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Los Caprichos Del Destino por lakyday

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Notas del capitulo:

y aqui esta!

III. Capítulo 2:

 

Ryu vio a la mujer asomarse hacia afuera y seguido reingresó esta vez con un muchacho tras de sí. Sabía exactamente cómo actuar ante esa situación un poco forzada por Megumi. El sirviente saludaría y se presentaría, él saludaría de vuelta y haría lo mismo por pura cortesía, ya que no entendía por qué tanto alboroto por un simple empleado. Así era. Tenía todo fríamente calculado. Sin embargo, al instante en que vio a la persona en cuestión cruzar la puerta, todo su esquema se quebró en mil pedazos.

En ese momento supo por qué aquel nombre que antes había escuchado le resultaba tan familiar e igualmente supo cómo llamar a esa persona que se aparecía en sus sueños. Los recuerdos le vinieron a la cabeza de golpe y sin piedad. Y entendió claramente por qué ese chico era tan importante para la pelirrosa, puesto que alguna vez también lo había sido para él. Esa persona inclinada frente a él era el pequeño niño que un día había irrumpido en su casa y en su vida. Después de 10 años aquella persona que pensó nunca volver a ver estaba  a unos escasos metros de  él. No pudo evitar quedarse mirándolo con expresión de sorpresa mientras éste saludaba.

 

- mi nombre es Kyu Renjou.

 

Terminó de decir aquel chico y seguido se incorporó para mirarlo. El azulino desvió entonces la mirada, pues no sabía cómo enfrentarse nuevamente, luego de tanto tiempo, a esos ojos dorados.

Kyu trató de sonar lo más educado y respetuoso posible al presentarse, compensando así su vestimenta desarreglada, ya que quería darle una buena impresión al prometido de su querida amo. Una vez cumplido con ello, levantó la cabeza enderezándose y entonces fue que lo vio. Había crecido y su corte de cabello había cambiado un poco (ya no tenía esos flequillos enmarcándole el rostro) pero aun así no le costó en absoluto reconocerlo. Sintió que su corazón se detuvo por unos segundos antes de adoptar un ritmo desbocado. Nunca pensó que algún día lo volvería a ver y ahora ese chico que parecía una hermosa aparición, al igual que cuando eran niños, estaba de pie frente a él. Ryu, su gran amigo de la infancia, resultaba ser una persona muy importante y poderosa. Aquel pequeño y frágil niño, que solía llorar en sus brazos por esa familia que había perdido, se había convertido en un hombre que llevaba sobre sus hombros el legado de sus ancestros. Que atrevido e ingenuo había sido en ese tiempo cuando se acercó a él como si estuvieran a la misma altura, como si valieran lo mismo.

 

- Ohayou gozaimasu, mi nombre es Ryu Amakusa y también me da gusto conocerte.

 

Escuchó que le decía, sin hacer contacto visual y obviamente sin hacer una reverencia. El moreno había quedado paralizado, sólo podía mirarlo sorprendido y las manos le temblaban un poco.

 

- ¡qué alegría que al fin se conozcan!

 

Exclamó felizmente la pelirrosa, tomándose del brazo de su prometido y rompiendo una atmósfera de consternación de la cual era totalmente ignorante.

 

- Renjou-sama, el almuerzo está listo.

 

Habló una sirvienta asomándose por la puerta.

 

- ¡muy bien!-respondió ella- Amakusa-sama y Megumi-sama, síganme por favor.

 

La pareja le obedeció y se dirigieron al comedor, dejando a Kyu en la sala de música.

Cuando Ryu pasó por el lado del peliverde le miró de reojo y recién entonces sus miradas se cruzaron. Esos ojos seguían siendo igual de dorados que antes, igual de vivos, igual de transparentes. Y toda lánguida sombra de duda desapareció. Era él. Justo él.

 

El almuerzo transcurrió rápidamente. Ryu apenas podía prestar atención a lo que se hablaba a su alrededor. En su mente seguían apareciendo trozos de recuerdos, uno tras otro. Como cuando se vuelve a ver una película vieja que había estado guardada hace mucho tiempo, así se iban desempolvando todas sus borrosas memorias. Sin embargo, aparentar era de las cosas que mejor sabía hacer, por lo cual nadie notó su estado ausente.

Kyu volvió a la cocina y la vieja oba-san le sirvió un plato de comida. Por el contrario, el peliverde no sabía aparentar así que cuando la anciana lo vio cruzar la puerta creyó, por un segundo, que estaba enfermo.

 

-aquí tienes- le dijo poniéndole el plato delante- come algo muchacho, pareciera que en cualquier momento te fueras a desmayar.

 

El moreno le obedeció, porque a pesar de tener un nudo en el estómago había pasado toda la mañana trabajando, lo cual le había provocado mucha hambre.

 

- ¿qué sucede, Kyu-kun?- le preguntó la mujer.

- oba-san… yo… conocí a Amakusa-sama una vez… ¿crees que se acuerde de mí?

- ¿qué? ¿dónde?

- fue… antes de venir aquí… éramos niños…

- ¿y piensas que es él?

- lo sé muy bien ¿Se acordará él de mí también?

- mi niño, lo dudo mucho… él es el heredero de una gran fortuna, el primogénito de una gran familia… para esa gente no somos nada especial.

- ya veo… supongo que… tienes razón…

 

Después de esas palabras un pesada tristeza se alojó en el fondo de su corazón.

 

 

Luego del almuerzo todos se dirigieron a la terraza a hacer la sobremesa. El día era soleado y fresco, ideal para salir a dar un paseo a pie por el terreno. Por eso, al cabo de un rato, Megumi le propuso a Ryu que fueran a dar una vuelta en bote por la laguna, recibiendo una respuesta afirmativa de su parte.

Antes de emprender el camino, la pelirrosa lo guio hasta la cocina de la mansión. Entonces ella y una de las sirvientas que estaba allí prepararon rápidamente una canasta con bebidas heladas y algunos aperitivos.

 

- ¿Yukihira-san, puedes traerme a Kyu? por favor.

Le habló a otra de las muchachas que estaban allí.

- en seguida, con su permiso- le respondió y salió en su búsqueda.

 

Luego de un par de minutos regresó seguida del peliverde, quien esta vez vestía una camisa blanca que contrastaba con su piel, con los primeros botones desabrochados y los brazos de aquella arremangados hasta los codos. También llevaba un pantalón jeans color negro, encima un corto y discreto mandil- que comenzaba a la cintura y no alcanzaba a llegar a la rodilla- y zapatillas negras. Ese era el uniforme que se suponía debía haber llevado desde el comienzo

 

- kyu-kun, siempre te ves tan guapo con ese uniforme- le dijo la pelirrosa sonriente al verlo entrar en la cocina y haciéndole reír.

- ¡jajaja! Megu-chan sé que lo dice sólo para que le haga el favor de cargar sus cosas.

 

Bromeó con ella sin percatarse de que Ryu estaba presente.

 

- ¡jajaja! no digas eso, me vas a hacer quedar mal frente a Ryu-kun.

 

Entonces el moreno se dio cuenta de su presencia y enmudeció de golpe.

 

- ah… esto… Amakusa-goushijinsama, yo les acompañaré en su paseo. Espero no le moleste – le habló recatada y nervosamente, haciendo una reverencia.

- no hay problema.

 

Le respondió calmadamente, recibiendo a cambio la misma amplia sonrisa de años atrás y la que, de alguna manera, extrañaba.

 

-todo está  preparado- concluyó la heredera.

 

Y luego los tres se dirigieron al jardín. Una vez allí y antes de comenzar el trayecto, la pelirrosa pareció recordar algo y les pidió que la esperaran un momento mientras volvía al interior de la mansión. De esa forma, Kyu y Ryu quedaron a solas.

 

El dragón estaba inquieto, una parte de él quería hablarle al otro chico de cualquier cosa, no importaba el tema. Mas, por otro lado, sabía que en su posición no tenía obligación alguna de hacerlo. De pronto, apareció a su lado un enorme perro café que lo olisqueó un par de veces y súbitamente hizo el amago de tirarse sobre él. Lo hubiera hecho si no fuera por el peliverde, que se adelantó y lo asió del collar alejándolo del heredero.

 

- perro malo -le regañó, forcejeando con él para que no se lanzara sobre Ryu- ¡basta, chillo!

 

Luego de oír ese nombre, el azulino se acercó al animal y le acarició la cabeza en un gesto que lo tranquilizó y lo dejó manso y rendido ante él.

 

- has crecido mucho… -murmuró.

 

Kyu le miró totalmente sorprendido y le preguntó con la voz ligeramente más aguda, debido a la emoción:

 

- ¡¿Usted se acuerda de mí, digo, de nosotros?!

 

El dragón  puso sobre él su mirada gris e inexpresiva y luego la volvió hacia el perro, al cual seguía acariciando.

 

- sí… te recuerdo –le respondió finalmente.

 

Al moreno se le infló el pecho de felicidad por su respuesta, pero era el momento de hacer las cosas bien, por lo cual se inclinó disculpándose.

 

- yo lamento tanto mi descarado atrevimiento al invadir su propiedad y el haber abusado de su buena voluntad cuando éramos niños. En esa época yo no entendía bien cual era mi lugar y me disculpo por ello.

 

¿Qué clase de discurso era ese? Pensó el dragón. ¿Siquiera estaban hablando de la misma relación? Quizás Kyu ni siquiera recordaba bien como había sido su amistad, por eso se disculpaba por algo tan absurdo. Él le había pedido que volviera a visitarle, lo recordaba muy bien. A lo mejor para Kyu sólo había significado una más de sus aventuras infantiles. Ese pensamiento le provocó un fuerte malestar.

 

- olvidémonos de eso ¿quieres?- dijo para poner fin a la situación tan incómoda, sin pensar que el otro lo malentendería.

- ah… sí… claro.

 

Respondió el peliverde sintiendo que esa petición era como una puñalada en el pecho. Pero si Ryu le pedía que se olvidara de aquel tiempo, no tenía más opción que obedecer y hacer como si nunca nada hubiera ocurrido.

Entonces volvió Megumi con dos sombrillas para cubrirse del sol. Le pasó una al peliverde y compartió la otra con el dragón. Seguido iniciaron el recorrido.

 

- Ryu-kun, estoy muy feliz de que vayamos a recorrer la laguna, hace mucho tiempo que no lo hago. Y todo gracias a Renjou-kun, el me dio la idea y se encargó de restaurar el viejo bote a remos que estaba abandonado.

-¿él hizo eso?- preguntó mirando al peliverde de reojo.

 

Iba detrás de ellos, a unos metros de distancia para darles algo de privacidad. Cargaba la canasta con los víveres y caminaba con la cabeza gacha.

 

- sí, es un chico genial. Me siento afortunada de que esté conmigo.

 

El dragón sabía perfectamente lo especial que era aquella persona y comprendía muy bien los sentimientos de la pelirrosa. Sin embargo, en su propio corazón había algo más, un malestar que no lo dejaba tranquilo y crecía a cada minuto.

Recorrieron el hermoso y basto terreno lleno de árboles y flores de toda clase. Hasta que llegaron a su destino ubicado en el límite de la propiedad. Allí amarrado a un pequeño muelle había un bote a remos de madera, color blanco. Era muy pintoresco y rústico. Entonces se acercaron a él para usarlo. El  azulino fue el primero en subir y le ofreció la mano a Megumi para ayudarla a hacerlo también. Kyu igualmente debía subir para transportarlos, se suponía. Sin embargo, cuando lo iba a hacer Ryu desató el bote y le lanzó la cuerda en un gesto despectivo.

 

- vamos solos- le ladró rudamente.

 

El de mirada dorada no tuvo más opción que obedecer y se fue a sentar en el pasto bajo la sombra de un árbol. Desde allí veía a la pareja internarse en las aguas, rodeados por diversas aves acuáticas que se refrescaban en la verdosa superficie.

Suspiró. Se sentía muy triste, porque Ryu le había pedido hacer como si nada hubiera pasado entre ellos. Lo miró remando a lo lejos. Había sido tan feliz cuando el azulino lo reconoció, que por un momento pensó que quizás podrían volver a ser amigos. Pero se había equivocado.  No había hecho más que incomodarlo al recordarle aquel período y, al parecer, incluso le había hecho enojar, observó por su comportamiento reciente. Claro, probablemente se había disgustado cuando él le recordó que se había mezclado con una persona tan corriente como él. Incluso debía de sentirse avergonzado. Ryu estaba completamente fuera de su alcance, debía aceptarlo y resignarse. Era imposible que una persona tan inteligente, fuerte y admirable -además de rica- quisiera hacer amistad con un simple sirviente. Él no tenía nada para ofrecer que el dragón no pudiera conseguir con sus propios medios. Esa fue la conclusión a la que Kyu llegó sentado allí, mirando como la pareja de herederos era rodeada por aves que se acercaban para devorar el alimento que ellos les lanzaban, componiendo una adorable escena.

 

continuará...

Notas finales:

sólo estoy dividiendo los capitulos y corrigiendo asi que no demorare en subir la continuacion... espero que este interesante.

Comenten por favor, se agradecería mucho.

bye bye!


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