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Una habitación, un mundo. por samuesselmo

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Notas del capitulo:

 LA HABITACIÓN DE KUROKO


Aquí el capitulo! Espero les guste. Muchas gracias a todos los que comentaros!

 

 ((Perdonen si el capitulo es corto))

 Caminaba por la avenida con la mayor paz del mundo, mirando a la gente pasear, a las mascotas jugar con sus dueños y a pequeños infantes correteando de por todo el parque. Adoraba tener ese tipo de tiempo libre, apreciar el clima primaveral, disfrutar plenamente del aroma que había en el aire. Pero para Kuroko, la cosa que más amaba era sentarse en su banca preferida de la plaza y observar lo que pasaba a su alrededor, en especial, el ver a los niños jugar. Si había algo que deseaba en secreto, era tener sus propios hijos, claro que no era algo que podía elegir tan fácilmente. A pesar de que sabía que Kasamatsu iba a tener el suyo propio, él no tenía la libertad, ni derecho. Para ello necesitaba su propia casa, y eso implicaba ahorrar por años. Los deseos eran una cosa, pero la realidad era otra.

 Suspiró profundamente, sumergido tanto en sus pensamientos que apenas notó la manito que tironeó ligeramente de sus prendas. Miró curioso a la criatura que estaba frente a él, un pequeño varón castaño lo miraba con sus grandes ojos, acompañado de un leve sonrojo, extendiendo con su otra mano una florecilla amarilla. Era un hecho muy extraño que alguien notara su presencia, y debía admitir que aquel niño era muy especial y considerado al darse cuenta de que él estaba allí.

 —¿Es para mí? –Preguntó algo tímido el peliceleste, agachándose un poco para quedar a la altura del infante. Éste asintió sin aflojar el brazo que sostenía la flor, la cual, el mayor, aceptó con mucho gusto con la tierna sonrisa –Gracias.

 A penas la tomó, el niño salió corriendo para esconderse en algún juego, causando que el doncel riera levemente. Miró la plantita y volvió a sonreír, pensando en si los deseos se pueden hacer realidad. Kuroko quería una familia, una gran familia, una propia. Y estaba más que decidido, aunque le lleve todo el tiempo del mundo.

 Se puso de pie y comenzó su camino de regreso, pronto empezaría el atardecer y sabía que Akashi era muy puntual con ciertas cosas. Con la flor en su mano caminó aún por el parque, seguía mirando todo, pero tan concentrado estaba con las pequeñas cosas, que no notó que alguien lo observaba de lejos.

 Un pelirrojo lo seguía con la mirada, embobado y con cara de enamorado. Incluso tenía las mejillas sonrojadas, sin poder evitarlo. Lo había presenciado todo, desde cuando el niño se le acercó, hasta cuando el mayor le sonrió. Era como si todo lo demás desapareciera, y sólo existía él en su lugar.

 —Kagami –Le llamó su jefe desde atrás que no podía eludir una sonrisa divertido al ver a su subordinado tan entretenido –Invítalo a salir.

 Kagami Taiga volteó a encarar a su mejor amigo y jefe, Kiyoshi Teppei, quien nunca dejaba de lado su simpática sonrisa -¿De verdad? –Preguntó emocionado, dejando de lado su chaqueta de bombero y salió disparando sin querer escuchar la respuesta del mayor, que claramente era “si”.

 Tatsuya seguía caminando, estaba tan solo en la esquina de la mansión, un par de metros y estaría en el gran portón. Suspiró nuevamente, era la quinta vez esa tarde, y caminaba tarareando y moviendo sus brazos como si estuviera bailando. Él era una persona sin vergüenza, el hecho de que nadie lo podía ver le daba esa ventaja. Pero no se esperaba para nada que grito de alguien a sus espaldas. Ya estaba en las rejas de la entrada, las cuales estaban abiertas, y volteó rápidamente.

 Era alto, muy alto, debía alzar un poco su mentón para apreciar aquellos rubíes salvajes que tenía por ojos. No tenía miedo, o al menos no era algo que demostrara tan fácilmente. Miró que llevaba un enorme ramo de rosas, y se las extendió.

 —S-son para ti –Dijo nervioso bajando la cabeza tímidamente –Yo… creo que eres… muy lindo.

 Perplejo miró hacia ambos lados, para ver si se trataba de algún tipo de broma, pero sólo estaban ellos dos allí. Se veía que el pelirrojo estaba algo agitado, lo había estado siguiendo, y aparentemente le compró un ramo de flores, sólo para él. ¿Dos personas lo habían notado en un mismo día? Nunca iba a olvidarlo.

 —No sé qué decir… -Respondió titubeando mientras tomaba entre sus brazos el ramo.

 —S-soy… Kagami Taiga – Se presentó extendiendo su mano izquierda. Se le veía nervioso, y no tenía una sonrisa muy confiada, eso hizo sonrojar al doncel.

 —Kuroko Tetsuya –Respondió con el saludo, pero en cambio, el mayor tomó su mano y la besó. Sin duda, era la primera vez que Kuroko se encontraba en esa posición.

 —¡Quiero salir contigo… por favor! –Exclamó haciendo saltar un poco al menor, pero sólo lo hacía confundir. Volvió a mirar el ramo y luego al varón que casi estaba arrodillado frente a él, sin soltar su mano.

 —Escucha… -Suspiró algo cansado, pues le dolía decir ese tipo de cosas –Yo vivo aquí.

 —¿Kiseki no Sedai…?

 —Es un prostíbulo… yo… -Con lentitud se soltó del agarre del pelirrojo y apenado soltó –Yo soy… algo así como un gigoló.

 —Ya veo… -

 —Eres muy dulce, pero no puedo salir contigo –Admitió agachando la cabeza en forma de disculpa.

 —Tengo que pagar para verte ¿verdad? –Preguntó animado otra vez.

 —Pues… si, pero…

 —¡Ya vuelvo! – Como si se tratara de un rayo, corrió hasta adentrarse a la mansión, y así como fue volvió –¡Nos vemos mañana!

 —¿Qué? –Preguntó Kuroko totalmente confundido -¿Mañana?

 —Querría que fuera hoy pero tengo que trabajar –Respondió con una expresión triste –Tú eres más importante, créeme.

 —¿Pagaste por mí? –Volvió a preguntar sin poder creer lo que pasaba. Era el día más extraño de su vida –¡Es demasiado dinero!

 —¡Me tengo que ir! –Volvió a exclamar comenzando a correr, pero a los dos segundos volvió y depositó un suave y delicado beso en los labios del doncel –¡Cuídate!

 No salía de su asombro ¿Qué había pasado? Volvió a la mansión arrastrando los pies, en un brazo llevaba el ramo de flores, era tan grande como la mitad  de su cuerpo. Y con la mano que tenía libre posó dos de sus dedos, delicadamente, sobre los labios que habían sido besados hace minutos.

 Al entrar, Akashi le dio la noticia de que estaba reservado para mañana, pero el nombrado ni se inmuta, sigue caminando escaleras arriba, pero aunque el pelirrojo le hacía preguntas como: “¿Y ese ramo?” “¿Tetsuya estás bien?”, el peliceleste continuaba en sus propios pensamientos.

 Se encerró en su habitación, puso las flores en agua, y buscó entre sus ropas algo para usar mañana. Por alguna extraña razón, se sentía ansioso, nervioso y emocionado. Dejó la ropa de lado, y se sentó en la cama, nuevamente, pensativo, tocando sus labios con dos de sus pálidos dedos.

Notas finales:

 Espero les haya caido bien el capitulo! No se olviden de comentar, sus opiniones me ayudan mucho a seguir escribiendo!

Quiero decir que la proxima habitación es LA HABITACIÓN DE KISE. Así seguimos con la historia, además, es para que no se disperse la trama de cada cuarto.

 Saludos!

 By Selmo


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