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The Beast~ La Bestia por Uchiha-Estefi

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Libertad

Ouch. Fue lo primero que pensó Taemin cuando se despertó.

Le dolía la cabeza…dolía tanto…

¿Por qué estaba durmiendo? ¿Dónde estaba? ¿Qué había pasado?

Ojos color chocolate parpadearon en la oscuridad, mirado el desconocido techo. No era su cuarto…su techo era blanco, no tenía esos lujosos adornos de madera.

 

Forzando su cuerpo a levantarse, el joven vampiro frunció el ceño confundido, una pequeña y hermosa chimenea encendida, haciendo que las paredes brillaran exquisitamente, el sonido del fuego relajándolo. Cálido.

Se sentía…tan cálido.

Se sentía…

 

“¡Oh!”

 

Sorprendido, Taemin notó su reflejo en el espejo frente a él sobre la chimenea; una figura acostada junto a él.

Viendo a su izquierda, el rubio jadeó sorprendido y confundido. Lee Jinki, el líder del clan, su Amo acostado a su lado, su cuerpo casi cayendo de la cama mientras él ocupaba el centro.

 

“¡Hyung..!” Lo llamó preocupado antes de que su lengua pudiera procesar un sabor conocido, el rubio llevando su mano a su boca.

 

¿Qué era eso…? Esta sangre…este sabor…lo conocía.

Había tomado esa sangre antes, tan fuerte, tan densa y deliciosamente cálida…podía sentirla. Era como...todavía sentía el líquido correr por su garganta, incendiándolo por dentro…

 

Taemin sacudió la cabeza, sorprendido consigo mismo.

No pudo. No pudo haberlo hecho.

 

‘Cualquier vampiro que desee la sangre con glotonería no puede ser considerado un vampiro sino un mounstro.’ Las palabras de Key sonaron en su cabeza. Había sido una de sus primeras lecciones y la había comprendido bastante bien. No debía desearla al menos que realmente la necesitara. Era…un pecado. No estaba bien.

No se suponía que bebieran la sangre como licor; se suponía que se tomaba como medicina, previniendo que sus cuerpos se debilitaran.

Nunca había deseado la sangre antes, había adoptado la dieta de Key y le había servido bastante, algunas veces se había forzado a tomarla solo porque su cuerpo lo necesitaba.

 

Pero esta vez…

Este…intoxicante sabor…

Lo conocía muy bien pero…¿de dónde? ¡Estaba seguro de que no lo había probado antes! Al menos…no podía recordarlo.

 

“Taemin-ah.”

 

Saltando, el maknae volteo a dónde provenía la voz. Onew se sentó, viéndolo atentamente. “¿Cómo te sientes?”

 

“¿Qué paso?” susurró, aun inseguro de lo que estaba sintiendo. Su cuerpo se sentía dormido, y se sentía mareado… “¿Dónde estoy?”

 

 “Colapsaste. Estas en mi cuarto.” El mayor dijo, sonriéndole al chico. N podía dejar que el menor se diera cuenta que estaba preocupado. ¿recordaba algo..?

 

“¿Me desmaye..?” Taemin murmuró antes de sentarse rápidamente, las sabanas cayendo a su regazo. “¡Omo! ¡Key hyung! ¡Mi entrenamiento!” Jadeo, el aire frio golpeando repentinamente su pecho desnudo y sintiéndose muy pesado para seguir, le ardían los ojos de mantenerlos abiertos.

 

El maknae gruñó por el dolor, mareándose cuando dos, grandes y cálidas manos conectaron con sus hombros, haciendo que se recostara.

Taemin parpadeó lentamente, Onew se inclinó sobre él, jalando las sabanas hasta su pecho.

No lo entendía…

¿Por qué? ¿Por qué él estaba haciendo eso? ¿Dónde estaba Key?

 

El líder sonrió, su mano sobre la cabeza del rubio, acariciándola suavemente. “No te preocupes. Se acabó el entrenamiento. Necesitas descansar.” Dijo antes de levantarse, acomodando su ropa. “¿Recuerdas algo? ¿Hubo algo… cualquier cosa que recuerdes que haya causado que te desmayaras?” Preguntó, esforzándose por sonar lo más casual posible.

 

Taemin parpadeo en silencio.

¿Recordad?

Recordaba la lluvia golpeando su cara, los gritos de Key, su mano apretando su látigo y…

 

“No.. no lo sé.” Contesto honestamente, pasando su mano por su cabello, algunos mechones cayendo sobe sus ojos. Todo era tan confuso...tan borroso. “Estaba corriendo y después…No lo sé.”

 

El mayor resistió la urgencia de suspirar aliviado.

No lo recordaba. Lucia normal también, ninguna señal de agresividad o acciones extrañas.

Había funcionado. Su sangre había puesto a dormir al virus de nuevo. Al menos…por ahora.

 

Con una sonrisa, esta vez más amplia, el líder pellizcó las mejillas del chico. “Olvidalo. No importa ya ¿okay? Intenta dormir.”

 

Dormir.

Por alguna razón esa palabra que era una de sus favoritas, no sonaba correcta esta vez.

Se sentía…diferente. Se sentía caliente. Tal vez…demasiado caliente. “Hyung…no me siento muy bien…”

 

Alarmada, el adulto se inclinó sobre el rubio, presionando su mano en la frente del otro. “Tienes un poco de fiebre.” Anuncio en un murmuro antes de volver a levantarse. “Haré que una mucama cocine algo para ti y traiga medicina.”

 

Taemin bajo la mirada sintiéndose culpable.

Se había desmayado y enfermado. Debió de haber sido más fuerte. ¡No se suponía que molestara a su amo así..! Sabía lo ocupado que siempre estaba Onew; no debería estar ahí haciendo que se preocupara. Lo había distraído de su trabajo y-

 

“¡Hyung…tu muñeca..!” Taemin medio gritó, medio jadeó al ver la sangre seca el vendaje improvisado en el brazo del líder. Su primer pensamiento fue una de posesión, los celos golpeándolo al pensar que su amo había alimentado a alguien más. Pero eso… no era posible. El vínculo se sentía normal, No era posible que tuviera otro protegido. Entonces…

El sabor en su boca…¿eso era posible..?

 

“Estabas débil. Te alimente.” El mayor dijo simplemente, jalando sus mangas para cubrir el vendaje.

 

Dos diferentes sentimientos se expandieron por el cuerpo del joven vampiro. De alguna forma, se sentía feliz, feliz de que su Amo le había dado algo tan especial, algo que solo se le había dado el día que se había convertido. Era una señal. Una señal de que Onew realmente se preocupaba por él…pero por el otro lado…se sentía mal. Mal porque había hecho que se preocupara el mayor.

Lo odiaba. Alejándolo de sus deberes , e incluso estaba ocupando su cama… “¡Lo siento..!”

 

Onew, quien había tomado una almohada del armario, levanto las cejas sorprendido. “¿De qué hablas? Yo fui el que te hizo beber. Lo necesitabas.”

 

Taemin miró hacia abajo. Ya no sabía cómo sentirse.

Se había sentido confundido. Su cuerpo se había sentido muy caliente y…simplemente eran demasiadas emociones.

Estaba feliz, tan feliz de que su amo se preocupara por él. Tantas veces que había despertado esperando que su amo estuviera ahí para guiarlo, para contarle sobre el mundo que era tan nuevo para él. Lo había deseado. Había deseado su atención, deseado su presencia.

Sin embargo, estaba Key, el vidente del clan que había estado ahí para él.

Al principio, le había tenido miedo. El rubio parecía tener un mal temperamento y siempre estar enojado pero…cuando lo conocías, Key no era tan malo después de todo.

Así…que se había acostumbrado a Key. Dejó que el vidente llenara ese espacio vacio en el pero…no era lo mismo. Era imposible que fuera lo mismo; Key era su mejor amigo pero…no lo sentía.

Le hacía falta algo que solo su verdadero amo podía darle.

Algunas veces lo sentía…esas veces cuando Onew tenía que encontrarse con alguien importante o tenia cenas de negocios con otros clanes lo llevaba. Incluso si esas reuniones eran aburridas, se sentía bien que el vampiro lo presentara como su Protegido. Se sentía…como si perteneciera a él…como si Onew estuviera orgulloso de que fuera parte de él.

Porque las costumbres de los nobles eran así; cada que conocían a alguien, tenían que estar acompañados de sus parejas o Protegidos; era una señal de respeto, poder y supremacía. A muchos les gustaba mostrarlos como trofeos, tratando de competir para ver quien era más hermoso, fuerte y obediente.

Pero Onew…nunca había hecho algo así; lo mantendría cerca de él y en lugar de mostrarlo lo protegería de ojos curiosos. Se sentía bien. Eran raros esos momentos… pero se sentían bien.

Siendo tan raro…y ahora teniendo repentinamente toda la atención de Onew… lo asustaba.

No estaba asustado Onew, no, era imposible eso. Había momentos en los que estaban solos, y Taemin se aseguraba de alargarlos lo más que pudiera…pero por alguna razón…ahora se sentía diferente.

Le asustaba.

Tal vez solo estaba sobreactuando. Tal vez era así porque estaba enfermo pero…Onew nunca había estado ahí.

Cuando se enfermaba…Siempre era Key el que lo cuidaba. Key le llevaba sopa y lo forzaba a tomar sus medicinas. En eso momentos…Onew había estado trabajando.

Se había acostumbrado a eso; no lo culpaba ni lo odiaba por eso. A veces se sentía rechazado, sí…pero entendía.

Siempre había entendido. Así…que no quería preocupar a nadie.

 

“No recuerdo...” EL joven dijo en voz baja.

 

“Estabas inconsciente.” Taemin oyó al otro decir, sintiendo sus manos sobre sus hombros, forzándolo a recargarse en la almohada. “Deja llamo a alguien.” EL líder sonrió, acariciando el cabello del rubio dándose la vuelta

 

Antes de que el vampiro pudiera caminar, Taemin lo tomo de su manga, haciendo que Onew se detuviera y lo mirara sobre su hombro curioso. “¿Taemin?”

 

“Key,” el rubio dijo, sus ojos nunca dejando su regazo.

 

“¿Qué?”

 

“Key hyung,” Repitió, sus manos aun tomándolo de su manga. “Quiero a Key hyung. Él sabe como-”

 

“Detente,” Lo interrumpió, volteándose rápidamente y sentándose junto a él. “Deja de apoyarte tanto en Key.”

 

Taemin lo miró sorprendido.

¿Dejar de apoyarse en Key? ¿a qué se refería con eso? “¿Eh?”

 

Era amargo. El sabor de los celos era amargo casi agrio. Key, Key, Key. Siempre Key. “Key tiene su vida. Ahora tiene un protegido. No puede estar siempre a tu lado.” No quería sonar irritado, no quería lucir enojado y asustar al adolescente pero…no podía soportarlo. No más. Estaba pagando por su ausencia y so sabia.

 

Confundido. Taemin sacudió su cabeza. “Key es mi-”

 

“Key es tu amigo. Pero solo tu amigo.” Una fuerte y cálida mano tomo su pequeña muñeca, apretándola forzando al joven a mirarlo. Taemin levanto su cabeza, sorprendido por el repentino contacto mirando unos ojos desesperados. “Soy tu amo. Key no lo es.” El otro siseó en un susurro, su mano cerrándose sobre la de Taemin.

 

“Hyung...” el rubio jadeo, cuando una chispa de electricidad recorrió su cuerpo.

 

Ahí. Ese sentimiento de posesión, el sentimiento de pertenecer a algo, el sentimiento de ser protegido y querido…lo sentía.

Onew…estaba celoso de Key. Lo quería…lo quería a su lado…¿cierto? Esa mirada nostálgica, esas sombras debajo de sus ojos…se sentía incómodo.

 

Tratando de ignorar el temblor en la comisura de los labios del joven, Onew continuó. “Tienes que dejar a Key. Tiene sus propios problemas.” Era una excusa lamentable, lo sabía. Por alguna razón…no podía admitir que se había equivocado en el pasado. 

“Solo… no quería molestarte....” Taemin dijo en voz baja.

 

Onew miró al rubio. “¿molestarme? ¿Por qué me molestarías?” preguntó, dándole un apretón a su mano. ¿así es como pensaba de él mismo? ¿una molestia? ¿de verdad pensaba así..?

 

Taemin mordió su labio inferior, bajando la mirada de nuevo. “Siempre estás tan ocupado…No quiero distraerte. Se lo difícil que es estar en tu posición...así que es mejor si no me meto en tu camino.” Miró al mayor con ojos triste. “No.. no sabía que estaba molestando Key hyung tanto… de ahora en-”

 

“Taemin-ah.” El vampiro interrumpió, ambas manos presionando sus mejillas, sus ojos encontrándose. “escuchame.”

 

Estaba tan confundido. Quería que Onew le dijera que no era solo alguien a quien había salvado. Quería sentirse especial, solo un poco...

 

Onew suspiro, los ojos del adolescente brillando de la forma que odiaba, humedeciéndose en los bordes. “Más que tu amo…soy tu amigo. No importa el papel que tenga en este clan…eres mi protegido. No estás sólo.” El mayor limpiando una lagrima de la mejilla del joven con su pulgar. “NO eres una molestia. Deseo...” Susurro, su corazón derritiéndose al ver los ojos esperanzados del chico. “que te puedas apoyar más en mi...” Sonrió tristemente, sus manos dejando el rostro del otro.

 

“Hyung...” Taemin susurró, su corazón latiendo fuertemente contra sus costillas. ¿Su amo… estaba tan solo como él...? ¿Había estado equivocado todo este tiempo..?

 

Onew suspiro, intentando evitar la mirada del joven. “no te digo que rompas el contacto con Key, Solo… solo quiero que confíes más en mí.” Confesó, sus hombros sintiéndose más logeros.

 

Tal vez Key tenía razón. Tal vez les faltaba comunicación. Realmente quería ser un mejor amo para el chico. Quería-

 

EL líder jadeó, repentinamente un cuerpo chocando contra el suyo, brazos alrededor de su cuello. Sorprendido, los brazos del líder rodearon la cintura de su pequeño protegido, abrazándolo.

 

“Gracias.” Oyó al joven decir en si oído, ocultando su rostro en su cuello. “Gracias, hyung...”

 

Era sorprendente como esas simples y cortas palabras podían causar tanto impacto en él.

Era imposible controlar la sonrisa en sus labios, el sentimiento de orgullo en su pecho.

Se sentía cálido. El vínculo, la conexión…la sentía, casi podía verlo, tocarlo, brillando entre ellos como un escudo

NO quería dejarlo ir.

No podía recordar la última vez que había abrazado a alguien y Taemin…su protegido, su niño, su familia…se sentía tan bien. Se sentía en… casa.

 

El líder sonrió, queriendo reír al ver como el adolescente actuaba como un bebe haciendo su camino a su regazo, tratando de tener tanto contacto como pudiera.

Key era una mala influencia. Seguía tratándolo como un bebe, consintiéndolo al máximo. Era sorprendente, como Taemin actuaba como un adulto y en otro momento como un niño pequeño buscando su atención.

No le importaba.

Era parte del carisma de Taemin y lo sabía. El chico era lindo; no había forma de negar eso.

Mientras el chico fuera feliz… él sería feliz.

De ahora en adelante daría lo mejor. Haría todo lo posible para que el chico mostrara su hermosa sonrisa a la vida.

 

 

“Ahora descansa, iré por comida.”

 

 

 

 

 

Minho sintió una gota de sudor bajar hasta su barbilla, su espalda presionada contra la pared, sus ojos cerrados. Ningún pensamiento, ningún pensamiento, ningún pensamiento.

No podía pensar en nada. Necesitaba su mente vaciá y clara, sin preocupaciones, sin frustraciones, sin nada.

No lo podía descubrir...

Lo sentía. Lo sentía pasar como una fría corriente, buscando a su presa.

Mierda. Muy cerca. ¡Demasiado cerca! Ningún pensamiento, ningún pensamiento. Vacio. Vacio. Ningún pensamiento, ningún pen-

 

“¡Oppa!” Una voz femenina gritó al final del pasillo, Minho suspiró aliviado cuando una chica corrió a su lado.

 

Oculto en las sombras, el guardaespaldas observo a la chica hablar con cierto rubio.

Kim Kibum no era una broma. Un segundo más y lo hubiera descubierto. Increíble.

 

Seguir a Kibum no era una tarea fácil. Sonaba como una, pero no lo era, para nada.

Seguir al vidente por 10 minutos lo había hecho sudar más que dos horas en el sauna. Kibum no solo era bueno en el control de la mente sino también en sospechar de todo y todos. No había sido fácil.

Mantener su mente en blanco para que el otro no pudiera captar su presencia lo había cansado más que un día de entrenamiento.

No era bueno.

Lo había sentido cerca, la mente de Kibum buscando por alguien más, a alguien que estuviera seguirlo.

Minho tenía potencial para ser espía; sabía cómo moverse sin hacer un solo ruido…pero Key lo había notado

Lo había hecho sospechar. De no haber sido por la chica…

 

“¡Gracias, oppa! ¡Lo haré!”

 

Lentamente, Minho vio a la chica irse. Kibum parado frente a su puerta.

Por horas había estado encerrado en las mazmorras y ahora…ahora era su oportunidad.

 

El rubio volteo con recelo por última vez antes de entrar a su cuarto, Minho casi se dejo caer al suelo aliviado

 

Eso era.

La hora había llegado.

 

 

 

 

 

“¿Esta muy caliente, joven amo?” una mujer de edad media preguntaba preocupada mientras el joven tomaba un trago de su sopa, Onew sentado a los pies de la cama.

 

Taemin sonrió, negando con la cabeza. “No, está perfecto, gracias, Sohee noona.”

 

Toc Toc

 

Los ocupantes del cuarto se voltearon a ver, Taemin miró sorprendido a su amo. El reloj marcaba casi las dos de la mañana, ¿Quién podía ser a esa hora?

 

“¿Quién es?” Onew se levantó alarmado, mirando a la puerta con sospecha.

 

“Minho, Señor.” La voz del guardaespaldas se oyó del otro lado.

 

Mirando a Taemin, quien estaba vestido con su pijama, el líder le pidió permiso silenciosamente, el joven sonrojándose un poco, asintió. Estando seguro de que su Protegido estaba de acuerdo con eso, Onew gritó. “Entra.”

 

La puerta se abrió con un leve rechinido, Minho entrando a la habitación antes de cerrar la puerta detrás de él. “Señor, siento molestarlo, se la hora que es p-”

 

“Solo dilo.” Onew suspiro, Taemin sorbiendo un poco de su sopa sin voltear a verlos.

 

El más alto asintió, con una seria expresión. “Es hora, señor.” Dijo, sabiendo perfectamente que el líder entendería lo que quería decir.

 

Mirando a su guardaespaldas Onew asintió. “Esperame afuera.”

 

El vampiro de cabello negro asintió, haciendo una pequeña reverencia antes de dejar el cuarto.

 

“Taemin, necesito salir por un rato.” El líder miró al maknae disculpándose. “Regresaré tan rápido como termine, ¿de acuerdo?”

 

EL joven vampiro hizo un pequeño puchero. “¡Es muy tarde..! ¿no te puedes quedar?”

 

Onew sonrió por la tierna expresión de su protegido y se acercó a la cama nuevamente, la mucama alejándose un poco. “No te preocupes, regresaré. Solo que hay algo muy importante que debo hacer.” Le explico mirándolo a los ojos, antes de retirar el cabello de su frente, inclinándose y dándole un beso en ella. “Duerme si te sientes cansado, ¿okay?” Sonrió..

 

Taemin estaba a punto de asentir, su pecho explotando de felicidad por el tierno gesto pero proceso las palabras del líder, jadeando. ¿Dormir ahí? “¡Pero...hyung! ¡Es tu cama! Yo no-”

 

EL mayor negó con la cabeza. “Quedate esta noche. Prendí la chimenea para ti; sé que lo encontraras relajante. Así que descansa.” Miró a la mucama. “Sohee, asegurate de que se coma todo.”

 

“Si, amo.” La mujer de edad media dijo en voz baja, haciendo una reverencia.

 

Mirando rápidamente al joven en la cama, ganándose una suave sonrisa por parte de él, Onew se volteó, su mano tomando el picaporte, y abriendo la puerta. Minho, quien estaba recargando en la pared de al lado, enderezándose rápidamente. “Vámonos.”

 

Con rápidos pasos, moviéndose por los oscuros y vacíos pasillos de la mansión, líder y guardaespaldas caminando al lado del otro.

Con las antorchas iluminando su paso, el húmedo y no placentero olor llenando el aire. Ambos vampiros alcanzando el corazón de las mazmorras, observando la gran puerta de acero.

 

“¿Estás seguro de esto, señor?” Minho se decidió a preguntar, su mano tomando del juego de llaves, una de ellas. 

 

“No.” El otro admitió, logrando que el otro hombre lo mirara sorprendido. “Pero necesito intentarlo.” Murmuró, recordando la previa conversación que había tenido con el vidente.

 

Kibum había dicho, sin ninguna duda, que la bestia le sería leal y se quedaría con él si le dieran a elegir entre la libertad.

Lo intrigaba.

Estaba tan seguro de eso…y Kibum no era un mentiroso.

¿Podría ser…una excepción? No haber tomado de un humano, solo alimentándose de la sangre de Kibum…¿podría hacer a la bestia menos salvaje? ¿podría…entender el mundo que lo rodeaba?

 

“Kibum es un vidente, si siente esto…si lo ve-” oyó al más alto decir en voz baja.

 

El líder se rio, interrumpiendo al guardaespaldas. “Estoy muy consciente de eso. Se lo que se esperara de mi si algo pasa.” Dijo, su sonrisa apagándose, sus oscuros ojos mirando a la puerta. “Creeme, no soy alguien que rompa sus tratos asó. Pero me hizo sentir… curiosidad.”

 

No debería estar haciendo eso. Cualquier otro líder de un clan hubiera matado a la bestia inmediatamente.

Pero no él. No Lee Jinki.

Tenía que romper las reglas. De nuevo.

 

“La voy a abrir.” Minho informó, acercándose a la puerta.

 

Onew respiró profundamente.

Esperaba que esto funcionara. SI no era así…

 

“Esta abierto señor.” Minho lo llamó, la puerta se abrió, solo lo suficiente para ser empujada, con un gran rechinido.

 

…Kibum lo iba a matar.

 

Onew miró la puerta levemente abierta. No había vuelta atrás. “Dame la llave de la celda.” Estiró su mano, esperando por el objeto.

 

Cerrando su mano alrededor del frío objeto, se acercó a la puerta, volteando a ver al soldado. “Abre la puerta Este. Debes estar listo para cualquier cosa y asegurate de no ser visto. No podemos arriesgarnos de que alguien esté viendo por la ventana.”

 

El otro asintió antes de desaparecer entre las sombras.

 

Exhalando fuertemente, el hombre de cabello ondulado empujo la puerta, abriéndola.

Entrando, si no lo hubiera sabido, hubiera jurado que no había nadie en la habitación. El cuarto estaba tan oscuro que era incluso difícil adaptar sus ojos. No había ningún sonido. Ningún sonido de respiración, de pasos, no había ningún ruido.

Para ser una bestia, era muy callada, demasiado.

Moviéndose lentamente al otro lado de la habitación, donde había visto una base para la antorcha antes, Onew sacó su encendedor, y vio como la antorcha empezaba a arder, iluminando el cuarto considerablemente.

 

Estaba a punto de voltearse cuando sintió aire caliente en su cuello, haciendo que sus ojos se abrieran en alarma.

Pasó en menos de un segundo.

Ojos azul hielo se encontraron con unos plateados, ambos hombres siseando agresivamente mientras la bestia intentaba alcanzar al vampiro por las barras, largas garras fallando por poco.

Llevándose por el instinto, Onew embistió al más bajito, tomándolo del cuello y levantándolo, la bestia intentando liberarse desesperadamente.

 

 

 

 

 

Manos…

Tan apretado.

Dolía. Realmente dolía.

Aire…no había aire…

Había una figura... esa persona... tan familiar...

Ese lugar...

Dolía…eso...-

 

Un par, de felinos ojos dorados se abrieron.

 

¿Qué… qué había sido eso..?

¿un sueño?

 

Prendiendo la luz de su lamparita, el vidente miró a su alrededor, su otra mano masajeando su cuello inconscientemente.

Jadeando, Kim Kibum se levantó de la cama, sentándose.

Tenía que haber sido un sueño, ¿verdad?

No había…no había forma de que alguien pudiera entrar a las mazmorras…y lo encontraran. Nadie tenía la llave de la celda.

 

Suspirando, su cabeza dolía por el susto, Key miró el techo, su corazón latiendo fuertemente contra sus costillas.

Solo había…

Solo había una persona que tenía la llave de la celda de Jonghyun…pero…él nunca haría eso…¿cierto?

¿Jinki no podría…?

 

Llevando una mano a su boca, Key gritó horrorizado, sus ojos llenos de pánico.

¡Él no podría…!

¡No tenía derecho a hacer eso…!

 

“¡J-Jonghyun!”

 

 

 

 

 

“¡Aaaargkkhhh!”

 

Onew miró las manos de la bestia sobre las suyas, los ojos del otro cerrándose manteniendo su boca abierta, soltando sonidos agonizantes.

Lo tenía. Justo en sus manos.

Sería tan fácil deshacerse de él…

Malditas especies…la raza más peligrosa de los vampiros…

Era su misión matarlos a todos…y ahí estaba…sosteniéndolo del cuello...

Tan fácil de romperlo.

Tan fácil de-

 

“Aaargkkh…” La bestia se ahogó, su cara ganando una sombra azul, sus manos ya no tenía la fuerza para luchar contra él.

 

Detente.

 

Sacudiendo su cabeza, Onew abrió sus ojos, ojos azules volviendo lentamente a su color café. “Tienes suerte. Eres realmente afortunado de ser el protegido de Kibum.” El vampiro murmuró, sintiendo a la bestia sofocarse entre sus manos antes de soltarla, el musculoso chico golpeando el suelo, jadeando desesperadamente por aire.

 

Onew respiró, tratando de mantenerse calmado. “No había necesidad de eso. Me haces arrepentirme de haberte dado una oportunidad.” Miró al hombre que lo veía con miedo.

 

“Siento que no seas a quien esperabas. Kibum está…ocupado en este momento.” Continuó su conversación, dándole al otro tiempo de levantarse. “Veo que te ganaste una cama. Al chico realmente le gusta consentirte, ¿huh?” Comentó, sonriendo al ver las sabanas y almohadas en el piso.

 

Jonghyun seguía observándolo, los ojos sobre el vampiro mientras el poderoso hombre se acercaba a las barras de la celda, inclinándose. “No estoy aquí para pelear. Ya sabes que te espera si lo haces.” Onew le advirtió, viendo a la bestia a los ojos, está retrocediendo, haciendo que el líder sonriera. “¿Lo sentiste?… No me pongas a prueba. No me hagas hacer algo que lastime a Kibum.”

 

Escondido entre las sombras, Jonghyun vio al otro acercarse a la puerta de la celda.

 

“Dime…has estado en esta celda por unos días. ¿Qué te parece salir a caminar?” Pregunto el vampiro mostrándole la llave. “No sé si me entiendas…pero si lo haces, escuchame bien.” Hablo lentamente. “No dejo que las bestias vivan más de tres minutos. Ya pague una vez por eso y aprendí la lección. Estoy haciendo esto por Kibum.”

 

Era sorprendente.

Era sorprendente como los ojos de la bestia brillaban con la simple mención del nombre de su amo. Incluso si no hablaba…entendía algunas cosas.

Tal vez estaba haciendo lo correcto.

Tal vez esto era lo que necesitaban para ver si estaban yendo por el camino correcto.

 

“Su preocupa mucho por ti, clamando que tú eres diferente y que lo escogerías sobre tu libertad.” El mayor dijo, sus ojos nunca dejando los de la bestia mientras insertaba la llave, girándolo lentamente. “Probemos esto, ¿deberíamos?”

 

De la nada, los ojos de Jonghyun se abrieron, volteando su cabeza en diferentes direcciones, sus sensibles orejas moviéndose.

Una brisa.

Una fría y ruidosa brisa.

 

“Puedes oírlo, ¿cierto? El viento...” Onew habló de nuevo, él también oía el viento. La puerta estaba abierta. Era tiempo de actuar. “Hay un pasaje que lleva al bosque, está abierto ahora.” Le dijo al otro, la bestia viéndolo confundido. “Espero…espero que Kibum no este equivocado. Espero que no tomes la decisión equivocada...” Murmuró, su corazón latiendo rápidamente.

 

Respirando profundamente, Onew cerró los ojos, su mano alrededor de la puerta de la celda.

Por favor… por favor tenía que funcionar. Kibum tenía que estar en lo correcto.

Con eso, el líder del clan abrió la puerta, negándose a abrir los ojos.

 

Libertad.

Presentar a un prisionero con la libertad era terriblemente peligroso.

Pero tenía que estar seguro de la palabra de su amigo.

Ser capaz de defender al protegido de Key, arriesgar su cuello una vez más por esa causa…tenía que estar seguro de que estaba bien su decisión.

Abriendo sus ojos, Onew miro lentamente hacía la celda, su mano aun sobre la puerta.

 

Vacía.

 

La bestia se había ido.

 

 

Joder.

 

 

 

 

 

“¡Señor, esta aquí!” Minho corrió en cuanto vio a Onew salir por la puerta de atrás de la mansión.

 

La noche era fría, húmeda y neblinosa. La tierra lodosa por la lluvia y los árboles que los rodeaban parecían cantar con el viento.

 

El mayor miró alrededor esperando ver un par de ojos plateados entre los árboles. No había nada.

 

“¡Señor!” El guardaespaldas lo llamó de nuevo, esta vez llamando su atención. “¡La bestia escapo en cuanto abrí la puerta! ¡Se fue hacia el bosque! ¿Debo llamar a las fuerzas? Todavía podemos atraparlo y-”

 

“Esperemos.” Onew lo interrumpió, sus ojos sobre el bosque.

 

Era inevitable. Más rápido de lo que esperaba, la culpabilidad y el arrepentimiento llenaron su corazón.

Había huido. Claro que había huido, era una bestia. No era diferente a las demás después de todo.

Sus instintos habían salido a la luz en cuanto pudo salir de esa celda que lo mantenía prisionero.

 

El más alto lo miró perplejo. “…¿Qué? ¿esperar?” jadeó. “Señor, hay una bestia suelta y si no-”

 

Onew hablo entre dientes frustrado. “No es solo cualquier bestia, Minho. ¡Es la bestia de Kibum, carajo!” Gritó, dándole la espalda al bosque. Lo había hecho. Había cometido probablemente…un gran, gran error.

 

Kibum iba…

Oh Dios.

No podía ni siquiera pensar en eso.

¿Qué había hecho..?

 

“¿Señor..?” Oyó al guardaespaldas con voz preocupada detrás de él.

 

“Esperemos.” Onew decidió, levantando la mirada antes de volver a darse la vuelta, cruzando los brazos sobre su pecho, el viento golpeándolo sin piedad. “con algo de suerte…regresara pronto.”

 

Minho miró al mayor que seguía sin despegar la vista del bosque. Los árboles burlándose de ellos, cantando armónicamente. “¿Y si no lo hace?”

 

“Si no lo hace…” el mayor hablo en voz baja. “Kibum va a matarme.”

 

 

 

 

 

 

“¡Jonghyun… Jonghyun!” el vidente del clan jadeó, casi sin respirar, corriendo tan rápido como podía hacia las mazmorras.

 

Corredor por corredor, el grupo de túneles ahora completamente memorizados, el rubio lloriqueo a causa del miedo, imágenes de la bestia siendo lastimada asaltaban la bestia. Sabía que no estaba muerto, si fuera así sentiría el lazo romperse, pero ese pensamiento no lo tranquilizaba ni un poco.

Onew…la persona en la que más confiaba…

El que le había prometido que la bestia estaría en la mansión por una semana…había mentido.

¡Jinki le había mentido!

¿Por qué? ¡¿Por qué estaba haciendo eso?!

¡Jonghyun no le había hecho nada malo! ¡Todavía tenía tiempo de probar que tenía una alma buena!

¿Por qué? ¡¿Por qué cortar ese precioso y corto tiempo que todavía tenían?!

¡No era justo… no estaba bien..!

¡Jinki no era así!

¡Jonghyun era su protegido! ¡No tenía ningún derecho para tocarlo!

 

“¡Por favor no! ¡por favor no..!” Gritó en cuanto alcanzo la celda, entrando solo para encontrarla vacía, la puerta de la celda abierta, aún con la llave en la cerradura.

 

Se lo había llevado.

 

Jonghyun...había sido llevado...

 

“¡No…no…! ¡NO!” Key sintió su cuerpo temblar, sus ojos abriéndose horrorizado, ardiendo cuando empezaba a llorar. Sus labios rosas abierto en un grito silencioso. Lo sentía…sentía como perdía el control, su mente perdiéndose mientras observaba la celda vacía, his su corazón latiendo furiosamente.

 

Se sentía… enojado.

Realmente… enojado.

 

Se sentía… fuera de control

 

 

“Eso es ridículo, hyung.” El mayor dijo al líder. “Key nunca pondría un dedo sobre ti.”

 

Onew sonrió, negando con la cabeza. “No sabes lo que un vínculo entre dos personas puede hacer a alguien.” Le dijo al otro, sus ojos nunca dejando el grupo de árboles, ahora rodeados de una densa neblina. “Hablas de cosas que no sabes. ¿Alguna vez has tenido un vínculo con otra alma? ¿Alguna vez has convertirlo a alguien para aceptarlo como tuyo?” Preguntó, sabiendo la respuesta.

 

El soldado frunció el ceño. “No, señor, pero-”

 

“Entonces, callate.” El mayor le ordeno con una voz cansada e irritada, sorprendiendo al guardaespaldas, siendo esta la primera vez que le dijera algo tan feo.

 

Masajeando su frente el vampiro continuó. “Tener un protegido es…algo que ni yo puedo explicar.” Sonrió levemente, su mente yendo a la imagen del rostro sonriente de Taemin.  “La conexión entre amo y protegido puede ser el doble de fuerte que la que tienes con tus padres. Una vez que aceptas el vínculo se vuelve parte de ti, se convertirá en algo por lo que pelearías y morirías.”

 

Asintiendo, pero aún sin entender, el soldado intentando probar su punto una vez más. “Kibum solo ha conocido a la bestia por una semana, él-”

 

“Para ser un soldado altamente entrenado, realmente no sabes nada.” Onew se volteó hacia su amigo. “¿No oíste nada de lo que dije? Eso no importa. La bestia…es parte de Kibum ahora.” Explico, suspirando ruidosamente.

 

Estaba en problemas y lo sabía.

Por un momento…pensó que la bestia era todo lo que Kibum le había dicho.

Los había visto juntos, la forma en que la bestia miraba al rubio…por un momento había pensado que él era un caso especial.

Ahora…solo podía esperar.

 

“Igual…estoy seguro de que nunca lo atacaría, señor.” Oyó al joven decir.

 

“Yo lo haría.” El líder confesó.

 

El soldado volteándolo a ver confundido. “¿Disculpa?”

 

“Si alguien pusiera un dedo sobre Taemin…si lo lastimaran… me volvería loco.” El vampiro explicó, lo protector que era con el chico. “Yo…literalmente perdería la cabeza, incluso si fuera Kibum.” Continuó, sonriendo tristemente.

 

Era una tortura.

La espera…la necesidad de ver una señal…era tortura pura.

Ahora lo sabía. Ahora sabía que había hecho lo más horrible que se le podía hacer a alguien con un vínculo. No solo había soltado a la bestia, sino que la había perdido.

El solo pensar en perder a Taemin, no saber dónde está, o si estaba en problemas o herido, no tener idea de donde encontrarlo…lo…enloquecía.

Y ahora…se lo había hecho a su amigo, uno de los pocos amigos verdaderos que tenía, perder a su Protegido.

 

“No creo que vuelva, señor…”  Minho susurro, Tratando de no sonar muy dura. Pero la verdad siempre es algo difícil de escuchar, más si es dolorosa.

 

“Tiene que.” El otro contesto, aun teniendo esperanza.

 

“Señor…con todo el respeto, está esperando por un milagro. El chico es una bestia. Esta libre en el bosque, probablemente cazando, dejándose llevar por sus instintos.” El más alto intento hacerlo entrar en razón. “No tardara en atacar alguien y-”

 

“Perderá todo lo que Key le ha enseñado.” Onew dijo, completando el discurso de Minho, sabiendo perfectamente el daño que había causado.

 

Kibum…había trabajado tan duro...

Esperaba tanto, tan seguro de que la bestia estaba avanzando…pero todo lo que se necesitaba era una pequeña gota de sangre humana para que su Protegido no tuviera vuelta atrás.

 

“Tal vez… tal vez es mejor informar a Kibum... no le gustaría descubrir esto.” Minho suspiro. No tenía sentido esperar toda la noche por algo que nunca iba a pasar.

 

Onew sacudió la cabeza, su corazón dejando de latir. “Es muy tarde.”

 

Minho frunció el ceño, y antes de poder preguntar a qué se refería, una inusual y poderosa luz golpeo la espalda del mayor, mandándolo a volar. El soldado jadeo sorprendido por el repentino ataque, sus manos tomando su espada automáticamente.

¡¿De dónde demonios había venido?!

¡¿Qué había sido eso?!

Cómo podía s-

 

“Mentiroso…”

 

Los ojos de Minho se abrieron ante la voz, volteándose rápidamente para ver una figura salir por la puerta.

 

¿Kibum…?

 

Onew mordió su labio, parándose, encontrándose con los ojos furiosos del chico. “Kibum-ah...”

 

“Callate…” El vidente murmuró, energía azul brillando como electricidad.

 

Minho jadeó, sus manos aflojando su espada.

Esa… esa persona no podía ser Kibum.

 

El chico camino hacia ellos lentamente, descalzo, vestido solo con los pantalones azules de su pijama y una camiseta gris, cabellos rubios cubriendo casi toda su cara, su poder corriendo alrededor de él peligrosamente.

Esta era la primera vez que lo veía. Normalmente el poder de Kibum tomaría una forma de olas delicadas, pero esto…esto era diferente.

La forma en que se movía en ángulos filosos, haciendo sonidos eléctricos cada que caminaba… era escalofriante.

Este Kibum había perdido la cabeza.

 

Lucia como un…loco.

 

“¡ASESINO!” el rubio gritó, ojos llenos de lágrimas dirigiéndole una mirada de odio al líder, otros dos rayos golpeando poderosamente el pecho del líder, forzándolo hacia el piso. Onew gruño por el dolor. “¡¿QUÉ LE HAS HECHO?!” El vidente gritó, acercándose a su objetivo.

 

“¡Kibum! ¡Es suficiente! ¡¿Te has vuelto loco?!” Minho corrió hacia el rubio, tomando los brazos del otro, poniéndolos sobre su espalda. “No puedes solo-”

 

“¡NO ME DIGAS QUE ES LO QUE PUEDO HACER!” El rubio gritó, una explosión de energía mandando a Minho al suelo, golpeando dolorosamente el piso. “¡Ustedes...ustedes me mintieron

 

“Kibum…dejame explicarte...” Onew murmuró, sentándose con dificultad, el pecho doliéndole por los previos ataques.

 

¿Qué más podía hacer?

No estaba preparado para esto...

No podía luchar, no era justo, no podía. Se merecía esto, lo sabía.

No podía lastimar a Kibum por esto.

Esto…era su culpa.

Tenía todo el derecho de estar enojado.

 

“¡Creí en ti Jinki…!” Key se dejó caer de rodillas al lado del líder, una pálida mano tomando al líder por el cuello de la camisa. “¿Por qué me traicionaste..? ¿Dónde está?” Lloró. Onew sintió al otro sacudirlo. “¿¡Dónde está mi Jonghyun...!?” Gritó histéricamente, una de sus manos dejando su camisa para golpearlo en la nariz.

 

“¡KIM KIBUM!” Minho gritó horrorizado corriendo hacia el líder, sacando su espada, parando cuando el mayor levanto su mano, diciéndole que se quedara quieto.

 

Convencido de que el más alto no atacaría al vidente, Onew continuó, ignorando el olor de la sangre. “Kibum…calmate. Por favor…yo-”

 

“¡TE VI!” Key gritó, no dejando que el otro dijera algo más, sus puños poniéndose blancos por la fuerza que ponía en el cuello de la camisa. “¡Te vi ahorcándolo! ¡Él no te ha hecho nada! ¡¿Por qué lo quieres muerto?! ¡¿Por qué no le puedes dar una oportunidad?!”

 

Minho frunció el ceño disgustado, acercándose enojado. “Cómo te atreves. Acusarlo-”

 

“Si lo estrangulé.” Onew confesó, los ojos del guardaespaldas abriéndose y Kibum frunciendo el ceño peligrosamente. “Me atacó así que me defendí. No lo mate y lo sabes. Esta vivo, No-”

 

“¡¿DÓNDE ESTA?!” Key gritó enojado, su garganta doliendo de tanto gritar, su corazón doliendo por la pérdida, los ojos del líder llenos de culpa.

                                                                                                                               

“No...” Onew balbuceó en voz baja, ojos cafés encontrándose con unos dorados. “No…no lo sé.”

 

Las pálidas manos perdieron fuerza, los dedos dejando lentamente la camisa.

 

Él…no lo sabía.

 

“¿Qué..?” El vidente susurró, sus ojos abriéndose en shock, una sola lágrima escapando de sus ojos, corriendo por su mejilla.

 

Mierda.

De verdad le dolía…

Ver a su amigo así…de solo imaginar lo que su amigo estaba sintiendo…

 

“Lo siento Kibum...” Onew murmuró, cerrando los ojos avergonzados.

 

Eso era todo.

Nunca lo perdonaría y lo sabía.

Después de ayudarlo tanto con Taemin…prácticamente criándolo desde el principio, enseñándole todo lo que sabía, dándole amor y cuidados… así era como le pagaba..

 

“Lo sientes…tú…lo sientes...” el rubio susurró, su voz era apenas audible, su respiración inestable, temblorosa. “Te lo llevaste…y dices que lo sientes...” ojos doras miraron al líder asqueado, el cuerpo alejándose de él con repugnancia.

 

Poniéndose de rodillas, Onew sacudió su cabeza, enojado consigo mismo. De todas formas…le debía una explicación a su amigo…no importa lo estúpida que fuera… necesitaba hacerlo. Acercándose lentamente al vidente, el líder levantó una mano, moviéndola al hombro del otro en un intento de consolarlo. “No era mi intención que las cosas terminaran aspi... dijiste que te escogería sobre su libertad… ¡Era la prueba perfecta..! Pero él-”

 

“¡¿PRUEBA?!” Key gritó enojado, empujando al otro violentamente, haciéndolo caer de nuevo. “¡¿Llamas echar a mi protegido al bosque una prueba?! ¡Él es una BESTIA, Jinki!” chilló la última palabra en un grito desgarrador.

 

Minho, seguía parado con espada en mano, mirando al mayor preocupado, el otro simplemente bajando la mirada, el sentimiento de culpa creciendo dentro de él cada que el rubio derramaba una lágrima.

 

“Mi protegido…es una bestia…” Key murmuró, su mirada en el suelo, mirando nada en particular, sollozando fuertemente. “¡He… he tratado de hacerme a la idea…porque se…que no puedo salvarlo…!” su labio temblaba involuntariamente al hablar.

 

No podía salvarlo.

Ser una bestia…era imposible para él...

Incluso si peleaba por él, incluso si trataba constantemente de que el otro hiciera algo…algo que pudiera salvarlo de su horrible destino…dentro de él sabía que era inútil.

No tenía palabras para describir lo que estaba sintiendo. Así de simple.

Se sentía…tan vacío…tan débil…

 

“¡Porque es tan diferente…sé que no lo puedes aceptar..! he intentado aceptar eso pero…” He susurró, cerrando sus ojos, sintiendo arder su garganta, rogándole que llorara. “pero quería…vivir cada segundo…quería pasar cada minuto a su lado… lo corto que fuera… creí que podía estar con él hasta…hasta su-” Key sollozo, la palabra muriendo en su gargante, demasiado dolorosa para decirla.

 

“Kibum…” Onew murmuró, un horrible sentimiento golpeándolo. Key estaba…todo este tiempo…estaba-

 

“¡Lo sabía! ¡Sabía que era imposible quedarme con él!” El rubio lloró, lágrimas corriendo hasta su barbilla, pálidas manos enterrándose en la tierra, apretándola. “¡Él es lo que cazamos! ¡Él es contra lo que peleamos! y…estarías arriesgando demasiado si lo conservo...”

 

Taemin

 

Onew miró al suelo, estaba de acuerdo con eso.

Arriesgaría demasiado…

 

El vidente sollozo, su cuerpo temblando continuamente. “¡Sé que era una petición egoísta..! no podía dejarte perder todo…perder…a la gente que amas por mí.” Presiono sus labios dolorosamente, intentando no quebrarse, lágrimas rodando contra su voluntad. “¡Lo único que quería…lo único que deseaba era…estar con Jjong hasta…el día de su ejecución..!” dijo entre dientes, sus ojos ardiendo cuando sus últimas palabras impactaron en su corazón, abriendo agujeros en el cómo ácido.

 

EL líder palideció, sus manos cubriendo su boca mientras sus ojos se humedecían, el simple hecho de pensar en ver a su protegido morir lo hacía sentir mareado, débil.

 

“¡¿ERA DEMASIADO PEDIR?!” Key gritó, era un grito desgarrador, sus puños golpeando el piso mientras se encogía en una bola, llorando ruidosamente.

 

Quería vomitar.

Se sentía enfermo.

Se sentía muerto.

No sabía cuantos minutos habían pasado. No podía hacer nada más que llorar.

Gritó, lloró, le gritó a nadie en específico.

Estaba enojado.

Enojado porque el mundo era demasiado injusto.

Enojado porque incluso si quería culpar a Jinki no podía.

Estaba enojado con él, sí, pero el destino de Jonghyun no era su culpa.

 

Mientras el fin de la semana se acercaba él sabía…sabía que era imposible salvarlo.

También podía verlo en los ojos del líder. Tenía un clan que proteger, tenía a Taemin, un hibrido que si era encontrado, se lo llevarían y matarían…sabía que estaba arriesgando demasiado. No tenía oportunidad.

Intentó, realmente intentó aceptar el destino de Jonghyun. Pero…no pudo.

Dolía demasiado.

Era tan loco…

Solo eran unos pocos días y ya estaba tan atado al chico. Si alguien más le hubiera dicho que iba a pasar eso…nunca lo hubiera creído.

El vínculo era algo a lo que le temía…y aun así…lo amaba.

Amaba el vínculo que tenía con la Bestia…lo amaba demasiado para simplemente dejarlo ir…

 

“K...K-Ki...”

 

 “¡Ahora…la próxima vez que lo vea…si es que lo vuelvo a ver... será nuestro objetivo..!” el vidente balbuceó, sus mejillas ardiendo con lágrimas secas, su cabello pegado a su húmeda cara.

 

“¡K...Key..!”

 

Key mantuvo los ojos cerrados, sacudiendo la cabeza. No quería oírlo. No quería su lastima.

No quería nada.

Solo quería una cosa y era imposible tenerla.

 

“¡No quiero matar a mi propio protegido! No me hagas hacerlo…por favor, Jinki…no me hagas hacerlo…” sollozo, moviendo sus manos a la cabeza, el dolor asaltando su corazón, quemándolo, destrozándolo lentamente.

 

“¡Key..!” Una voz gritó, unos brazos rodeándolo desde atrás repentinamente.

 

Key rechino los dientes, una nueva ola de ira llenándolo empujando ese cuerpo, oyéndolo golpear el piso. “¡ALEJATE DE MI! No necesito-”

 

Las palabras de Key murieron en su garganta en cuanto abrió los ojos, Jinki y Minho viéndolo estúpidamente, ambos con los ojos abiertos, sus bocas abiertas.

Pero…ellos estaban…frente a él...

Si los dos estaban frente a él…¿entonces quien había..?

 

Key soltó un gritito, volteándose de un salto, sorprendidos ojos plateados como de cachorro viéndolo, parpadeando inocentemente.

 

Un minuto.

 

Se quedó así por un minuto. Un lento…largo…minuto.

El tiempo se detuvo.

 

Era la única explicación de porque un minuto se sintió como horas.

 

Su cuerpo estaba dormido.

Su cabeza se sentía tan ligera.

No podía parpadear.

Si parpadeaba…había la posibilidad de que todo fuera una ilusión.

Si parpadeaba…había la posibilidad de que todo fuera su imaginación y...

 

“¡K-Key..!” La bestia balbuceó el nombre, sus cejas frunciéndose por la concentración, sus ojos mirándolo con preocupación. “¡Key..!”

 

Y después…el tiempo volvió a la normalidad.

 

Su visión se puso borrosa, su corazón latiendo rápidamente, su sangre empezando a circular más rápido por sus venas.

Sintió que iba a hiperventilar, su cuerpo congelándose por el shock, en estado rígido.

Había querido decir su nombre. Quería gritarlo.

No podía. Había perdido la voz.

 

“Key…” Jonghyun lloriqueó de nuevo, acercándose al rubio, sus manos tocando las mejillas del rubio. El vidente jadeo al sentir una corriente eléctrica recorrer su cuerpo, los dedos del otro acariciaron su piel mientras limpiaba sus lágrimas, orbes plateados viéndolo con preocupación.

 

Un sollozo escapó de la boca de Key.

 

No era su imaginación.

Era real.

Había regresado…

 

Jonghyun lo…Jonghyun lo había escogido.


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