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Family Man por Shiko

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Notas del capitulo: Nota de Maggie:
Aqui de nuevo, con uno de los capitulos mas cursis que he escrito en mi vida. What can i say? sólo disfrutenlo y déjnme saber su opinion, siempre me siento insegura de como me salen estas cosas

Ah otra cosa, para maximizar el feeling y compartan un poco mi experiencia escribiendo recomiendo que cuando encuentren un pequeño asterisco (*) escuchen esto http://www.goear.com/listen/9af641b/kiss-me-sixpence-none-the-richer

Lo siento, no me pude resistir soy una...pesona? bastante musical. Ahora si a leer ;)
Capítulo 8


Pasaron en resto de la tarde recorriendo tiendas, en la de electrónica consiguieron regalos para Scott, Cora y Laura. Además Derek compró algo para Stiles mientras este estaba distraído probando la última consola de videojuegos.

Suponía que la cámara digital que le compró le gustaría. Al de su mundo le encantaría, así podría documentar con imágenes y todo cualquier “bicho” que tuviera cerca y estudiarlos aun después de que se hubiesen encargado de ellos.

Después de las primeras dos veces ya no le costó trabajo establecer contacto físico con el muchacho, lo que comenzó como un signo de rebeldía terminó siendo una especie de ancla en todo ese barullo de luces, ruido y gente.

Por lo tanto ahí estaba, cargando un millón de bolsas de compra, con su brazo izquierdo sobre los hombros de Stiles y la cabeza de este descansando en el suyo. No era una sensación mala, al contrario. De alguna manera sabía que tenía la obligación de cuidar de él, instinto o lo que fuera. Ese algo siempre había estado allí, siempre corriendo para quitarlo de la línea de fuego, siempre poniéndose delante de él. Tal vez fuera pura costumbre.

-Wow, asaltaron el lugar ¿eh?- Laura llegó apareció junto a ellos salida de Dios sabe dónde, bebiendo ruidosamente del vaso transparente que contenía una bebida lechosa y aguada, mientras en la otra mano sostenía una charola con cuatro vasos más.

-Es navidad, sería ilegal no hacerlo- Contestó Stiles sin moverse de bajo su brazo.

-Toma- Laura extendió uno de los vasos delante de él y otro delante de Stiles- Café con leche y media tonelada de azúcar para Derek – Nadie lo conocía mejor que su hermana- Y leche fría con chocolate para mi sobrino.

Stiles la fulminó con la mirada

-A tu sobrino parece no agradarle la comida ¿recuerdas?-Stiles rechazó el vaso haciendo una mueca de desagrado- Ni siquiera el olor.

-Tonterías, soy su alfa y me tiene que obedecer. ¿Cuándo fue la última vez que comiste?- Ahora que lo pensaba Derek no sabía cómo demonios habían caminado por horas después de que Stiles se pasara la tarde trabajando para Dolores Umbridge (como había empezado a llamar a la maestra, quien quiera que fuese), sin comer y con esa cara.

-Hoy- contestó Stiles casi ocultándose detrás de Derek

-¿A qué hora?- Laura iba a ser una digna sucesora de su madre…ah, sí claro. Alucinación

-Por la mañana- Derek podría reírse de sus pucheros, pero no le hacía ninguna gracia el que llevara casi catorce horas sin comer nada

-¿Ves? Decidido, toma la maldita cosa- Stiles tomó el vaso de las manos de su hermana, lo miró un par de segundos y luego se lo dio a Derek, que lo miró como si fuera una bomba de uranio en lugar de un poco de leche.

-Te haré una demostración grafica de por qué no puedo hacerlo- Stiles quitó la bandeja de las manos de Laura y la puso en la banca que sostenía el resto de sus compras, después sonrió de manera casi maquiavélica y abrazó a Laura por la cintura desde detrás de ella, sujetándole ambos brazos, la levantó del suelo y comenzó a dar de vueltas cada vez más rápido.

Laura chillaba con los ojos cerrados mezclando los gritos con carcajadas y Derek no pudo evitar unírsele. Ella hubiese adorado a Stiles, al real. Se habría reído de sus chiste malos, habría sabido como contestar su sarcasmo y sólo el destino sabe en qué clase de sanguinaria guerra verbal habría terminado eso, habría cuidado mejor de Scott, de Jackson…de Erica y de Boyd.

Luego de quien sabe cuántas vueltas Stiles por fin bajo a su hermana, su cabello estaba hecho un desastre y tuvo que sostenerse de la maceta cenicero junto a la banca para no ir a dar de bruces al suelo; Stiles tomó el vaso de Laura y lo puso en su mano.

-Ahora intenta hacer que algo entre ahí- retó

Laura sacudió su mano entre risas, con los ojos cerrados y su mano cerrada en puño en la maceta.

-De acuerdo, de acuerdo tú ganas

Laura volvió a reírse echando la cabeza hacia atrás justo cuando Cora y Scott aparecieron. La verdad no quiso averiguar por qué su hermana llevaba el cabello desordenado y Scott los labios rojos e hinchados, prefirió quedarse con el momento en que se unieron a las carcajadas generales.



Al final Laura ganó y haciendo equipo con Scott y sus tontos ojos de cachorro convencieron a Stiles de que tenía que comer algo utilizando el argumento más viejo del mundo si no lo haces por ti entonces por el bebé.

Fue como magia, el vaso quedó vacío y Stiles se quedó calladito y quietecito, caminando tomado de su mano sin decir una sola palabra y casi mirando al suelo. Una bendición del cielo por su buen comportamiento aparentemente

Con el maletero de la camioneta lleno de compras, muchos kilómetros recorridos y la luna menguando en el cielo oscuro estaban listos para volver a casa.

-Cora- Su hermana volteó a mirarlo levantando las cejas en forma de pregunta sin dejar su té- ¿viajas con Laura?- No tuvo idea de que fue lo que le llevo a pedir eso, tal vez la mano de Stiles apretando la suya como si fuera una pelota anti estrés o su propio cuerpo cansado pidiéndole espatarrarse contra el asiento trasero.

El camino de regreso estaba prácticamente desierto de tráfico, el ambiente se respiraba somnoliento. Laura conducía mientras platicaba con Cora, quien a su vez hacía manitas con Scott (¿Quién iba a decir que su hermana era tan cursi? A veces era peor que verlo con Allison) y Stiles iba recostado en su hombro sin decir una palabra, respirando profundamente de vez en cuando y cerrando los ojos; curiosamente él mismo reclinaba su cabeza sobre el pelo de su prometido y sus dedos jugaban con la camisa de Stiles sin permiso, a pesar de estar toda llena de pintura.

-Derek- Abrió los ojos sin darse cuenta exactamente a qué hora los había cerrado, Stiles le miraba con terror y negaba con la cabeza, era evidente la película fina de sudor frío que cubría su rostro y su cuello, además apestaba a adrenalina, a miedo y…ay mierda.

-Laura detén el auto- medio gritó, o eso pensaba porque su mente estaba demasiado nublada por el susto. Escucho el rechinido de Laura embarrando las llantas en la carretera para acercar la camioneta lo más posible a la vereda y después el golpe de aire en la cara.

Apenas el auto se detuvo Stiles salió escopetado hacia el bosque, sólo para que a los pocos segundos Derek pudiera escuchar ese maldito batido de chocolate volver a pisar la superficie terrestre, regresando por donde entró.

Iba a pegar un salto hacia fuera, estaba oscuro y Stiles estaba sólo y nada bien, pero algo tiró de la manga de su abrigo y lo mantuvo en el sitio.

-Mejor que no te vea asustado- Casi pidió Scott, tendiéndole el paquete de pañuelos desechables que su hermanita siempre cargaba en esa horrenda e infinita bolsa.

Derek asintió, respiró profundo un par de veces para controlar el temblor de sus propias manos y por fin salió del auto.

Encontró a Stiles temblando de frio…o de nauseas, a saber; recargando su cabeza en el antebrazo que apoyaba contra el tronco de un árbol sin hojas.

-Lo siento- Murmuró justo antes de doblarse sobre sí mismo y recibir el resto del contenido de su estómago.

-No tienes por qué, todo es culpa de ese par de estúpidos, jamás debieron obligarte a hacer algo que no querías- Derek tendió su brazo con un pañuelo, pero al notar que Stiles seguía jadeando con los ojos cerrados no le quedó más remedio que limpiar él mismo la comisura de su boca.

Cuando aparentemente el estómago de Stiles dejó de amenazar con deleitarlos con su contenido el chico simplemente se abrazó a Derek y para su propio asombro razonado después, respondió el abrazo, acariciando inconscientemente el cabello castaño hasta que Stiles estuvo lo suficientemente calmado.

-¿Podemos ir a casa?- preguntó el muchacho en un susurro y Derek asintió, rodeando sus hombros para guiarlo de vuelta al auto sin que apenas tuviera que abrir los ojos.

-Lo siento mucho cariño- Laura acarició la pierna de Stiles desde detrás del respaldo del asiento del conductor, entre preocupada y arrepentida, el muchacho sólo hizo un gesto con la mano quitándole importancia, acomodándose de nuevo en el pecho de Derek, bajo su brazo y sin abrir los ojos.

Aun quedaban unos cuantos minutos para volver a la civilización de la zona residencial del pueblo, dejarían a Stiles, después a Scott en casa de su madre y el día terminaría por fin, con todo y sus preocupaciones y sobresaltos.

Podría jurar que Stiles se estaba quedando dormido, su cuerpo estaba relajado junto a él y su brazo apretaba la cintura de Derek como para asegurarse de que no iba a ir a ningún lado. Ni siquiera se dio cuenta cuando él mismo comenzó a sujetar su abrazo alrededor del muchacho, no podía sacarse de la cabeza los ojos asustados con los que le había mirado; enormes y brillantes pero total y absolutamente confiados en que él podía arreglarlo todo.

Tampoco podía dejar de pensar en la última vez que vio esos ojos en su realidad.

¿Dónde está mi papá?

Derek sacudió un poco la cabeza, no quiso analizarlo en ese momento y no iba a empezar ahora, pero recuerda sus garras en la garganta de Jennifer y algo dentro de él gritándole que la rompiera en dos, que la hiciera pedazos hasta que Stiles dejara de llorar, porque podía soportar todo, odiar sus chistes, sus imprudencias y su verborrea. Pero odió como nada verlo llorar.

Ahora, en otro lugar y en otro tiempo, comparando ambas situaciones supo que le dolió más saber que hacia algunos meses él no le había mirado como si supiera que fuera lo que fuera podría arreglarlo, con confianza y fe ciega; sino como parte del problema.

Llegaron a la casa del Sheriff en poco tiempo, Stiles había abierto los ojos y recuperado parcialmente su capacidad de hablar (lo que vendría siendo la de una persona normal, vamos) había jurado venganza a Laura y comenzaba a despedirse.

-Vamos- Derek le echó su propio abrigo sobre los hombros, el mocoso sólo llevaba su inseparable franela de cuadros sobre la camiseta y hacía demasiado frío. Igual no iba a dejar que caminara sólo así fuera para cruzar la calle, no quería arriesgarse a que le fallara la vertical a medio camino.

-No olvides que mamá quiere que estemos temprano en casa mañana para ayudarla con la cena- Miró a Laura sin entender que quería decir, no entendió por qué parecía que su hermana estaba dando las buenas noches.- todos los obsequios tienen tarjetas ya ¿no? No quiero confusiones a la hora de ponerlos bajo el árbol.

Derek asintió comprendiendo que Laura pensaba que iba a quedarse en casa del Sheriff por alguna razón, podría corregirla; es más iba a corregirla pero Stiles se apretó más contra él recordándole que su temperatura corporal no era tan elevada y que mejor se daba prisa.

-Con cuidado- Fue lo único que dijo Derek antes de colocar su brazo en su nueva posición anatómicamente correcta sobre los hombros de Stiles, despedirse con la mano de sus hermanas y de Scott para cruzar la calle hasta la puerta del Sheriff.

-Llave- Siempre podía tirar la puerta de una patada o subir por la ventana como toda la vida, pero no creía que el padre de Stiles le pasara otra tontería.

-¿La tuya?- Tenía llave de la casa del Sheriff Stilinski. Sólo esperaba que su cara no delatara que no tenía la menor idea

-Laura sólo guardó mi billetera en el abrigo cuando me secuestró, estaba arreglando el tejado con Peter y no pude tomar nada, ni siquiera mi teléfono- Se estaba volviendo bueno en eso de inventar pretextos, y aparentemente buenos pretextos porque Stiles simplemente asintió, metió la mano en el bolsillo de sus Jeans y sacó un bodoque de llaveros con tres llaves, una evidentemente del Jeep, otra de candado y la única restante podía ser la de casa.

-¿Distraes a papá mientras subo?- Derek le miró con las cejas arqueadas-No quiero que vea esto-Stiles señaló su camiseta manchada- se preocupa

-Está bien-Derek asintió abriendo la puerta y empujando a Stiles dentro, el calorcito de la casa golpeando sus mejillas heladas-¿Te sientes mejor?

-Si, en realidad ya no siento nada raro- Se encogió de hombros y Derek reprimió el impulso de tirar de él nuevamente para abrazarle cerrando la puerta- Ve con papá.



-¿Sheriff?- Llamó aun escuchando las pisadas de Stiles resonar por la escalera e ir directamente al baño.

-En la cocina-Derek se pasó una mano por el cabello en un gesto de nerviosismo que no tenía desde los dieciséis años.

John estaba sentado en la mesa con una taza de café frente a él y cara de cansancio, en cuanto le vio sonrió, probablemente jamás terminara de acostumbrarse a eso.

-Se supone que debo distraerlo; distraerte- Nada mejor que decir la verdad, tampoco es que se le ocurriera con que podría entretener al hombre.

-¿Qué pasó esta vez?- Al parecer la situación no era nueva para John

-Laura le obligó a tomar un batido de chocolate porque no había comido nada en todo el día y pues, digamos que no permaneció donde debía- Derek miraba sus manos sin atreverse a mirar a los ojos al Sheriff.

-Bueno tampoco puede vivir sin comer- Aparentemente todo mundo se ponía del lado de su hermana en eso- Hey, no te preocupes muchacho, según el Doctor Deaton será por poco tiempo.

-Es sólo que…-Quien sabe, ni él mismo sabía que.

-Sé que te preocupa, pero no puedes hacer nada Derek- Tampoco se acostumbraba a eso de que el hombre que le dio caza feroz y encarnizada ahora le revolviera el pelo como si fuera un perrito- Excepto sujetarlo mientras yo pongo los medicamentos en su boca y le obligo a tragarlos, porque creo que no hay otra manera.

-…l dijo que los había estado tomando- Preguntó Derek de forma casi inocente.

-¿Tú le crees?- Su única respuesta fue azotar su cabeza contra la mesa de forma bastante evidente y gruñir, de repente estaba muy cansado- Ve a dormir hijo, por lo que dices sospecho que fue una tarde larga.

¿Lo estaba mandando a casa? Y si fuera así eso debería ser algo bueno ¿no?

-¿Me está enviando a casa?- Estaba pasando demasiado tiempo con Stiles, el filtro entre su cerebro y su boca empezaba a fallar.

-Por supuesto que no Derek- Contestó el Sheriff entre risas- Ya pasamos esa etapa hace un buen rato, deja de decir tonterías y sube a dormir

Derek asintió con una media sonrisa, dio las buenas noches al Sheriff y subió las escaleras sin pararse a pensar mucho en lo normal y correcto que se sentía hacer eso en una casa a la que usualmente entraba por la ventana.



Entró a la habitación de Stiles por la puerta, la primera vez en más o menos siempre; no era muy distinto de usar la ventana pero si más cómodo y menos…¿clandestino?

No había rastro del muchacho a simple vista, sólo el abrigo de Derek a los pies de la cama, las llaves botadas en el escritorio y el teléfono en la mesita de noche, junto a la foto del mal.

-¿Stiles?- llamó en voz algo más alta que la normal, estaba comenzando a formar imágenes en su cabeza de cosas que no le gustaban nada; ¿y si volvió a marearse y se golpeó la cabeza?, ¿Qué si estaba inconsciente tirado en el suelo del baño? O peor…

-Estoy aquí- …espatarrado en el tejado fuera de su ventana.

-¿Qué demonios estás haciendo allí fuera?- se iba a congelar, mínimo. No vestía más que su camiseta de pijama, un pantalón de deporte y una sudadera ligera, aun así a Derek le pareció algo divertido.

-Te lo dije, las Geminidas caen esta noche. No voy a perdérmelo solo porque estoy un poco mareado- No quería pensar en cómo hizo para caminar por el tejado si apenas podía mantener la vertical hacia menos de veinte minutos.

-¿Las qué?- preguntó saltando la cornisa y caminando hasta llegar a su lado- vamos adentro, está helando aquí afuera y te vas a congelar

-La lluvia de estrellas imbécil, ¿ves cómo tengo razón al decir que sólo escuchas la mitad de lo que digo?- A veces ni eso, a decir verdad- y en cuanto a lo otro, para eso tengo mi estufa personal.

Extendió ambos brazos hacia Derek, como si fuera un niño esperando a que lo levantaran pero pretendiendo exactamente lo contrario, no lo sabría de forma tan clara si no conociera su retorcida mentecita.

El por qué le hizo caso no lo tendría claro en un buen rato, sólo sabía que en un abrir y cerrar de ojos estaba tumbado en el techo de la casa del Sheriff con su hijo entre los brazos y recostado contra su hombro.

-Te extrañé- La respuesta correcta a eso lógicamente hablando sería “también yo”, pero Derek no estaba listo para decir eso, es más apenas estaba listo para abrir la boca.

-No fue a mí a quien castigaron por hablar de más en clase-Si no hubiese estado muy ocupado pensando que contestar para no quedar tan mal sin tener que comprometerse Derek habría notado su mano acariciando despacio la nuca de Stiles, pero últimamente parecía que su cuerpo se movía por voluntad propia.

-No podía quedarme callado, era mi deber moral- Claro, como cuando lo tuvo cuarenta minutos escuchándole parlotear sobre coleópteros.

-Casi puedo verte peleando a escudo, capa y espada- Cuando menos con su verborrea interminable sí que lo imaginaba.

-Ella dijo que Edward Cullen era la representación actual de Romeo Derek! –Tuvo que morder su risa ante la cara de indignación del muchacho, recibiendo en toda la cara el golpe del olor a menta de la pasta de dientes.

-¿te lavaste los dientes con jabón?

-Agh, no te burles

-No lo hago, huele bien- De verdad, estaba comenzando a acostumbrarse a encontrar por debajo del bosque, tierra, colegio, Scott y ahora pasta de dientes el olor de Stiles…el olor a casa –Todo tú hueles bien.

*

Ahí estaban de nuevo, esos ojos enormes y oscuros reflejando la luz mercurial de la calle en pequeños puntitos dorados, mirándolo fijamente; a él de entre todo el mundo, de entre todas las personas que lo merecen. Le miraba él como si fuera lo único que necesitara para vivir, como si dentro de su cara estuviera el secreto de la vida o alguna tontería por el estilo, y lo peor de todo es que Derek quiso que estuviera, quiso que eso no fuera una farsa y que le mirara así de verdad. En el techo de su casa o corriendo a la mitad del bosque porque cualquier cosa los está persiguiendo, que supiera que iba a estar para él, como siempre.

Tuvo que tocar su piel para saber si era real, que no lo era pero …bueno eso, para por lo menos sentirlo real, tener los puntitos negros que salpicaban la cara de Stiles bajo su dedo pulgar y comprobar que no perdían suavidad contra el resto de su piel, enredar sus propios dedos detrás del cuello blanco del muchacho e inclinar su cabeza hacia un lado y acercarse poco a poco, con sus propios labios temblando como si tuviera quince años y fuera la primera vez que hacía algo así, avanzando cada milímetro con miedo esperando en cualquier momento sentir el manotazo y escuchar “que te pasa lobo amargado”

Pero no llegó, encontró los labios de Stiles demasiado rápido y demasiado lento, entreabiertos y suaves a pesar de estar resecos por el frío y la falta de alimento, suspirando sobre ellos y sintiendo contra su propia boca la sonrisa de su compañero, para él no era nuevo todo esto pero decir que Derek estaba acojonado era quedarse corto.

Movió su labio inferior despacio, acariciando poco a poco hasta que quedó abrazado entre los de Stiles, era cálido y suave.

El olor del suspiro que le arrancó fue suficiente para disparar una corriente eléctrica por su columna vertebral que fue a dar directo a su boca, quería más, necesitaba más de eso ¿Por qué no lo había hecho antes?

Su lengua asomó despacio, tímida en cualquier movimiento hasta que encontró el pequeño botón que indicaba el centro del labio superior de Stiles y caracoleó un poco por ahí, hasta que su compañero entendió el mensaje y separó un poco más para darle espacio, su mano derecha enganchada a la camiseta de Derek y la izquierda en camino desde el cuello hasta su pelo, empuñándolo como si estuviera acariciando un perro y tirando un poco de él, royendo el labio inferior de Derek con los suyos en pequeños pellizquitos, apenas usando los dientes para hacerle estrechar su agarre en la cintura de Stiles y acerarlo más a él.

No era la primera vez en su vida que metía su lengua en la ecuación, pero si era la primera que no tuvo que contar tiempos o casi milimetrar su campo de acción, porque esto estaba bien, aunque era algo torpe y extraño estaba bien sin importar nada, no sentía asco por sentir la lengua de Stiles resbalarse suavemente contra la suya, tampoco estaba pensando todo el tiempo…es más, ni siquiera estaba pensando.

Impulsó el brazo que sostenía la cintura del muchacho e hizo palanca lo suficientemente fuerte para lanzarlo sobre su cuerpo sin obligarlo a separarse, lo justo para sentir el muslo de su compañero aterrizar entre sus piernas y su mano afianzar el agarre en el cabello de Derek, movimiento justo para despedirse de sus últimas neuronas funcionales.

Stiles levantó su cabeza con una sonrisa enorme en el rostro de improviso, dejándolo con la boca abierta, hormigueando y demasiado mareado para saber qué era lo que había hecho mal, lo único que sabía era que quería estar hundido de vuelta en ese lugar que le llevaba lejos de la realidad, de cualquiera que fuera; mientras más pronto mejor.

-¡Mira! Allí va la primera – alcanzó a ver la rayita luminosa correr a través del cielo negro de invierno, que estaba milagrosamente libre de neblina.

Aunque la ignoró por completo, estaba demasiado distraído con una vista mil veces mejor que una estrella fugaz.

-Eres…- ¿Por qué nunca había visto detalladamente sus ojos? Eran enormes y brillantes, rodeados por millones de pestañas largas, su lobo tenía el reflejo involuntario de rodar sobre su espalda y pedir caricias sólo con una mirada y probablemente cuando estuviera un poco más cuerdo le costaría aceptarlo pero eso no era algo nuevo- Quiero decir siempre has sido difícil de no mirar, pero ahora mismo eres…- hermoso. Obviamente no pensaba decir eso en voz alta ni a punta de plata, pero ya era suficiente con saber que lo estaba pensando – Adoro tus labios ¿sabes?- Como no, acababan de seducirlo hasta prácticamente la inconciencia.

-¿Por qué haces eso?- Preguntó Stiles cruzando los brazos sobre el pecho de Derek y recargando su barbilla en ellos.

-¿Qué cosa?- Estaba un poquito más allá de atontado, no pueden culparlo por no sabe de qué le hablaba.

-Mirarme así- Derek frunció el ceño y resopló una risita. No tenía ni idea de que cosa le estaba diciendo- como si fuera la primera vez.

Pues porque lo era, pero eso no lo podía decir así que sólo se encogió de hombros y tiró de Stiles para volver a hundirse en su boca.

No supo exactamente el tiempo que pasó así, con los brazos alrededor de la cintura del muchacho y prácticamente drogándose con su esencia y su boca, hasta que volvió a separarse.

-Deberíamos entrar- Sugirió Stiles secando la comisura de su boca con la manga de su sudadera y Derek casi tuvo que golpearse para entender lo que acababa de decirle.- No queremos que la señora Buttermayer vuelva a llamar a papá exigiéndole que nos arreste por faltas a la moral y escándalo público.

Derek asintió apenas consiente que eso que sentía contra su pierna en los pantalones de Stiles no era su teléfono, y que sus propios Jeans se sentían más ajustados de lo normal.

El calorcito de la habitación le hizo despertar un poco. ¿Qué había estado a punto de hacer? Eso en cualquier lugar del planeta hubiese sido prácticamente una violación, estaba engañando a Stiles, él no era quien el muchacho pensaba.

-Deja que vaya al baño primero, al parecer alguien va a ser bueno en soccer porque no deja de patear mi vejiga.- Stiles y su sonrisa enorme desaparecieron en dirección al pasillo sin saber que la cabeza de Derek estaba a punto de implosionar.

¿En que estaba pensando? De hecho en nada, no fue capaz. …l no era el padre de ese bebé, no era quien debería estar en ese lugar, esa no era su vida por más que le gustaría que lo fuera.

Aun así no tuvo la fuerza física para alejarse de allí, probablemente era egoísta y ruin pero simplemente no pudo hacerlo. Se quitó los Jeans y se metió entre las mantas de la cama de Stiles, abrazándose a sí mismo y fingiendo dormir para el momento en que su compañero volvió a entrar en la habitación.

Le escuchó tragarse una risa, desvestirse y le sintió abrir las mantas, separar los brazos de Derek y meterse entre ellos para acurrucarse junto a él.

Tampoco pudo evitar enterrar la nariz en la nuca de Stiles y aspirar una vez más el olor que a falta de una palabra mejor había definido como casa y dejar que el sueño lo arrastrara poco a poco.

Continuará...
Notas finales: Nota Mía: Lo sientoooooo muchísimo por haberme olvidado de actualizar en ésta página, pero sin mentirles, las dos hemos estado viviendo unos momentos un tanto especiales, tuvimos catástrofes familiares de los dos lados, aparte de enfermedades y un montón de excusas que no les sonarán convincentes.

Pero bue... estamos de regreso y de aquí nos vamos de largo con el fic :D

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