Capítulo 5
El ruido de algo metálico cayendo en el piso de abajo despertó a Derek con un salto y mandó su corazón a tocar un solo de batería, que se incrementó al darse cuenta de que no estaba en casa…en ninguna de las dos. ¿Dónde mierda había despertado ahora?
Ah, claro
La noche anterior le fue físicamente imposible negarse a pasar la noche en casa del Sheriff, y después de la cantidad de metidas de pata añadidas a su record el día anterior mejor era no buscar más problemas.
A pesar de todo tuvo que pelear con cada célula de su organismo para no abrazarse más fuerte al cuerpo suave y firme junto a él, porque a pesar de que estaba calientito y fuera de las mantas estaba haciendo un frio del carajo, aunque oliera a una combinación de bosque, tierra, manada y él mismo no dejaba de ser…bueno Stiles, acurrucado contra él rodeándole con brazos y una pierna y suspirando contra su pecho.
Sacudió la cabeza y se desengarzó del abrazo sin mucho cuidado, aun sorprendido porque de hecho acababa de razonar que la noche anterior había dormido con alguien que se supone es su novio…o prometido o algo así sólo con sus bóxer como defensa, más nervioso que una virgen en su noche de bodas y sólo consiguiendo el sueño por…por la extraña sensación de tranquilidad que tenía al estar allí; probablemente a causa del aire de normalidad.
Una vez vestido y con su ridículo suéter sobre los hombros tuvo que resignarse a salir, pero a medio camino hacia la ventana se detuvo, razonando que sería peor si alguien le viera salir por la ventana que por la puerta. En este lugar no tenía que escurrirse para escapar del Sheriff.
Tenía que hacer algo para salir de allí, pero hasta que no se le ocurriera otra cosa el plan seguiría siendo fingir, aunque de eso a no tratar de evitar contacto directo con el padre de Stiles había un buen trecho, puede que el hombre fuera amable con él, pero conociéndolo no creía que lo quisiera mucho.
Pensándolo con claridad, John (ni siquiera conocía su nombre de pila antes de ayer por Dios santo) tendría todo el derecho de aborrecerlo y querer mantenerle lejos de su hijo, él era impulsivo y a veces a decir de su difunta hermana…y también de la viva, un poco tonto. ¿Pero de allí a salir con un chico de trece años cuando él tenía dieciocho? Eso no era ni remotamente legal.
-Derek- Mierda, hablando de evitar el contacto directo. Se quedó congelado en el pasillo de la puerta de entrada al escuchar la voz del Sheriff, sin la mínima intención de voltear a verle al más puro estilo canino, demostrando sumisión. - ¿Te desperté? Lamento el ruido pero “alguien” dejó una cacerola sostenida de forma heroica por la jarra de la cafetera en la lava trastes y yo no me di cuenta.
Derek se dio la vuelta despacio, con cuidado y resistiendo el impulso irracional de levantar las manos y ponerlas sobre su cabeza
-Está bien, señor- ¿Cómo le llamaba aquí?- De todas maneras tenía que irme temprano- Mintió, no tenía absolutamente nada que hacer en ese día…ni en esa vida si a esas vamos, pero por él mejor porque despertarse abrazado a Stiles aún era demasiado para asimilar, no quería pensar que pasaría si el muchacho estaba despierto también.
-Oh si, tu reunión en San francisco- ¿Su qué cosa dónde? – vamos, toma un café antes de irte, te queda un día largo y nadie es capaz de enfrentar eso sin una buena dosis de estimulantes en su cuerpo, ni siquiera un hombre lobo joven y sano.
El Sheriff Stilinski acababa de atraparle escapando de su casa, de ofrecerle café y de llamarle hombre lobo, todo en menos de diez minutos.
Su siguiente pensamiento coherente fue estar sentado en la mesa del comedor con una taza de café entre sus manos. Tenía que ir a casa y cambiarse antes de ir a San Francisco, para empezar averiguar qué diablos iría a hacer a San Francisco.
-¿Estas bien hijo?- Estaba comenzando a aterrizar hasta el momento en que el Sheriff le llamó hijo, muchas gracias.
-Sí, yo- Sólo trataba de sumir el hecho de que el hombre había cambiado el querer meterlo a la cárcel o asesinarlo por servirle café con dos galletas de chispas de chocolate, palmearle el hombro y ofrecerle apoyo moral- Aun estoy algo…sacudido por…
-Es comprensible Derek, aunque no lo creas es mas común de lo que parece- En realidad iba a decir que estaba sacudido por haber despertado en su casa intacta con su familia muerta, un novio que ahora es su prometido y un bebé en camino, pero igual apreció el esfuerzo- El que estés acostumbrándote al hecho no te hace una mala persona.
-¿No?- Era bueno que alguien se lo dijera, aunque estuvieran hablando de circunstancias completamente distintas
-No- El Sheriff le dio un golpecito en el hombro y una sonrisa tranquilizadora- Cuando Claudia me dijo que Stiles venía en camino mi primera reacción fue ocultarme de ella- Derek no pudo evitar prestar atención a la historia, John le hablaba como si fuera parte de su familia, como si confiara en él- Incluso me sentí molesto, a tal grado de buscar pelear por cualquier tontería. Y llevábamos dos años de casados.
Derek dio un sorbo a su taza para oculta el que no tuviera absolutamente nada que decir
-Conociste a Claudia, no puedo mentirte en cuanto a su actitud; pero durante ese corto periodo de tiempo fue fiera e implacable torturándome hasta que me vi obligado a encerrarme en el ático y sucedió la historia de la semana kit-kat que ya conoces.
-Es un cambio de vida- Derek disfrazó la frase lo mejor que pudo, porque por alguna razón se sentía bastante cómodo con John como para decir más de dos palabras juntas que no fueran insultos- Sólo supongo que tengo miedo de disfrutarlo mucho y cuando me haya acostumbrado y haya asimilado el hecho, desaparezca del mismo modo que apareció.
El Sheriff le dio su cuarta sonrisa condescendiente de la mañana
- La familia no es algo que se evapora con el sol Derek, aún si se van- Un trago de café para el Sheriff, el nudo en su garganta para Derek- Aún si se van, como Claudia. Ella estará aquí para siempre.
No quiso razonar muy bien eso, no se sentía lo suficientemente bien plantado todavía.
-Pensé que estaba molesto conmigo- Cambió de tema antes de que el silencio pesara de más, tal vez no para el Sheriff pero a él le tranquilizaba asegurase de que no iba a haber una pistola emergiendo bajo la mesa abruptamente.
-No tendría por qué, te conozco y sé que el arranque de ayer no es quien eres en realidad-Golpe bajo, porque él no era el Derek que el Sheriff pensaba- Sabes que al principio yo no estaba de acuerdo con todo esto, su relación.
Bueno, menos mal
-Nadie puede juzgarlo por eso, él era muy joven- En serio Derek, ¿Trece?
-A pesar de eso peleo por estar contigo- Con eso tenía para traumarse de por vida, muchas gracias-y tú por él, aún contra mía.
-Señor yo…- ¿él que? Iba a pedir disculpas pero no sabía ni por qué.
-Por eso sé que puedo confiar en ti Derek, harás lo que sea porque él esté bien y a salvo.- Santa mierda, y el Sheriff que seguía hablando.
-Sabes que los días posteriores a la muerte de Claudia no fueron los mejores para mí- Si bueno, podía imaginarlo- No me enorgullece mi comportamiento, ni las veces que te eché de aquí prácticamente a punta de pistola- Ahora sabía que estaba hablando con el mismo hombre que conocía- Pero tu tenías los dieciocho bien cumplidos y Stiles apenas alcanzaba los trece así que- El Sheriff se encogió de hombros- Pero solo Dios sabe lo que hubiese sido de mi hijo sin tu apoyo muchacho.
Probablemente sería un crío sarcástico peleado con la vida pero aun así bueno en el fondo, sólo por especular.
-Yo…- ¿Qué cosa? No podía decir nada, porque no tenía ni idea de que estaba hablando el Sheriff.
-Basta de momento de niñas, son casi las diez y tienes que irte si quieres llegar a San francisco al medio día. Además de cambiarte de ropa- Levantó las tazas y las puso cerca de la lava trastes.
- Sí, gracias- Al fin un pretexto para salir de allí- Yo sólo estaba…
-Sé que querías esperar a que bajara, pero sabes que es imposible arrancarlo de la cama un sábado antes de las once, anda largo de aquí antes de que tenga que echarte de nuevo a punta de pistola.
Estaba caminando por las heladas calles del pueblo antes de darse cuenta de que había salido de la casa.
Agradeció sobremanera que su madre conservara la precaución de esconder una llave en la hendidura al lado del marco de la puerta de entrada (era un lugar tan pequeño que era imposible que algo más grande que la punta de una garra afilada entrara por allí) porque la tarde anterior, cuando salió corriendo no se llevó absolutamente nada con él.
El calorcito de la temperatura artificial de la casa contrastó de forma agradable con el viento helado y la amenaza de nevada nada más entrar, Lo primero que vio fue a Cora en bata en la sala de estar arrodillada en el suelo con aproximadamente treinta cajas frente a ella, aventando por todas partes adornos, escarcha y luces navideñas mientras Peter arrastraba a un lado el sofá de la esquina para hacer lugar al enorme árbol que reposaba alegremente junto a la puerta de entrada.
No las malditas luces
-¿Todo en orden?- Su madre, saliendo de la cocina con una taza de té entre las manos (nunca café, jamás), probablemente sabía la respuesta ya que lo más probable es que apestara a la cama de Stiles; pero aun así buscaba confirmación verbal.
- Sí- Talia asintió una vez, tomó un sorbo de su té y volteó a mirar a Cora y Peter.
-Debo…- Derek señaló la escalera y disimuló lo más que pudo antes de intentar huir, su madre molesta le seguía asustando. Mucho.
-Derek- Segunda vez en el día que tuvo que contenerse para no levantar las manos sobre su cabeza, y apenas eran las diez de la mañana.
-Dime
-Me gustaría, si te es posible claro que en el futuro evitaras este tipo de contratiempos- Traducido al lenguaje de su madre: Vuelves a hacer una estupidez de esas y vas a estar comiendo ensalada de acónito hasta el próximo año- Sobre todo en público- Corrección ensalada de mata lobos.
- No va a volver a suceder madre- Cabeza abajo, ojos en el suelo y cuello expuesto. Sumisión total ante su alfa. Nunca pensó que se sentiría tan bien hacer eso luego de haber portado los ojos rojos por tanto tiempo.
- Sé que no- Talia dio un par de palmaditas en su cuello y le hizo levantar la mirada- No haces muchas cosas sin pensar, pero cuando se te ocurre o la bordas, como con el bebé o corres el peligro de arruinarlo todo. – Simplemente asintió ante lo obvio. Tenía tanta razón- ahora dúchate antes de que se te haga tarde.
Más despierto y con la cabeza mejor plantada tenía que considerar sus prioridades, si quería darle gusto al par de sociópatas que le encerraron en ese lugar para que le permitieran salir tenía que estar cómodo ¿no? Pues entonces averiguaría que es lo que tenía que hacer en San Francisco y donde, iría a la famosa reunión y volvería para la cena sin una sola queja.
El teléfono en la mesita de noche sería un buen lugar para empezar
Una imagen de Stiles sentado en el cofre del camaro le dio la bienvenida y no reprimió un gesto de fastidio. No podía estar tan absoluta y estúpidamente enamorado de ese chico en ningún universo, no era posible ¿o sí?
Ignoró el detalle, más adelante tendría tiempo de entrar en shock con propiedad y renegar un poco de su otro yo, por el momento era más importante encontrar su agenda.
Sábado BF Goodrich
Sin más detalles
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