Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

AFFAIR por malchan

[Reviews - 1220]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias a kiara y Aliiiiii por sus comentarios! Mientras sigan escribiendo, yo también lo haré ;)

Aliiiiii, después de leerte decidí hacer esta lista de personajes (de los que van hasta ahora el capi 4).

En realidad, como seguramente ya lo habrán imaginado, son 4 los protagonistas, así que no se preocupen por aprenderse los demás.

_____________________________________________________

Kyan Novak: El prota del historia. Tiene 28 años. Ojos color miel y cabello castaño.

Daniel Lascurain: El moreno de traje que Kyan conoce en el club Zaphyr. Es un arquitecto dueño de la contructora LD. Ojos color gris y cabello negro curveado.

Reiner Köhler: El socio de Daniel en LD, se dedica a las inversiones. Es alemán y su cabello es plateado y sus ojos azul claro.

Enzo Baladi: El mejor amigo de Kyan. Es italiano al igual que Anna. Es un hombre joven de largo cabello dorado y ojos color esmeralda. Él y Reiner fueron amantes hace años.

Los siguientes personajes no tienen que preocuparse por acordarse quienes son en realidad, pero
ya que estoy haciendo una lista los menciono por si se pierden, los pongo en orden de importancia.

Abrianna Mestri: Amiga de Enzo y Kyan. Es fotógrafa mitad italiana mitad belga, su novia es Zia, la dueña del Zaphyr.

Andrew Kelly: Arquitecto que trabaja en la contructora LD junto con Daniel.

Mika: Cantinero en el Zaphyr, de Serbia. Él y Enzo se veían, pero éste lo dejó por sus tendencias sádicas.

_____________________________________________________

 

No es ficha de personaje, sólo lista, si quieren más detalles: A leer Affair  jeje


Disfruten la lectura!



Se ajustó el abrigo antes de salir del autobús de la línea uno, había perdido valiosos minutos debido al accidente que había ocurrido en el puente Adolphe rumbo a Kirchberg, la zona moderna de negocios. Iba a llegar tarde y odiaba absolutamente ser impuntual en su trabajo.

Apresuró el paso para entrar al gran edificio de cristales donde trabajaba: la sede de Muggen Corp.

El elevador se mostró bastante lleno, así que optó por tomar las escaleras de servicio en la cual subió rápidamente los cuatro pisos hacia su oficina, como solía hacer en ocasiones.
Cuando llegó, se tomó un par de segundos para recuperarse, si no le daba tiempo ese día de pasar al gimnasio del edificio antes de irse, por lo menos ya había hecho algo de cardio.

Mientras avanzaba a su oficina, sus pasos anteriormente apresurados comenzaron a enrarecerse al ver que alguien lo esperaba en ella.

Dos personas. La primera, su jefa, Bianca R. Gilson, una mujer en sus cuarentas bien llevados, cabello rubio muy corto, rostro redondo  y casi el metro ochenta de estatura. Era viuda desde hacía cuatro años y desde hacía dos le llegaban flores de algunos admiradores varias veces al mes, pero el hombre que la acompañaba y que quedaba de espaldas era poco probable que estuviera de visita personal en su oficina.

Se apretó el nudo Windsor de su corbata y se aproximó.

- Novak, buenos días- lo saludó Bianca mirando por un segundo el reloj de la pared,
  dándole a entender con sutileza que llegaba una pisca tarde.

Pero justo cuando estuvo a punto de excusarse, vio a la otra persona con la misma cara de sorpresa que él mismo debía tener en ese momento.

Lo conocía.
Había estado en el jacuzzi de su castillo.

Era el moreno vestido de Tom Ford con quien se había ido el viernes en la noche. Vestía un traje igual de estupendo pero a la luz del día y en su oficina parecía una persona distinta. Sin embargo, no lo era.

Esos ojos gris claro eran los mismos y los tenía clavados en él.

- Te presento a Daniel Lascurain de la Constructora LD quien amablemente ha accedido
  a encargarse de la parte arquitectónica del proyecto Rá.

- Es un placer verte de nuevo- dijo el moreno tendiéndole la mano.

Estaba de broma, ¿es un placer había dicho?
Esa mirada no mentía, estaba usando intencionalmente esas palabras.
Kyan apretó los dientes.

- ¿Acaso ya se conocían?

- En una subasta- se adelantó a decir Novak lanzándole fuego con la mirada- pero es un
  recuerdo más bien lejano.

- Cierto- confirmó Lascurain, en sus labios se iba formando una sonrisa- pero me alegro
  que nos encontremos de nuevo, me dará gusto trabajar contigo, ¿me darás tu nombre
  esta vez?

Su jefa no comprendía las verdaderas intenciones de aquella conversación, pero definitivamente percibió cierta tensión en el aire.

- Kyan Novak. Estoy a cargo de la parte financiera del proyecto Rá. Soy quien toma las
  decisiones.

Él también elegía las palabras cuidadosamente.
Si no podía ser directo, sería bien claro en sus indirectas.

- Ya veo- dijo el otro, siguiéndole el juego.

Gilson continuó:
- Quisiera ponerte un poco al día de lo que el arquitecto me informaba.

- Oh, estoy al tanto- aseguró el asesor confiado- sé que la tectónica del suelo estuvo mal
  calculada por la constructora anterior por lo que los cimientos presentan problemas.
  ¿La cuestión debe ser el número de niveles, no es así?- preguntó al portugués.

Su jefa no dijo nada varios segundos.
- No sabía que estabas tan informado. Eso es básicamente lo que acaba de decirme-
  dijo y después sonrió y ella no solía hacerlo con facilidad.

- Y yo no sabía que leías la mente- dijo el otro colocando un folder sobre su escritorio-
  igual he traído toda la información por escrito y bien detallada, creo que te resultará
  útil. Pero si te soy sincero los papeles son algo técnico y lo mejor sería que fuéramos a
  la obra para poder explicarte.

- Seguro, lo agendaremos- contestó rápidamente el otro, sin un deseo mayor que sacar a  
  ese intruso de su oficina.

Era una completa impresión tenerlo en su espacio laboral. Aquel encuentro lo estaba asfixiando.

En ese momento, para empeorar la situación, otro miembro más de Muggen se dirigía a ellos.
Roger Miller, el CEO de la empresa. Hacía cinco años había heredado el puesto de su padre, quien se había retirado al cumplir 80, era el menor de cuatro hermanos sin embargo, era el heredero absoluto de su imperio financiero, con dos maestrías en Finanzas y Economía respectivamente, que en poco tiempo había doblado las ganancias de la compañía, un hombre en apenas la mitad de sus cuarentas.

Y hacía año y medio lo había conocido mientras trabajaba en la bolsa, Kyan acababa de cerrar un negocio multimillonario con un árabe que había llegado a oídos de muchos, entre ellos los cazatalentos de Miller.

Así que sin dudarlo, su ahora jefe lo había invitado personalmente a trabajar con él y ciertamente le había dado una oficina que no correspondía ni a su puesto ni a su antigüedad. Desde entonces le mantenía un ojo encima.

Novak nunca lo había decepcionado, logrando éxito tras éxito, hasta… ahora, que el proyecto Rá se había vuelto una piedra en su zapato.

Al llegar, el presidente primero se dirigió a Bianca y después Lascurain, a quien le extendió una mano que el otro simplemente… no tomó.
Todas las alertas del asesor se encendieron ante esa enorme falta de cortesía.
Sin embargo Roger no pareció darle demasiada importancia.

- Daniel, me dijeron que estarías aquí. Me alegro que hayas decidido ayudarnos.
  Tienes a tu lado a una de nuestras estrellas financieras, el señor Novak. Este joven le ha
  hecho ganar más dinero a esta corporación que mi primer equipo de trabajo y hablamos
  de unas quince personas.

- Si, parece bueno en lo que hace- dijo el moreno mirándolo un segundo.

¿Estaba burlándose?

- Kyan- lo nombró el CEO- como sabes el proyecto ha presentado varios problemas
  desde el inicio y nuevamente tendrá que enfrentar ajustes, confío en que con ayuda de
  Lascurain podamos por fin llevar a buen término este casino. Los inversionistas
  necesitan ver acción y pronto.

- Por supuesto, señor.

Eso lo hizo avergonzarse, pero nadie salvo él podía saberlo.

- Daniel, lo que necesites no dudes pedirlo a Novak, a la señorita Gilson o incluso a mí.
- Lo tomaré en cuenta- dijo secamente.

Fue inevitable ver como entre su jefe y el guallen había un trato exageradamente forzado.
No podía ser su imaginación.

- Me retiro entonces para que se pongan de acuerdo.
- Yo iré contigo, Roger. Voy a bajar al primer piso- dijo su jefa.

Entonces ella también se marchó, no sin antes despedirse.
En cuanto la puerta se cerró, quedaron solos.

- ¿Conoces a Roger Miller? ¿Quién diablos eres?

- Lo conozco de hace tiempo en el plano personal.
  Pero mi trato con él en los negocios, es de negocios.

- Bien. Eso suena profesional- aprovechó para decir Novak- espero lo mismo de ti.
  Como ya establecimos, el diseño será modificado, ¿crees que puedas elaborar una
  propuesta con números lo antes posible?

- Claro, ¿cuándo la quieres?

- ¿Cuándo puedes tenerla?

Lo retaba. De nuevo.

- ¿Para ti? El miércoles temprano.
Dos días, vaya engreído.

- Muy bien. Marcaré a tu asistente en lo concerniente a la cita para ver el terreno.

- A Hilda la tengo ocupada con otras cuestiones- le dijo Daniel con una sonrisa- tendrás
  que contactarte conmigo directamente.
¿Cómo era eso posible?
Debía estar diciéndolo para forzarle hablar con él. Decidió no creerle.
El arquitecto le dejaba en su escritorio su tarjeta.

- Como sea. Supongo que entonces eso es todo.
Pero el moreno no se movió de su sitio.

- ¿Crees que el casino es mi único proyecto, arquitecto? Tengo cosas que hacer y me
  gustaría empezarlas ahora sino te importa.

- No entiendo cómo puedes ser tan frío, después de lo que pasó este viernes- le dijo el
  otro que finalmente se movió a la puerta… para cerrarla por dentro.
Le daba vuelta al seguro.

- ¿Qué dices?

- Ciertamente eso es todo lo laboral que tenemos que resolver. Pero difícilmente me
  parece que es sea todo lo que hay entre nosotros.

Kyan se sentaba, su mirada se llenaba de dureza.

- ¿Esto te parece gracioso? No hagas de esta situación una gran broma. Estamos hablando
  de mi trabajo y del tuyo. Esto es muy serio por lo menos para mí.

Aquella intensidad resultó extrañamente fascinante para el moreno.
Hace unos días había tenido ese cuerpo, ahora tan perfectamente vestido, desnudo y ardiente en su jacuzzi. Y a toda esa actitud defensiva, completamente derribada.
Pero al verlo así de molesto, era como si pudiera ver la misma pasión que lo había encendido tanto, tomando otras riendas.

Kyan Novak era un hombre agresivo y fuerte cuando lo requería, Roger Miller mismo había dicho que era algo así como una maravilla en los negocios y eso le gustó inmediatamente de él.

- Puedes ir abriendo la puerta, ¿o hay algo más en que pueda ayudarte?
- Entonces en serio vas a pretender que no nos conocemos y evitar el tema.

Kyan abría su portátil sin hacerle mucho caso.
Era obvio que quería correrlo con su indiferencia.

- Novak- dijo su apellido casi como si fuera un insulto, poniendo su mano en el
  escritorio- huiste de mi casa sin decir adiós y ahora me corres de tu oficina.
  Es obvio que te ha molestado el hecho de que trabajaremos juntos, pero debo asegurarte
  que yo también soy muy bueno en lo que hago.

Y como seguramente el CEO lo había invitado personalmente a trabajar en el proyecto Rá, tampoco es que tuviera otra opción que tratar con él.

- Lo que quiero decir es que no te daré motivos de preocupación, no es mi estilo.

El asesor no tuvo ningún reparo de decir lo que pensaba y ponerle un alto.

- Quiero que entiendas algo fundamental para mí, Lascurain, éste es mi trabajo, 
  no hay nada más valioso para mí.
  Yo no sabía quién eras cuando terminé en tu casa y no me parece justo que tenga que
  pagar por ello en la oficina. Tengo 28 años y soy la persona más joven en alcanzar mi
  rango en Muggen… y en toda la industria local a decir verdad. He trabajado como no
  tienes idea por estar donde estoy.  Yo seré socio de este lugar antes de los 40.

  Esto que ocurre aquí es mi vida y no permitiré que la supuesta confianza que crees que
  tienes conmigo ponga en riesgo mi reputación, así que perdóname si no me rio cuando
  lanzas indirectas enfrente de mi jefa o si no te invito a seguir esta conversación en la
  cama.
  ¿Ya terminamos?


Su mirada era tan gélida que la habitación parecía haberse congelado.
Era extraño que alguien tan sensual pudiera volverse tan hermético.

- No. Claro que no hemos terminado- Daniel le cerró la pantalla de la computadora.

Y aunque no lo hizo con fuerza, sabía a afrenta.
La sorpresa de Kyan se volvía poco a poco furia.

- ¿Qué es lo que crees que haces?

El moreno hasta ese momento había sido muy propio, sin duda amable en su trato aunque no tanto en sus palabras, pero en ese momento era más bien directo, como si quisiera establecer su punto más que nada en el mundo.
Casi como todos los ricos.

Y pensar que la noche en que se habían conocido, Daniel Lascurain había empezado siendo afable.

- Bien, somos adultos, Kyan. Lo que hagamos en nuestra vida privada nada tiene que ver
  con nuestra vida profesional, ¿estamos de acuerdo?

- Exactamente, así que…

- Así que a nadie debería importarle lo que pasa a puertas cerradas. Y la puerta está
  cerrada.

Y así fue que lo tomó de la corbata y lo jaló hacia él.
Atrapó su boca con relativa facilidad y tomó la nuca de Kyan para asegurarse de que no rehuyera.

Sus labios eran suaves.
Para el castaño fue como sentir su cuerpo envolviéndose en llamas y no tardó en empujarlo con fuerza para alejarlo.

- ¿Qué mierda haces? ¡No vuelvas a hacer eso!
  ¿Quién te ha dado permiso de tocarme? Si no dejé que me besaras antes, ¿por qué
  supones que querría hacerlo ahora? ¡En mi trabajo! ¿No acabo de decirte lo vital que es
  para mí defender mi posición aquí! ¡No estamos en tu maldito cuarto de huéspedes!

Pero el otro parecía tranquilo. Incluso ante su actitud explosiva.

- No creo estar poniéndote en una posición desagradable, Novak.
  Simplemente sé cómo separar el mundo personal del profesional- explicó
  dogmáticamente- En tu vida diaria, ¿acaso importa con quien te acuestes?

  A nadie le concierne lo que haces saliendo de la oficina y te aseguro que no
  interferiré de manera negativa en tu trabajo. Y por el beso… bueno, de eso me
  disculparé. No pude evitarlo, quería hacerlo desde que no me lo permitiste esa noche.

  Pero no volveré a intentarlo en un sitio así, aunque… es que de verdad corras el riesgo
  de que nos vean.


- ¡Deja de hablar como si tuvieras algún derecho sobre mí!- repeló el asesor, injuriado.

- No, Kyan, escúchame. Me gustas pero yo tampoco comprometeré mi trabajo por
  ese motivo. Yo mismo tengo también una reputación que mantener, confía en mí.

Pero el joven estaba lejos de quedarse callado.
Se ponía de pie y lucía amenazador.

- No, TÚ escúchame bien. No voy a tener contigo nada mientras trabajemos juntos. Y
  cuando dejemos de hacerlo, probablemente tampoco lo tendré.
  Simplemente no tengo tiempo, ¡así que no me lo hagas perder!

Cualquiera se sabría agraviado, pero ese arquitecto no parecía afectado por sus palabras.
De alguna manera no creía aquel desdén. No de un hombre que se había retorcido en sus brazos. No después de los orgasmos que le había dado.

Pero no era el momento, eso era seguro. Si para él su trabajo significaba tanto, respetaría eso.

- Me apresuraré en la propuesta, te aseguro que te satisfará por completo- dijo antes de
  salir de su oficina.

Kyan se dejó caer en su silla.
Su corazón latía con fuerza.
Ese hombre, ¿quién diablos se creía que era?

 

 

Continuará...

El asesor no tuvo ningún reparo de decir lo que pensaba y ponerle un alto.

 

- Quiero que entiendas algo fundamental para mí, Lascurain, éste es mi trabajo,  

  no hay nada más valioso para mí.

  Yo no sabía quién eras cuando terminé en tu casa y no me parece justo que tenga que

  pagar por ello en la oficina. Tengo 28 años y soy la persona más joven en alcanzar mi

  rango en Muggen… y en toda la industria local a decir verdad. He trabajado como no

  tienes idea por estar donde estoy.  Yo seré socio de este lugar antes de los 40.

 

  Esto que ocurre aquí es mi vida y no permitiré que la supuesta confianza que crees que

  tienes conmigo ponga en riesgo mi reputación, así que perdóname si no me río cuando

  lanzas indirectas enfrente de mi jefa o si no te invito a seguir esta conversación en la

  cama.

  ¿Ya terminamos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).