Las vacaciones de verano casi terminaban (y me habían servido enormemente pues las dudas sobre mis preferencias se habían aclarado), eran las últimas semanas que tenía libres y además de todo tenía que ir a la escuela para realizar los trámites de la reinscripción y aunque no tenía muchas ganas de ir de nuevo era necesario. Araceli y yo habíamos quedado de llegar juntas para inscribirnos en el mismo grupo y quedamos de vernos a la 8:30, sin embargo, salí tarde de mi casa y no llegué a la hora que acordamos. Cuando entré a hacer el trámite había muchos chicos que también querían inscribirse en ese grupo y para mi buena, o mala suerte, ahí estaba “la chica linda”.
-¡Perfecto…!-pensé-Aparte de que llego tarde y hay un buen de gente que quiere este grupo ella tiene que estar aquí-reclamé mentalmente (porque además de todo en la escuela tiene una forma rara de hacer las reinscripciones, pues te inscribes al grupo que quieres y que tenga cupo, pero si llegas muy tarde o cuando haya mucha gente es casi imposible que alcances lugar)-De haber sabido que esto pasaría le hubiera dicho a Araceli que buscáramos otro grupo…-(porque ella ya estaba inscrita)seguía pensando mientras me formaba en la fila.
Seguía viéndola constantemente, de cierto modo se me hacía inevitable voltear hacia donde ella estaba; la duda de si quedaríamos o no en el mismo grupo me tenía estresada. Hasta cierto punto quería poder conocerla mejor y sabía que, además de que ella es sumamente sociable, estando en el mismo grupo podía acercarme a ella sin levantar sospechas ni verme acosadora; por otra parte, me aterraba quedar en el mismo grupo porque temía que el estar tan cerca pudiera desarrollar ese sentimiento al que tanto le temía en ese momento. Maldije mentalmente en varias ocasiones y mi vista volvía una y otra vez hacia ella, por suerte creo que ni ella ni nadie que estuviera cerca lo notaron.
Más o menos 2 días después de las reinscripciones vagaba en facebook cuando me llegó una solicitud de amistad. En realidad no me interesó mucho porque muchas veces me llegaban de personas que ni conocía ni me interesaba conocer pero por alguna razón decidí revisarla para no tener ahí las solicitudes. Cuando me di cuenta de que era de alguien a quien le gustaba el anime y no pude más con la curiosidad así que di un vistazo a su perfil y ¡Tadan! Entre las fotos encontré una que me dio esperanza… Era “la chica linda”, me había enviado una solicitud, con lo que quedaba confirmado que estábamos en el mismo grupo (pues el mismo día de la inscripción me agregaron a un grupo exclusivo para los que habían quedado inscritos) y tras aceptarla comencé a revisar todas sus fotos y publicaciones; ni bien pasaron 2 minutos cuando me sentí una completa acosadora y me sonrojé como pocas veces me había pasado.
-¡Maldición!-reclamé-Esto ya lo viví… Otaku, en el mismo grupo que yo, más pequeña de edad (pues ya había revisado toda su información personal y su cumpleaños era unos días después del mío)… ¿Por qué tiene que parecerse tanto a Rebeca?-cubrí mi rostro mientras fingía llorar (acostumbro dramatizar todo el tiempo, así que fue e lo más normal)-No es justo, no quiero que se vuelva a repetir y con tantas coincidencias creo que es casi seguro que ocurra…
Las vacaciones terminaron, debía volver a clases y de una vez enfrentar ese temor. Llegué al salón en que tenía la primera clase y me paré alejada de todos para esperar a Araceli pues era la única persona de mi nuevo grupo a la que conocía. No sé si consciente o inconscientemente pero me dediqué a observar detenidamente a mis nuevos compañeros con la finalidad de buscarla pues la intriga me estaba torturando y sentía que si seguía así en cualquier momento me desmallaría o algo parecido cuando de pronto sentí una mano que tocaba mi hombro.
-¿A quién buscas bitch?-me preguntó Araceli en cuanto me vio (por alguna extraña razón que por cierto no recuerdo, entre ella, Brandon, otro chico y yo comenzamos a llamarnos de esa forma).
-¿Eh…? ¡Ah…! Pues a Liz… Ya ves que nos dijo que quería vernos cuando entráramos pero no sé si todavía no llega o que, porque no la he visto. Igual y ni tiene clase ahorita y va a llegar hasta después-me reí de forma nerviosa pues temía que no creyera mi mentira.
-Pues según yo sí, por eso nos dijo que nos veía a las 7…-me miró extrañada-Pero ya sabes como es Liz, siempre llega tarde así que no me extrañaría que ni siquiera llegara-rió.
-Sí, tal vez… Igual la de orientación ya llego (Orientación es una materia que llevamos durante el primer y segundo curso, no le hallo el beneficio pero es obligatoria), a ver si después nos la encontramos-le sonreí y empecé a caminar hacia el salón.
Como en casi todas las escuelas el primer día no hacemos nada, más que presentarnos y hacer una que otra actividad para empezar a conocernos mejor e integrarnos porque “Un grupo unido es un grupo fuerte”. En la primera clase no la vi pero después de unas cuantas clases, durante una de las presentaciones, apareció ella…
Resultó bastante bueno para mí porque ahora sabía su nombre: Fernanda. Estaba realmente emocionada, mi temor a sentir algo más había desaparecido y ahora sólo quedaba aprender a sobrevivir el curso, con eso me bastaría, o al menos eso pensé en un principio.
Un día mientras platicaba con mis amigos por facebook apareció entre las actualizaciones un estado de Fernanda que más o menos decía: “Ah mi linda Melisa, a veces me gustaría que cuando menos pusiera interés en mí…”; en ese momento me quedé en shock, tuve que leer varias veces el estado porque no podía creer lo que estaba leyendo. Por un momento un rayito de esperanza me iluminó, creí que podía llegar a tener una oportunidad con ella y que por primera vez mi situación amorosa tendría éxito, que podía confesarme sin problemas y que no pasaría de nuevo por ese temor a decir como me siento.
Ahora que lo pienso, fue un poco tonto ver las cosas de esa manera, yo aún no estaba preparada para iniciar una relación, pues como ya dije había pasado poco tiempo entre una relación fallida y el momento en que esto pasó, y no tenía sentido creer que el simple hecho de que ella tuviera preferencia por las chicas (o al menos así lo entendí en un principio) haría que ella aceptara mis sentimientos, que incluso ahora siguen siendo confusos al menos con respecto a ella, y que pudiéramos llegar más allá de una simple amistad porque había otro problema para que eso pasara: la homofobia de mi padre.
Muchas emociones estaban contenidas, no sabía que pensar entre tantas dudas que acababan de surgirme: estaba emocionada ante la esperanza de una oportunidad con ella pero también me preocupaba que las cosas pudieran no salir como esperaba y terminar, de nuevo, con las ilusiones por el suelo.
-Por favor…-susurré con los ojos cerrados y cruzando los dedos índice y medio para tener suerte-Sólo quiero que no se repita lo mismo que con Rebeca, no quiero volver a dañar a alguien que quiero… Con eso me basta…