Paso #2: Si no le ha convencido todas las razones por las que no le conviene enamorar a alguien homo-fóbico y todavía insiste con eso, el primer consejo para usted, es el de NO confesarse tan pronto; debe esperar y hacerse amigo/a de la persona a la que usted gusta para crear un vinculo que le facilite el acceso al corazón de esa persona.
Sus manos sudaban, sus piernas temblaban levemente y sentía como si su rostro estuviese a punto de ebullición. ¿La razón? Porque Sasuke Uchiha estaba a tan solo unos pasos de distancia.
Se encontraba en la casa de Shikamaru, quien había hecho una pequeña junta entre sus amigos mas allegados, y ese era el momento justo para que él se presentara frente a Sasuke. Su amigo le dejo bien en claro que no quería hacer de Celestino, ya que no quería perder la amistad del Uchiha.
Lo bueno es que todos los allí presentes eran buenos amigos de Naruto, con excepción claro, de Sasuke.
“¿Me acerco o no me acerco? ¡Joder, estoy sudando como cerdo en el matadero, de veras!”
Haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad, comenzó a caminar en dirección hacia el pelinegro, quien estaba dándole la espalda.
El rubio estiro el brazo y toco con el índice levemente el hombro del pelinegro, quien se volteo y le miró indiferente. Tal vez era su imaginación, o la esperanza que guardan los jóvenes enamorados, pero alcanzaba a ver un atisbo de interés en esos ojos oscuros que actuaban como si fuesen un pozo sin fondo, llevándose todos sus pensamientos, sus sueños… las palabras. ¡Joder, no sabia que diablos decir!
–¿Se te frece algo? – pregunto el pelinegro, cansado de no recibir nada mas que una mirada embobada de ese rubio con cara de tarado.
–Y-yo… – tosió un poco y luego actúo tan efusivo y alegre como siempre, tendiéndole la mano – ¡Me llamo Naruto Uzumaki!
–Sasuke Uchiha – estrechó su mano, sin mostrar mayor interés
– ¿Alguna vez te han dicho lo hermoso que eres? ¡Me gustas mucho, dattebayo! – sonrió ampliamente, sin darse cuenta la expresión que el pelinegro puso ante esa confesión
–¿T-tu… eres…?
– ¿Te gustaría tener una cita conmig…?
– ¡Muere! – en un abrir y cerrar de ojos, Naruto se encontraba del otro lado de la casa, tendido en el suelo, con el ojo morado y viendo pajaritos volando a su alrededor.
El pelinegro se marcho ofuscado e indignado, no sin antes decirle al rubio todo de lo que se iba a morir, por supuesto. Maldición, iba a tener que desinfectar su mano, si es que no era demasiado tarde ya y debía apuntársela.
Los demás invitados socorrieron a Naruto con ojos preocupados.
– ¡Naruto! ¿Te encuentras bien? – pregunto Shikamaru, haciendo que se sentara en el suelo
– ¿Eso... significa... un no, Sasuke...teme? – pregunto el rubio, algo atolondrado todavía por semejante golpe recibido.
El de coleta sonrió divertido.
No había que preocuparse, el rubio estaba bien.