Las enormes luces mostraban iluminado el salón en todo su esplendor, los colores blancos y dorados de las paredes lucieron más cándidos entre el sigilo, incluso la ligera brisa que antes balanceaba los manteles escarlatas se detuvo uniéndose a la parsimonia.
Una pseudo eterna mudez inundaba por completo el lugar, con la vista de todos dirigida al joven que hacía su inesperada declaración.
Pronto los murmullos de las refinadas personas se soltaron en un desagradable compás caótico que pronto aturdió los sensibles oídos del chico peli plateado, quien comenzaba a dudar que aquello fuese una buena idea.
La madre de Jake se incorporó enseguida y fue hasta su hijo para frenar aquella locura.
-Tranquilos, tranquilos, obviamente eso no es cierto- intentó calmarlos- ¿cierto querido Jake?, obviamente esta es una más de tus bromas de mal gusto… que teniendo a la linda Anne- señaló a la chica que intentaba esconderse o huir de aquel lugar- prefirieses a un simple plebeyo… y que encima de todo es un hombre.
-No te atrevas a volver a llamarle así a Joshua- pidió intentado ser gentil con aquella mujer que seguía siendo al fin y al cabo su madre- nunca en mi vida había ido más en serio con algo, aprecio a Anne, crecimos juntos y amaba engañarla diciendo que había un monstruo debajo su cama, y ciertamente cualquiera estaría más que feliz de tener a una chica con sus tetas… pero si no lo has notado creo que me van más los penes.
La madre a punto de sufrir otro colapso fue atendida por una de sus amigas, mientras llena de histeria gritaba.
-Para esta demencia ahora mismo, Jake- le sujetó del brazo sintiéndose sumamente ofendida.
Unos aplausos regresaron a la tranquilidad, captando la atención de todos los presentes
-Oh lo siento- exclamó el chico castaño de ojos celestes, y dueño de los aplausos, que recién llegaba- creí que era lindo tener un evento distinto para variar.
-De que hablas Gilbert- exclamó furiosa la madre al mayor de sus hijos- ese no era el evento, tu hermano se comprometerá con Anne quiera o no.
-Es una lástima, lamento informarte, querida madre que esto no funciona así, acabo de tramitar los papeles de mi divorcio.
La dificultad para respirar de la mujer se hizo más evidente- ¿Divorcio?
-En efecto, lamento informarles que la mujer que me consiguieron no resultó tan buena como hubiera querido, por eso lo último que deseo es que Jake pase por lo mismo.
-No entiendes nuestra posición Gilbert- exclamó furiosa- esto no se trata de lo que quieras o no... esto…
-Tranquila cariño- le sujetó su esposo de la mano, un hombre de unos cincuenta años de cabello rubio platinado y con apenas visibles estragos de la edad- Los tiempos cambian querida- le consoló- por favor todos continúen con la fiesta- les informó- aún si no hay un compromiso que celebrar.
Por un momento Jake se sintió afortunado, creyendo que era comprendido, pero lo que le esperaba no era tan grato.
-Gracias padre- se acercó a él en un lugar más privado- yo…
-¿Con qué cara puedes hablarme después de lo que hiciste?- le interrumpió con marcada molestia en su voz
-¿Qué? Espera tú también vas a…
-Vete de mi casa Jake, si tantas ganas tienes de no pertenecer a este mundo que no puedes comprender no lo hagas, pero por favor no vengas a irrumpir con la tranquilidad de la familia.
-Supongo que es lo mejor, olvídense de que tienen un hijo, claro que comprendo su pequeño y cuadrado mundo, son ustedes quienes no entienden nada, voy a…
-¿A irte con ese chico? Tienes idea de que no solo hablamos de un hombre o un plebeyo, sino de tu hermano.
Hermano… la cabeza de Jake no fue capaz de asimilar aquella confesión que su padre le otorgaba.
-¿De qué mierda hablas?- exigió violento una respuesta.
-¿Quién más creías tú que era el padre? Vamos Jake que no creí que fueses tan ciego, aquella sirvienta, Eloise o como se llamara- dijo sin una gota de arrepentimiento- todo el tiempo estaba aquí, obviamente el padre de ese niño soy yo.
El ex peli-verde se quedó atónito ante la revelación… hermanos… Joshua y él eran hermanos.
-Engañaste a mi madre con la sirvienta- intentó confirmar deseando que eso no fuese más que una mentira.
-no era más que una ofrecida que se embarazo de mí.
-¡Vaya que esforzado!- exclamó sarcástico- Eloise era una mujer respetable que no merecía haberse enrollado con una basura como tú, hijo de mil putas, no te atrevas a sentirte tanto solo porque pusiste el esperma para que Joshua naciera.
Finalmente lo decidió, no había nada que le hiciera dejar de amar a Joshua, la diferencia de clases o de edad, la igualdad de sexo… y no, tampoco la de sangre. Joshua era lo que más amaba y nada lo detendría.
Los penetrantes ojos de Jake se sorprendieron al dar la vuelta para marcharse y encontrar al lindo chico peli plateado que le miraba lleno de dolor, había escuchado todo.
-Señor Jake…
El menor de los Winckermann apretó los puños sin saber exactamente que les depararía, lo último que deseaba era haber metido a Joshua en sus problemas, tomó su mano y chasqueando la lengua se dirigió a su padre por última vez.
- Váyanse a la mierda tú y todos los tuyos “civilizada elite” - enfatizó lo último marcando la ironía- Pueden joderse con su aristocracia y sus reglas conservadoras, me voy y llevaré conmigo a Joshua sin importar si te gusta o no.
No esperó la respuesta de su padre y simplemente salió por la puerta trasera, escuchando cada vez más lejos la música del salón y cada vez más notorios los sollozos del pequeño chico que le acompañaba.
-Lamento que terminara tan mal- se disculpó el pequeño peli plateado con sus carmines ojos humedecidos
-Te lo dije antes- acarició su cabello- no importa lo que pase si puedo estar contigo, eres lo único que necesito.
-Pero usted y yo somos…
-¿Hombres? ¿Diferentes? ¿Hermanos? Deja de pensar esa basura que caracteriza el resto, somos humanos, y como el hombre que soy, amo la persona que eres, sin importar lo que otros piensen que es o no correcto.
-Gracias señor Jake- sonrió encantadoramente limpiando sus lágrimas.
-Y deja de llamarme “señor” que no soy tan viejo.
-Joven Winckermann- escuchó a Wilfrid llamarle- parece que no terminó tan bien, si alguna vez necesita algo no dude en volver, después de todo: aquí tiene familia que le espera- dijo refiriéndose a sí mismo.
-Gracias Wilfrid, volveré tal vez de vez en cuando, te echaré de menos, saluda a Gil de mi parte, es la única familia bilógica a la que no odio… o y claro a ti mi amor- le sonrió a Joshua.
-Así que finalmente el señor Winckermann lo aceptó.
-¿Sabías de nuestro parentesco?- preguntó al mayor algo dolido.
-No con seguridad, pese a que era obvio, es algo de lo que Eloise nunca quiso hablar, parecía dolida al recordar aquello, lo único que decía era: “No importa que la causa de mi embarazo fuese algo tan cruel como la violación, o que el padre no sea más que una bestia despiadada, este niño es parte de mí y lo amaré por el resto de mis días”
Joshua lloraba escuchando lo mucho que su madre le había amado, y cuanto había tenido que sufrir, abrazó a Wilfrid que hasta ahora había sido como un padre, seguido por Jake que le consideraba igual.
-Gracias por todo Wilfrid, te prometo que regresaremos.
-Hasta otra ocasión joven Jake- sonrió amable, conteniendo el dolor que le causaba esa despedida, como si en verdad Jake fuese su hijo que se marchaba de su lado.
-Parece que han sido demasiadas cosas por hoy.
Joshua solo suspiró, sus ojitos carmesíes le dolían de tanto haber llorado.
-Hay algo que quiero enseñarte-comentó nuevamente el mayor obteniendo la atención de su hermanito- quería decírtelo antes pero creo que no tuve oportunidad.
-Está bien, puedes hacerlo.
-No están fácil decirlo así, espera un momento aquí.
Le dejó mientras entraba un baño público junto a la maleta que llevaba, tardó bastante tiempo comenzando a preocupar a Joshua que apenas podía acurrucarse en su abrigo intentando vencer el despiadado frío, volteó hacia el cielo nocturno que amenazaba con dejar caer su helada nevisca cuando notó que alguien se aproximaba.
Joshua sobresaltó al mirar a aquel amenazante sujeto que se acercaba a su lado, aunque no tardó en darse cuenta de lo que estaba sucediendo.
-Jake… ¿eres tú?
-Este soy el yo real- le explicó acercándose un poco hasta tocar la mejilla del chico con el dorso de su mano- ¿Te resulto desagradable de esta manera?
El joven levantó su escarlata vista hasta los delineados y penetrantes ojos azabaches de Jake, contemplando con delicadeza cada una de las facciones… le resultaba tan extraño… todas esas perforaciones, maquillaje, el color de su cabello… pero podía sentirlo: ese hombre frente suyo era su Jake.
-Te amo sin importar como luzcas- confirmó alegre y de manera sincera.
El chico punk sonrió de felicidad al sentirse aceptado, este era su verdadera apariencia y si no le molestaba a Joshua no importaba nada más.
-Aún hay algo más por hacer, ahora que no puedo volver a casa… te llevaré a conocer mi hogar estoy seguro que te gustará, hay muchas personas que quiero que conozcas… especialmente porque en adelante te quedarás a vivir conmigo.
Y sujetando su mano emprendió el camino hacia la funeraria Eternall.
-Creí que habíamos conversado sobre esto- recriminaba Neal señalando el vestido de Angel.
Ciertamente a cualquiera el rubio le resultaría una creatura hermosa, con su largo y rubio cabello recogido en media cola y un minúsculo, pero bello vestido tutu negro estilo Balmain, con un sutil escote y varios vuelos de chifon en la parte inferior, en el talle un cinturón doble color plateado que hacía juego con sus sandalias de tacón de aguja y su rostro con maquillaje de lo más natural.
-Nunca dije que dejaría de vestir de chica, me siento muy a gusto así- se defendió el aludido.
-Definitivamente eres único- rio el pelinegro- si estas a gusto no hay nada que objetar, me gustas de cualquier manera, y supongo que puedo aceptar un fetiche como ese, me deja más a la vista tus piernas.
-Solo bromeaba, creo que comienzo a aceptar que no es tan malo ser un chico…- confesó avergonzado el rubio- además usar tacones de 10 cm es lo más incómodo del mundo.
-Te hacen ver algo más alto, ah por cierto hay algo que quiero hablar contigo.
-Claro, ¿de qué se trata?- le miró con toda la atención posible.
-Es sobre mi carrera.
Angel recordó, amaba a Neal, pero le dolía pensar que tendría que seguir compartiendo con el resto de actores, sabía que finalmente solo le amaba a él, pero...
-¿qué pasa con ella?- preguntó finalmente
-Hace unos días llegó una oportunidad de consolidarme como un actor profesional, uno de verdad lo que significa que dejaré el mundo de los AV.
Angel sonrió más que feliz- Eso es genial Neal.
-¿En serio?- le abrazó besando su cabello- no extrañaras verme en una película llena de erotismo donde te permita ver TODO de mí.
-En absoluto, ahora en vez de verte, puedo hacerlas contigo-sonrió pícaro mientras le correspondía el abrazo acercando sus labios a los de Neal- además yo puedo ver TODO de ti cuando quiera ¿no es así?
-Totalmente de acuerdo- coincidió mientras le besaba de manera tierna.
-Deberías decirle también a tu hermano- comentó el rubio mientras se separaba.
-De hecho esa es la razón por la que vine a verle, aunque no imagine que encontraría algo mucho mejor, tenía mis dudas sobre aceptar la oferta pero ahora estoy más que seguro, no quiero tocar a nadie, que no sea a ti.
Angel sonrió complacido, nunca había sentido dicha como esa, saberse amado por una persona que consideraba inalcanzable, y sobre todo que pareciera ser capaz de cambiar sólo por él.
-Gracias Neal.
-Ah, y creo que esto es muy formal, pero la manera en que lo había dicho antes no era del todo convincente- acarició su mejilla- Angel, te pediría que fueses mi novio, pero eso no reflejaría todo lo que deseo de ti.
-¿Eh?- Angel se sonrojó, esperando el resto que tenía que decir.
El pelinegro se hincó sobre una de sus rodillas, y sacando una pequeña caja plateada del bolsillo en su pecho tomó el anillo del interior y sujetó la mano izquierda para comenzar a colocarlo en el dedo anular del chico rubio.
-Angel, deseo que te cases conmigo, ¿aceptas ser mi esposo y condenarte a estar a mi lado?
-Por toda la eternidad- exclamó Angel sin poder ocultar su felicidad, mientras sus hermosos ojos celestes se cubrían con lágrimas, prueba de aquella magnificente dicha.
-Entonces, prometo hacerte feliz por toda esa eternidad.
Finalmente besó su mano e incorporándose fue recibido por los brazos de su ahora prometido.
-¿Dónde conseguiste una sortija así de hermosa?, apenas ayer tu y yo…
-Le pedía a mi representante que me enviase fotos de todas las que encontrara, esta me gustó y le pedí que la comprase y enviara, no podía esperar más.
El diseñador se enterneció al notar la manera en que el otro se preocupaba por él.
-Te amo Neal, yo también voy a hacerte muy feliz.
-Nunca antes lo había sido tanto, amor.
-Eres tan dulce- se abrazó una vez más al más alto- no imaginaba esta faceta tuya.
-La faceta desinhibida y pervertida es solo en la actuación, y tampoco es precisamente porque quisiera- sonrió con cierta nostalgia soltando al rubio- cuando mi padre se decepcionó de mis preferencias sexuales no tuve lugar a donde ir… y por desgracia esta fue la única oportunidad que conseguí, debiste ver mi primer intento de película.
Y así comenzó a contarle aquel difícil pasado, sobre como la necesidad le obligó a buscar por cualquier medio, porque no estaba dispuesto a volver arrastrándose con su padre, como siendo un chico temeroso e inhibido tuvo que soportar la humillación de verse tocado en contra de su voluntad, y tras ello decidió que no le importaba que pasará con su cuerpo, siendo esa su verdadera entrada al mundo de los AV.
A Angel le pareció una vida triste, una vida donde tenía que ocultar el verdadero “yo” y se sintió tan identificado, también le contó sobre Allan, sobre su rechazo e incluso como terminó en el hospital psiquiátrico en más de una ocasión por sus intentos de auto mutilación, razón por la que los doctores no le autorizaban una cirugía de cambio de sexo.
-Pero ahora agradezco que no me dejaran hacerlo- finalizó.
-Creo que ambos somos un caos- rio Neal- demasiadas cosas tristes en la vida.
-Pero ahora que estamos juntos… creo que será más fácil sobrellevar cualquier carga.
El pelinegro asintió convencido, tomó su mano pidiendo le acompañase a anunciar su compromiso.
Angel fue a cambiar su ropa por algo más cómodo y sencillo, para posteriormente acompañar a su novio a dar la noticia a los otros dos chicos, quienes se alegraron por ello.
-Hermano, estoy tan feliz por ti- lloraba Owayne emocionado.
-Espero que pronto Seere y tú hagan lo mismo.
El pelirrojo volteó hacia el mencionado chico, pero este lucía como de costumbre, inexpresivo, frío y distante, se preguntó si en verdad alguna vez podría llegar a formalizar su relación a ese grado, por supuesto que no había algo que deseara más que compartir el resto de su vida con aquel maquillista que le había cautivado, pero en su caso no parecía tan fácil.
Había sido un día demasiado agradable, pacífico y con un sinnúmero de cosas buenas
-Me alegro por ellos, se ven lindos juntos- opinó Owayne entrando a la cama
-Supongo- contestó Seere cortantemente volteando para el otro lado.
-Creo que de alguna manera ahora somos familia, nuestros hermanos están juntos y eso.
-Tú ya eras mi familia desde antes.
Y de nuevo esas dulces palabras que le hacían sentir a Owayne que todo valía la pena, palabras tan hermosas que cada una era como un tesoro que no se comparaba con ningún otro.
Se acercó a su pelinegro novio y besó su occipucio.
-Gracias Seere, ojala y algún día me consideres lo suficientemente bueno para aceptar compartir el resto de tus días conmigo.
El más bajo solo asintió, llenando de una felicidad todavía mayor al chico de orbes esmeralda, no obstante a su afirmación sus ojos demostraban tristeza, y un profundo e inexplicable dolor, deseando quedarse al lado del pelirrojo, pero por otra parte deseando alejarlo para no tener que dañarle.
-Buenas noches, Owayne.