Château Lafite Rothschild
Akihiko caminaba por el pasillo con su pequeño prometido, se le notaba que el castaño estaba nervioso, por un momento le recordó a Misaki, bueno…eran parecidos, así que es normal. Ahora que recordaba, Misaki ni siquiera dijo nada cuando conoció a Ritsu, ni una queja ¿Acaso no le importaba si él se casaba con el otro ojiverde? ¿No le importaba si era más amable con Ritsu que con él?....Eso le molestaba por alguna razón ¿Por qué se atormentaba pensando en las reacciones que quiere que tenga Misaki? Es más ¿Por qué le importaba?!!!! TKS! Este no era Usami Akihiko, el amo de la casa Usami y dueño de las tierras más prosperas de la región ¡NO TENÍA POR QUÉ REBAJARSE AL PENSAR EN UN SIRVIENTE QUE SOLO LE SERVÍA PARA SACIAR SUS DESEOS SEXUALES!
Además ahora tenía un lindo novio…-miró de reojo a Ritsu, quien estaba algo ruborizado, y sonrió- ¿Por qué no aprovecharlo?
-Ritsu…- Lo llamó
-¿HA?! ¡¿SÍ?! - se sobresaltó un poco.
Sí, en eso se parecía a Misaki…adorable.
-Llegamos a tu cuarto – abre una gran puerta de madera-
Ritsu miró de un lado a otro, todo era hermoso, adornado con varias telas de seda y terciopelo, en medio una pequeña mesa, suponía que para servirse refrigerios, otra mesa más grandes por otra esquina, un televisor plasma en el centro de una pared de madera, sillones, y al fondo de un pasillo, podía divisar el dormitorio (https://encrypted-tbn1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcQ-zZgNETxifYuavTg_ZX_ZzuJU7hDjXj6tevCAMNa1ITQ5WOga). Ritsu se sintió como en un cuento, ni siquiera su propia habitación era tan grande, es más, ni siquiera le había parecido tan pequeña como ahora. –Miró a Akihiko- “Este hombre…”
-¿Te gusta? – preguntó el ojivioleta
-Sí, me fascina-
-¡Qué bueno! lo preparé especialmente para ti- sonrió haciéndolo ruborizar
“Lo preparó…para mí” – se sintió avergonzado. Akihiko lo notó.
-G-Gracias-
El peliplata rápidamente le acaricia el rostro haciéndolo saltar un poco.
-Es lo menos que puedo hacer por ti- y le dio un beso en la mano- Ahora te dejaré para que puedas descansar, cualquier cosa que necesites, pídeselo a Misaki, el joven con quién habló anoche, él lo servirá mientras dure tu estadía-
En medio del trance en que estaba, el nombre de Misaki lo despertó.
-Ha…disculpa, Misaki…¿él no era su pareja?- preguntó impulsado por la curiosidad
Akihiko lo miró perplejo, pero enseguida recuperó la compostura
-¿Mi pareja? No, Ritsu…mi pareja eres tú ahora ¿No?, él es el hermanito de un amigo mío, y yo simplemente lo estoy cuidando – (N/A: Ho claro Usagi-san…y que bien lo cuidas ¬w¬)
-Y-Ya veo…-
“Así que era eso”-pensó el castaño
-Bien, si no tienes más que preguntar, me retiro. Que descanses. – Dicho esto, se marchó de la habitación, dejando solo a Ritsu…En realidad, tenía mucho que preguntar, pero algo le decía que no tenía que hacerlas...o saldría herido.
Dejando de lado esas preocupaciones fue al dormitorio al final del pasillo y se tiró en la cama (http://mural.uv.es/mane/imagenes/habitacion/real.jpg) Ahora ¿Cómo sería todo a partir de ese momento? El plan era simple según sus padres, pero…el hecho de ser controlado como un muñeco por ellos…odiaba eso…lo odiaba mucho, y el dolor de no poder hacer nada en contra de ellos, era aún más insoportable.
“Si tan solo él estuviera aquí”- pensó sacándose un relicario de pecho y apegándolo más a él.
Pero no era tan simple…pronto se vería aún más complicado.
-¡¿Vieron al prometido de Usami-sama?!- preguntó Chiaki lleno de energía entrando ruidosamente a la cocina, en dónde los demás estaban reunidos preparando la cena.
-Sí, Chiaki, todos lo vimos…-dijo Hiroki- dudo que no lo hubiera visto nadie-
-Tú y tu sarcasmo Hiroki- comentó Kisa hirviendo vegetales.
-Es mi atractivo- dijo con cierta gracia a medida que preparaba la carne.
-Ja ja, que gracioso- comentó con ironía
-Gracias-Terminó el peli chocolate
-¡YA YA! Pero díganme ¿Qué les pareció?- Interrumpió Chiaki la conversación de los dos mayores- Según yo lo veo…es muy lindo, pero no sé, ese tipo de niños ricos...mmm…¿Qué dices Misaki? – Se dirigió al castaño que condimentaba la ensalada- ¿Misaki?
-Déjalo, está en su mundo de depresión porque el rey de la maldad es más amable con su novio que con la persona que le prestó su trasero durante meses- dijo Shinobu cortando agresivamente un repollo.
-¡SHINOBU!!!- recibió un sartenazo de parte de Hiroki
-Misaki ¿Estás bien? – se le acercó Kisa topándole el hombro.
- …S-Sí, estoy bien…- respondió haciendo caso omiso a lo que comentó Shinobu -¿Por qué no habría de estarlo?...- Decía esto, pero la realidad era otra.
Los demás lo miraban preocupados y aunque ellos sabían que lo atormentaban, prefirieron callar. Misaki no era de las personas que aceptaban sus sentimientos, menos cuando estos, estaban dirigidos hacía la persona que tanto daño le había provocado.
Bueno…sus sentimientos…eso ni siquiera el propio Misaki era consciente de ellos. Simplemente sentía una especie de vacío interno que no podía explicar, era como una lucha interna evitando esos sentimientos que, es más, no quería sentir.
Al cabo de una hora, la cena estaba completamente lista y por supuesto la hora de encarar a cierta persona también había llegado.
Misaki avanzó casi temiendo a lo que podría pasar y despacio tocó suavemente la puerta. Sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal al escuchar el picaporte abrirse. Ok, era momento de fingir una sonrisa…ya no era nada nuevo.
-Buenas tardes Ritsu-sama, lamento molestarle cuando apenas está adaptándose a su nuevo hogar, pero le informo que la cena ya está lista, y nos gustaría que bajara- repitió monótonamente aquel discurso que ya estaba acostumbrado a decir.
Ritsu lo miró fijamente, a pesar de que no lo mostraba él sabía que Misaki tenía la intención de olvidar la noche pasada y hacer como si nada hubiera pasado. Además notaba que estaba sudando un poco, tal vez por los nervios…
-Está bien, muchas gracias por avisarme- sonrió. Por el momento es mejor seguir el juego, así podría descubrir si había algo más que ocultaba. Misaki lo sintió, y agradeció mentalmente por eso, claro, esta persona, era muy amable.
Y mientras ellos cruzaban el sendero del jardín para ir al comedor, no se dieron cuenta de que al fondo de este, detrás de un gran árbol, alguien los miraba, dirigiéndose justamente a uno solo. Sonrió. “Al fin lo encontré” Fue lo que pensó.
-------En la oficina de Akihiko-------
-¿Y? ¿Por qué de nuevo viniste?- preguntó el peliplata viéndolo inquisitoramente.
-Vamos ¿No puedes ser más gentil? – dijo en ironía.
-Masamune, deja de fastidiarme – ordenó luciendo intimidante, aunque de por sí sabía que no tendría mucho efecto ya que casi tenían el mismo temperamento, además de que se conocían perfectamente el uno al otro. (N/A: mmmm =w= ¿Enserio?)
El castaño oscuro se levantó del gran mueble que había y caminó por el cuarto.
-Deja de hacer eso, me pones nervioso- comentó Akihiko con deje de ira y ansiedad
-¿El gran Usami Akihiko nervioso? ¡Ja! No me hagas reír-
-Callate y dime de una vez-
-Creo que ambos sabemos por qué estoy aquí- dijo más serio
-Ese tipo te envío para vigilarme ¿verdad?- Se refirió a Fuyuhiko.
-No quiere que hagas algo estúpido, simplemente eso-
-Y tu obedeciste ¿Cuándo dejarás de hacerlo?- preguntó irritado, eso siempre le molestó de la actitud de Masamune. Siempre hacía lo que Fuyuhiko le pedía u ordenara, bueno, lo entendía en cierta forma, después de aquel incidente con la familia de Masamune, dejandolo solo a él, su padre se hizo cargo, y suponía que si obedecía lo que sea que le dijese, era porqué se sentía en deuda con él.
-Sabes que me es imposible- Era cierto, muy aparte de su eterno agradecimiento, había algo más que había que no pueda contradecirle, pero eso era algo que Akihiko nunca tenía que saber.
Ambos se quedaron por unos minutos en silencio, pero este fue interrumpido por el tocar de la puerta.
-Señores, les informo que ya es hora de la cena- Habla Nowaki -
-Gracias Nowaki-se dirige hacia Masamune- ¿Te quedarás a cenar?
-Tal vez otro día- responde- Hay algo que debo hacer.
-¿No será “alguien al que debo encontrar”?- se burla un poco.
-Callate, te juro que lo encontraré, he puesto a investigadores para eso-
-Nunca te he visto tan obsesionado con algo, o con alguien- sonríe divertido. Pero en serio, Masamune siempre estuvo apartado de todo esos temas relacionados con el “amor” así que le sorprendía que lo hubieran encantado tanto, incluso el mismo Akihiko se vio interesado en esa persona.- Bien, entonces, ten cuidado al regresar.-
-No te preocupes Akihiko, me verás muy pronto-
-Hubiera deseado lo contrario-. Entonces comenzaron a reír.
----------En la cena (=w=)---------------
-¿qué te parece la cena Ritsu?- pregunta como si solo fueran ellos dos en la sala, bueno no era del todo equivocado, pero quien estaba también con ellos, era lastimosamente Misaki, quien veía con un fondo rosa, la bella pareja que hacían. De nuevo sintió la punzada.
-Todo está delicioso- le contesta amablemente.
-¿Y cómo le están tratando?-. Esto lo dijo mirando de reojo a Misaki, quien se irguió y desvió la mirada.
-Sí, me han tratado muy bien, en especial Misaki, es muy amable conmigo-. Le dio una sonrisa al castaño, que lo hizo tranquilizar.
-Ya veo- Quería preguntar de qué forma era “amable” pero, dios, eso sería totalmente ridículo.- ¡Misaki! - llamó
-¡Sí!- respondió rápidamente nervioso.
-Ve a traer algo de vino de la bodega, preferible el Château Lafite Rothschild -.
-¿He?...Pero ese…- titubeó
-Ahora-. Ordenó con una mirada afilada.
Misaki ni siquiera volvió a recriminar; esa mirada la conocía de sobra, y es por eso, que sabía las consecuencias que traería contradecirle.
-Como ordene-. Se reverenció
-“Como ordene” ¿Qué?-. Su tono de voz casi se volvió un susurro tenso, como si le quitara con la mirada, toda el alma del cuerpo. Se lo estaba ordenando. “Dilo”- dijo en su mente.
-Como ordene…amo-. Y con esto dicho, rápidamente se vuelve a poner en su postura normal y sale del comedor rumbo a la bodega, seguido de la mirada extrañada de Ritsu, quien notaba algo raro en todo lo que sucedió.
Misaki cruzó a zancadas el corredor que daba pasó al jardín, a veces le resultaba espeluznante cruzar por allí ya que al ser un corredor abierto, era la parte más vulnerable de la mansión.( http://ih3.redbubble.net/image.9170233.7070/flat,550x550,075,f.jpg) Sin embargo ahora, no le importaba, aun si era de noche, toda su furia le hacía dar valor para cruzarlo. Se sentía totalmente ido de sí, quería gritar por la furia.
“Usagi-san…¡BAKA! Esa botella dijiste que era muy importante, que no la utilizarías sino era conmigo; una persona especial!!! Demonios! ¿Por qué me acuerdo de eso?!!” Recordó muy lamentablemente lo sucedido durante uno de sus “castigos” hace algunos meses atrás
--------------------------Flash Back-------------------------------------
Ambos estaban en la bodega de vinos.
-Mgg…HA! Ya no…por favor…¡Amo! -. Suplicó con ojos llorosos al sentir la estocada tan intensa que le dio el peliplata.
-¿Pero qué dices? Si se te nota que te gusta-. Le agarra de los glúteos y lo levanta haciendo que ambos abdómenes se toparan. Luego lo volvió a recostar en una de las mesas y siguió con la tortura.
-¡HAAAAAA!! Ngg…ah! usa….Usagi-san-.
-Eso es Misaki, gime más fuerte-. Sonrío. Le encantaba verlo así. Tan sometido a él, que sintiera que solo vibraba de esa manera cuando él lo tocaba, que gimiera así, solo con sus estocadas, que pidiera más, que se ahogara de deseo, solo por él. Era un deseo absurdo y egoísta, pero quería que lo necesitara, simplemente eso.
Salió de Misaki sin avisar dejándolo preplejo.
-¿he? ¿Q-Qué sucede?-. Vio como Usagi regresaba con una botella. -¿P-Para qué lo va a u-usar?-. Dijo con timidez.
-Esta es una Château Lafite Rothschild, es uno de los vinos más costosos del mundo, y también uno de los más deliciosos-. Formó una media sonrisa que denotaba sensualidad.- Misaki, escucha-. La voz del peliplata se hacía más intensa en la cabeza del ojiesmeralda, le gustaba que dijera su nombre de manera tan lasciva hasta hacerlo temblar de excitación.- Esta botella solo la voy a utilizar contigo, tómalo como que eres especial, ya que esto será nuestro secreto-.
-Sí…amo-. Se sentó en la mesa y rodeo su cuello.
-Buen chico-. Comentó satisfecho y abrió la botella dejando que su líquido recorriera todo su cuerpo, hasta la más mínima parte de él.
-mmmm…ahh…-. Soltó un gemido al sentir ese calor que lo recorría hasta llegar a su entrada, otra vez estaba más excitado.
Usagi comenzó a lamerlo por completo, sus pezones parecían cerezas al mezclarse con el líquido, tan deliciosos, tan atrayente, tan dulces…Quería comerlos, devorarlos. Su lengua bajó por su abdomen, su piel se tornó rosada y se electrizó con su rocé a su parte baja.
-¡Ha!-. Lo sujetó de los cabellos, y a medida que sentía la subida y bajada de la boca de su amo, también percibía la introducción de un intruso en su cavidad trasera. Cada parte de su cuerpo se sumergía en el deseo de ser tocado, de ser forzado a caer en el abismo del placer…Todo por ese hombre.
-Hazlo…ahora, por favor…amo-. Se lo susurró en el oído lamiéndolo, haciendo que se estremeciera de una manera extraña, que nadie había podido lograr.
-Eres demasiado tentador-. Se lamió el labio.
-¡HAAAAA!! -. Sintió otra vez la gran embestida que lo desesperaba en el dolor y el placer, otra vez la gran carga eléctrica que le fascinaba sentir lo invadía.
-ha…como siempre estás perfecto para mí-.
La respiración se cortaba en ambos, y la temperatura aumentaba mucho más que antes. Los dos sentían que ya podrían llegar en cualquier momento, sin embargo no querían perderse del uno del otro, querían verse, y disfrutarse mutuamente, sentirse, tocarse…unirse por completo.
-¡USAGI-SAN! AHHH!!!-.
-Yo también…Misaki-. Lo abrazó bien fuerte, casi olvidándose de las reglas, solo quería estar con él.
--------------------Fin Flash Back---------------------
Claro, ese era su vino, el de ambos, de nadie más, entonces…¿Por qué? ¿Por qué con otra persona que no era él?...por supuesto, era su prometido, era lógico que ya no fuera como antes, pero… al menos tenía la esperanza de que no cambiara mucho.
Vio a su alrededor…
“¡Demonios! Me quedé pensando en ese idiota! ¡Deja de tontear Misaki, ahora ve por ese vino!”
Se dispuso a ir velozmente a la bodega, pero algo le detuvo. Una bala que le rozó la mejilla hasta impactar en un florero y romperlo por completo.
“¿Qué…?”
Se volteó enseguida. Esos ojos color ceniza azulado lo paralizó en un instante, y su voz gruesa complementó su estado con un “Si gritas, no dudes que disparo” pero aun así, no fue sino hasta sentir el arma en su frente, lo que lo hizo ver todo oscuro.
