Nunca en la vida me había sentido tan estúpido como aquella vez, le vi correr como alma en pena, mi cuerpo simplemente no pudo reaccionar. Me quedé ahí mirándole como atravesaba las calles a gran velocidad. (Aún me estoy preguntando ¿qué diantres sucedió? debí ir tras él y perseguirle así tipo película de acción esquivando obstáculos, pero no, me quedé como imbécil mirándole correr.) Recién cuando le perdí de vista pude mover mi cuerpo, muchas preguntas rondaron por mi mente ese día… ¿Por qué vestía así? ¿Por qué solo regalaba los globos? ¿Se habría escapado de la escuela? ¿Por qué saltó de esa forma al sentir mi agarre? ¿Le asusté? ¿Qué había pasado para que con solo llamar a sus padres saliera corriendo de aquella forma? ¿Por qué tartamudeaba? …en fin, esas preguntas rondaron por mi cabeza todo ese día, siendo un verdadero inútil en mi trabajo.
Luego de una jornada tranquila, estaba molesto. ¿Motivo? Él y su comportamiento extraño que me hacía preguntarme una y otra vez las mismas preguntas sin encontrar respuesta alguna (parecía disco rayado repitiéndome las mismas cosas en mi mente); cuando estaba en mi despacho, frente al ordenador tuve una idea, que en ese instante me pareció brillante: buscar información de él en los archivos de la policía. (En serio les digo, si se me hubiese pasado en la cabeza la posibilidad de que él no hubiese hecho nada malo, no hubiese buscado o no me hubiese emocionado tanto y hubiera dejado la búsqueda ahí mismo… así hubiese evitado ese horrible mal humor que gané esa noche) Comencé algo emocionado, no sabía por qué, pero si aparecían cosas de él podría saber más y así entender un poco su extraña conducta. Comencé ingresando a la página, tipié mis datos más las contraseñas necesarias para acceder a los datos de las personas con la típica información: personal y si había cometido crímenes; en el caso que fuese así, se podía acceder a una carpeta donde se encontraría la información detallada del delito cometido. Partí escribiendo su nombre, le recordé inmediatamente ya que se llamaba igual que yo, Lee Seung Hyun… salió el típico mensajito de “espere por favor, servidor buscando” cuando de pronto, se cae el puto servicio.
-Justo ahora… Argh. –Me dejé caer en mi sillón, haciéndole girar suave con mi pie mientras esperaba a que el dichoso servicio funcionara de nuevo. Recargaba una y otra vez la página, preguntándome qué carajos pasó. El sistema que habían implantado últimamente era buenísimo... nunca se caía, y ahora, cuando yo debo usarlo se cae. Sí, mi peculiar mal humor comenzó a salir a flote. Luego de esperar unos 10 minutos (que me parecieron horas), avisaron por micrófono que el sistema para acceder a datos, había vuelto en sí. Sonreí amplio al escuchar esa melodiosa voz, volví a recargar la página, me pidió volver a ingresar el nombre, estaba en eso cuando siento una voz detrás de mí.
-Choi te necesitamos para que vayas como apoyo para el grupo 3-A.
En ese momento no sabía si reír de mi mala suerte o ponerme a llorar. Opté por controlar mi mal humor, para eso, respiré profundo paralelo a que me giraba con la silla para verle.
-¿Dónde se encuentra el equipo 3-A?
Vi como ella revisaba sus anotaciones mientras de reojo, veía la pantalla con solo tipiado el “Lee” de su nombre. Jugaba con mis dedos golpeando la mesa tratando de así aminorar las ganas de escribir el nombre completo mientras ella revisaba los datos.
-En el sector sur poniente, específicamente en la calle Itaewon.Se informó sobre una persona que tiene rehenes en el supermercado, quien puso la llamada dijo que escuchó sonidos de disparos.
Realizo una pequeña mueca mientras asentía, ir allá y volver me tomaría lo que restaba de jornada, suspiré pesado y me levanté tomando el chaleco anti-balas que teníamos todos en el casillero que había en cada una de las oficinas. Cerré de mala gana la lap y me dirigí al lugar indicado.
Lo que pasó allá fue como lo imaginan, no me detendré mucho en relatar eso, solo le contaré lo principal o lo más importante: Cuando llegué allá, fue como lo decían… había un sujeto que tenía a 5 personas de rehén en el supermercado, amenazadas con un arma de fuego. Se operó como siempre…todo salió bien. Se pudo dialogar con la persona en sí, me tocó apresarla. (Use un poco de fuerza bruta al meterlo a la patrulla, estaba cabreado con ese tío, por su culpa no había podido seguir con mi investigación de aquel chico, usar un poco de brutalidad me hizo un poco feliz.)
Cuando por fin logré volver a la oficina, ya casi para recoger mis cosas, me siento y abro rápidamente la lap. Ingreso todo su nombre, esperé mientras leía como tres veces el dichoso mensajito cuando la página se vuelve en blanco, similar a cuando recarga, mi corazón latía con fuerza esperando el resultado.
“No hay informes sobre la persona Lee Seung Hyun en la base de datos, intente de nuevo”.
Al leer aquel mensaje, me enojé.
Aquella noche no podía dormir. Me di vueltas como idiota por la cama. Las dudas seguían en mi mente más acentuadas que durante el día. Rendido, me levanté para tomar la cajetilla de cigarrillos que estaba en la cómoda cercana a mi cama. Golpeando el fondo de ésta saco uno, juego con él entre mis dedos mientras me levanto para salir al balcón.
Luego de aquel día, todos los días (a veces voluntario otras simplemente sin darme cuenta) me daba una vuelta por aquel camino para ver si volvía a verle. Creo que estuve más de una semana sin ningún resultado positivo; si me hubieran visto… parecía un verdadero sicópata yendo siempre al mismo parque, inventando una o que otra excusa para ir a ese jodido lugar. Cuando dirigía el tránsito miraba a todas las personas que pasaban por ahí, a veces, simplemente imitaba una de esas técnicas de espionaje y me ganaba a tomar un café en un local que se encontraba en una posición estratégica. (Nota: si algún día pasan por ahí, no pidan el capuchino utilizan una crema asquerosa).
Como dije anteriormente, estuve más de una semana sin ningún resultado, cuando me digne a cesar mi búsqueda, me lo encontré. ¿Cómo fue? Bueno, iba caminando con una tenida dominical (si, era mi día libre, incluso no iba al parque sino, estaba caminado por allí para ir al mercado); recuerdo que vestía unos jeans color azul marino más una polera escote en V color blanca y por supuesto mis anteojos tipo aviador. Iba caminando tranquilamente con mis manos en los bolsillos cuando un ser me choca por la espalda haciendo que cayera. (Nota: Me caía olímpicamente, eso me pasa por andar como estúpido pensando en no sé qué cosa.)
-¡L-lo s-ssiento! –Tartamudeó mi agresor.
Al sentir su voz, a pesar de estar en una pose muy ridícula en el suelo (caí de boca), mi corazón dio un vuelco: Era su voz y ahí estaba su tartamudeo. Me senté en el suelo limpiando mi playera blanca aún sin atreverme a mirarle.
-¿T-te hi-hice m-mucho daño? –Se levantó mientras intentaba ayudarme a levantarme.
-Mm... Empujas fuerte niño… –Le miré paralelo a que sacudía mi ropa. Cuando levanté la vista vi cómo a su rostro se le iba el color. ¿Me reconoció?
-¡Tú frente! ¡Estás sangrando! –Pronunció asustado mientras miraba hacia atrás, se notaba que estuvo corriendo… (¿Acaso el siempre corría?) O más bien escapando de alguien, me tomó de playera para llevarme a un callejón que había cercano de allí. Cuando estuvimos ahí y revisó nuevamente que nadie venía tras él, se acercó nuevamente a verme.
-Lo siento… no me fijé y te hice daño... –Sacó un pañuelo de su muñeca que tenía amarrado e intentó a acercarse a mí, para limpiar la sangre que sentía en correr por mi cien.
-Tranquilo… no es nada, deja yo lo hago. –Tomé el pañuelo y lo coloqué en mi frente; no por ser un frío pero por su estatura él no hubiese alcanzado a mi frente. Creo que entendió mis intenciones ya que sonrió.
Creó que al escuchar mi voz me reconoció, porque su notorio nivel de nerviosismo volvió a apoderarse de él.
-U...u-usted... y-yo... Yo... –Dio media vuelta y salió corriendo nuevamente.
Tranquilos, no se enojen…esa vez no actué como estúpido. En el momento que le vi correr, giré sobre mis tobillos y fue tras él. “¿Qué diantres le pasa? Primero me choca y luego sale corriendo al oír mi voz. No, esta vez no se quería así.” Pensé al momento que corría tras él, luego de unos segundos le tomé por el brazo para detenerle.
-¡Ey!.. ¡Ey! ¡Detente! -Utilicé toda mi fuerza para detenerle.
-¡Suéltame! Yo no hacía nada malo. –Me gruñó, he ahí nuevamente sus repentinos cambios de humor.
-No lo haré hasta que me des tu palabra de no volver a salir corriendo Lee Seung Hyun.
Me miró desafiante por unos segundos, para luego bajar la mirada, zafarse de mi agarre y asentir. Sonreí y me quité mis gafas, para colgarlas en mi escote de la polera.
-A...a-aún s... Sangras... –Se acercó a mí y me quitó su pañuelo que había tenido en mi mano mientras corría. Se levantó de puntas e intentó llegar a mi frente. Como no podía hacerlo, arrugo su entrecejo. (Nota: Que tierno se ve haciendo eso). Sonreí suave y me agaché para estar a su altura, le miraba fijamente cuando un sentimiento de ira se apoderaba poco a poco de mí, al ver eso en su rostro.