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Los Caprichos Del Destino por lakyday

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Notas del capitulo:

iba a hacer un final abierto, pero he de confesar que me gustó mucho esta historia asi que decidi continuarla con una pequeña historia corta luego de que Ryu yKyu estuviern oficialmente saliendo... esto es lo que va saliendo

 

ADVERTENCIA: ESTE CAPITULO CONTIENE LEMON YAOI ASI QUE NO ES APTO PARA MENORES DE 18 AÑOS.

(Cuidado, yo nunca hize caso de las advertencias y miren las cosas que termine creando >//< jajaja)

X. Epílogo: Parte I.

 

Era de mañana y el sonido monótono de un reloj despertador retumbó en la amplia alcoba de Ryu. Entonces el dragón automáticamente alargó el brazo hasta la mesita de noche a un costado de la cama y presionó para apagarlo. Abrió los ojos pesadamente aún sin despertar del todo y se los frotó para aclararse la vista. Esta acción le ayudó a recuperar la conciencia a plenitud y con ello a recordar que ese era un día especial. Volteó la cabeza para mirar a un durmiente Kyu acostado a su lado. En este día el moreno estaba de cumpleaños, cumplía 19 años.

Habían pasado un año y un par de meses desde que se reencontraron luego de que Kyu hubo desaparecido cuando eran niños, rompiendo así la gran amistad que nació entre ellos. Un periodo de diez años transcurrió en el que nada habían sabido el uno del otro. Hasta que un día se hallaron parados de frente por pura casualidad, ya que Kyu resultó ser un sirviente en la casa de Megumi Minami, una chica de familia acomodada con la que Ryu  debía casarse algún día para cumplir con una alianza que habían formado los padres de ambos cuando apenas habían nacido. Desde el momento en que sus miradas se encontraron la situación se fue volviendo más compleja, sobretodo porque Kyu súbitamente besó a Ryu al tiempo que se dio cuenta de que estaba enamorado de él. Al principio fue rechazado pero finalmente el dragón descubrió que necesitaba tener al moreno a su lado y que aquello al fin y al cabo se trataba de amor. Y ahora, después de superar muchos obstáculos, estaban juntos como pareja en gran medida gracias al apoyo de su siempre fiel amiga Megumi. 

La muchacha había vivido siempre a la sombra de su exitosa hermana mayor, tratando de cumplir con la gran misión que sus padres le habían encomendado, que era casarse con Ryu y consolidarse así como una de las familias más ricas y poderosas de Japón. Sin embargo, llegado el momento se había revelado contra ellos para apoyar a sus amigos y recorrer su propio camino en la vida, yendo tras su sueño de convertirse en detective. Una vez que Ryu  cumplió la mayoría de edad y se vio con absoluto control de su vida, juntos habían anunciado a la familia la disolución del compromiso con la excusa de ser aquellos tiempos modernos en los que esa clase de alianzas no tenían sentido práctico y que además cada uno quería hacer con su vida lo que se le antojara. Obviamente no expusieron a Kyu ni al trasfondo de la situación ante nadie, por lo que el discurso no satisfizo para nada a los mayores. Los Minami odiaron a muerte al dragón y Megumi se fue de la mansión a vivir en un departamento en la ciudad para alejarse de aquel detestable ambiente. Incluso Anubis había tratado de convencerlo hasta el cansancio de que se retractara, pero el haber cumplido los 18 años al parecer le había traído una gran tozudez, así que no pudo más que resignarse y, fiel a su amo, enfrentar a todos esos buitres de la compañía que se levantarían en contra del dragón. Afortunadamente todo había salido bien, Ryu seguía siendo el dueño del negocio de su familia y el presidente de su compañía, esto último a más fuerza de amenazas que de otra cosa. Junto a Kyu no tardaron en contarle a su madre la verdadera razón tras la anulación del compromiso y, aunque aún no aceptaba totalmente su relación, accedió a irse de la mansión con Megumi  y a cuidar de ella, pues la quería como a una hija. Mientras que no pudo oponerse a la voluntad de su hijo, que ya tenía 18 años, de ir a vivir con Ryu a su mansión.

((para evitar confusiones aclaro que destiné a Kyu mayor que Ryu, de manera que cumplió los 18 años en marzo del año en que Ryu los cumplió en noviembre))

Cabe agregar además un inesperado acontecimiento. Un día se encontraron Ryu y la hermana de Megumi en el departamento de la pelirrosa y entonces la mujer sin rodeos les contó a ambos herederos que había descifrado todo detrás del problema que habían armado. Después de analizar a fondo el asunto fue claro para ella que los dos amigos de su hermana tenían una relación sentimental y que la chica los estaba apoyando. Seguido de ser confirmada su teoría, les expresó que no se oponía a la decisión que habían tomado y que ciertamente le parecía una tontería todo el asunto del compromiso, cosa muy pasada de moda en occidente. Sin embargo, con lo que no estaba de acuerdo era en dejar pasar la gran oportunidad de forjar una alianza entre sus compañías, por lo que expuso ante el dragón su ingeniosa propuesta de que el chico apoyara el surgimiento de una pequeña empresa que estaba tratando de sacar adelante por su cuenta y así en un futuro, cuando llegara el momento de tomar la responsabilidad de manejar  el negocio de su familia, podrían consolidar una alianza mucho mayor que tendría el mismo impacto que la que acababan de disolver. A Ryu le gustó bastante la idea y aceptó tal proposición que además le agradaría mucho escuchar a Anubis y al resto de su consejo empresarial.

 

En fin, atrás había quedado el aniversario donde la pareja de chicos había cumplido un año de noviazgo y, dado el tumulto de conflictos junto con el reacomodo de sus vidas, no habían podido celebrarlo adecuadamente. Es por ello que Ryu estaba planeado algo especial para hacer con bastante tiempo de anterioridad y finalmente habían acordado en ir a pasar todo el fin de semana a un Onsen. Pero gracias a que ese era un día viernes y para que Megumi y la madre de Kyu tuvieran su parte de celebración en esa fecha tan especial, habían organizado una fiesta en la noche  en el departamento de la pelirrosa con todos sus compañeros de la DDS, a la cual asistía también la muchacha. De esa manera, todos quedaban contentos y ellos podrían ser libres de largarse de la región para tener el fin de semana más relajante y regaloneado que jamás habían tenido durante el pasado año en el que su relación era más secreta.

Ryu estiró el brazo con la intención de zamarrear levemente a Kyu para despertarlo, pero se quedó a mitad de camino. Tenía una mejor idea. Acercó su cuerpo al del moreno bajo la cálida ropa de cama y se dirigió a su cuello el cual comenzó a besar con caricias húmedas. Luego también atacó su oreja, la cual lamió al tiempo que le deslizaba un mano bajo el pantalón del pijama. Tomó su miembro algo erecto en su mano y empezó a masturbarlo en un lento y suave vaivén mientras seguía lamiendo y chupando su oreja. Kyu no tardo en ponerse duro y removerse inquieto entre sueños, así que el dragón le habló al oído con la voz ronca por su propia excitación.

 

-Kyu... despierta... es hora de levantarse -dijo en voz baja y sensual.

 

El moreno no demoró en despertar y entreabrió los ojos con somnolencia.

 

-kimochi... -fue lo primero que dijo, en un susurro.

 

Luego acercó su boca a la del peliazul y se besaron. Primero saboreando mutuamente sus labios y luego juntando sus lenguas y frotándolas en un beso húmedo y lascivo, mientras el moreno iniciaba un movimiento de cadera siguiendo el ritmo de la mano de su novio.

Ryu rompió el beso y atacó nuevamente su cuello sólo el tiempo que demoró en subirle la polera del pijama hasta el pecho. Entonces bajó y le besó también esa zona sin parar de masturbarlo a un ritmo lento. Fue recorriendo con sus labios y su lengua el pecho del moreno, dejando un camino húmedo por donde pasaba. Se dirigió a uno de sus pezones y lo lamió y succionó sacándole un jadeo y un siseo de placer a su novio. Juntos habían ido descubriendo puntos sensibles en sus cuerpos y ese era uno de ellos, que cuando se estimulaba con el ritmo adecuado aumentaba enormemente la excitación corporal.

 

- Ryu... hazlo mas rápido... -le pidió con la voz ronca y un tanto quebrada, refiriéndose al movimiento de su mano frotándole el pene.

 

Pero el peliazul no le obedeció y en vez de eso continuó bajando por su tórax lamiendo su tostada piel, hasta pasar por su abdomen, llegar a su ombligo y  a su vientre bajo, dándole por último un ligero mordisco en la prominencia de la cadera. Kyu suspiró de placer y se preguntó qué haría su amante continuación. Un par de veces en otras ocasiones Ryu le había hecho una felación, pero la última vez no le había avisado que se corría y, bueno, al dragón no le había gustado para nada el accidente y desde entonces no lo había vuelto a hacer.

 

- Ryu, ven... quiero tocarte también... -le pidió con la respiración agitada.

- espera un poco...

 

Le respondió y sin previo aviso le dio una larga lamida a su miembro, terminando en la punta donde hizo círculos al rededor del glande. Kyu tembló como gelatina al sentirlo y no pudo evitar dar un ronco gemido. El dragón no se quedó quieto y repitió seguidamente las lamidas que iban desde la base a la punta y de vuelta, lamiendo también el glande. El moreno se mordía el labio inferior, respiraba agitadamente, su corazón latía a mil por hora y su cuerpo y el aire que exhalaba estaban muy calientes. Pero cuando en verdad se derritió de placer fue cuando el peliazul tomó la punta de su pene entre sus labios y lo deslizó dentro de su boca. Estaba tan húmedo y caliente dentro de su boca y al succionarle hacía tanta presión, una deliciosa presión, que la caricia no demoraría mucho en arrastrarle al éxtasis.

Depositó sus manos en la cabeza de Ryu y enredó sus dedos en su cabello, acariciándole al tiempo que le guiaba en el ritmo adecuado y mientras él se deshacía en jadeos y suspiros.

 

- Ryu... ya... casi... -le advirtió cuando sintió aquella sensación de tensión en ascenso.

 

El dragón agradeció que en esa ocasión le avisara, entonces subió hasta su boca y le besó con pasión y lascivia mientras le masturbaba con la mano a una velocidad que fácilmente llevo a Kyu al orgasmo. Eyaculó con un quejido en la mano del peliazul y cuando la tensión abandonó su cuerpo se quedó quieto, con los ojos cerrados, respirando agitadamente por la boca.

 

- Feliz cumpleaños, mi koibito...

 

Le saludó Ryu en un susurro al oído.

 

- nunca... había re... recibido... un saludo tan increíble - le respondió jadeando.

 

El dragón rio.

 

- me alegro por eso.

 

En seguida, Kyu se incorporó sobre el cuerpo recostado de Ryu y le besó al tiempo que llevó una mano a su abultada entrepierna y la masajeó sobre el pijama.

 

- estás duro... -murmuró dentro del beso.

- obviamente...

- qué quieres que haga?

- cualquier cosa, sólo haz que me corra.

 

Ante esa orden, el peliverde prosiguió desabotonándole la parte superior del pijama, dejando su pecho al descubierto. Entonces empezó a lamer sus pezones mientras lo masturbaba a un ritmo firme, provocando que se endurecieran. Ryu temblaba contra su cuerpo, movía su cadera en sincronía con la mano de su novio y jadeaba abandonado al placer de sus caricias. Y las veces que mordía de vez en cuando, el peliazul daba un ligero respingo y se estremecía al tiempo que una buena cantidad de líquido pre seminal salía por la punta de su pene. A esas alturas Kyu sabía bastante bien cómo tocarlo para hacerle disfrutar al máximo, por lo que no tardó mucho en provocarle un orgasmo, haciéndole eyacular en su mano.

 

El dragón se derrumbó sobre la almohada, respirando a grandes bocanadas de aire y entonces el moreno desvió su atención hacia el reloj en la mesa de noche.

 

- rayos! Estoy atrasado!

 

Exclamó mientras salía de la cama rumbo al baño para ducharse. Ryu hizo lo mismo, pero fue al de otra habitación.

Aún tenían unos minutos para desayunar y fueron al comedor donde los esperaba Yurie. La mujer tenía todo servido por lo que pudieron ganar algo de tiempo.  Yurie saludó a Kyu por su cumpleaños y sirvió para cada uno un trozo de pastel que había preparado el día anterior. Desde que el moreno se había mudado a la mansión estaba al tanto de la relación entre los muchachos y al ver lo mucho que había cambiado su amo desde que se encontró con aquel chico y lo bien que le hacía estar con él, no tenía ninguna razón para oponerse a su relación. Además, tal como solía suceder, no había necesitado de demasiado tiempo para encariñarse con el amistoso Kyu.

Luego del corto desayuno, tomaron uno de los autos del garaje y salieron de la mansión rumbo a la DDS donde Ryu dejaría a Kyu para ir después al edificio de la compañía donde lo esperaba Anubis.

 

Continuará…

Notas finales:

este epílogo es mas bien fanservice xD


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