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The Beast~ La Bestia por Uchiha-Estefi

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Enjaulado

La mansión de Onew era muy grande y estaba dividida en 5 pisos. En el piso de arriba vivía Onew, Minho y la nobleza; un piso abajo los miembros pasivos, algunas familias a las que les dieron refugio; bajo la mansión estaban los soldados principales como el Comandante, Sargentos y científicos, los que creaban las armas y aparatos del clan; bajo ese piso estaba el almacén y debajo de este…profundo bajo la mansión había un lugar olvidado, uno que nadie visitaba, a uno donde nadie se le permitía entrar. Las mazmorras.

Las paredes construidas de piedra dándole un aire medieval al lugar. No había electricidad la única luz que había procedía de las antorchas coladas en los largos, fríos y oscuros corredores.

Era un lugar aterrador y la última vez que lo usaron fue cuando encerraron a Taemin, dejando que se transformara solo sin que nadie se preguntara por los horribles gritos.

 

Las mazmorras era el lugar más seguro en la mansión. Más de una puerta guiaban a las mazmorras pero estas estaban protegidas con unas puertas de acero.

No a cualquiera se le permitía entrar a ese horrible lugar por una simple razón, no todos podían regresar a la superficie. Muchos se habían perdido antes y a algunos nunca se les encontró, esas historias asustaban incluso al más valiente.

 

A Kim Kibum nunca le gustaron las mazmorras, pero por una razón muy diferente a la de los demás; el estar ahí abajo con el aire húmedo esponjaba su cabello y lo hacía lucir grasoso, arruinaba su cabello completamente. Simplemente era desagradable.

Porque Kim Kibum no era como los demás, conocía las mazmorras; no le daba miedo perderse. ¿Por qué se asustaría? Después de todo él era el Vidente; su mente lo guiaba, lo forzaba a tomar los corredores correctos; sus pies simplemente lo llevaban.

 

Era casi molesto.

Algunas veces sentía que solo era una marioneta de su poder, siendo controlado por él. Era confuso, algunas veces simplemente era perfecto sin que él se lo esperara, haciendo todo lo que él quería, cuando él quería y después…cuando lo obligaba…era tan difícil hacerlo funcionar. Se preguntaba si su poder tenía su propia conciencia, actuando como una perra con él cuando no quería hacer su trabajo.

O tal vez solo estaba sobreactuando.

Ya debería estar acostumbrado.

 

Ojos dorados brillando en medio de la oscuridad, sus pupilas dilatadas, sus orejas temblando levemente a cualquier sonido.

Sus pies lo llevaron por el laberinto de corredores, su corazón aumentando sus latidos cuanto más se acercaba al centro de las mazmorras, su mano aferrándose a su bolso.

 

Podía oírlo.

Era claro para él.

Incluso entre las gruesas paredes, encerrado detrás de una gruesa puerta de metal que evitaba que incluso el sonido de una bomba explotando se oyera, incluso así el sonido llego a él, era casi aterrador.

Corrió por sus oídos, las vibraciones corriendo por las paredes mientras se acercaba a la celda deseada.

Era una canción tan dolorosa.

 

Key tembló, el sentimiento corriendo por su cuerpo.

Su protegido estaba llamándolo.

Lo sintió en su piel, los cabellos de su cuello parándose por la llamada. Era algo nuevo para él, algo que solo existía entre Amo y Protegido, algo casi espiritual, el vínculo jalándolo, llamándolo a la celda.

Era raro y sabía que el otro lo estaba haciendo por instinto pero aun así…dentro de él, lo hacía feliz. Feliz porque quería decir que de alguna manera él era querido, tal vez porque el otro estaba asustado, o enojado. O ambos.

 

Ya estaba.

Key miro la plateada puerta metálica frente a él.

Era una celda perfecta, una celda a prueba de bestias, a prueba de todo.

La gran, robusta puerta era intimidante; docenas de diferentes candados distribuidos matemáticamente sobre ella, haciendo de abrirlos al mismo tiempo una misión imposible para cualquier persona.

Imposible si, pero no para él, no para Kim Kibum.

 

Lo sintió salir de sus poros, las líneas azules de energía dejando su cuerpo, flotando, brillando en la oscuridad de las mazmorras, acercándose lentamente a la puerta, olas delicadas.

Key sonrió a lo fácil que era abrir ese complejo grupo de candados, las líneas entrando en cada uno, entrando a la puerta.

Se sintió conectado a la puerta; podía verlo dentro de su mente, el denso laberinto de canales, engranajes y cilindros cruzando por su mente. Era fascinante. Muy…muy fácil…

Rosados labios se torcieron en una sonrisa.

 

Click.

 

La bestia gruño, gritando al sonido de los candados abriéndose. Le tomo su tiempo; el mecanismo haciendo su trabajo, abriendo los pequeños aparatos hasta llegar al candado principal.

 

Key suspiro, la puerta abriéndose con un sonido metálico. “Puedes abrir cualquier cosa, ¿Verdad?” Sonrió para sí mismo orgulloso, entrando lentamente a la celda.

 

Estaba realmente oscuro y de repente…todo quedo en un silencio molesto.

Tomo unos pasos cuidadosos, sus ojos acostumbrándose a la oscuridad. Vio algo moverse en el rincón de la habitación.

Pupilas plateadas mirándolo lentamente.

 

Key trago saliva, caminado hacía atrás. De repente…ya no se sentía tan valiente.

Los vampiros veían mejor en la oscuridad que los humanos pero comparados con las bestias, eso era nada. Las bestias eran originalmente criaturas de la noche, Sus inusuales ojos negros eran así por esa razón.

 

Podía oír su corazón latir rápidamente, y su corazón acelerándose mientras el dueño de las brillantes pupilas se acercaba lentamente a él.

Sintió su cuerpo frío, congelado por el miedo. ¿Qué estaba haciendo? Necesitaba moverse, ¡hacer algo! ¡Luz! ¡Necesitaba luz!

 

Con un fuerte gruñido, las pupilas plateadas de repente se sintieron muy cerca, la bestia corrió a él a una velocidad tan anomalística que hizo a Key gritar, cayendo al suelo, su cabeza chocando contra la puerta detrás de él.

¡Mierda, mierda, mierda! ¡Si esas garras lo alcan-..!

 

 

Key parpadeo.

 

No había dolor.

¡No había dolor…!

Key toco su pecho y piernas. Ninguna extremidad faltante. Como demonios-…Oh.

Oyó el sonido de metal, la bestia luchando contra las esposas alrededor de sus brazos y piernas. Key golpearse a él mismo.

¿Cómo pudo olvidar eso? ¡Él mismo lo había encerrado ahí!

 

Suspirando, el rubio se levantó, sonrojándose por su propia estupidez.

La celda estaba dividida por barras de metal y la bestia estaba cuidadosamente amarrado con cadenas de metal a la pared. Y…se había olvidado de eos. Great.

No lo entendía. ¡Había matado a tantas bestias antes! ¡Bestias más altas y fuertes! ¡Y ahora…estaba gritando como una pequeña niña al ver a…una bestia bebe!

¿Qué tan ridículo era?

 

Molestas, pupilas plateadas lo miraron detrás de las berras y Key hizo todo lo posible para ignorarlo, caminando a las antorchas, encendiéndolas con su encendedor. El fuego se encendió rápidamente, la bestia se sobresaltó, protegiendo sus sensibles ojos de la luz.

 

Key se volteo, viendo a la bestia de cabellos chocolate proteger sus ojos con sus largas garras, su cuerpo presionado contra la pared, arrodillado en el oscuro rincón.

Key no pudo evitar sonreír, la bestia se quejaba de la luz de una forma que le recordaba a Taemin cuando lo despertaba, abriendo las cortinas, dejando que la luz del día alcanzara su cama.

 

Acercándose a la barras de metas, Key se chupo los labios en un gesto nervioso.

20 minutos atrás había conseguido permiso para conservar a Jonghyun. Tenía exactamente una semana para probar que la bestia era diferente a las demás; esto era una victoria, realmente lo era pero… ¿ahora qué?

No era un domador. ¿Cómo demonios haría algo así?

Estaba en aprietos, lo sabía. No sabía dónde empezar, o como empezar. Pero…tenía que hacerlo de alguna forma.

Después de dejar la oficina de Onew, Key fue directamente a la bóveda de la mansión. Pero no era una bóveda común, no escondía papeles importantes o dinero, no; esta bóveda en realidad era un gran refrigerador. Una bóveda del tamaño de un cuarto, rodeado de estantes con paquetes de diferentes tipos de sangre.

No cualquiera tenía acceso a la bóveda; las personas no podían simplemente entrar y tomar lo que quisieran, no.

Onew era estricto sobre la sangre; era muy valiosa como para desperdiciarla, así que las empleadas solo servirían específicas dosis de sangre cada cierto tiempo, dependiendo en las necesidades de cada vampiro.

Normalmente solo tomaban sangre humana, pero para una bestia…estaba totalmente prohibido. Jonghyun no podía tomar esa sangre de ninguna forma, así que solo había un tipo de sangre que Key podía usar. Sangre de vampiro. Y ese tipo…no era fácil de conseguir.

Los vampiros normalmente no tomaban sangre de otros vampiros. No era tan nutritiva pero podía ser usada. Los paquetes de esa sangre eran usados en la enfermería, para sanar y curar a los más débiles. Esos paquetes no podían venir de vampiros clase C. para asegurarse de que el paciente sanara, necesitaba ser una sangre más fuerte, comúnmente de clase B.

 

Key no era del tipo de personas que visitara la bóveda, odiaba ir ahí; demasiada sangre le daba nauseas.

La única razón por la que Key tomaba sangre era porque sabía que la necesitaba. Onew tenía sus principios y por eso Key lo admiraba tanto. No era solo un buen líder sino también un buen hombre de negocios; sabía cómo tratar con el dinero y darle buen uso. Por eso, Onew encontró como asociarse con algunos hospitales humanos, financiándolos a cambios de cierto número de paquetes de sangre cada cinco meses.

Era sangre traficada, por lo menos no venía de víctimas, si no de donadores. Solo había una regla que Onew ponía para cerrar los contratos. Nunca preguntar porque necesitaba la sangre. Su familia era antigua, era rico y todavía recibía dinero de algunos clanes para limpiar las calles de ‘basura vampírica’.

 

Muchos clanes no trabajaban así. Key sabía las cosas horribles que pasaban detrás de esas puertas, la forma en que ‘criaban’ humanos como si fueran animales de criaderos, engordándolos para después matarlos. Era un lento proceso, pero esos clanes no mantenían a pocos humanos. Podían tener cientos…dependiendo del tamaño del clan.

 

Muchos nobles amaban el saber del aún caliente, del líquido rojo así que no aprobaban el aburrido sabor de los paquetes de sangre. Desangrarían a sus humanos, pero no los matarían. No, los humanos era difíciles de criar; eran demasiado preciosos como para matarlos.

Key lo había visto…venía de un clan así. Era…horripilante. Enfermo.

A los nobles no les gustaba tomar directo de la piel humana, lo encontraban desagradable. Tubos.

El humano era forzado a sentarse al lado del vampiro, un tubo insertado en sus venas como una IV. No eran nada más que paquetes de sangre vivientes.

Los vampiros sorberían del tuvo como un niño de un popote, tomando su jugo favorito. Era…algo desagradable.

Otros nobles sin embargo, preferían no ver a los humanos. En su lugar, mandaban a sus mucamas a que los desangraran en un cuarto especial, regresando con lujosas jarras de sangre.

Key no lo soportaba.

No podía.

Lo odiaba.

Odiaba que necesitara sangre para sobrevivir; odiaba lo que se sentía al tragarla; la forma en que su cuerpo la deseaba y el placer que sentía al saciar su sed.

No podía entender porque muchos amaban el sabor. ¡Lo odiaba! ¡Nunca se podría acostumbrar! Pero…no tenía opción.

La sangre era su agua.

La sangre era lo que mantenía sus células vivas.

La sangre era…su maldición.

 

Mirando a la bestia frente a él, Key suspiro.

Este chico…puedo haber tenido un brillante futuro si el rebelde no lo hubiera mordido esa noche. Era tan cruel, un destino injusto. Nadie se merecía eso.

Olvidar su vida, Olvidar quien era, lo que había sido. Empezando desde cero en un extraño cuerpo con garras y colmillos, despertar sabiendo que ambiciabas el mismo líquido que corría por tu cuerpo, su sentido del oído mayor, que los hacía oír la sangre correr, el sonido del pulso latiendo, provocándolos.

 

Este chico… esta extraña bestia…

 

Los ojos dorados de Key recorrieron la figura masculina, ojos plateados observándolo desde las sombras.

 

…era especial.

 

 

 

 

Knock Knock

 

Onew miro a la gran puerta de madera por debajo de sus lentes. “Pasé.”

 

Las puertas abriéndose lentamente, una rubia cabeza asomándose. “¿Me llamo, amo?”

 

Onew frunció el ceño. “Dios Minnie, no me llames así. ‘Hyung’ está bien.” El mayor hizo un ruido, tomando una pila de documentos y levantándose, caminando a la mesa de su secretaria para que ella lo terminara al siguiente día.

 

“Lo siento.” Onew oyó al otro decir mientras caminaba de regreso a su silla.

 

Onew miro a la puerta, Taemin aun parado en la entrada en silencio, mirando al piso.

Algo estaba molestando a su Protegido…podía olerlo en el aire.

Suspirando cansadamente, Onew recargo su espalda contra la silla, harto de eso. Había sido un día largo y no podía esperar a llegar a su cama pronto…

 

“Ven aquí.” Lo llamo el líder, quitándose sus lentes y poniéndolos en su escritorio; su voz profunda pero aun así suave, tan tierno; algo que muchos nunca no habían oído a pesar de todos los años que habían vivido ahí.

 

Taemin no lo miro; apenas y camino, acercándose al hombre, cabellos rubios sobre sus ojos. Onew miro al joven, estudiando sus cansadas, inocentes rasgos; notando los rojos e hinchados que lucían sus ojos. Así que había estado llorando. Por eso había sentido esa molesta sensación en su pecho. El lazo entre amo y protegido realmente era algo raro…

 

El chico camino hacía el escritorio y estaba a punto de sentarse cuando el líder hizo un ruido desaprobatorio, haciendo que lo mirara sorprendido. “¿Eh...?”

 

Onew solo sonrió, dándole unas palmaditas a sus piernas.

Con una pequeña sonrisa, Taemin se levantó, rodeando el escritorio y parándose cerca del hombre de cabellos café oscuro.

El líder abrió sus piernas, dándole espacio al otro para que se sentara en sus rodillas, Taemin recargándose en el hombre, recargando su cabeza en su hombro como un hijo lo haría con su padre.

 

“¿Qué pasa?” Onew pregunto con un gentil tono, su mano acariciando sus cabellos y después apoyándola en su espalda baja. “rara vez me llamas ‘amo’, debes estar enojado.”

 

“No es nada.” El joven murmuro contra la camiseta del hombre, haciendo que el líder rodara sus ojos.

 

“Yah. ¿Qué te he dicho sobre mentir?” Onew lo miro, picando al maknae en el estómago, haciendo que el otro levantara su cabeza, parpadeando sorprendido. “Puedes mentirle a Key cuando dices que ya hiciste tu tarea pero a mí no puedes engañarme.” Le advirtió, señalándolo acusadoramente.

 

Taemin frunció el ceño, mirando a otro lado enojado.

 “¡Ah…! Toque un punto sensible. Es Key entonces.” El líder sonrió; sorprendido de lo fácil que era leer al maknae.

                                                                                                                                  

“… ¿A dónde fue…?” Onew oyó a su Protegido preguntar en un tono muy bajo.

 

El vampiro levanto una ceja, confundido por la pregunta. ¿Por qué estaba preguntando algo así? “¿Hum? Las mazmorras, tal vez.”

 

Los ojos de Taemin se abrieron en shock. “¡¿LO MANDASTE A LAS MAZMORRAS?!” grito, saltando de sus piernas para mirarlo enojado, su boca abierta con horror. “¡¿Por qué hiciste eso?! ¡Key hyung no es una mala persona! ¡No merece estar ahí! ¡Habrá hecho algo malo pero-” 

 

“Taemin-”

 

“-por favor perdonala! ¡Por favor, amo! ¡No lastimes Kibum hyung! ¡Es mi único amigo!” el joven tomo las manos del líder, apretándolas. “¡Dale otra oportunidad! Él-”

 

“¡Taemin!” Onew gritó, haciendo que el maknae se callara rápidamente, el rubio mirándolo sorprendido. “No lo mande a las mazmorras.” Hablo con una voz calmada; sonriendo por la confundida expresión del chico.

 

“¿Huh? Pero dijiste-”

 

“Fue por el mismo.” sonrió. ¿Acaso Taemin realmente había pensado que había echado a Kibum?

 

El rubio solo lo miro, sus labios formando una sonrisa. “Eso significa que...”

 

 

 

 

“Hey.” Key rompió el silencio, mirando al chico entre las sombras. “¿me recuerdas?”

 

La bestia, no sabía cómo hablar, y Key lo sabía. No esperaba una respuesta…solo una pequeña señal...algo que le probara que lo entendía de una u otra forma.

Pero la bestia solo gruñía, irritado por la luz de las antorchas.

Key suspiro y miro la bolsa en el suelo. Tomándola de nuevo, el Vidente tomo un paquete de sangre y dejo caer la bolsa nuevamente.

 

Sabía que no tenía permitido tomar ese tipo de paquetes de la bóveda pero…Jonghyun no podía tomar sangre humana; si lo hacía, se volvería salvaje, más animalistico, más agresivo e insensible. Estos paquetes eran su única esperanza. Si la bestia tomaba sangre de vampiro en lugar de humana…tal vez hubiera una oportunidad de que se pareciera más a él…como había pasado con Taemin...

 

Key sacudió la cabeza, mordiendo sus labios. La posibilidad era muy baja y lo sabía. Onew lo dejo quedarse con la bestia una semana…eso era casi un milagro.

Seguía confundido. ¿Qué demonios lo había hecho romper las reglas y hacer algo tan estúpido y extremo? ¡Debió de haberlo matado y seguir con su vida...!

 

“Huum...”

 

Levanto la mirada, Key no pudo evitar sonreír lentamente por la curiosa mirada de la bestia hacía el paquete. Esa era la razón por la que no lo había matado. Cualquier otra bestia hubiera saltado y lo hubiera matado a la simple vista de sangre…y luego estaba Jonghyun, mirando el paquete de sangre aún entre las sombras. “Debes estar hambriento, ¿huh?”

 

Lentamente sintiéndose nuevamente cómodo alrededor de la bestia, Key se acercó a las barras pero se detuvo cuando el otro empezó a gruñir, oscuros ojos mirándolo, largos, y blancos colmillos mostrándose.

 

“¿Qué? ¿Estás enojado conmigo?” levanto sus cejas sorprendido y después rodo los ojos. “claro que lo estas. Te encerré aquí, ¿cierto…?”

 

La bestia solo desvió la mirada, haciendo ruidos de enojo hacía la pared.

Suspirando nuevamente, Key se presionó contra las barras y extendió el paquete en el aire, capturando la atención de la bestia nuevamente. “Mira…es comida. Solo has tenido tu primera ración. Te debilitaras si no te alimentas pronto.”

 

Le tomo unos segundos, la bestia lo miraba como si se preguntara que hacer, antes de acercarse lentamente, haciendo que Key sonriera ampliamente. “Si…ven aquí. ¿Puedes olerlo cierto?” Sacudió el paquete lentamente. “¡Ven por el!”

 

Pupilas plateadas rodeadas de oscuridad lo miraron sospechosamente, su cuerpo deteniéndose en el centro de la celda.

Key sin embargo, no era una persona paciente. ¡Sabía que estaba hambriento! ¡¿Por qué le estaba tomando tanto tomar los malditos paquetes de sangre?! ¡Era una bestia! ¡Las bestias debían volverse locas por la sangre!

“¿No me temes o sí? ¡Vamos, tomalo..!”

 

Como si entendiera al rubio, la bestia se acercó nuevamente, las cadenas estirándose al límite, evitando que se acercara mucho a las barras.

Mientras Jonghyun se acercaba, Key noto la última herida de bala en su pecho, aun sangrando. Todavía no atendía esa herida, lo último que necesitaba era una bestia con fiebre.

 

Las narinas del moreno se movieron, captando la esencia de la sangre y Key sonrió cuando sus pupilas se expandieron, lengua lambiendo sus labios en anticipación. Así de hambriento, ¿huh?

 

Estirando su brazo lo más que pudo, Key dejo que el otro tomara el paquete con sus dientes, teniendo cuidado de no ser mordido. “Si, buen chico.” Sonrió aliviado al poner su brazo a salvo de nuevo y la bestia corrió de nuevo a su nuevo rincón favorito, tomando el paquete y mirándolo fijamente.

 

¿Así que no sabía qué era eso...? Tal vez estaba confundido porque olía como sangre pero no lucia como eso. Oh bueno…tenía que explicarle como abrirla.

El vampiro estaba irritado pero intento calmarse, respirando profundamente. Tenía que ser paciente esta vez. No era Taemin a quien estaba enseñando; era una bestia, un animal; y como un perro, no se volvían inteligentes si no se le entrenaba.

 

“Ok, ya lo tienes. Ahora solo tienes que-¡YAH!” Key grito abruptamente, cuando la bestia lanzo el paquete de sangre a la pared, el líquido rojo esparciéndose por todas partes.

 

“¡¿Qué haces?! ¡Estúpido jurásico idiota! ¡No puedes solo lanzar la comida así! ¡¿Sabes lo raras que son esas?!” Key grito enojado, sosteniendo las barras metálicas, la bestia mirando la ensangrentada pared sorprendido.

 

Acercándose al ahora vacío paquete, Jonghyun la tomo y la lambio antes de gruñir, lanzando el paquete de nuevo.

 

Key jadeo horrorizado. “¿Qué? ¡¿No te gusta?! ¡Es sangre! Ya has tomado eso, ¡Tu jodido idiota!”

 

“No creo que te entienda, hyung.”

 

EL rubio puso un rostro irritado, cruzando sus brazos sobre el pecho. “Claro que- … ¡Taemin! ¡¿Qué haces aquí?!” Jadeo en shock, volteándose para encontrarse con un sonriente rostro.

 

Taemin, quien había estado observando desde hace un minuto, entro, sonriendo ante la única personalidad de su tutor. Estaba tan feliz de que no se hubiera ido, podría estar en la mansión sin su mejor amigo. Key era muy divertido, la única persona que no lo aburría. “Onew hyung que no te habían expulsado y que tal vez estarías aquí-”

 

Los ojos de Key se abrieron, su piel palideciendo. Ni siquiera escucho la explicación del rubio al darse cuenta de la situación…

Las mazmorras.

Taemin estaba en las mazmorras. Oh no.

¡¿Qué tal si recordaba..?! ¡¿Cómo demonios le iba a explicar que él había estado ahí?! ¡¿Qué si recordaba que él había estado encerrado ahí?! ¡Mierda! ¡Eso causaría muchas preguntas y difíciles respuestas para explicar..!

Lo que hiciera, necesitaba estar calmado; entrar en pánico solo lo haría sospechar. “¡¿Cómo me encontraste?! ¡¿Sabes lo peligroso que es aquí abajo?!” Intento poner su mejor voz molesta, rezando silenciosamente para que Taemin se fuera pronto.

 

Taemin solo rio, encogiendo los hombros. “Seguí tu esencia. Fue fácil encontrarte.”

 

Key abrió sus ojos, jadeando, ofendido. “¿Estás diciendo que apesto...?”

 

Taemin se rio y negó con la cabeza antes de señalar a su amigo. “Es tu brazo.”

 

Key hizo una cara, confundido. ¿Su brazo?

Mirando abajo, vio su uniforme desgarrado; una fina línea roja en su piel, sangre seca alrededor de la herida. “Oh. Eso. Lo había olvid-”

 

Un fuerte gruñido se oyó en la celda, el sonido de cadenas golpeando el suelo violentamente, haciendo a Taemin sobresaltarse y esconderse detrás de su amigo, manos tomando fuertemente el uniforme del rubio. “¡¿Qué fue eso?!”

 

Eso…era algo que Key no podía contestar. No entendía.

¿Por qué demonios…?

Detrás de las barras de metal…estaba la bestia. Una bestia verdadera. Jonghyun, quien había sido pasivo hasta ahora, callado y tranquilo…ahora actuaba como una verdadera bestia lo haría.

Pupilas plateadas viéndolos enojado, su lastimado cuerpo caminando en círculos dentro de la celda, intentando deshacerse de las cadenas que lo alejaban de las barras, soltando horribles ruidos.

 

“Hyung…¿Qué está pasando?” Key oyó al joven preguntar detrás de él, sus manos apretándose cada que la bestia jalaba las cadenas. 

 

Key simplemente movió la cabeza lentamente, mirando a la criatura dentro de la jaula. “No lo sé… Había estado tan callado hasta ahora…”

 

¿Por qué?

Había estado enojado sí, pero no al punto de pelear contra las cadenas de esa forma. ¿Qué lo había hecho actuar así tan repentinamente?

La forma en que los miraba, la forma en que sus garras se movían queriendo atacar…

¿Jonghyun quería atacarlo? ¿Por qué?

Había estado tan-…

No era él. No era él al que quería atacar…

 

“Eres tú.” Key se volteo para mirar al joven. “Esta enojado por ti.”

 

Los ojos de Taemin se abrieron. “¡¿Yo?! ¡Pero no hice nada!”

 

Sí, eso era cierto.

Taemin no le había hecho nada a Jonghyun pero…había estado con alguien que sí. Key asintió para sí mismo. ¡Claro! ¡Por eso estaba tan enojado! “Es tu ropa. Si, ¡Eso era! ¡Deben tener la esencia de Minho!”

 

Taemin lo miro raro. “¿Qué? Pero yo no-”

 

“Caminaste con él en el bosque.” Key lo interrumpió. “Las bestias pueden captar cualquier mínima esencia y tú tienes la de Minho.” Pico al chico en el pecho.

 

“Entonces tú también la tiente. ¡Peleaste con él! ¿Por qué no está enojado contigo?” El otro señalo, tomando un paso hacia atrás cuando nota las pupilas plateadas mirándolo.

 

El Vidente rodo los ojos ante la pregunta, la respuesta siendo realmente obvia. “¡Soy su Amo, Minnie! Sabe que fui herido por Minho,  pero a ti no te conoce. ¡Lo único que sabe es que hueles como él! Y eso te vuelve una amenaza.”

 

Viendo a la bestia atacar al aire, intentando alcanzar las barras, Taemin trago saliva, asintiendo. “Mejor me voy.”

 

“¡Espera! ¡No puedes solo irte así!” Key jadeo, tomando el brazo del maknae. “¡No conoces la salida!”

 

“Pero yo sí.” Una profunda voz uniéndose a la conversación. La bestia empezó a gritar lo más fuerte que pudo, pupilas plateadas centrándose en la persona en la puerta.

 

Key cerró sus ojos, suspirando cansadamente. Minho. “Aww, genial. Ahora tú. ¡Si rompe las cadenas es tu culpa!” la diva se quejó, viendo al alto soldado acercarse. “¿Qué haces aquí, Choi?”

 

Minho lo ignoro, deteniéndose frente a la celda mirando a la furiosa bestia dentro, sus manos dentro de sus bolsillos. Ojos cafés encontrándose con unos oscuros teniendo una batalla silenciosa y sus labios frunciéndose en disgusto. “Vine a ver a que no enfrentamos.”

 

Key apretó sus labios enojado y camino hacía el soldado, parándose frente a la celda, forzando al otro a mirarlo. “Ya lo has visto, no hay excusa.” Dijo con voz firme, mirando al hombre de cabello oscuro. “¿Qué quieres?”

 

Mierda.

Podía sentirlo en su piel.

Jonghyun estaba ardiendo del enojo; casi podía sentir a la bestia respirar, exhalando fuerte y ruidosamente, mostrando sus dientes peligrosamente.

 

“deberías estar avergonzado, trayendo a esta criatura a nuestra casa y pedir que se quede” El más alto miro a la bestia moverse alrededor de la celda. “¿sabes las consecuencias a las que se enfrentara el líder su tu mascota es descubierta?”

 

“Ese no es tu problema.” Key siseó.

 

El soldado se detuvo y se volteo, mirándolo. “Lo que incluya a mi clan es mi problema. ¡Nos estas metiendo en problemas por tu egoísta experimento!”

 

“Onew ya me dio permiso. No puedes-”

 

“Una semana.” Key oyó al soldado susurrar, su voz en un tono venenoso. “Solo tengo que esperar una semana para verlo muerto.” Minho asintió, parándose frente a la celda, viendo a la bestia gritar, tonificado, los músculos de su cuerpo peleando contra las cadenas.

 

El corazón que Key se detuvo un segundo.

¿Qué...?

 

“¿Muerto...?” Repitió el rubio, sintiendo su sangre enfriarse en sus venas. ¿Qué había dicho...?

 

Minho volteo su cabeza al Vidente, ojos oscuros sobre unos cafés. “¿realmente pensaste que iba a vivir? ¿Olvidas por qué este clan fue creado? Ninguna bestia puede vivir. Los cazamos y matamos, ese es nuestro propósito.” Siseo enojado. “Al menos que pruebes que tu mascota es…tan diferente como dices…tendré el placer de matarlo yo mismo.” Dijo el soldado, dándole la espalda al rubio de nuevo, viendo a la bestia atacar al aire, las fuertes cadenas atrapando sus manos.

 

Ojos cafés volviéndose dorados, Su corazón doliendo por esas palabras. “Tú cruel bastar-”

 

“¡Hyung!” Taemin gritó, tomando el brazo de su tutor, previniendo que se acercara más al guardaespaldas de su amo. No podía ver a esos dos pelear de nuevo, más que ahora que ya habían regresado a la mansión. “No de nuevo, no ahora, y especialmente no aquí.” Le dijo al rubio, la diva respirando profundamente y asintiendo lentamente.

 

Key sacudió sus brazos, liberándose del agarre del maknae y cruzando sus brazos sobre el pecho. “Largate, Choi. Veniste desde lejos solo para verme sé que soy guapo pero no te vuelvas tan acosador.”

 

Una sarcástica sonrisa apareció en los labios del más alto. “sigue bromeando, pero todos sabemos quién va a ganar.” Dijo el soldado antes de darse la vuelta y salir de la celda.

 

¡Ese idiota arrogante..!

De repente…Key realmente quiso liberar a Jonghyun para que fuera tras el guardaespaldas.

 

“Maldito idiota…” El vidente gruño enojada antes de voltearse al más joven. Necesitaba concentrarse. No podía dejarse llevar en esos momentos. “Minnie, ve con él. Conoce la salida...”

 

 “¡¿Qué?! ¡Pero él-!”

 

“¡Solo vete!” Key grito, haciendo que el otro se sobresaltara.

 

Mierda.

No quería gritar pero…esto era demasiado.

Onew había decidido matar a Jonghyun en una semana si no mostraba ningún progreso. Y una semana era…muy poco tiempo.

Se sentía perdido, asustado.

Era un sentimiento tan confuso. Apenas había conocido a la bestia hace menos de un día pero no podía imaginar perderlo. ¿Qué era esto?

 

Taemin siguió mirándolo, parpadeando antes de asentir, dedicándole una pequeña sonrisa al otro. “Te veo mañana. Buena noches hyung...” suspiro el menos, dándose la vuelta, caminando hacía la puerta.

 

“¡Taemin!” el rubio escucho a su tutor llamándolo, haciendo que mirara sobre su hombro sorprendido. Key lo estaba mirando, sus pies pateando el piso de una forma extraña. “…Solo… come algo antes de dormir. ¡Y cepillate los dientes..!”

 

Sonriendo, Taemin asintió de nuevo, sabiendo que esa era la manera del Vidente de disculparse. “Lo haré.”

 

Key suspiro, viendo al protegido de Onew dejar la celda, cerrando la gigantesca puerta detrás de él.

Realmente no sabía qué hacer. Se había metido en un gran problema y no había salida.

Lo único que podía hacer era tratar. Tenía una conexión con la bestia ahora, como su amo no lo podía dejar morir, no podía, el simple hecho de pensarlo lo hacía temblar.

Una semana.

Una semana para probar que era diferente, que no era peligroso y podía ser domado.

Una bestia…domada.

¿Qué tan ridículo era eso..?

 

Suspirando ruidosamente, Key sacudió su cabeza, haciendo lo mejor por no gruñir.

Le dolía el cuerpo, estaba cansado, confundido con los eventos reciente y con mucho que hacer.

No estaba acostumbrado a ese ritmo. Normalmente iría a cazar, regresaría, tomaría un largo y caliente baño, comería y se iría a dormir para despertarse temprano al siguiente día a darle nuevas lecciones a Taemin. Y ahora…te nía una bestia que alimentar y sanar. Estupendo.

 

“¡Hey, hey! ¡¿Te calmarías!” Grito el rubio, molesto por los constantes gruñidos de la bestia. “Se fue, ¡¿No puedes verlo?!”

 

A Jonghyun parecía no importarle; seguía jalando lo mejor que podía, las cadenas golpeando el piso cada que se movía, su cara roja de la furia, músculos ardiendo y las venas marcándose por el esfuerzo.

 

“¡Aish! ¡Para! ¡Despertaras a la mansión entera!” Key siseo enojada, sus facciones ablandándose drásticamente cuando vio las marcas rojas alrededor de sus muñecas causadas por las esposas. ¡Se estaba lastimando a él mismo..! Ese idiota…

 

Entrando en pánico, Key se aferró a las barras de la celda. No le gustaba el hecho de encerrar a Jonghyun de esa forma, sabiendo que eso lo estaba lastimando lo volvía peor. “¡Hey…shhhh! Está bien. Ya se fue.”

 

¿Qué esperaba? ¿Realmente pensaba que él iba a detenerse y actuar como un cachorrito? ¡Era una bestia! ¡No iba simplemente a obedecerlo; necesitaba hacer algo más..!

 

“No es fácil lidiar contigo, ¿verdad? Aish...” gruño el vidente, sus ojos sobre la puerta de la celda. ¿Debería…? No, era peligroso y no traía ningún arma con él! No podía..! ¡Pero…! ¡Argh! Realmente estaba considerando eso..? Aw, al diablo.

 

“Debo tener deseos suicidas…” murmuro para sí, mirando como líneas azules entraban al candado, la puerta abriéndose con un click.

 

Tomando aire, pálidas manos empujaron la puerta, su corazón acelerándose con cada paso que daba.

Antes de él, la bestia era salvaje, imposible de controlar. No tenía opción. Si quería usar la fuerza entonces sería tratado con fuerza. “Lo que me haces hacer…” susurro, líneas azules rodeando su cuerpo en un lento baile.

 

Con un grito, la bestia se pegó contra la pared, líneas de energía azul enredándose en el cuello y extremidades de la bestia, forzándolo contra la pared.

 

 

“¡Dije que te calmaras!” Key grito, viendo a la bestia soltar sonidos enojado, su musculoso cuerpo intentando liberarse. “Sigue luchando, no es algo que puedas lastimar o de lo que puedas liberarte.”

 

Era un proceso lento.

EL plan de Key: cansar a la bestia.

Eso sin embargo, no era tan fácil como había pensado. Era molesto, y… realmente agotador.

Key se sentó y espero. No estaba seguro de cuanto espero, tal vez 10, 20, 40 minutos. No estaba seguro. El chico era persistente; tenía que darle ese crédito.

 

“Aaaarhhh…”

 

Key parpadeo lentamente, luchando con el deseo de dormir. Levantando la mirada, vio a la bestia mirándolo, ahora simplemente buscando aire, su pecho subiendo y bajando rápido, sudor corriendo por su cara y cuello. “Hasta que te calmes, te voy a mantener así.”

 

La bestia lloriqueo, su cuerpo visiblemente cansado, no le quedaba fuerza para luchar contra el poder de Key.

El rubio estaba esperando que eso pasara; solo era cuestión de tiempo. Solo una vez había tomado sangre; no era suficiente para que aguantara mucho.

 

“¡Huuumn!”

 

Key lo miro, plateadas y dilatadas pupilas mirándolo, con una expresión abatida.

Key abrió los ojos. “Oh no. No otra vez, eso da miedo. ¡Para!” Escupió el rubio. ¿Qué era esto? ¡¿SU arma secreta?! ¡¿La bestia ponía ojos de cachorro para atraer a sus víctimas?!

 

Un fuerte lloriqueo se volvió a oír, haciendo al vidente gruñir desesperado. ¡Era molesto! ¡¿Por qué se sentía tan culpable por usar su poder contra la bestia?! ¿Por qué le molestaba tanto saber que la bestia estaba exhausta por su culpa? ¿Era la conexión?

 

“¡Huuumnn!”

 

Gruñendo, Key se paró de un salto. “¡Esta bien, está bien! ¡No te atrevas a volverte loco de nuevo! ¡Intento ayudarte, por Dios!” Grito acercándose, haciendo lo mejor por no mirar a esos ojos de cachorrito que lo observaban. “Estoy intentando demostrar que eres diferente a las demás bestias ¿y qué es lo que haces? ¡Actúas como una de ellas delante de una de las personas que más necesito impresionar! ¡Eso es brillante!” Gritó, líneas azules desapareciendo en el aire, la bestia cayendo al suelo.

 

Key se arrodillo, manteniendo distancia de la cansada bestia. Por un momento solo se sentó así, mirando al otro respirar profundamente, oyendo los muchos diferentes, desconocidos sonidos.

Mirando las muñecas de la bestia, Key hizo un puchero al ver los plateados brazaletes. “Ese brazalete…realmente ese es tu nombre, ¿lo es..?”

 

No era exactamente una pregunta. Nadie podía contestarla de todas formas, ni siquiera la bestia.

Necesitaba un nombre; no podía llamarlo ‘bestia’ para siempre. De ahora en adelante, ser al amo de la bestia significaba que debía darle un nombre y darle su apellido. Eso era lo que hacían cuando transformabas a alguien con tu sangre.

Como habían oído al padre de Taemin llamarlo antes de morir, Onew decidió conservarlo, dándole al maknae solo su apellido, Lee. Fue fácil decidir cómo llamarlo ya que sabían su verdadero nombre…pero ahora tenía a una bestia de la que no sabía nada. No sabía su edad, nombre, nada. Lo único que tenía…era un brazalete con dos nombre, uno femenino y el otro masculino.

Jonghyun...

 

“Jonghyun… Kim Jonghyun.” murmuro, dejando que el nombre corriera por su lengua. No sonaba mal. Le gustaba…simple pero fuerte. “Supongo que así será...”

 

Mierda. Se sentía como un padre nombrando a su hijo.

Esta bestia sin embargo, no era un niño. Incluso si no era tan alto, el chico tenía un buen cuerpo, podía notarlo por sus brazos, su morena piel expuesta donde la camisa había sido arrancad.

 

“Jonghyun.” Lo llamo en voz alta, viendo a la bestia levantar la cabeza rápidamente. Realmente lo reconocía. Como lo hacía, era algo que Key sabía que nunca sabría. Nunca había visto a una bestia transformarse, de humano a la criatura que era, tal vez algo paso, algo inusual que hizo a Jonghyun recordar su nombre. ¿Pero qué?

 

Key dejo caer sus ojos sobre la bestia . Ya no importaba. ¿Por qué preocuparse por algo tan insignificante ? su protegido estaba hambriento, cansado y herido; tenía suficiente porque preocuparse por ahora.

                                                                                                             

Suspirando, Key se paró de nuevo, sintiendo sus piernas arder por la incómoda posición en la que estaba. Sentarse en el suelo era algo a lo que no estaba acostumbrado.

Caminando fuera de la celda, el vidente tomo su bolso y entro de nuevo, cerrando la puerta detrás de él.

 

Era oficial.

Estaba loco. Totalmente loco

Esa tarde solo era otro soldado sirviendo a su clan. Ahora estaba yendo contra los principios de su clan, encerrado en las mazmorras con una bestia que había salvado.

                                                                                                          

“No sé qué me hiciste… pero más te vale que empieces a pensar en cómo pagármelo.” Murmuro el rubio, abriendo su bolso, sacando algunas vendas y utensilios médicos, poniéndolos en el piso a su lado. Mirando a la cansada bestia en el otro rincón de la celda, la expresión de Key se ablando.

 

La bestia…el chico…tenía sus ojos cerrados, descansando contra la pares, su rostro volteado solo un poco a la derecha.

Desde ese ángulo…el chico lucia casi humano...

 

Seguro de que no lo iba a tacar, el vidente se acercó, su mente gritando que fuera cuidadoso al acercarse a la bestia.

Jonghyun estaba débil. Key podía notarlo por su lenta respiración, su pecho apenas moviéndose al inhalar. “lo siento te he hecho sufrir de nuevo.”  Murmuro. Los oscuros ojos abriéndose para parpadear cansadamente mirándolo.

 

Mordiendo sus labios, Key se arrodillo frente a él, su corazón latiendo rápidamente, el miedo consumiéndolo al recordar lo salvaje que había actuado la bestia antes. Maldicion, ¿Por qué le temía tanto?

Estaba casi seguro de que no lo atacaría; no lo hizo cuando se conocieron, ¿Por qué lo haría ahora?

Y…ahora era su protegido. Parte de su sangre corría por las venas de la bestia. Tenían un lazo, ahora estaban conectados.

Y aun así…no podía evitar temerle a esas garras.

Había visto como esas garras podían arrancar el corazón de un hombre en menos de un segundo; tenía muchos malos recuerdos de eso como para ignorarlos.

 

Lambiendo sus labios en un gesto nervios, Key respiro, forzando a levantar sus manos. Podía hacerlo. Tenía que dejar de temerle a alguien que ahora era parte de él. Tener miedo de su propio Protegido era algo ridículo.

 

“Puedes hacerlo Kibum...” dijo para sí, sus manos elevándose al nivel de los ojos de la bestia.

 

Normalmente era muy confiado…¿así que por qué estaba temblando?

Mierda…solo tenía que tocarlo, nada más.

Negros y plateados ojos lo observaron parpadeando, la respiración de la bestia siguiendo un ritmo, mirando como una mano pálida se acercaba a su rostro.

¿Qué es esto..?

¿Por qué tenía que lucir tan salvaje, tan exótica…y actuar así con él? ¿Por qué no gruñía? ¿Por qué solo cerraba sus ojos cuando el vidente tocaba su cara?

No podía creerlo. Nunca había visto algo así.

Lo estaba tocando.

Las yemas de sus dedos acariciando la morena piel de su mejilla, lentamente pasando por su barbilla y pómulos. La piel estaba caliente y húmeda con sudor, algo que la diva odiaba; era molesto y repugnante y nunca tocaba a alguien así.

 

“Necesitas un baño...” Key murmuró, dejando que su pulgar atrapara una gota de sudor que callo de su frente.

                                                                         

La bestia solo se acercó, inclinando su cabeza contra la mano de Key, frotando su nariz contra ella.

El rubio lucho contra una risa, pero no pudo evitar ante esa acción tan cariñosa. La bestia era como un cachorrito…ladrando a los que no le gustaba y queriendo atención de su dueño. “Ahora voy a sanarte, ¿okay? Necesito sacar la bala.” Key dijo, la bestia lucia confundida, lloriqueando cuando la limpia y cálida mano se alejó.

 

Mirando a la camiseta azul y blanca desgarrada y sucia, ahora manchada con sangre que cubría el torso del otro, Key sacudió su cabeza. Ese trapo viejo tenía que irse, no había forma de que pudiera seguir usando eso.

Mirando a los oscuros ojos de la bestia herida, los dedos de Key bajaron a su pecho, lentamente desabotonándola, listo para alejarse si la bestia volvía a enojarse.

Sorprendentemente, no lo hizo. Solo se sentó ahí, viendo la mano del vampiro trabajar sobre su ropa, mirando fascinado cada que un botón pasaba por el ojillo, revelando más de su piel.

 

Los labios de Key se torcieron en una sonrisa, entretenido por lo sorprendido que lucía la bestia. Era de alguna forma muy inocente…todo era tan nuevo para él. Todo lo que sabía cómo humano…todos los recuerdos que tenía de su vida pasada…se habían ido. “Eres tan raro…me pregunto…por qué confías tanto en mi...”

 

Desabrochando el ultimo botón, Key sintió sus mejillas arder, sus oscuros ojos recorriendo el cuerpo del chico, su piel brillando bajo la delgada capa de sudor. ¿Así que solía hacer ejercicio como humano? Tal vez lo hizo para impresionar a su novia.

 

Ignorando la urgencia por tocar los bien torneados abdominales de la bestia, el vidente intento controlarse, sintiendo su propio cuerpo temblar cuando líneas azules salieron de su mano, dándole cosquillas. “Aquí… ¿recuerdas esto?”

 

Negros ojos se abrieron, la bestia lloriqueando, presionando su cuerpo contra la pared asustado.

 

Key jadeo, sintiéndose como un idiota. Claro que estaba asustado; ¡Lo había mantenido contra la pared por más de hora y media con su poder! “¡No, no, no! ¡No te voy a volver a aprisionar!” intento explicar, solo consiguió que la bestia se alejara lo más que se lo permitieron las cadenas.

 

El rubio suspiro, parándose para acercarse nuevamente a la bestia. Arrodillándose e ignorando el siseo de la bestia, Key dejo que las líneas azules volaran en dirección a su protegido, viéndolo entrar en pánico cuando su poder bailo a su alrededor.

Espero un minuto, ojos suspicaces siguiendo las líneas intentando atraparlas con sus garras fallando, sus manos atravesándolas como si no fueran nada más que aire.

 

Key se rio, Jonghyun gruñendo irritado mientras intentaba atrapar las líneas, recordándole a un gato intentando atrapar una luz láser. “Realmente…eres un idiota...”

 

Decidiendo acabar con la miseria de la bestia, el vidente dejo que la energía tomara una forma sólida, concentrándose en hacerla sentir cálida, frotándolas lentamente en la mejilla de Jonghyun.

Lindo. No había otra palabra para describir a la bestia en ese momento.

La forma en la que parpadeo en shock cuando la energía acaricio su rostro, líneas azules igualando el calor corporal de Key; los ojos de Jonghyun cerrándose gradualmente, dejándose llevar por la caricia…simplemente derritió el corazón de Key. 

 

Era…No era normal. Esto no era normal. “No voy a lastimarte. ¿Ves? Solo soy yo... ¿se siente bien cierto?”

 

La bestia solo parpadeo lentamente, sus ojos viéndose peligrosamente vidriosos, su boca abriéndose en un bostezo.

Key hizo un sonido desaprobatorio, sacudiendo su cabeza. “Eres como un niño...” 

 

Acercándose a la bestia, Key toco la herida abierta, logrando un fuerte siseo al hacerlo. “¿duele, verdad? Dejame hacerlo rápido entonces, ¿está bien?”

 

No era fácil.

Jonghyun todavía podía recordad cuando Key había retirado la bala de el en el bosque, y seguramente no era una bonita experiencia ya que seguía peleando, algunas veces incluso haciendo el intento de usar sus garras.

A Key ya no le importaba. Su miedo hacía la bestia se había ido; sabía que no lo lastimaría, que sus intentos eran solo advertencias.

Tal vez la bestia sabía que aunque dolía era bueno…que era por su propio bien.

Tal vez sabía que Key solo quería ayudarlo.

 

“Ssshhh, está bien, solo quedate quieto...” Dijo el rubio, su frente sudando mientras usaba un poco de su poder para mantener al otro tranquilo, la otra parte estaba dentro de la herida. “Ya casi...”

 

Jonghyun grito.

 

Dolía. Key sabía que dolía, la conexión entre ellos se lo dejaba muy claro, su pecho doliendo cada que el otro gritaba.

Le dolía saber que al otro le dolía; le dolía aún más saber que él le estaba causando dolor a su Protegido.

Se sentía repugnante, se sentía incorrecto, sentía como si clavara un cuchillo en su propia mano.

No era como la primera vez. La primera vez que quito una bala de Jonghyun no existía esa conexión, no sintió culpa ni dolor cuando el otro grito. Solo había sacado una bala de un cuerpo desconocido. Pero ahora…cada que el otro gritaba, una descarga de dolor corría por su cuerpo, Key tenía que cerrar sus ojos para que la conexión entre él y su poder no se rompiera, y arriesgarse a soltar la bala donde no debía.

 

“La tengo.” Key jadeo, una delgada línea azul saliendo del cuerpo del otro, sus manos tomando la bala ensangrentada.

 

Pero ahí no acabo. Intentar desinfectar la herida tampoco fue un trabajo fácil, especialmente para alguien que su cuerpo estaba ensangrentado. Por suerte, no tenía que preocuparse tanto por eso. A diferencia de los humanos, si la bala no daba en un órgano vital no era un gran problema. ¿Por qué?

El virus lo hacía todo. Su carne, la carne de los vampiros no era tan suave como la de los humanos; no era tan fácil de penetrar, haciendo más difícil que las balas los atravesaran.

Siendo una bestia, era más difícil atacar a Jonghyun.

Key había matado a otros vampiros antes; sabía la diferencia entre a atacar a uno de los de su raza a una bestia. Matar a una bestia era algo que requería grandes habilidades y persistencia; su carne siendo más dura que la de un vampiro común.

 

Lo único que podía hacer era atar unas vendas alrededor del pecho y torso de la bestia, y la herida se cerraría normalmente en cuanto volviera a alimentarse. La sangre le daría nuevas, y fuertes células blancas, automáticamente limpiando y cerrando las heridas.

 

Key respiro profundamente, sus manos cayendo sobre su regreso en cuanto termino de poner las vendas a la bestia.

Estaba cansado. Olviden eso, estaba exhausto.

Sabía que había usado demasiado su poder en un solo día; su cabeza doliendo, palpitando de dolor. Su cuerpo se sentía débil, demasiado como para moverse.

 

“Mierda…” Key susurro, perdiendo el equilibrio al intentar pararse, cayendo al piso de nuevo. No debía, realmente no debió de haber exagerado, y abusar de su poder así.

 

“Huuum...”

 

Ojos cafés abriéndose lentamente, tomándose con un par de ojos negros.

Jonghyun estaba inclinado sobre él, sus cejas frunciéndose en un gesto de preocupación.

 

“Estoy bien…solo…dejame descansar un poco...” El respiro tomo profundas respiraciones, tratando de pelear contra el dolor de cabeza. ¿Por qué estaba preocupado por él? ¿Era la conexión? ¿Acaso Jonghyun sentía su dolor a través de la conexión? Si…eso debía ser…

 

“¡Huuuumm..!”

 

Key gruño por el sonido. “Dije que estoy bien, deten-”

 

¿Qué demonios..?

Abriendo sus ojos en shock, el vidente levanto su cabeza, sintiendo algo húmedo y cálido en su brazo.  “¡¿Q-qué estás haciendo?!” Grito, sorprendido cuando vio al otro inclinado sobre su brazo herido, lambiendo la herida.

 

Key jadeo horrorizado, esperando sentir colmillos enterrarse en su piel. Sabía que Jonghyun estaba hambriento; era normal que lo mordiera si olía así a sangre. ¡Mierda! Debió de haber hecho lo que Onew le había dicho, debió de haber checado su brazo primero-

 

No lo mordio.

Jonghyun no lo estaba mordiendo.

 

Mirando a la bestia, Key frunció el ceño confundido, viendo como la bestia lambia lentamente su herida.

Él estaba…solo limpiándolo. Simplemente limpiando la herida, sus manos sosteniendo su brazo suavemente…como si…estuviera mostrándole a Key que no lo lastimaría…

 

El vidente lo observo, su boca abriéndose cuando la bestia decidió que era suficiente, dejando ir el brazo de su amo, volteando a verlo de una forma que Key podía jurar mostraba que estaba conforme con su trabajo.

 

Esta bestia…tenía sentimientos.

Él estaba…pagando a Key por sanarlo.

 

“Gracias...” su voz fue apenas un susurro pero Key no podía hablar más fuerte por el shock. No lo podía creer.

 

Para sorprender aún más a frágil corazón, Jonghyun hizo algo que le quito el aliento a Key.

 

Sonrió.

 


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