Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un nuevo comienzo por Yaoi lovers

[Reviews - 54]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡¡Hola a todos!! Pues bueno, aquí me tienen de nuevo pasando a dejarles el nuevo capítulo. Iba a subirlo dese ayer pero tuve unos problemas con mi pc y no pude pero bueno, les dejo el capítulo.

Varios días habían pasado desde la platica nocturna entre Zero y Akane, Kaname sentía que le ocultaban algo pues de vez en vez su amante había preguntado "Como iba ese asunto" a lo que la chica respondía "Todavía está en proceso pero lo más seguro es que acepte" y si acaso preguntaba de que asunto hablaban cualquiera de los dos buscaba el pretexto perfecto para cambiar de tema.


Un viernes por la tarde la azabache entró a la casa rápidamente y de inmediato se acercó al peliplateado para abrazarlo efusivamente y darle las felicitaciones; ante esta reacción el castaño no pudo evitar sentir celos pues no soportaba siquiera la idea de que "esa chica" supiera más de su amante que él. Bastante molesto preguntó el motivo de la celebración y recalcó que no permitiría que evadieran el tema.


-Lamentamos haber mantenido esto en secreto pero Zero creyó que sería mejor para todos que te lo comunicáramos una vez que fuera seguro-habló la anfitriona como introducción para la noticia-Zero estaba muy preocupado sobre que harían ahora que sus hijos nacieran; yo insistí en que no había problema, que ustedes y los pequeños podían quedarse aquí pero él cree que sería más conveniente conseguir una casa.


-Quiero darle todo a ti y a nuestros hijos así que pensé que lo mejor era buscar un empleo pero como no sabemos mucho de este lugar seguramente sería difícil-continuó el cazador-Y ya que Akane conoce mucha gente y tiene una buena relación con su jefe le pedí que hablara con él-su amante lo miró confundido-Aceptó ayudarme y ahora tengo un empleo en el mismo lugar que ella ¿No es grandioso?


-¿Esa es la gran sorpresa?-preguntó el vampiro con indiferencia-¿Me ocultaste que buscabas empleo? No entiendo la razón... Entiendo como te sientes y todo lo demás pero ¿Por qué era mejor no decirme hasta que estuviera confirmado? No es algo que comprometa tu bienestar y no hay razón para que eso me afectara...


-Bueno, simplemente pensé que estarías más tranquilo si sabías que el empleo que conseguí y el de Akane son muy parecidos... Incluso tenemos el mismo horario; así mientras me acostumbro y conozco mejor la ciudad habrá alguien conocido con quien pueda ir y regresar... ¿No te agrada la idea?-su amante lo miró con tristeza.


-No se trata de eso, es sólo que... No importa, me alegro por ti-sonrió de medio lado-Felicidades por conseguir el empleo-continuó serio-Y, Akane, muchas gracias por ayudarnos-concluyó desconcertado por todo lo que había pasado.


-No es nada-respondió la ojiverde-Yo hubiese preferido que se quedaran todos aquí pero Zero tiene razón, así que sólo los ayudé en medida de mis posibilidades y n hay porque agradecerlo-le sonrió-Empiezas el lunes-dijo mirando a Zero-Saldremos de aquí juntos y pasaré por ti a la salida ¿De acuerdo? También debemos hablar con el doctor Tamaki... La siguiente cita choca con el horario de trabajo así que habrá que pedirle que la reprograme.


Continuaron hablando sobre lo que se aproximaba, como acomodarían los horarios y lo que cada uno tendría que hacer con este cambio tan repentino. Kaname se mostraba celoso aún, pues quisiera o no aceptarlo, le molestaba la idea de que su amante y Akane pasaran más tiempo juntos; lo conocía perfectamente pero a la chica no y no podía estar seguro de que no buscara nada más que amistad aunque, al menos por el momento, tendría que resignarse.


 


 


 


 


 


El lunes llegó antes de lo esperado, todos estaban entusiasmados con el nuevo empleo a excepción del castaño que incluso consideró usar como apoyo el chantaje para convencer a su amante de conseguir otro empleo, aún sabiendo que no había forma de que unos simples lloriqueos y palabras lo convencieran para hacerlo.


-Estoy un poco nervioso ¿Sabes?-dijo el cazador a su amante mientras se abotonaba la camisa blanca frente al espejo-Es el primer día y ni siquiera se que es lo que tengo que hacer... Akane me aseguró que es algo sencillo, que confía en que puedo hacerlo y que principalmente esta semana será para que conozca que es lo que debo de hacer y que incluso habrá alguien queme asesore si tengo dudas pero aun así sigo nervioso...-continuó al tiempo que se peinaba.


-Desde el principio has confiado en Akane ¿No?-cuestionó el vampiro quien se encontraba sentado en la cama mirándolo fijamente-Si dice que estarás bien debe ser cierto...-hizo una mueca de desagrado-Tú mismo dijiste que así e sentías más tranquilo y seguro, ahora no puedes decir que estás nervioso.


-Bueno...-suspiró pesadamente-La verdad es que lo queme tiene así no es el empleo sino tú-dejó lo que estaba haciendo y caminó hacia la cama para sentarse junto a su amante-Me preocupa dejar solos a ti y a los pequeños, sé que los tres estarán bien pero no puedo evitar preocuparme; es la primera vez después de mucho que estaré alejado de ustedes y...-tomó el rostro de su amante por la mejilla y lo miró con dulzura.


-Deja de dramatizarlo, por favor-interrumpió Kaname desviando la mirada-Son sólo unas cuantas horas y estoy bien, si llegara a necesitar algo tengo el número telefónico de Akane y hablaría con la o si por alguna razón me sintiera extraño llamaría al doctor Tamaki y él se encargaría de resolverlo-prosiguió intentando tranquilizarlo-Estás así por se el primer día pero pronto te acostumbrarás.


Sin decir nada más Zero lo besó e forma tierna sobre los labios y poco después fue descendiendo lentamente, besando con delicadeza cada centímetro de piel descubierta hasta llegar ala clavícula, donde se detuvo a jugar con esa zona tan estimulante para su amante. El castaño no pudo evitarlo y casi instintivamente comenzó a liberar ligeros y profundos suspiros mientras sus dedos se enredaban en el cabello del peliplateado


Un golpeteo en la puerta los hizo separarse, se trataba de Akane quien quería saber si el peliplateado estaba listo pues casi era hora de salir; al no recibir respuesta se limitó a indicarle al aludido que lo esperaría en la puerta de entrada en cinco minutos o de lo contrario llegarían retrasados.


-Me hubiese gustado continuar con lo que dejamos pendiente el día que Akane llegó pero este no es el momento-dijo con desgano-Ya tendremos tiempo para eso, ahora tengo que irme. Cuiden bien a papá-susurró en el vientre del castaño-Manténganse tranquilos como hasta ahora, no necesitan darle preocupaciones-lo besó suavemente-Y por lo que más quieras cariño mantente tranquilo y síguelas indicaciones del médico--besó su mejilla-Nos vemos más tarde-salió.


-Vaya que es un tonto...-negó con la cabeza-Sabe que me molesta que pase tanto tiempo con ella y ahora hasta trabajarán juntos-se tumbó sobre la cama-Sé que su padre realmente me ama y que no está interesado en esa chica pero... No soporto que esté a su lado. ¿Creen que soy muy egoísta?-preguntó acariciándose el vientre.


Realmente estaba sufriendo, intentaba ser más racional y no dejarse llevar por sus sentimientos pero no lo conseguía, por el contrario: imaginaba que la ojiverde haría todo lo posible por seducir al cazador y que después de algún tiempo tanto esfuerzo de su parte daría resultado y él terminaría solo con sus pequeños viendo a la única persona que amó ser feliz con alguien más.


-¡Maldición!-gritó el vampiro dando un fuerte golpe sobre la cama intentando sacar el coraje que esos pensamientos le produjeron-No va a hacer algo así ¿Verdad?-se giró sobre la cama para mirar el lugar que minutos atrás ocupaba su amante-No haría algo así, no dejaría solos a sus hijos...-abrazó la almohada de su amante e inhaló su aroma impregnado en ella-No puede hacer eso, dijo que nos protegería...-soltó en un llanto amargo que no pudo detener hasta que el mismo lo hizo caer rendido.


 


 


 


 


 


-Vamos Zero, dime que pasa-habló la azabache sin despegar su vista del camino-Has estado muy callado y pareces distante... ¿No estás nerviosos por el empleo o sí?-rió ligeramente y lo miró unos segundos-Puedes confiar en mí, si hay algo de lo que quieras hablar dilo y te escucharé ¿Si?-le sonrió de forma sincera.


-Gracias Akane-respondió con desánimo-Y no, lo que me tiene así no es el empleo-continuó con la vista clavada en el suelo del vehículo-Estoy preocupado por Kaname, últimamente ha estado más sensible: se ha vuelto más caprichoso, a veces se muestra frío y distante y otras muy posesivo, es cariñoso y si algo le molesta se pone a la defensiva... No lo entiendo y me preocupa como vaya a influir esto en él-suspiró pesadamente.


-Así que es por eso... Desde mi punto de vista es el mismo Kaname de siempre, no noto mucho cambio-continuó con ironía- Y es normal que actúe así, considera su estado; está pasando por muchos cambios hormonales y lo más normal es que afecten su estado de ánimo y que lo vuelvan más sensible ante algunas situaciones... No lo pienses tanto, él está bien y no tienes porqué preocuparte-acarició la mejilla del mayor en señal de apoyo.


Continuaron lo que faltaba del camino en silencio, ambos inmersos en sus pensamientos: Zero, preocupado por su amante y abrumado por la incertidumbre de como reaccionaría Kaname ante esta nueva situación; y Akane, pensando si había algo que ella pudiera hacer o decir para que la pareja estuviera mejor, sin encontrar una solución.


Después de algunos minutos llegaron al frente de un gran edificio de color crema con grandes ventanas que daban hacia la calle, del cual salían y entraban numerosas personas. La azabache explicó que era el lugar en el que ahora trabajaría.


-Primero te presentare al gerente, e va a explicar que es lo que tienes que hacer y te dará todas las instrucciones...-dijo-Como trabajamos en diferentes secciones no nos veremos sino hasta la hora de la salida pero te estaré esperando en el recibidor así que no hay de que preocuparse. Además, al menos mientras te acostumbras, habrá alguien que te ayude a ubicarte y esas cosas.


-Hm... De acuerdo-respondió el peliplateado desinteresado.


-Vamos Zero, anímate. todo va a salir bien ¿Sí?-la chica le sonrió de manera sincera y frotó su espalda para después estacionar el vehículo.


 


 


 


 


 


Pasadas las diez de la mañana el castaño se levantó pesadamente y con dolor de cabeza, además der tener los ojos hinchados debido al llanto. Aún con el ánimo por la suelos, salió de la habitación con la intención de desayunar pues por más molesto que estuviera no podía descuidar su salud. Preparó el desayuno y lo comió casi por la fuerza, sabía que debía hacerlo pero no tenía intenciones para ello. No estaba seguro de la razón por la que se sentía así, no había si sólo era parte de los malestares que habló el doctor Tamaki o si había otra razón pero si de algo estaba seguro es de que no pasaría fácilmente.


En cuanto terminó de comer fue a darse una ducha, con la que además intentaba relajarse, arregló la habitación que compartía con su amante e intentó buscar con que entretenerse mientras esperaba el regreso de la ojiverde y su amante y al no encontrar nada simplemente se sentó en uno de los sofás de la sala a ver pasar el tiempo mientras conversaba con sus pequeños sobre cosas sin importancia.


A las tres de la tarde la puerta de entrada se escuchó rechinar para dar paso a un par de voces que conocía a la perfección, se levantó tranquilamente y fue a recibirlos con gusto, pues su crisis emocional había pasado después del tiempo que tuvo para pensarlo con calma. Sonrió con un dejo de tristeza y un poco forzado pero ya estaba mejor.


-Bienvenidos ¿Cómo estuvo el trabajo? No esperaba que volvieran tan pronto así que no he preparado la comida pero si lo desean iré a preparar algo, por mi no hay problema-habló un poco nervioso pues ambos lo veían fijamente, al parecer había notado la hinchazón que aún podía apreciarse en sus ojos y no encontraban la manera de preguntar la razón.


-No te preocupes por ello-Akane acarició dulcemente su mejilla-Iré a preparar algo y así tu y Zero podrán platicar ¿De acuerdo?-le sonrió-No te preocupes, es necesario que hablen-se acercó a su oído-Ha estado toda la mañana preocupado por ti y no creo que sea buen que sigan así-le susurró al vampiro provocándole un sonrojo. Sin más se alejó y entró a la cocina no sin antes guiñarle un ojo a la pareja.


-¿Y tú?-preguntó el cazador-¿Cómo te sientes? ¿Todo bien?-lo tomó del rostro y lo miró fijo-Tus ojos siguen hinchados y no puedes ocultarlo...-su amante desvió la mirada-¿Sabes? Eso realmente no importa... Estaba muy preocupado por ti y...


En un acto impulsivo Kaname se aferró al cuerpo de Zero y lo besó con desesperación, unas cuantas lágrimas brotaron de sus ojos y ésta actitud enterneció a su amante quien se limitó a abrazarlo de manera protectora intentando tranquilizarlo. No hizo falta decir nada, ese acto fue la máxima expresión de sus sentimientos.


-Lamento haberte preocupado...-dijo entre sollozos-Es sólo que... Yo... No quería estar sin ti y... Estaba preocupado por los pequeños... No sabría que hacer sin ti...-de pronto se desmalló.


-¿¡Kaname!? ¿¡Estás bien!?-el peliplateado se asustó y tomó a su amante entre sus brazos-¿Qué tienes cariño?-tocó su frente y notó que su temperatura corporal había aumentado bruscamente-¡Akane!-gritó-Llama al doctor... Kaname está ardiendo en fiebre y se ha desmallado...


 


 


 


 


 


El doctor Tamaki salió de la habitación de los amantes y cerró la puerta tras de sí. Tanto el cazador como la azabache lo miraban expectantes pues estaban muy preocupados por la condición del castaño y deseaban saber que era lo que había ocurrido. El mayor intentó tranquilizarlos aclarando que no había sido nada grave y que no tenían nada porqué alarmarse.


-El episodio febril por el que acaba de pasar el joven Kuran no es más que una consecuencia de los cambios hormonales que trae consigo el embarazo-explicó-Dado que su caso es bastante atípico es posible que también tenga arranques de ira o de ansiedad pero no hay de que preocuparse-les sonrió de forma reconfortante-En cuanto tenga los resultados de sus estudios le daré un medicamento que ayude a equilibrar sus niveles hormonales y todo volverá a la normalidad.


-Menos mal que sólo se trata de eso ¿No?-respondió aliviada la ojiverde-Temía que fuera algo grave pero si dice que es normal me siento más tranquila... Supongo que los resultados estarán listos para la siguiente consulta pero me preguntaba si hay algún método que podamos seguir para controlar los arranques de ira y ansiedad que nos mencionó.


-Con algunos tés herbales bastará-respondió el médico sacando una pequeña libreta y un bolígrafo de su maletín-Les dejaré las indicaciones de como prepararlos por si se presentan aunque no creo que sea necesario pero más vale estar prevenidos-continuó anotando y al terminar arrancó la hoja-Esto es todo por el momento. Si me lo permiten, me retiro-se despidió y salió acompañado de la anfitriona.


Mientras tanto, Zero ingresó silenciosamente a la habitación que compartía con el vampiro y se sentó a su lado, contemplando como dormía tranquilamente ahora que la fiebre había pasado.


-Al parecer es ahora cuando viene lo difícil...-susurró acariciando su rostro-Pero no te preocupes, estaré a tu lado y entre los dos afrontaremos esto-lo besó en la frente y siguió viéndolo dormir.

Notas finales:

Pues bueno, aqui termina el capíulo, espero haya sido de su agrado.

Nos vemos en la siguiente actualizaión.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).