Debo disculparme aunque él no sepa que yo le hice eso.

 

Al llegar me dicen que no quiere recibir a nadie pero le pido que diga mi nombre para ver si cambia de opinión. Así lo hace y, al final del pasillo, la enfermera me hace una seña para que entre a la blanca habitación donde está recostado en una cama con sabanas azul pálido.

-¿Cómo estás?—cuestiono con tacto aunque me moleste el penetrante olor a lavanda.

Baja el rostro y contesta, mientras la enfermera le acomoda la almohada.

-No es tan grave, saldré mañana. Eso me pasa por irme de ebrio—da una leve sonrisa y agradece a la enfermera que se marcha—fue tu culpa, perro—me informa, convirtiendo esa sonrisa en una mueca maniaca—te recuerdo, hijo de puta.

Me paralizo con temor.

-Pinche hipócrita de mierda—me maldice, levantándose de la cama, vistiendo unidamente la bata azul rey que casi deja ver sus genitales—podría meterte al bote por mucho tiempo, cabrón, solo le diría al pendejo que me tatuó que te reconozca y mínimo tres años te quedas encerrado.

Debo rogar. Ya es demasiado grave.

-Ahora tienes miedo ¿verdad? ¿Te pareció divertido esto?—se gira para ver el tatuaje del seis gótico, con solo la mitad superior rellena—tú, hijo de la chingada, me marcaste de por vida.

-Grimmjow… yo…

-Cállate—me ordena—te vas a disculpar porque no quieres ir a la cárcel. No necesito tus disculpas falsas. Te haré un trato… no—se ríe y habla—más que un trato es una posibilidad, puedo obedecerla o no, al igual que yo puedo recordar quien me llevó ahí o no, será a placer de cada uno—me toma del cuello de la ropa y me acerca a su rostro, abre la boca pero no habla, saca la lengua y me lame los labios.

-¿Qué haces…?—pregunto apenas resistiendo en la punta de mis pies.

Sin aviso me besa y acaricia vulgarmente hasta que lo empujo del pecho, haciéndolo quejarse pero riéndose después.

-De vez en cuando tendré ganas de joderte, puedes rechazarme y yo podré aceptar u obligarte por la fuerza o amenazarte con decir la verdad, no lo sé, dependerá de mi humor.

Me recorre un escalofrió.

-¿Tienes miedo?—pregunta con seriedad.

-Sí—respondo sinceramente.

-Imagínate lo asustado que estuve cuando…—se quita la bata, quedando totalmente desnudo pero no puedo evitar aterrarme de la enorme cortado que recorre la extensión de todo su tronco—creí que moriría ahí mismo y no podía dejar de culparte, te odie como nunca odia a nadie.

Lo siento mucho…

Empiezo a llorar y se acerca.

-Pensaba escribir tu nombre en el piso con mi sangre, ignorando la llamada que hacían a la ambulancia porque creí que no llegaría a tiempo ¿Pero sabes qué? —me agarra y me lanza a la cama, colocándose sobre mí—no sería un cobarde de nuevo. Si moría tu ganabas y si no yo mismo tomaría venganza—baja mis pantalones y yo… no puedo hacer nada porque lo merezco… sí, lo merezco.

Así mientras entra en mí yo ahogo mis gritos para no ser interrumpidos. Es lento y cuidadoso, eso no me lo esperaba. Lo beso y corresponde. No me viola porque me hace el amor como si me quisiera. Es rápido porque cuando acabamos él ya está sangrando de la herida.

-¿Estás bien?

-Sí, no es nada grave—se coloca la bata y se cobija.

No sé cómo debería actuar.

-Pasare… a verte mañana.

-Te esperare—me jala de la mano y me roba un beso, inmediatamente después aprieta mi muñeca hasta dejar su mano marcada.

No comprendo pero creo que me he metido en algo… más allá de lo planeado.

 

Vuelvo muy confundido y hasta asustado. Me duele caminar pero también me pregunto por qué no estoy feliz por cumplir lo que quería o, por el contrario, porque no estoy molesto de ser su juguete sexual.

Mañana le diré todas mis dudas.

Sin embargo al día siguiente, en su habitación está un chico pálido tomado de su mano mientras él se encuentra recostado. Parece que he interrumpido.

-Ven, Kurosaki—me pide me acerque—te presento a mi novio: Ulquiorra Ciffer.

-Mucho gusto—digo sorprendido de la seriedad de ese chico.

-Ulquiorra ¿puedes traerme un poco de agua?

Afirma y se marcha a la cafetería.

-Grimmjow, no entiendo qué planeas.

Sonríe. Creo que tendré que acostumbrarme a esa mueca.

-No habrá jamás sentimiento—dice secamente—ahora ven aquí.

-No entiendo—vuelvo a imperar sin ir a tomar su mano.

-Lo enteras. Ahora ven, acércate. No me hagas ir por ti.

Me niego. Doy un paso atrás y con rapidez me jala de un brazo, apretándolo con mucha fuerza, obligándome a hincarme y reírse un poco.

-Grimmjow—me quejo ante la violencia.

-Hoy vas a chupármela.

-¿Estás loco? ¿Qué no volverá tu novio en cualquier momento?

-Será mejor que te des prisa.

Enojado lo empujo y voy a la puerta pero me atrapa y me golpea contra la pared.

-Suéltame, idiota—le ordeno bastante molesto de este juego y su sonrisa divertida. Me besa más bien mordiéndome la boca y riéndose. Yo lo empujo pero no funciona así que le muerdo con fuerza el labio inferior, dejándoselo sangrando. Se calma, pero sólo por el segundo en que lame su sangre y vuelve a besarme, no entiendo muy bien pero hago lo mismo, con la misma furia y enojo hasta hacerse erótico, muy erótico. Estoy jadeando y muy excitado.

-Házmelo…—le pido abriéndole el pantalón.

-¿Eso quieres?

Maldito, me hará rogar.

Me hinco rápidamente y como entendiéndome me mete su pene en la boca, entrando y saliendo.

Increíblemente esto no resulta desagradable. Más rápido de lo que espera me levanta, me voltea en la pared y bajando mis pantalones se mete de una embestida que me obliga a soltar un grito.

-Cállate…

Lo fulmino con la mirada mientras embiste, no permitiéndole besarme, haciéndolo enojar pero no por eso deja de cogerme.

Mierda, qué rico…

Gruñe mucho y finalmente me vengo y él después. Igual de rápido que la última vez. Se sale inmediatamente y sube los pantalones.

-Rápido, acomódate—me ordena, entrando unos segundos después su novio.

-Aquí tienes, Grimmjow ¿Por qué estás tan sudado?—no sólo eso, despeinado y mordido.

-Me puse a jugar con Ichigo.

Sin querer me sonrojo. Ichigo, me ha llamado Ichigo.

-No deberías, estás un cicatrizando.

-Lo sé, discúlpame.

No puedo mirar a los ojos de ese chico porque aquí estoy haciéndole algo muy malo, y lo peor es que lo disfruto.

-Estás sangrando otra vez—dice Ulquiorra tocando la camisa que denota el líquido rojo, sin embargo cuando se acerca Grimmjow le toma la mano y, con una voz llena de amor, le dice:

-No te preocupes. Estoy bien.

Nunca vi mirada más sincera y cariño más profundo, si es tan obvio que lo quiere por qué hace esto.

-Me voy—aviso, retirándome y alcanzándole a escuchar.

-Te veo mañana.

Mañana ¿Qué piensa cogerme diario? ¿Qué le pasa?

 

No puedo entenderlo por el mes entero. Empezó rápido, sin obligarme jamás y poco a poco se volvió rudo, duradero  e incluso varias veces por día, también no se aparece por días o es muy romántico o agresivo, sin embargo no me ha permitido rechazarlo… no, la verdad es que yo no lo he rechazado con suficiente fuerza.

Busca enamorarme otra vez, esa es mi teoría, porque… está jugando conmigo.

-Ichigo—me llama Ichigo cuando va a ser lindo, Kurosaki o puta cuando no—te compré algo—me entrega una caja de regalo mediana con papel azul y moño blanco.

-¿Qué es?—cuestiono algo impresionado.

-Ábrelo si quieres saberlo.

Así lo hago y dentro hay un peluche de un león.

-¿Te gusta?

No entiendo nada, estamos rodeados de personas que no tienen que ser unos genios para ver que esto es muy romántico al punto de un cortejo.

-Sí, gracias…

-Lo he llamado Kon, será como nuestro hijo ¿no crees?

Sonríe y aún más, me toma los labios, no voy a entender jamás nada, no quiere que su pareja lo encuentre conmigo cogiendo pero si me besa en público, esto no es sólo un rumor, muchos nos están viendo y Ulquiorra se entenderá ¿Qué le ocurre?

-Iré a tu habitación por la noche, espero estés listo.

No hay más, ha perdido la razón.

Me voy corriendo por la vergüenza de que sepan que ira a cogerme.

¿Planea dejarme en ridículo? ¿Aparte de a mí está haciéndole algo mal a Ulquiorra? ¿Desea simplemente que me estalle la cabeza?

La segunda no puede ser porque realmente quiere a su novio, que me parece que lo ama, si no fuera así simplemente lo dejaría o andaría con otras personas, muchas otras; la primera tampoco porque tendría otras formas de lograrlo sin ponerse en riesgo, también por lo mismo que lo quiere no creo que la mejor manera fuera usando a mí para molestarme, pero no, eso se acaba con el hecho de haberme jurado que soy el único con quien se acuesta (seguramente también con Ulquiorra); sólo la última tiene lógica porque esto es ilógico.

 

Le he preguntado tantas cosas y me responde que soy un amigo que hace más favores de los que debería. Frente a frente y no entiendo nada ¿Qué pasa por tu cabeza, Grimmjow? ¿Qué te pasó en un mes y medio?

Notas finales:

Gracias por leer.


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