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La vida de Daniel Phantom por AngleBits

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Corrieron a toda velocidad atravesando el estrecho callejón oscuro derribando los contenderos de basura que les cortaba el paso. Cuatro hombres más los seguían por detrás, todos armados y disparando a discreción.

-Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo siento.-

Cada vez que tenía tiempo Remy imploraba disculpas a Daniel.

Las balas rebotaban dejando orificios en los muros.

Una vez fuera del restaurant, los hombres armados y de trajes blancos aparecieron, sin un aviso  iniciaron la cacería. Remy tomo a Daniel de la mano y se dio a la fuga.

-Lo siento. Lo siento-

-Para ya de disculparte-

Las disculpas de Remy alteraban sus nervios mucho más que los disparos, las balas no lo dañarían y mientras sujetara a Remy tampoco el saldría lastimado.

El mayor seguía abriéndose paso zigzagueando en cada callejón.

-Daniel…-

-Si vuelves a disculparte te juro que me detendré-

-No se detendrán hasta matarnos- Remy miraba fijamente hacia adelante- Yo tratare de distraerlos y te daré tiem…-

-De ninguna manera- Daniel se opuso - No estas siendo un héroe, estas siendo egoísta. Como crees que me sentiré si algo te sucede-

-Entiendo- Remy sonreía aun que Daniel solo miraba por detrás- ¿Pero cómo saldremos de esto?-

Daniel pensaba detenidamente, miro a Remy que seguía con la vista al frente. Alzando un muro de energía les había cortado por completo el paso. Los hombres chocaron y cayeron de bruces al suelo.  Sn percatarse Remy solo continuo corriendo. Daniel exhalo un aliento de alivio, el muro tardaría una hora en disiparse. Se había salvado, por el momento.

 

Dejando el laberinto de callejones, Remy no disminuyó el paso llevando a Daniel  hasta un pequeño hotel en un barrio de mala reputación. Un anuncio de neón colgaba encima del edificio, “Hotel la última esperanza” era el nombre del lugar. De no haber estado en otra lengua seguramente Daniel habría reído.

Alquilaron un curato para pasar la noche, al entrar a la habitación designada era como volver al callejón sucio y mohoso de hace unos momentos.

-Encantador- Comento Daniel, por otro lado Remy se sentía avergonzado. Aquel poderoso hombre de negocios que había cerrados tratos en las camas de los mejores hoteles con hermosas mujeres, la cuales el único interés que mostraba por ellas era en sus cuerpos y por el bien de la empresa, ahora tenía a una de las pocas personas en las que mostraba un interés genuino en el peor lugar de la tierra con las condiciones de salubridad más decadentes.

Daniel camino hasta la cama, sobre ella encontró un prenda de ropa interior con encaje color rosa olvidada por alguna mujerzuela. Al costado de la cama, en el suelo un par de condones usados.

Ambos mostraron una expresión de desagrado y asco y no era para menos.

-Tal vez debamos volver al callejón- Dijo Daniel retrocediendo y recriándose contra la puerta- De pronto las armas no se ven tan mal-

-Me alegra que el incidente no te robara tu bueno humor-

-La es he pasado peores- Bufo Daniel. El chico mitad fantasma el cual fue cazado por toda la zona fantasma, el gobierno y su maligno ser del futuro.

Remy lo miro, le picaba la curiosidad. Los habían perseguido hombres armados con la fiera  intención de acabar con sus vidas, y más sin embargo hay estaba el chico de cabellos negros y mejillas rosadas, haciendo bromas y con una leve sonrisa, como si lo de antes realmente no hubiera pasado. Él quería saber más pues las citas que terminaron en la desgracia de acabar en una situación similar cortaron todo lazo de comunicación con él, incluso una acuso con demandarlo con una orden de restricción la cual fácilmente callo con una gran suma de dinero.

Daniel por su lado, en la peculiar situación en la que se había metido lo tenía bastante despreocupado, incluso lo hacía sentir feliz, los problemas que lo asfixiaban en Amity Parck  se habían quedado en su ciudad, pero de un momento a otro tendría que enfrentarlos.

-¿Quién eres tú?- Pregunto Remy rompiendo con el silencio, Daniel carcajeo tan fuerte que consiguió un fuerte dolor abdominal. De tantas cosas que pudieron preguntarse aquella noche, esa sin duda era la más tonta. Remy lo miraba incrédulo sin entender el motivo por el cual reía.

-¿Qué es tan graciosos?- Pregunto, la curiosidad volvía como una picazón que necesitaba ser rascada.

-Lo lamento- Respondió Daniel una vez controlado. Remy tomo asiento en el suelo recargándose contra la cama quedando de frente a Daniel – Me lo han preguntado tantas veces, pero esta es la primera ocasión que una persona con un pasado más misterioso que el mío me lo pregunta. Intentaron asesinarte ¿Y te cuestionas quien soy yo? No sé cómo decirlo esto es tan irónico. Creo que el que debería estar haciendo las preguntas esta noche debería ser yo-

Daniel solo encendía más y más el fuego del interés que tenía Remy por él. Un joven adolecente que paso por una de las cosas más horribles que te pueden pasar, no solo estaba descaradamente despreocupado, además tenía el cinismo de reírse y burlarse como si fuera lo más normal del mundo. Remy estaba más que cautivado. Habían pasado por una terrible situación y ahora estaban en un lugar de mala muerte, cansados y con hambre, pero Daniel sin importar lo horrible que parecían las cosas, hay estaba irradiando una luz de alegría. De pronto nada era tan malo y Remy estaba más que fascinado con aquel brillante adolecente.

 -Comienzo a creer que no es la primera vez que tienes una experiencia tan cercana a la muerte-

-Es algo tan cotidiano para mí como tomar el desayuno- Respondió Daniel

-¿Cómo demonios un adolecente acaba metido en situaciones tan peligrosas?-

-Deje de preguntármelo hace tanto tiempo-

La conversación pudo haber fluido hasta el amanecer pero Daniel tena que volver a su hogar. De un salto se puso en pie y giro la perilla.

-¿A dónde vas?- Remy se puso en pie

-Tengo que volver a casa –

-¿Bromeas? ¿Dudo que encuentres un vuelo a esta hora? Además esos sujetos deben seguir buscándonos-

-Tengo que regresar antes de que mis padres noten mi ausencia, me fui de casa sin decir nada-

-Estoy seguro que si le explicas entenderán-

-lo dudo- Daniel salió corriendo a toda prisa sin decir más, Remy corrió tras él hasta la calle pero en un instante lo había perdido. Daniel volaba a gran altura y velocidad con rumbo a su hogar.

A primera hora de la mañana Daniel logro quedarse dormido, llego a casa justo a tiempo para evitar un problema más. Pero no duro mucho. Golpeando la puerta los padres de Daniel irrumpieron en la habitación.

-¡Feliz cumpleaños¡- Gritaron el señor y la señora Fenton. Abriendo los ojos como platos Daniel cayó de la cama por el susto.

-Toma un baño campeón te esperamos en la estancia-

Ambos salieron antes de que le pudiera preguntar lo que estaba pesando. Daniel tomo la ducha y bajo a la estancia. Para su sorpresa sentando entre Maddie y Jack Fenton, Dash Baxter le sonreía.

-¿Qué hace el aquí?- Pregunto Daniel tomando asiento en un reclinable. En la mesita que adornaba el centro una pirámide de regalos de distintos tamaños y colores se alzaba por sobre sus cabezas.

-Solo pase a dejarte un presente, pero tus padres insistieron en que me quedara-

-¿Qué hicieron que?-

-Sabíamos que te alegraría tener un amigo en tu fiesta muchacho-

-Es una lástima que todos tus amigos este de vacaciones- Dijo Maddie- También es una lástima que tengamos que marcharnos-

-Lo lamentamos campeón pero tenemos un asunto urgente que atender- Jack camino con Maddy hasta la puerta- El pastel y lo demás están en la cocina, Dash y tú pueden celebrarlo-

Jack abrió la puerta y frente al umbral un joven con gafas oscuras y traje le extendió una carta con un sello de cera color Negro con dos iniciales grabadas de la siguiente forma “R & N”  en cera color blanco.

-Para el señor Daniel Fenton- Dijo con un tono de voz demasiado formal.

-Danny, cariño tienes una carta- Grtio Maddie

En un segundo Daniel y Dash estaban ante la puerta.

El mensajero entrego la carta en manos de Daniel. En la parte trasera tenia escrito a mano y con una caligrafía bastante buena “Para Daniel”.

Por un momento no supo que pensar, quien podría enviarle algo tan refinado. Todos miraban por encima de los hombros de Daniel con bastante curiosidad.

-Disculpe que se tan impetuoso, señor- Continuo el mensajero- Se me dio la orden expresa de pedirle que abriera la carta. No es necesario que lea el contenido solo que reciba el objeto que lleva dentro-

Rompiendo el sello por la mitad Daniel volteo el sobre y lo agito un par de veces hasta que un pequeño objeto cuadrado cromado cayó en sus manos Todo se quedó en silencio. La familia Fenton estaba confundida, pero la reacción de Dash fue como si hubiera anotado un jugada ganadora en el campeonato más importante del mundo.

-¿Para que esta cosa?-

-¡Por dios Danny¡- Exclamo Dash como si hubiera pronunciado algún insulto- Son las llaves del lamborghini veneno, un auto valuado en 4.6 millones de dólares-

  Daniel deposito una mirada de horror en el pequeño aparato con aspecto de memoria USB, se vio tentado a arrojarlo lo más lejos que posible pero le aterraba causarle algún daño. Maddie y Jack quedaron petrificados.

-Lo lamente creo que hubo una clase de error- Musito Daniel nervioso intentando devolverle las llaves al misterioso hombre

-No hay ninguna equivocación, señor. El auto es expresamente de su propiedad ahora- El hombre entrego folder lleno de papales, Dash lo recibió sin pensarlo- Aquí está toda la documentación de la y la licencia especial que prueba que el auto es de su propiedad. Con la firma de sus padres podrá conducirlo de forma legal sin ningún problema-

El hombre continuo hablando, pero a Daniel le daba vueltas a todo, 4.6 millones de dólares era en lo único que podía pensar. Apartándose de la entrada detrás de él se encontraba el lujoso auto, dos hombres más con la misma indumentaria estaban apostados a ambos lados de él.

-Por ultimo- prosiguió el joven

-¿¡Aun hay más ¡?- Daniel estaba al borde de un colapso

El joven mostro una sonrisa y lanzo una señal a los otros dos quienes cargaron un monumental pastel de 10 pisos  y lo introdujeron con cuidado a la casa.

-Feliz cumpleaños- Recitaron los 3 al unísono, finalmente los dos hombres le entregaron un abrazo

Y salieron. El joven le dio un fuerte abrazo y revolvió su cabello, luego susurro en su oído.

-Tengo un mensaje de mi señor “Pensante que podrías escapar de mi”-

Daniel se sorprendió un poco.

-Remy- Murmuro en voz baja

El mensajero sonrió

-¿Quién eres tú?-

-Soy solo el chofer-

El joven se despido con una pequeña reverencia.

-Danny que tal si damos un paseo en tu nuevo auto- Sugirió Dash

-Por supuesto que no- Se negó Daniel

-No te preocupes hijo solo maneja con cuidado, tu padre y yo ya firmamos la responsiva-

-Me niego-

- Como desees hijo- Maddie y Jack salieron de la casa.-No vemos más tarde-

-Vamos Viejo, demos un paseo corto-

-No lo hare Dash-

El mariscal se aproximó por detrás y lo envolvió entre sus fuertes brazos.

-Entonces qué tal si vamos arriba y dejas que mi gran amigo celebre tu cumpleaños-

Dash pego sus pelvis contra la espalda de Daniel dejándolo sentir su vigorosa erección

-Vayamos al auto- Dijo Daniel

Para el mitad fantasma, abordar el lujoso auto nuevo era equivalente a subir a una nave espacial. Lo sobrecogió un poco el hecho de que el auto fuese suyo.

-Que are si roban esta cosa- Dijo Daniel frotando la mano contra los asientos forrados en piel

-No te preocupes tiene seguro contra robo-

-¿Cómo lo sabes?-

Dash entrego un papel con una interminable lista de seguros contra cualquier tipo de accidente

-¿Seguro contra ataque terrorista? Para qué demonios necesito algo así-

-Demonios Fenton que clase de trabajo realizaste para ganar algo así- Dash lo miro de forma lasiva

-¡No es lo que tú piensas Dash¡-

Debatieron por un largo rato, al final para gusto de Dash Daniel le permito conducir el auto por la mayor parte de al ciudad.


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