Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amuleto ¿yo? por keyla

[Reviews - 194]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos.

Gracias a todos por sus comentarios y a los ghost readers :)

Los dejo leer.

Al llegar a las mesas, busco una que este vacía y lo logró, en un extremo hay una lista para mí. Camino directo a ella y me siento, dejo mi mochila a un lado. Mientras estoy esperando mi mente divaga y un hombre la ocupa completamente, Sebastián, ¿por qué repentinamente comienza a hablarme de manera tan amable? O una pregunta mejor ¿por qué me nota? Digo a veces daba señales de saber de mi existencia pero solo para molestarme o pedirme, mentira él no pedía ordenaba, que hiciera algo o recogiera algo por él o por el equipo, pero ahora hasta me pidió permiso para llamarme Kitten, sobrenombre que él me puso, y claro cómo olvidar su lindo elogio a mi nuevo look. ¡Shit! solo recordarlo me vuelvo a sonrojar.


¿Por qué muestra interés en mí? Justo ahora que decidí darle una oportunidad a mi corazón para dejarse querer por alguien al que parezco agradarle y el cual me simpatiza. ¿Por qué? solo quiero que alguien me explique su actitud.


Clark tiene razón en pedirme que no me ilusione por su comportamiento, si lo hago y rompo con Patrick y después resulta que le vuelve la amnesia, con qué cara le pido perdón al campeón. Eso sin contar que intentar cortar con Patrick supone un gran reto, no creo que vaya a ser fácil decirle que siempre no quiero ser su novio. Sin embargo no tengo que preocuparme por eso ya que no pienso decirle esto, no lo voy a hacer. Sebastián debe de estar actuando así, por la golpiza de mi hermano, eso debe de ser, ¡Claro! Como no me di cuenta antes, Sami hizo un gran trabajo intimidando al goleador, debo darle las gracias.


 Decisión tomada voy a ignorar a…


Unas frías manos tapan mis ojos y me sacan de mis cavilaciones.


— ¡Sebastián!


— ¿Por qué carajos debe de ser Sebastián el que te tape los ojos? —la fuerte voz de Patrick me pregunta y la cólera en ella me asusta.


—Yo… lo… siento, no sé qué decirte—como le explico que el goleador ha estado ocupando mi mente.


¡¿Cómo fui tan estúpido de mencionarlo?! Me reprendo mentalmente.


—Se supone que eres mi novio, ¿por qué entonces dices el nombre de ese idiota? —su reclamo es comprensible.


Me pongo de pie y me paro frente a él, sin embargo por más que busco algo que decirle no sé me ocurre nada y noto su coraje en su mirada.


— ¿Por qué no dices nada? —sus enormes manos me toman de los hombros y me sacuden violentamente.


—Sabía que esto no funcionaria —pronuncio lentamente cada palabra —te lo dije desde el principio, yo estoy enamorado de alguien y aún así insististe en que intentáramos tener una relación. Tú sabías de mis sentimientos…


—Cierto pero pensé que pondrías algo de tu parte, carajos solo tenemos unas horas de ser novios…


—Muy cierto solo tenemos unas horas de estar juntos y ya me armaste una escena de celos frente a uno de mis mejores amigos y ahora esto, Patrick no estoy lo suficientemente sano, aún, para estar tolerando este tipo de peleas y de estarlo tampoco estaría interesado en mantener una relación de pareja en la que peleemos todo el tiempo. Así que dejemos esta relación absurda que no nos va a llevar a nada. Gracias por intentarlo y ADIOS.


Tome mi mochila y camine directo al pasillo tenía que alejarme de este complicado hombre, más que complicado diría celoso. Peleando en medio de la escuela, lo bueno es casi no había ninguna persona en el patio pero aún así ¿cómo se atreve a zarandearme?


Me siento enojado por su reacción y la mía. Tal parece que romper con él, después de todo, no era tan complicado. En definitiva esta decisión fue la mejor, esta relación no tenía futuro y creo que ni siquiera me interesa. Sigo caminando rápidamente por el pasillo deseo salir de la escuela lo antes posible.


Y si no me interesa entonces ¿por qué tengo una sensación de que sobreactué este problema? Y creo que mi enojo no es con él, sino conmigo por dejar que todo terminara tan rápido. Mi corazón late rápido y por alguna razón mi consciencia me está diciendo que regrese a lado del fortachón.


Está bien, acepto que tengo algo de culpa por haberlo llamado Sebastián pero mi subconsciente me traiciono. Es que no debí de haber aceptado esta propuesta, sabía que terminaría mal y lo que dijo “pensé que pondrías algo de tu parte” sabía que no lo amaba pero tiene razón si realmente deseo intentar tener una relación normal debo poner de mi parte y no solo correr a la primera oportunidad que tenga.


¡Shit! ¿Por qué las relaciones de pareja son tan complejas?


Creo que le debo una disculpa a ese celoso, pero tendrá que ser la próxima semana, mañana tengo partido y no puedo visitarlo en su casa ya que no se su dirección y si lo llamo seguramente no me contestara, o yo no lo haría, así que el lunes a primera hora lo buscare y hablare con él, mentira dudo mucho juntar el valor para hacerlo.


Mañana tengo partido y mí equipo lo tiene él. ¿Regreso a buscarlo? Pero ya debió de haberse ido, y si lo llamo pero realmente no deseo verlo ahora. ¿Qué hago? Mi cabeza es un lió y gracias a cierto hombre. Ninguna de las opciones me parece la adecuada, además seguramente no voy a jugar así que no necesito mi equipo y si para la próxima semana no he decidido que hacer le diré a mis padres que perdí mi maleta y que necesito comprar equipo nuevo, se que se molestaran pero así no tendré que verle la cara hasta que esté listo para ello.


Escucho pasos fuertes acercándose y por un momento disminuyo la velocidad de mi caminar y me dirijo a una de las orillas, quien sea el que viene corriendo prefiero no estorbar en su camino, todavía no me siento bien al 100% como para accidentarme, en estos momentos.


Mi mente y mi vista están en todo menos en el camino, hasta que una pared fuerte y tibia aparece de la nada, la noto demasiado tarde pues me estampado con ella, sin embargo no caigo pues al parecer a esta cosa le han salido brazos y unos muy confianzudos pues me están sujetando de la cintura fuertemente.


— ¿Dónde crees que vas? —Patrick esta frente a mí y no hay manera de que me suelte de su abrazo.


—Suéltame —le digo mientras forcejeo.


—No. ¿Qué clase de novio eres? que me dejas allí parado, como idiota mientras te estoy gritando que te detengas — ¿Me grito? ¿Cuándo?


—Cada quien se para como quiere. Y no sé de qué hablas —contesto y sigo intentando quitarme a este pulpo de encima.


—Así que a mi noviecito le gustan los chistes —dijo seriamente.


— ¡Ya suéltame Patrick! —exijo pero soy ignorado.


—Tienes razón soy un maldito celoso, te lo dije desde el principio — regresa al tema del cual escape —Lo siento es algo que me cuesta trabajo controlar, no me gusta que mi pareja este con alguien más, por eso me molesto la actitud del tipo de hace rato, pero si me hubieras dicho que era tu amigo yo me hubiera calmado —guardo silencio y me mira directo a los ojos.


—No te creo —contesto muy seguro de que está mintiendo.


—Ok, tienes razón tal vez no me hubiera calmado pero por lo menos lo hubiera intentado, no has escuchado que lo que cuenta es la intención —este tipo es tan…


— ¡Que honesto! —Lo elogio no pensé que fuera aceptarlo.


—Lo soy, desde el principio te he hablado con la verdad y pienso seguir haciéndolo —afirma con su voz seria —respecto a lo de hace un rato, me molesto que me llamaras como a ese idiota porque yo realmente deseo tener una relación seria contigo, ya te lo dije me gustas y quiero que te enamores de mí, pero creo que tú no estás comprometido con la relación —su voz suena alterada pero parece estarse controlando para no explotar de nuevo.


—Lo siento mucho, sé que fue una estupidez de mi parte llamarte de esa manera y fui un idiota, no volverá pasar. Y acepto que me advertiste de tu comportamiento pero creo que no pensé que fuera tan explosivo, no sé si yo pueda aguantar eso —ya que estamos siendo honestos le digo tal cual pienso las cosas—. Sobre mi falta de interés en la relación, Patrick acabamos de hacernos novios ni siquiera creo que mi cerebro lo haya procesado adecuadamente —me defiendo.


—Está bien estoy de acuerdo. Así que hagámoslo de nuevo — ¿Qué? ¿A qué se refiere? — ¿Jaden deseas ser mi novio? —Patrick lo dice mientras me mantiene apretado en sus brazos.


Lo miro incrédulo por lo que está haciendo. Hace varias horas me pidió ser su novio y acepte, después de solo unos minutos ya me estaba arrepintiendo y ahora como si se tratara de un deja vu lo estaba haciendo de nuevo.


 —Ni siquiera lo pienses, no voy aceptar otra respuesta que no sea, si —. Habla muy confiado —esto solo es un formalismo, por lo que ni siquiera necesitas decir algo. Te lo dije antes y te lo repito, no te vas a poder deshacer de mí tan fácilmente —Carajo este hombre es un hijo de la chingada, odio estas expresiones pero es la única que se me ocurre para definirlo.


—Ya me estoy dando cuenta de eso. Y me arrepiento de haber aceptado la primera vez —contesto derrotado ante la personalidad arrolladora de mi pulpo.


—Eso quiere decir que ya estamos en buenos términos ¿cierto? —abro la boca para rebatir sus concusiones pero no puedo.


Sus labios rápidamente se pegan a los míos. Logro empujarlo un poco para separarme de mi lapa personal.


—Aquí no Patrick, nos pueden ver —que no conoce la vergüenza, que tal si alguien del equipo nos ve.


—Y… No me importa, o acaso ¿no quieres que tu querido Sebastián nos vea?


— ¿Ya vas a iniciar? No de nuevo por favor—contesto con voz cansina.


—Lo siento —contesta —dejemos de estar peleando y mejor vamos a mi casa —lo dice así muy quitado de la pena.


¿Cuándo decidió que yo iría a su casa?


—No puedo, tengo que ir a mi casa, ya es tarde —contesto y sigo intentando quitar sus tentáculos de mi cuerpo.


—Pero mi madre quiere verte —contesta.


¿Por qué tiene que usar a su madre para chantajearme?


—No puedo, mis padres no deseaban dejarme venir a la escuela porque aún no estoy completamente sano y me dijeron que llegara temprano así que no puedo ir —le explico —por favor suéltame, ya me voy —se lo pido.


— ¿Vendrán por ti? —me pregunta sin despegarse de mí ni un milímetro.


—No, tomare un taxi —contesto.


—Claro que no, mi gruñón no viajara en taxi.


— ¿Quién es gruñón? —pregunto molesto.


—Tú cariño —y me da un beso en la punta de la nariz.


—Claro que no lo soy —contesto ofendido y él se ríe abiertamente de mi —pues tu eres un idiota, arrogante, celoso y todo los adjetivo nefastos que te puedas imaginar sirven para describirte —grito muy enojado — ¿Gruñón yo? —repito.


—Estoy de acuerdo en todo lo que has dicho y sobre que eres gruñón, cariño lo eres pero lo más importante es que eres mi gruñón —su boca se acerca de nuevo para robarme un beso casto en los labios.


— ¡Basta Patrick! Déjame ir que se me está haciendo tarde—lo golpeo suavemente en el pecho.


—He dicho que no —sin dejarme debatir, sus manos me levantan por el aire y me pone sobre sus hombros.


— ¡Patrick, bájame! —lo golpeo en la espalda, noto algunas risas alrededor de nosotros pero no veo a nadie, lo único visible para mí es la espalda de mi novio y el piso.


—No pegues que duele —contesta riéndose y yo le doy otro golpe más. Sin embargo desisto de seguir golpeándolo al sentir una palmada en mi nalga. Su manota deja una sensación de ardor en mi piel.


Dejo que me lleve por toda la escuela. Se detiene y me baja en el estacionamiento.


—Toma —me da su casco y la chamarra de piel que use la ultima vez —póntelo —me ordena.


—No sé porque tengo que subirme a esa cosa —me quejo pero obedezco a lo que me ha dicho.


—Por cierto mañana paso por ti temprano —lo dice de forma casual.


— ¿Qué? ¿Por qué? —pregunto y lo miro sorprendido con una mano dentro de la chamarra y la otra fuera.


—Porque quiero que me acompañes a mi entrenamiento y después te invito a comer, y después a…


—No puedo —corto su rollo de día de novios.


— ¿Por qué?— ahora es él, el sorprendido.


—Tengo partido a las 10:00 a.m. y no puedo faltar.


—Pero tú no juegas, así que no tienes porque ir.


—No puedo faltar, el equipo cuenta conmigo, ya te lo había dicho antes —le repito.


—Pero quiero que pasemos el día, juntos —me pide.


—Lo siento pero no puedo, si perdemos no pasaremos a semifinales —le digo a modo de disculpa.


—Entonces paso por ti después del partido y me acompañas a la última parte de mi entrenamiento —sugiere.


—No puedo, el partido no será en la escuela. Nos toca ir a la preparatoria “Diego Rivera” en el norte de la ciudad —contesto y me estoy sintiendo mal por no poder tener una cita con él.


—Carajo, no me dijiste que tenía que pedirle permiso a tu entrenador y equipo para que salgas conmigo —me contesta muy molesto.


Allí esta su lindo carácter desbordándose de nuevo.


—Lo siento Patrick pero antes de ser tú novio, tengo un compromiso con el equipo, por favor compréndeme —el debe de saber lo que es formar parte de un equipo —tú tienes prácticas diarias y no te pediría que dejaras de acudir solo porque deseo pasar el día contigo —espero que entienda.


—Puedes pedírmelo cuando quieras y con gusto te acompaño — ¿por qué no me entiende? ¿En qué idioma le debo de hablar? Es como hablar con un niño —pero se a lo que te refieres. Y para que veas que soy un hombre razonable, no volveré a oponerme a que acudas a tus entrenamientos, ni a tus partidos —me sorprende su decisión pero para creerlo debo de verlo en práctica —a cambio de que prometas una pequeña cosa —lo sabia no podía simplemente dejarme en paz.


—Eso no es de un hombre razonable, eso suena más como un trato —le contesto.


—Sí tu lo quieres ver así, es tu problema, para mi es ser comprensible con tus actividades extracurriculares, digno de un buen novio —lo veo recargado sobre la moto, con los brazos cruzados y su mirada altanera sobre de mí, me hace enojar, de seguir con él terminare con una ulcera gástrica —además no voy a pedir nada del otro mundo, solo una pequeña cosa. Hemos intensificado los entrenamientos porque dentro de un mes tendremos un torneo y quiero que vayas, seguro me traerás suerte —Ay no otro supersticioso —esa es mi petición —termina de hablar y una sonrisa se dibuja en su rostro.


Su petición suena muy razonable, se supone que es mi novio así que acompañarlo debe de ser algo normal. Me siento feliz de que desee que vaya.


—De acuerdo —acepto y estoy seguro que si me lo hubiera pedido sin darme nada a cambio aceptaría pero no se lo diré.


Sus tentáculos no tardos ni perezosos me atrapan y sus labios se unen a los míos. Su sabor me recuerda a los chocolates semi-amargos, tan dulce como amargo, que invade toda mi boca y se impregna en mi paladar. Al parecer su comportamiento no es el único inestable. ¿Podré enamorarme de este hombre?


Su mano se mueve por mi cuerpo y poco a poco va ascendiendo hasta llegar a mi cabeza. Sus caricias son tan delicadas, sus labios se mueven y recorren mi mandíbula hasta detenerse cerca de mi oído izquierdo.


—Amo tú nuevo corte —me susurra y su aliento me genera escalofríos —deja al descubierto esta área tan sexy —su comentario a logrado sonrojarme.


Mi nuevo corte, le gusta, igual que a él. Sus caricias están enloqueciéndome.


— ¡Basta! —lo detengo, si sigue mi cuerpo no podrá soportarlo por más tiempo, ¿qué se cree tocándome así en la escuela? No soy de madera para controlarme.


—Solo porque estás enfermo y supongo que no estás en condiciones de… que continuemos con esto pero no creas que dejare pasar mucho tiempo —sonríe y su mirada lasciva parece apaciguarse.


Un nudo se ha formado en mi garganta y trago saliva para deshacerlo.


—Vamos súbete que ya es tarde —me ordena. Agradezco que no me haya dejado contestar pues no sé qué decir.


Me acomodo la chamarra y el casco, después subo al aparato del demonio y las manos de Patrick sostiene las mías y las pone alrededor de su cintura, yo aprieto mis brazos y el parece agradecerlo.


No veo mucho de nuestro trayecto pues la verdad odio viajar en esta cosa, por lo que pego mi cuerpo al del fortachón y cierro los ojos.


Hoy los dos hombres que más estragos causan a mi corazón han elogiado mi cambio de look. Para ambos fue nuevo, los del equipo ya me habían visto pero ellos no. Al parecer Candy tuvo un gran acierto al sugerirme este corte. Ya tenía el pelo algo largo y por eso pensé en visitar a mi amigo, y claro porque me sentí algo deprimido y siempre que visito el salón de Candy me animo. Mi estilista decidió que me rasurara solo un lado y el otro lo dejara más largo, al principio me pareció demasiado extravagante pero después de ver algunos modelos con el corte me convencí y al parecer fue buena la sugerencia pues a mis chicos les ha gustado.


De haber sabido que esto haría que Sebastián me viera lo hubiera hecho antes. Lo mejor es que deje de hacerme arañitas en la cabeza, se supone que le dije a Patrick que me comprometería con nuestra relación y eso quiere decir que Sebastián tiene que dejar de ser importante para mí.


Siento la moto detenerse y Patrick me da un golpecito en las manos. Lo suelto y me bajo de esa cosa.


—Por fin —digo en voz baja.


—Ya te irás acostumbrando —me dice mientras se quita el casco.


—Pues no sé si quiero acostumbrarme —le contesto y me quito la chamarra.


—Claro que sí, piensa que es el bello corcel negro de tu príncipe —y sonríe.


Sujeta su chamarra y se la pone, el casco que le doy lo sujeta en la parte trasera de la moto.


— ¿Príncipe? Yo solo veo un acosador —y lo miro con desdén.


—Mierda mi princesa me salió remilgosa —me responde.


Sus manos me atraen a su cuerpo y puedo sentir su rodilla entre mis dos piernas. Su boca busca a la mía y mientras nos besamos siento como su rodilla se mueve, frotándose en mi entrepierna, es un cabrón. Sus movimientos están haciendo que mi cuerpo se despierte completamente y específicamente una parte.


Lo empujo y me alejo de él.


—Gracias por traerme, nos vemos el lunes —lo corto.


Sonríe abiertamente, sabe que ha hecho una travesura y eso lo divierte —Esta bien me voy princesa pero antes despídete de mi —me pide y noto sus ojos morbosos recorrer mi cuerpo y detenerse en cierta parte que yo trato de cubrir con mi mochila.


—Me puedo quedar para ayudarte… si es que tienes algún problema —me sugiere.


—No gracias, estoy bien— y con la mano le digo adiós —ve con cuidado y me llamas cuando llegues a tu casa, de lo contrario me preocupare —le pido.


— ¡Ay que tierno! Mi princesa se preocupa por mí —su tono no es de burla pero tampoco suena a un cumplido.


—Idiota, ya vete —lo corro y él se ríe de mí comportamiento.


—Hasta luego princesa, me debes un beso —se despide. Se pone el casco y arranca su moto.


Lo veo alejarse, ya es tarde miro mi reloj y ya casi son las nueve, pues ¿cuánto tiempo perdimos peleando? Al seguirlo con la vista, noto que va más rápido de lo que lo hace cuando yo lo acompaño ¿Por qué tiene una moto? Esas cosas me dan miedo, son tan peligrosas y ese idiota parece no importarle la velocidad. Realmente espero que me llame cuando llegue a casa, sino lo hace lo llamare yo.


Me doy la vuelta, saco mis llaves y abro la puerta.


—Creo que necesito un baño de agua fría —susurro solo para mí.


Justo antes de entrar escucho unos pasos atrás de mí y al girarme para ver quién es su voz me sorprende.  


—Ah primito, te he extrañado tanto —al verlo estoy completamente paralizado ante su presencia.


Jordán luce distinto de la última vez que lo vi, mis tíos están de pie atrás de él. Me miran con una sonrisa en el rostro. Él se abalanza sobre de mí y me abraza fuertemente.


—Hijo vinimos a recoger a Karl —Mi tía Cecilia me explica.


Los brazos de Jordán siguen a mí alrededor y yo no sé ¿qué está pasando? ¿por qué él está aquí?


Estoy a punto de contestar pero alguien me interrumpe.


— ¿Por qué tardas tanto en entrar? —Sami abre por completo la puerta y se queda mirando a los presentes.


 


 


 


 

Notas finales:

Les gusto?

Se que tardo en actualizar pero ando corta de tiempo.

Espero que les haya gustado y que me regalen un comentario.

Qué piensan de Patrick? Exagera? o es Kitten quién no pone de su parte?

Creen que tengan futuro como pareja o no ?

Denme su opinión.

Ya saben dónde encontrarme:

Fanpage: Relatos keyla

Blog: Distrayendo...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).