Se sentía en un lugar cómodo, pero el dolor de cabeza y en algunas partes de su pecho eran impresionantes, entonces recordó en donde estaba antes, recordó aquellos militares que habían prometido proteger a las personas disparando contra ellas, pegándole y entonces se sintió alterado. ¿Lo habían agarrado? ¿Quién lo cargó? No lo recordaba, abrió los ojos, se encontraba en una habitación oscura. Escuchó un ruido que provenía del otro lado en el que se encontraba la puerta, pero también había otros ruidos, eran gritos.
Ritsu se levantó de la cómoda cama, se acercó a la ventana con sigilo, allí afuera había un pequeño grupo de personas con las cabezas tapadas lanzándole cosas a los militares, la gente de los edificios incluyendo en el que estaba gritaban “asesinos” y malas palabras a los militares “que valientes, pensó” pero al mismo tiempo creía que eran tontos por poner su vida así en peligro.
–Ya despertaste –Le susurró Takano a Ritsu en el oído haciendo que este se asustara.
Ritsu se dio la vuelta y miró a Takano a los ojos – ¡Idiota! me has asustado –le gritó.
–El que me dio sustos aquí eres tú, te perdí de vista unos minutos y cuando te encuentro estabas huyendo de los guardias todo ensangrentado, te cargué porque corrías muy lento y cuando lo hice te desmayaste. ¿Tienes idea de cuánto pesas? Además de que suspendieron la línea de trenes, las personas que entraron ahí pensando que estaba funcionando los encerraron, no sé qué les hicieron pero la guardia entro allí y eso no es nada bueno, para acabar los autobuses desaparecieron de la zona ¿tienes idea de cuando caminé para llegar hasta aquí contigo desangrándote? –Le preguntó Takano sin paciencia
–Disculpa, te he causado muchas molestias –Se disculpó.
–Tranquilo –Dijo Takano, le agarró la mano a Ritsu y lo guio hasta la cama, le indicó que se sentara mientras buscó unas cosas en la mesita de noche, era un algodón con un líquido.
–Auch –Se quejó Ritsu cuando Takano limpiaba la herida en su cabeza.
–Tranquilo ya pasará, por cierto, tienes buen cuerpo –Bromeó –Y veo por tu cara que no te has dado cuenta de que tienes la misma ropa –Sonrió pícaramente
–Pervertido –Se sonrojó, miró para el otro lado y volvió a escuchar los gritos, su mirada se entristeció, sabía que iban a mentir sobre lo que estaba pasando, los iban a hacer publicar una noticia estúpida y la gente que probablemente murió quedará en el olvido, dentro de unos días nadie se acordaría de ellas y la gente que está en el poder diría cosas sin sentido como su “revolución” y después todo empeorará más de lo que está, por mucho que no quería sentía que cada día tenía menos libertades y más necesidades. Sintió algo cálido en su frente, era un beso de Takano, se mareó, eran demasiadas emociones al mismo tiempo, se sentía frustrado, impotente, triste, estresado pero también agradecido, se sentía querido.
Takano se sentó al lado de Ritsu, prendió un cigarro y preguntó – ¿Cómo es que han llegado a este estado tan miserable? –Ante la cara interrogativa de Ritsu aclaró –No vivo aquí, vivía hace algún tiempo, me fui al extranjero a estudiar, regresé hace dos días a buscar a alguien y vi todo este desastre – Aspiró el cigarro esperando la respuesta del chico.
–Por donde empiezo, son tantas cosas –Miró al techo pensativo y suspiro tratando de encontrar las palabras correctas para explicar –En el poder hay gente con poco cerebro, han robado demasiado dinero, tenemos una inflación de 50%, no hay empleo, si lo consigues la paga es mala, no hay comida, si la consigues puedes pagar hasta el doble o el triple por ella, no hay seguridad, es normal que te roben y si no tienes nada puede que te maten, censuran los medios de comunicación, si tienes una opinión diferente a la que están en el poder te colocan como fascista, oligarca, burgués, nunca la situación había estado tan mal y el gobierno culpa de todo a las pocas empresas privadas que quedan y a los medios de comunicación – Miró hacia la ventana.
–Bueno, ahora luchan en contra de eso –dijo Takano, Ritsu asintió con la cabeza, ambos callaron un rato – ¿Mañana también protestaras? –preguntó
–Sí, solo que mañana si iré preparado para lo que viene –Respondió Ritsu revisando su teléfono.
– ¿A qué te refieres? –preguntó.
–Han amenazado a las personas que tienen que tener un permiso para protestar, aunque la ley diga que no hay, lo dijo el presidente –Dijo preocupado
Takano terminó de fumar su cigarro y le ordenó a Ritsu que se acostara, este obedeció, pero lo miró de mala manera cuando se acostó al lado de él –No dormiré en el mueble –dijo Takano, miro a Ritsu al no recibir respuesta –Ya te dormiste –dijo en voz baja, miró hacia arriba “has cambiado mucho Oda Ritsu” “todos y todo ha cambiado” pensó triste.