-¿será que sientes celos de ellos, Zoro?- susurro en mi oído mientras yo abría los ojos desmesuradamente ante tal verdad ¿Cómo no me había dado cuenta antes?- vamos donde los chicos antes que empiecen a molestar por nuestra ausencia-empezó a caminar mientras yo lo seguía de cerca, suspirando al notar como Usopp empezaba a interrogarme por la expresión que traía en el rostro, intentando restarle importancia al asunto mientras me sentaba en una de las mesas y seguía conversando con los chicos.
Law siempre había sido muy perceptivo con estos temas, y esta vez no había sido la excepción a la regla, para mi gusto o enfado. Ahora lo entendía todo, pero estaba aun más confundido que antes: sentía celos, claro que si ¡¿pero por quien de los tres?!
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Desde esa conversación con Law, me había pasado el día pensando en aquella maldita interrogante a la cual, incluso ahora, no había podido encontrar respuesta alguna.
Para empezar, estaba Kuina. Ella siempre había sido mi mejor amiga y solía ser muy sobreprotector con ella, la veía como una hermanita menor a la cual cuidar y solía consentirla mucho, a tal extremo que varios de sus ex novios habían recibido una soberana paliza de mi parte por intentar sobrepasarse con ella.
Luego seguía Luffy, un chico que había conocido en secundaria y que no hace más de un año me había dado cuenta que me gustaba, luego que por un accidente acabásemos besándonos en un festival escolar. Y aunque desde entonces no habíamos vuelto a hablar del tema, he intentado acercarme indirectamente al pero siempre con resultados nulos. Aun así seguí manteniendo las esperanzas gracias al apoyo que me brindaban mis amigos, animándome siempre a seguir adelante pasara lo que pasara…
Y para finalizar, estaba el rubio. Ese chico me había cautivado desde el primer momento, sin lograr entender el porqué de los sentimientos que habían empezado a fluir en mi desde que mi mirada había chocado con la suya, metiéndolo inconscientemente en este lio producto de mis celos y mi estupidez.
Para peor, mis sentimientos se mezclaban aun mas cada vez que veía al chico coquetear con Kuina, ver como esta le correspondía y como Luffy intentaba a su vez llamar la atención de los dos sin mucho resultado; haciendo que los celos bulleran en mi hasta el punto en que, de no ser por Law, habría acabado separando a esos tres de una vez por todas.
-¿y bien? ¿Tenía razón o no?-pregunto Law mientras soltaba una risita, tomándome del brazo mientras me guiaba por las calles para evitar que volviese a perderme. El primer día de clases finalmente había terminado y, para mi suerte o desgracia, el pelinegro vivía a tan solo un par de casas de distancia de la mía-
-sí, tienes razón, estoy celoso pero…-mi voz se corto sin saber cómo acabar la frase, sintiendo como alguien me tomaba del hombro con algo de rudeza-
-pero no sabes por quien de los tres ¿verdad?- Kidd se había acercado a nosotros sin que me diese cuenta, tomando la mano de Law disimuladamente mientras reía al ver la expresión que tenía en el rostro. Desde que esos dos eran novios compartían todos sus secretos, y seguramente había sido el ojeroso quien le había hablado del tema en alguno de los recesos-
-exacto. Por más que me lleve todo el día pensando en ello y Mihawk sensei me envió a dirección por no prestar atención en clase, aun no encuentro una respuesta a esa maldita pregunta-bufe mientras me cruzaba de brazos, deteniéndome al ver que habíamos llegado a la casa de Law-
-solo te daré un concejo Zoro, tomate unos días para observarles y darte cuenta de cuáles son tus verdaderos sentimientos. No precipites las cosa o alguno de ellos podría acabar herido o, en el peor de los casos, podrías perderlos a los tres-finalizo el pelinegro mientras entraba a su casa seguido del pelirrojo, dejándome unos segundos de pie frente a esta sin poder evitar pensar en sus palabras y en el verdadero peso que estas traían consigo-
Y eso fue lo que hice, durante las dos semanas siguientes me la pase intentando descubrir a quien de los tres chicos iban dirigidos mis celos y, por consiguiente, mis verdaderos sentimientos. Pero, a pesar de las pruebas que hice y exhaustivas observaciones a cada uno de ellos, no logre muchos avances.
Lo único que logre tener en claro era que mis sentimientos no iban dirigidos hacia Kuina, a quien luego de verla charlar con ambos pasado un par de días me di cuenta que ya no reaccionaba del mismo modo y dejándome más tranquilo al darme cuenta que solo había sido molestia al ver que el nuevo se había acercado mucho a ella y temía que pudiese acabar herida como había pasado ya muchas veces antes.
Ahora el problema residía en esos dos, confundiéndome aun más que antes.
Extrañamente, cada vez que por casualidad lograba dirigirle palabra al rubio terminábamos peleándonos hasta llegar al punto de acabar intercambiando golpes. Aunque tenía que admitirlo, ese chico era sorprendentemente fuerte, no cualquiera podía enfrentarse a mí.
En el instituto pocas personas pueden hacerme frente y terminar sin heridas, soy conocido muy conocido por mi fuerza y mi mal carácter, además de que muchos me respetan por ser el presidente del club de kendo y haber ganado muchísimos encuentros en distintas ligas nacionales.
Aun así Sanji era diferente, el no dudaba como otros a la hora de enfrentarme e incluso era capaz de igualarme tanto en fuerza como en velocidad, ocupando solamente sus piernas para luchar, detalle que a pesar de parecerme extraño, simplemente me encantaba sin saber por qué. Solo ver sus agiles movimientos me extasiaba, llegando inclusive a pelear por motivos estúpidos para poder estar más cerca de él.
Pero el verdadero problema, residía en el pelinegro. Desde el inicio de las clases hace ya algunas semanas se había mostrado muy distante conmigo y con los demás, se enfadaba con facilidad y pasaba prácticamente pegado al rubio. Muchas veces llegue a pensar que no ser por la escuela no se iría de su lado aunque este se lo pidiese.
Y entre todo este enredo, ya han pasado tres meses. Tres meses en los que sin siquiera darme cuenta, los roles entre Sanji y Luffy habían cambiado.
El rubio ahora se había convertido en mi mejor amigo, sabía que podíamos confiar el uno en el otro a pesar de los continuos piques y peleas, que podíamos apoyarnos mutuamente. En cambio Luffy se había convertido en todo un extraño para mi, ya no me trataba como antes y no me dejaba acercarme a él, sobre todo cuando estaba cerca de Sanji, poniéndose furioso sin motivo aparente e intentando separarnos. No logro entenderlo…
Todo este lio comenzó una tarde de un día viernes luego de clases, donde antes de volver a casa y durante una de mis comunes peleas con Sanji, todo comenzó a enrarecerse aun más que antes…
Tsusuku (o tal vez no xD)