Me miraba, yo le miraba, había un silencio incomodo entre nosotros, sus ropas indicaban que era un alumno, de una escuela que era desconocida, al menos para mi en este estado, el soltó una pequeña mueca, como si se riera pero al mismo tiempo estuviese molesto.
-¿Qué tal? Brat…-
Eso fue lo único que dijo mientras ponía sus manos en los bolsillos y comenzaba a poner todo su peso del lado derecho al izquierdo, Por lo que me han dicho, nadie me dice así. Dije mientras trataba de alejarme un poco más, pero el chico se dio cuenta de la acción y me tomo de la muñeca derecha, levantándome a unos centímetros de la cama, mi torso estaba completamente en el aire, y mis piernas eran las únicas que descansaban tiesas, sin poder moverse por temor.
-¿Te comió la lengua un ratón?-
Volvió a decir el chico dejándome en la cama con brusquedad, le mire algo sorprendido y confuso, Me habla con confianza, y no me ha golpeado o algo por el estilo, Al menos estaba seguro de que no podía ser uno de aquellos. Trague la saliva que quedaba en mi boca y me acomode mientras vocalizaba.
-¿Quién eres?-
El chico se dio vuelta con rapidez y me miro con los ojos aún más abiertos, se acercó a mí y con las dos manos me tomo de la cabeza, como si me estuviese examinando, comprobando que todo lo que le habían dicho era cierto.
-Eso deberías saberlo bien-
Respondió con un tono fuerte y grueso, muy varonil, mientras me volvía a soltar. Esta vez, con más fuerza, como si estuviese realmente frustrado, ¿Por qué todos insisten en que yoles recuerde? Pensé mientras volvía a acomodarme, esto se volvía molesto, y el muchacho que se movía de lado a lado con desesperación por la habitación me observó unos segundos-
-Desnúdate-
Fue un tono odioso y dominante, muy fuerte y se notaba la molestia. Se acercaba a mi con pasos grandes y rápidos, como si lo quisieran con un gran poder. Yo le observé confundido y a mitad de camino respondí
-¡No! ¿Por qué debería hacerlo?-
Dije mientras me hacía casi una bola y me hundía en las mantas de la cama, sentía una mano, una fría, como si fuese un hilo rosando mi brazo, era extraño. Peleábamos como si fuese el tira y afloja, yo entre las sabanas y el fuera de estas, en un momento sentí que las iba a despedazar, ya que cada vez que estiraba las mantas, sentía unas manos grandes que las volvían a tirar. Al dejar de “Jugar” EL muchacho sostenía mis manos, las mantenía cautivas con solo una de las suyas, la izquierda. Estaba tirado en la cama y el estaba literalmente, encima de mi.
-E-Espera… No me toques…-
Dije tartamudeando, el chico me miro y soltó una sonrisa, una cruel, o mejor dicho, una completamente sádica. Sin siquiera notarlo, su mano comenzó a moverse para entrar bajo mis ropas, estaba algo sorprendido, el muchacho era un total pervertido. Sus mano estaban tan cerca de mi camisa, que podía sentir lo helada que estaban aun sin siquiera tocarme, cerré los ojos y rogué por que el chico no me golpeara o algo así.
-N-No… -
Dije mientras sentía como mi labio inferior temblaba, este dio una pequeña sonrisa y extendió su mano derecha bajo mi pecho, estaba fría, sumamente fría, sentía como mi piel ardía al tocarle, Dios, ayúdame… Pensaba miles de veces sin saber qué hacer, Este subió la mano hasta una de mis tetillas y comenzó a apretarles, dolía, pero al mismo tiempo... era extraño
-¡Ah!-
¿Qué fue eso? Me pregunte tapando mi boca al mismo instante en que vocalice aquel gemido, cerré los ojos con fuerza pero primero abusaba de mi pecho apretándoles y moviéndoles sin compasión para después acariciarlos con suerte hacer existencia de su mano. Que cruel… Una gota caía por mi mejilla, abrí los ojos al notar que este subía mi camisa, me observaba como si fuese una presa fácil, pero no podía moverme, mi piernas estaban inmóviles al sentir las suyas, mis brazos estaban bajo el suyo.
-¡No! Ah…-
Sentí algo mojado, algo rasposo y al mismo tiempo caliente. Su lengua, era como si paseara por mi tetilla una y otra vez, me movía, pero no importaba cuantas veces tratase de quitarlo de encima. El seguía lamiéndoles, una y otra vez. Era asqueroso pero mientras pensaba en eso más me parecía… agradable. ¿Qué es esto? No quiero… Otra lagrima bajo por mi mejilla, ahora el muchacho estaba mordiéndoles, como si fuesen algo que se pudiese disfrutar al máximo, después succionaba, succionaba mientras pasaba la lengua alrededor.
-N-No… Pa…ra…-
Trataba de no abrir mi boca, ya que si lo hacía, jadeos y gemidos saldrían de mi boca. Pero el muchacho insistía y lo hacía cada vez con más desenfreno. Desesperado por sentir mi cuerpo.
Narrador Omnisciente:
Con la mano derecha, se dirigió al cuerpo del muchacho, y acaricio su pecho y cuello con cuidado, lo hacía con algo de fuerza, tomando parte de su piel ya acariciándole, era suave y lisa, exquisita. Dejo uno de sus pezones para ir al rostro y con la mano libre lo acercó aun más. Los labios se rosaban entre si, Ryoma no dejaba de llorar y jadear al mismo tiempo, y en cuanto El atacante iba a darle un beso, uno apasionado y salvaje, la puerta se abrió de golpe.
-¡Jin! Dejale en paz-