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Un nuevo comienzo por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

¡¡Hola a todos, queridos lectores!! Aquíme tiene de nuevo pasando a dejarles el nuevo capítulo.

Sé que muchos esperan saber más sobre los hijos de Kaname y Zero y... Los voy a tener esperando un poquito, casi nada pero prometo que ya falta muy poco para que lo sepan.

Bueno, no digo más, que disfruten el capítulo.

Era lunes por la mañana, Zero y Kaname seguían durmiendo pues aún era relativamente temprano: el sol no había terminado de salir y aún podía apreciarse la luna en el cielo. Akane, por el contrario, estaba ya despierta pues tenía que ir al trabajo y debía salir de casa pronto para llegar a tiempo. Antes de partir escribió una nota que pegó en la cocina que decía:

 

"Zero y Kaname:

 

Lamento no poder estar con ustedes esta mañana, debo ir a trabajar y llegaré al atardecer. No se preocupen por nada, hay comida en el refrigerador y en caso de que quieran algo diferente pueden ir al supermercado o a la plaza, deje una copia de las llaves sobre la mesa que está junto a la puerta y un pequeño mapa para que pueden llegar. El doctor llegará pasado el medio día, atenderá a Kaname y le dará todo lo necesario; en caso de que me necesiten llamen al primer número del directorio junto a esta nota y acordaremos que hacer. Nos vemos más tarde.

 

Akane"

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Aproximadamente a las ocho treinta de la mañana el peliplateado se despertó, había descansado lo suficiente y su apetito comenzaba a despertar también. Al abrir los ojos se encontró con el dulce rostro de su amante, quien dormía apoyado sobre su pecho y abrazado a su cintura mientras él lo rodeaba por los hombros.

 

Podía sentir su tranquila respiración y el calor de su cuerpo además de su abultado vientre en el que apenas y podían percibirse ligeros movimientos de vez en vez. Estaba hipnotizado por aquella imagen, pocos eran los momentos en que podía estar tan cerca del castaño sin que éste se negara o se separara bruscamente evitando tanto como le fuera posible dar muestras de cariño.

 

Tan extasiado estaba que acarició suavemente su rostro, apenas rozándolo con la yema de sus dedos mientras una sonrisa de satisfacción se dibujaba en sus labios al percatarse de que ante el contacto su amante se aferraba con más fuerza a él y comenzaba a susurrar de forma cariñosa su nombre.

 

Lentamente se acercó al rostro del vampiro y tras grabar en su mente la imagen que presenciaba colocó con sumo cuidado sus labios sobre los de él proporcionándole el más tierno beso. Al sentir esa calidez sobre sus labios abrió los ojos con tranquilidad para irse acostumbrando a la luz y una vez que ambos estuvieron abiertos se percató de que era el cazador quien le proporcionaba tan agradable sensación.

 

Al principio no hizo más dejarse llevar por el suave contacto pero tras darse cuenta de que su amante no se conformaría con sólo un beso se enderezó tan rápido como pudo y se cubrió con la cobija hasta la altura del rostro para ocultar su sonrojo.

 

-¿¡Qué pasa contigo!?-reclamó avergonzado-Estaba dormido y no tienes derecho a hacer lo que quieras conmigo sin mi autorización-se descubrió pues su sonrojo había pasado-No me molestan tus besos pero pocas veces te basta con sólo eso y si dejo que continúes no te detendrás hasta que estés satisfecho y...-el sonrojo le volvió inesperadamente al analizar lo que estaba diciendo, se recostó de nueva cuenta y volvió a cubrirse hasta el rostro-¡Maldición Zero...! Entiendes a lo que me refiero así que no lo vuelvas a hacer por favor-susurró avergonzado.

 

-¿No crees que eso es demasiado por un simple beso...?-Zero rió ligeramente y se colocó sobre su amante-Si ya te habías despertado y deseabas que parara bastaba con que me lo dijeras en ese momento, no necesitaba ese regaño-forcejeó con Kaname para descubrir su rostro pero él estaba dispuesto a no dejarlo-Si no lo hubieses doisfrutado me habrías detenido de inmediato...-continuó burlón provocando que su amante cediera-Está bien si no quieres más esta vez, después de todo ya va siendo hora del desayuno ¿No?-lo besó en la punta de la nariz y se sentó a su lado.

 

-Eres un tonto... ¡Déjame tranquilo!-el castaño se levantó con fingida molestia y fue hacia el ropero para sacar su vestimenta y cambiarse-Cuando quieres puedes ser dulce y tierno pero si te lo propones puedes ser la persona más molesta de este mundo-tomó las prendas y las colocó sobre la cama-Te encanta hacerme enfadar y verme de mal humor y así te atreves a decir que me quieres-prosiguió en tono de reproche al tiempo que se desprendía de su ropa.

 

El peliplateado ignoró por completo los reclamos de su amante y únicamente se concentró en su delicada figura que podía apreciar mientras él se vestía. En muchas ocasiones había apreciado ese cuerpo que tanto lo deleitaba y en muchas otras tuvo la oportunidad de explorar aquella suave y clara piel hasta sentirse satisfecho pero definitivamente el embarazo le había dado un toque especial que no dejaba de disfrutar.

 

Se colocó la camisa azul rey y dejó sin aborchar los primeros dos botones, tras aseguarse de que el cuello estuviera bien acomodado tomó el pantalón negro y se lo puso con cuidado, procurando que el botón no causara molestia en su vientre, al terminar se puso un par de calcetines y se calzó los zapatos. Se miró en el espejo para asegurarse de que todo estaba listo y se perató de la mirada perdida de su amante clavada en él.

 

-¡Deja de verme así!-le ordenó-Sólo me estoy vistiendo, no hay razón para que me vigiles mientras lo hago. Me haces sentir como alguien a quien intentan asesinar y quisieras asegurarte de que no haya nada peligroso entre la ropa... ¿Por qué eres tan sobreprotector? No soy un niño y puedo cuidarme solo, que espere un hijo no me hace vulnerable y lo sabes-le reprochó.

 

De pronto el cazador se levantó y se acercó a él lentamente, al llegar lo abrazó lentamente por la espalda y apoyó su rostro sobre el hombro de su amante. En un principiuo el vampiro se sorprendió un poco pero después se acostumbro al abrazo y se volteó hacia su amante correspondiendo y apoyándose sobre su pecho.

 

-No sé como lo haces pero cada vez me gustas más...-susurró suavemente a su oído provocando que su amante ocultara el rostro en su pecho-Ya deja de ser tan tímido-rió ligeramente-Llevamos varios meses juntos e incluso esperas un hijo mío, no hay razón para que te avergüences cuando te digo algo... Además, como si no supieras que me gustas...-habló con ironía.

 

Después de varios minutos ambos se separaron, se dieron un dulce beso y terminaron de arreglarse para después ir a desayunar. Al salir de la habitación se dieron cuenta de que nadie más que ellos se encontraba en la casa y tras revisar varias de las habitaciones, en busca de su anfitriona, bajaron a la cocina donde encontraron la nota que la azabache había dejado para ellos. Tras leerla Zero se dispuso a preparar el desayuno mientras Kaname se sentó en una silla junto a la mesa y lo observaba.

 

-No puedo creer que haya hecho eso, estoy perfectamente bien y no necesito que un médico me revise para que diga eso. En cuanto al bebé no creo que tenga algún problema, ha estado más tranquilo que otras veces y eso es buena señal. Ya es molesto que alguien aparte de nosotros sepa lo del pequeño, es suficiente con que se lo dijeras a ella, no me agrada divulgarlo por el mundo.

 

-Sólo es un médico, en algún momento necesitas ver a uno y no creo que la mejor idea fuera regresar y buscar al de tu familia... Además, Akane sólo intenta ser amable, creyó que sería conveniente visitar a un médico y sabía que te negarías si te lo decía, por eso se tomó la libertad de llamar a uno. Deja de dramatizar tanto las cosas, no tienes porqué ponerte a la defensiva...

 

-¿Y tú la apoyas?-cuestionó el castaño molesto-Acabas de conocerla pero aceptas todo lo que te propone ¡Y no estoy a la defensiva! Ella y tú son iguales, toman decisiones sobre mí sin siquiera considerar lo que pienso; son tal para cual, debería dejarlos solos y arreglarmelas yo solo para cuidar a este pequeño. Bien podría regresar a casa y todos mis problemas estarían solucionados-se levantó dispuesto a salir.

 

-Ahí vas de nuevo...-susurró el peliplateado tomándolo del brazo para detenerlo-Si lo que te molesta es ella sólo dilo claramente ¿Por qué no puedes entender que no me interesa? Deja de ser tan caprichoso, mi prioridad son ustedes y eso no va a cambiar. Venga ya, el desayuno está listo. Si después de eso sigues pensando lo mismo nos iremos y todo solucionado-lo besó en la mejilla y acarició su vientre.

 

-¡No hagas eso...! Me molesta...-susurró ligeramente sonrojado-Siempre que me enojo solucionas todo con un beso y un abrazo y lo peor de todo es que con eso me convences... ¡Idiota! Veré al médico sólo porque ya lo llamó y por el bien del bebé pero ni creas que me hace feliz-volvió a tomar asiento.

 

-Con eso me basta, aunque no te agrade la idea saber que harás el esfuerzo me alegra-el cazador se acercó con los platos del desayuno-Y te agradecería que dejaras de molestarte tan fácilmente, por el bien del bebé ¿Sí?-le sonrió con dulzura-Después de eso puedes volver a ser tan gruñón como siempre, después de todo, así fue como te conocí y como me enamoré de ti.

 

Desayunaron tranquilamente y al terminar arreglaron un poco la casa y, a peticipon del cazador, comenzaron a buscar lo necesario para preparar la comida para recibir a Akane en cuanto llegara. Una vez dieron las doce los amantes se prepararon para recibir al médico esperando un resultado favorable. Pasadas las doce con quince el timbre sonó y Zero se acercó para abrir la puerta.

 

-Buenas tardes-se escuchó al otro lado de la puerta-La señorita Akane me pidió una consulta a domicilio hace unos días y he venido para eso ¿Me haría el favor de abrir?-cntinuó con amabilidad hasta que él abrió-Mucho gusto, soy el doctor Tamaki-le extendió la mano.

 

-El gusto es mío-se dieron un apretón de manos-Yo soy Zero Kiryuu, le agradezco mucho que haya venido. Pase por favor-se recorrió hacia la puerta para darle paso a doctor-Si no fuera mucha molestia me gustaria que atendiera a mi...-caminó hacia donde se encontraba Kaname seguido por el doctor y no supo como terminar la oración pues le era difícil explicar su relación con él.

 

-No se preocupo joven Kiryuu, la señorita Akane me explicó la situación-le sonrió amablemente-En estos tiempos las cosas han cambiado y no hay porqué tomarlas como algo para molestarse. También me informó que su pareja está esperando un hijo así que no hay que ponerse nervioso o preocuparse-siguieron caminando hasta llegar a la sala-Mucho gusto, doctor Tamaki a sus órdenes-repitió su saludo.

 

-Se lo agradezo, el gusto es mio-correspondió el saludo-Kaname Kuran, le agradezco las atenciones que ha tenido.

 

-Ni lo mencione. Ahora joven Kuran comenzareconla revisión de rutina, en base a ella determinaremos lo necesario para usteded pero antes me gustaría hacerle algunas preguntas si no le molesta...

 

Después de casi una hora el médico dió su resultado: Kaname se encontraba en perfecto estado y no tenía ningún problema, debía estar atento a cualquier síntoma extraño y seguir la dieta que le sugirió para que el pequeño y él recibieran los nutrientes necesarios; además de otorgarle una cita para hacerle algunos estudios y asegurarse de que las condiciones fueran favorables para el nacimiento del bebé.

 

-Los espero entonces en mi consultorio, todo parece ir de maravilla pero nunca está de más tener pruebas de que lo que decimos es cierto. La señorita Akane sabe como llegar así que ella los guiará-el médico caminó hacia la salida acompañado de los amantes-No olviden asistir, es de suma importancia. Fue un placer conocerlos, nos vemos en su próxima consulta y no olviden mis sugerencias-se despidió.

 

-Muchas gracias doctor y no se preocupe, ahí estaremos-afirmó el peliplateado-Seguiremos sus instrucciones al pie de la letra y en caso de cualquier cosa fuera de lo común nos comunicaremos con usted y el placer es nuestro-se despidieron y regresaron al interior de la casa-No estuvo tan mal ¿O sí ariño?-acarició con dulzura el rostro de su amante.

 

-Como sea-el castaño apartó su mano de manera brusca-Ahora hay que ir a los dichosos estudios y tengo que seguir la dieta y no sé que tantas cosas más...-se tumbó en el sillón-No pensé que esperar un hijo fuera tan difícil... Supongo que el esfuerzo valdrá la pena una vez que haya nacido ¿No es así pequeño?-abrazó su vientre.

 

-Pareces más ilusionado que antes-su amante se sentó junto a él-¿Qué crees que sea?-apoyó su cabeza sobre el vientre del vampiro-Si es niño me gustaría que se pareciera a mí, sería lindo ver un pequeño como yo, pero si es niña preferiría que se pareciera a ti: ojos hermosos, piel sueva, figura perfecta, sería una chica hermosa...

 

-Aún falta para eso, no empieces a especular como será. Se parezca a quien se parezca va a ser un pequeño adorable-sonrió tiernamente y acarició el rostro del cazador-Sólo espero que no sea idéntico a ti, sería un dolor de cabeza lidiar con dos como tú-rió ligeramente para molestar a su amante.

 

-Con que no saque tu carácter me basta, recibir insultos y maltratos al doble no suena muy agradable. Que bien podría acostumbrarme...

 

Siguieron hablando sobre las posibles apariencias de pequeño al que recibirán, entusiasmados con la idea de tenerlo pronto y así poder formar la familia que ambos deseaban.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Apróximadamente a las seis de la tarde se escuchó el rechinido de la puerta abriéndose y después de él la voz de la ojiverde que recién llegaba del trabajo y anunciaba su llegada esperando el recibimiento de sus huéspedes. Una vez se encontró con ellos preguntó lo que el médico haía dicho en cuanto a las condiciones del pequeño y el padre, así como los cuidados necesarios para ambos.

 

-Me alegra que estés bien. Estaba preocupada desde ese día que pasaste toda la mañana durmiendo pero ahora que sé que sólo era un poco de cansancio y que no hay ningún problema me siento aliviada-dijo la azabache mirando al vampiro con una gran sonrisa en su rostro-Voy por la merienda, ya va siendo la hora y hay que estar atentos con la dieta de Kaname, ya vuelvo-se dirigió a la cocina.

 

-Al parecer no tienes más opción que comenzar a hacer tu vida durante el día y de una vez te advierto que no sólo lo digo por Akane-susurró el cazador-Esta ciudad es la opción perfecta para rehacer nuestras vidas y considerando que todos aquí duermen durante la noche será necesario que empieces a hacerlo tú también. Consideralo por la situación y no lo tomes a mal por favor.

 

-¿Otra vez tengo que hacer un sacrificio? No puedo creer que me lo vuelvas a pedir. Suficiente he hecho con despertar temprano algunos días pero lo que me pides es una locura... ¡Ni creas que...!-estaba a punto de reclamar cuando su amante lo miró fijamente intentando hacerlo entrar en razón-Ah... De acuerdo. ¡Pero sólo porque es necesario! Haré mi mayor esfuerzo.

 

-Gracias cariño-lo besó dulcemente-Todo estará bien, no hay de que preocuparse. Dije que te protegería y mientras estemos juntos no habrá problemas-tomó el rostro sonrojado del vampiro y lo besó tiernamente mientras su amante cedía dejándose llevar por las agradables sensaciones que le provocaba.

 

-Se ven tan lindos juntos...-susurró Akane quien los veía a lo lejos-No cabe duda, por más que Kaname lo niegue ama a Zero con todas sus fuerzas...

Notas finales:

Hasta aquí este capítulo, espero haya sido de su agrado.

No duden en dejarme su opinión, nos leemos en el siguiente capítulo.


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