Ya había dicho que lo que me ayudó a darme cuenta de lo que empecé a sentir por Araceli fueron mis celos irracionales, también mencioné anteriormente que soy mus posesiva y que me molesta de sobre manera que lleguen a hablar con mis amigos cuando yo estoy con ellos y creo que fue precisamente esto lo que en un principio me hizo creer que lo que pasaba con ella era de lo más normal.
Estábamos en el último periodo de evaluaciones en la escuela y los primeros días del periodo son sumamente tranquilos: hay poca tarea, algunas veces no tenemos algunas clases, no siempre nos dan la hora completa (porque empezamos con un nuevo tema y generalmente sólo dan la introducción) y son los días más tranquilos del año. Como mis demás amigos estaban esparcidos por el resto de los grupos aprovechábamos esos días para juntarnos y salir de vez en cuando.
Un día, al salir de una de nuestras clases, quedamos de ir todos a la plaza que está cerca de la escuela a comprar un helado (pues en ese momento todos teníamos la hora libre) y cuando íbamos de regreso mientras lo comíamos platicamos de cosas que nos pasaron en ese tiempo y hacíamos planes para cuando terminara el curso.
-¿Y le vas a decir que te gusta?-le preguntó Mónica a Araceli-Ya se va a acabar el curso así que nada pierdes con intentarlo…
-¡No voy a hacer eso!-le respondió ella con un ligero sonrojo-Si me gusta y lo que quieras pero no creo que sea buena idea, prefiero dejarlo así como está…
-¿Por qué no?-le insistió-Se ven bonitos juntos y sería genial que decidieran ser algo más…
-¡Ya te dije que no voy a hacer eso…!-reprochó-No le veo caso a hacer algo así y no se trata de que me rechace o no, simplemente no quiero hacer un drama por eso…
No tenía ni idea de que estaban hablando, soy yo quien pasa más tiempo con ella porque vamos en el mismo grupo pero en ningún momento me dijo que alguien le gustara y esto me dejo sin saber que pensar. Araceli estaba yendo a clases de natación y pensé que lo más seguro era que de ahí conociera al chico que le gustaba pero me sentí desplazada porque al parecer yo era la única que no sabía de quien se trataba (porque Liz y Brandon también la preguntaron por ese tema).
Decidí no darle importancia ni dejarme afectar por eso, después de todo, no estaba obligada a decirme algo como eso, si ella así lo quería podía contarme si alguien le gustaba pero si se negaba a hacerlo no podía obligarla ni hacer nada para que su opinión cambiara y me contara como es que todo pasó. Y aunque soy muy posesiva y he de aceptar que fue algo que en ese momento me hizo sentir de una forma que en ese momento definí como rara (y que hasta ahora vengo cayendo en cuenta de que eran celos) nada podía hacer y por supuesto no iba a intentarlo.
Pasó un tiempo y un día mientras hablaba por facebook con Araceli me preguntó algo:
-Oye bitch… ¿Si hubiera alguien que me gusta te darías cuenta?
-Am… Pues no-le respondí sin entender muy bien porque lo preguntaba.
-Supongamos que en verdad hay alguien que me gusta-me dijo-Y que aparte de todo soy muy obvia porque ya sabes que no sé ocultar las cosas… ¿Piensas que hay alguien que me gusta?
-Pues si has sido muy obvia no me di cuenta-le respondí sin saber que decirle-Pero ya sabes que estoy bien güei así que puede ser que en verdad seas muy obvia pero yo ni en cuenta.
-Jajaja… Bueno bitch, ya me hiciste sentir mejor, ahora siento que realmente no soy tan obvia.
Sólo le respondí con una carita feliz, no tenía idea de que era eso que acababa de pasar y todavía cuando lo recuerdo se me hace un nudo en el estómago y la sensación de que algo no anda bien regresa. Esa vez que hablamos creí que me diría quien le gustaba pero eso fue lo único que me dijo y no volvió a mencionar el tema. Yo tampoco lo mencioné porque no y había razón y porque algo pasaba cada vez que llegaba a mencionarlo y me sentía muy incómoda.
Un día no tuvimos una de nuestras clases y fuimos junto a Gabriel a vagar por la plaza, La hora libre terminó y todavía nos quedaban dos clases, una de las que más nos aburrían pero generalmente en ese día en particular la maestra tomaba asistencia. De por sí ya íbamos retrasados como por 10 minutos y nos fuimos con mucha calma. Ya cerca de la entrada de la escuela Gabriel sugirió que no entráramos a la clase; yo me opuse porque recordé que era de los pocos días que tomaba asistencia pero Araceli aceptó, dijo que tenía mucha flojera como para entrar y que no importaba mucho una falta, que ya después vería que hacer.
Me despedí de ellos y caminé hacia la prepa, iba tan rápido como podía (y no precisamente porque ya fuera tarde, sino porque había un sentimiento extraño que me motivó a hacerlo) y en el camino me encontré a Liz que iba saliendo.
-¿No tenían clase?-me preguntó en cuanto me vio.
-Pues sí pero como la anterior la tuvimos libre fuimos a vagar por ahí y ni cuenta nos dimos de que ya era tarde…
-¿Pero no venías con Araceli y Gabriel?
-Pues sí pero les dio flojera entrar y se fueron-le respondí intentando no decir más porque seguía sintiendo ese sentimiento extraño.
-¿Y todavía tiene clase después?
-Tenemos mate…
-¿Y ellos van a regresar?
-No tengo idea, dijeron que no iban a entrar a salud (que es una materia que llevamos en el segundo curso y que es como biología pero aplicada a la vida humana) pero no mencionaron nada de mate (que era la clase que teníamos después) y no creo que se la vayan a saltar… De Gabriel no me extrañaría porque nunca entra a ninguna clase pero no creo que Araceli haga lo mismo…
-¡Bueno ya vete a tu clase! De por sí ya es bien tarde y todavía te quito el tiempo…-se despidió de mí y yo seguí avanzando hacia el salón en que teníamos clase.
Lo que Liz me dijo me dejó pensando, no creía que se fuera a saltar mate (y mucho menos porque la maestra es muy tierna y nos tiene mucha paciencia y nos explica las cosas hasta que la entendamos) pero considerando que iba con él y que como ya dije nunca entra a sus clases no tenía idea de que pretendía hacer.
Cuando entré al salón la maestra me recibió con su típico “Buenas noches” que siempre le decía a todos los que llegaban tarde, me limité a fingir que estaba arrepentida por la hora a la que llegué y me senté en el primer lugar vacío que encontré. Nunca fui la clase de chica que se distinguía por poner atención (y mucho menos en esa clase) pero en particular en ese momento no dejé de pensar en dónde estarían y que estarían haciendo ellos dos.
Saliendo fui al salón en el que tenía matemáticas (que era la siguiente y última clase que tenía) y en el camino iba poniendo atención a mi alrededor para buscar a Araceli y Gabriel. Total que llegué al salón y no los vi en ningún momento, ya había perdido toda esperanza de que regresaran y entré al salón y me senté en la primera banca que encontré mirando hacia la puerta con una expresión de “No me vean y mucho menos se me acerquen porque esta vez si los mato”. Como a los 5 minutos ellos llegaron y fingí que nada pasaba, me quedé sentada y no dije ni hice nada.
-¡Está super idiota!-me dio Araceli sentándose junto a mí-¿Ya vez que fuimos a vagar por ahí?-asentí sin darle importancia-Pues fuimos otra vez a la plaza y me dijo que lo acompañara a ver lo de su celular pero es bien tonto porque ni siquiera se acordaba de donde era y nada más hizo tonterías-se rió esperando mi respuesta.
-No sé ni que te sorprende si ya sabes que es un tarado…-le dije intentando parecer interesada en lo que pasó-Lo conoces y estás más tonta tu por sorprenderte…
Sé que esa no era la forma de responderle, pero simplemente no pude hacerlo de otra forma porque no estaba de humor para decir otra cosa, siempre hago lo mismo y después termino reclamándome por eso pero es demasiado tarde para corregirlo.
A mitad del último periodo y a unos días de salir de vacaciones nos reunimos todos y nos pusimos a platicar de cosas sin importancia. Liz estaba medio deprimida porque acababa de terminar con su novio y todos intentábamos hacerla sentir mejor, además de que también estábamos un poco desanimados porque ya iba a terminar el curso.
Estábamos sentados fuera de un salón sentados en el suelo mientras esperábamos a Liz, porque tuvo que ir a recoger su examen, Mónica estaba estudiando porque a la hora siguiente tenía examen y me ofrecí a ayudarla y Brandon y Araceli hablaban sobre algo que no entendía…
-Es que no entiendo…-le dijo-Ya lo había superado: empecé a hacer cosas importantes, estoy yendo a natación, estudio en mi tiempo libre… ¡Y de todos modos volví a lo mismo!
-Tampoco es para tanto bitch-le respondió él-Digo, tampoco es tu culpa que eso pasara y no puedes hacer nada para solucionarlo…
-¡Ya lo sé! Y eso es lo que más me molesta porque de verdad hice todo lo posible por superarlo…
Intenté hacer todo lo posible por ignorar lo que decían (y por eso mismo ayudé a Mónica) pero no podía dejar de pensar que algo no andaba bien, Últimamente ella había estado un poco distante y parecía desinteresada en mí y pasaba mucho tiempo hablando con Brandon y Liz, pensé que eso que eso que intentó superar podía ser yo y que probablemente algo había hecho que le molesto y por eso actuaba así.
Después Araceli volteó a mirarme y me preguntó sin más rodeos si creía que alguien le gustaba, sólo pude responderle que no tenía idea, que generalmente no me fijo en eso. Me reclamó por mi respuesta y me confesó que realmente había alguien que le gustaba, se me hizo un nudo en la garganta y no sabía que decir o hacer (para este momento ya había aceptado lo que sentía por ella y eso sólo lo hizo más complicado). Me preguntó quien creía que podía ser y como pista me dijo que el nombre de la persona que le gustaba llevaba una “a” una “i” y una “e”, además de una “g” y una “l”.
Ni para que negar que de inmediato pensé en mí, todo parecía concordar, desde mi punto de vista sólo le faltaba decir que además llevaba una “n” y una “c” y creí que esa era la razón para estar tan intranquila, después de todo, darse cuenta de que te has enamorado de tu mejor amiga no es nada fácil (y lo digo porque es justo lo que me pasó) y para mí esa era razón suficiente.
-No tengo ni idea-le dije intentando pensar una forma de dar la “respuesta más obvia”-Mejor dame otra pista…
-¡Va en el grupo! Por favor Angélica… Intenta pensar tantito… Ya te di muchas pistas y es imposible que no adivines…
Con eso sólo logró aumentar mis esperanzas, iba en el grupo y todas las pistas anteriores, ya no me quedaba duda, tenía que ser yo y más porque dijo “Parece estúpido que me guste” y nada me parecía más lógico que fuera estúpido enamorarse de mí, todo encajaba a la perfección pero no quería decirlo pues temía que fuera demasiado directa.
Me estaban presionando para responder y afortunadamente Liz regresó y la hora terminó así queme liberé de sus preguntas un momento (porque se concentraron en escuchar a Liz quien aún estaba triste) y me alejé de ellos para seguir estudiando con Mónica.
La verdad no estaba prestando atención, sólo pensaba en que le diría a Araceli cuando me confesara que la persona que le gustaba era yo. Estaba dispuesta a hablar de lo infiel que soy, de todas mis malas costumbres e incluso de mi pasado: de lo que pasó con Rebeca, de la atracción que aún sentía por Fernanda y de muchas cosas que debía saber antes de querer llegar a algo más.
Mónica entró a su examen y me quedé alejada de los demás para intentar pensar fríamente y no cometer tonterías una vez que estuviera sola con Araceli. No dejaba de pensar en como le diría mis sentimientos y lo que tendría que hacer una vez que lo supiera.
El tiempo pasó y entre todos insistieron que era demasiado obvio y que no había razón para que no adivinara, me estaba sintiendo acosada y creí que no iba a poder decirlo si seguían así. Sin embargo, toda esa ilusión que tenía de que por fin mi historia tuviera un “final feliz” se vino abajo cuando entre todas las pistas me dieron “Es super tonto y nunca entra a sus clases”, eso destrozó mi corazón, sólo respondí “Es Gabriel” y todos se alegraron porque pude descubrirlo.
Una vez más me hice ideas falsas, espero mucho de algo que sabía no tenía razón de ser, estaba consciente de que ella es heterosexual y que no había forma de que se fijara en mí. Y aún así me engañé y quise creer que sentía lo mismo que yo. Tenía que darme por vencida de una vez por todas y aceptar la realidad.
Iba sumida en mi depresión mientras todos hablaban de lo evidente que era lo que Araceli sentía, de la perdida de tiempo que hacía por no decírselo a Gabriel y de lo distraída que era por no haberme dado cuenta antes. No puse atención a nada, sólo quería regresar a mi casa y tirarme sobre mi cama a llorar, seguro después de eso todo estaría bien y no tendría más de que preocuparme.