Pronto el otoño daría paso al invierno, dejando ver las últimas capas de pardos colores en las calles, incluso el frío amenazaba con que ese año tendría un invierno de lo más gélido, prueba de ello era los pequeños copos que se mezclaban con la lluvia que comenzaba a caer.
Pero contrastante al helado paisaje de fuera, la funeraria era un cálido lugar, tanto que Demian se sentía satisfecho de haber conseguido una familia como aquella, inclusive comenzaba a desistir con su idea de separar a Owayne y Seere, lo que fuese a pasar estaba dispuesto a afrontarlo.
Jake recién llegaba a la funeraria, venía acompañado de un lindo jovencito que a Demian le recordaba a su joven hermano Gee, su cabello también poseía un color blanquecino, incluso su complexión era parecida, pero sus ojos eran carmesíes a diferencia de los de Gerard.
-Es Joshua, mi prometido supongo yo o es mi hermano… bah, es la persona que amo.
Demian sonrió ante sus palabras, poder decir que amaba a aquel jovencito que era su propio hermano, y le envidió porque él no fue capaz de hacer lo mismo aun cuando realmente lo deseaba.
-Que bien Jake, sean bienvenidos, pueden quedarse tanto como lo necesiten.
Joshua hizo una reverencia agradeciendo profundamente, definitivamente aquellas personas parecían muy agradables.
-Gracias jefe.
-Qué envidia que todos ahora comienzan con sus compromisos y esas cosas.
Jake miró al resto, mirando sobre la mano de Angel una sortija de compromiso, alegrándose por ellos, después de todo, fue Neal quien le incitó a arriesgarse a mostrarse tal y como era ante la persona que amaba.
-Vaya es totalmente distinto a ti- opinó Owayne- menos mal que sentaras cabeza y dejaras tu actitud de…
El pie de Seere pisándole fuertemente le detuvo de decir algo inapropiado en ese momento.
-Seere cruel, claro que no iba a decir nada que lo evidenciara- susurró al pelinegro mientras se quejaba del dolor.
Joshua solo rio por ellos, Jake ya le había puesto al tanto de absolutamente todo lo que sucedió mientras estuvo fuera de casa, y, aunque fue un poco doloroso, le alegraba que el peli-verde le tuviera la suficiente confianza para contárselo y para prometerle que eso era parte del pasado.
-Bueno, nosotros saldremos, jefe, es día de la revisión de Seere.
-Nunca dije que necesitara una niñera- bufó Seere molesto
Pero a pesar de sus quejas incluso Demian insistió en que ambos fuesen juntos.
Luego de las pruebas de rutina el doctor concluyó que Seere estaba mucho mejor y la intoxicación no había causado daños más graves en su cuerpo, por lo cual les permitió retirarse.
-Me alegra que ya estés bien, aunque debí saberlo eres alguien fuerte.
-Claro…- expresó con cierta sátira- Iré a colocar mis piercings, espera un momento.
Entró al baño mientras el pelirrojo esperaba en la sala. De pronto Owayne vio salir a su antigua compañera pelirrosa, quien ahora tenía su cabello de su tono real: castaño, su rostro mostraba angustia y no pudo hacer más que compadecerse y acercarse a ella.
-Carly, ha pasado mucho tiempo, es raro no verte por la universidad.
Los ojos miel de la chica se llenaron de lágrimas y se abrazó al pelirrojo.
-Owayne, perdóname por todo… ya no sé qué hacer… mi vida es un asco.
Aquello conmovió aún más al pelirrojo quien correspondió al abrazo intentando reconfortarle.
-Tranquila, todo estará bien.
Una vez que la chica pareció desahogarse Owayne volvió a hablar.
-Dime ¿Hay algo que pueda hacer por ti?
Carly agradeció negando- Gracias, pero no se puede cambiar lo que yo misma he buscado.
-¿Qué haces con mi mujer?- exclamó una espeluznante voz a sus espaldas.
Cuando el pelirrojo volteó notó a un tipo fornido y calvo que le veía lleno de furia, una escena que se le hacía conocida, excepto porque esta vez no comprendía del todo bien lo que sucedía.
-Suficiente Mike, puedo estar con quien quiera, deja de actuar como si fuera tu propiedad.
-Lo eres maldita zorra- la tomó por el cabello, haciendo que la sangre de Owayne hirviera.
Pero antes de hacer algo el tipo se doblaba de dolor por un golpe de Seere en la entrepierna.
-Deberías no usar tu sucia boca con ese vulgar lenguaje para referirte a una mujer, pedazo de basura.
-Maldito crio- vociferó aun doblándose de dolor en el suelo- eres hombre muerto.
El pelinegro sin inmutarse le tomó con fuerza de la arracada de su nariz, haciéndolo quejarse con mayor vehemencia, clavó su vacía mirada en él causándole un profundo temor.
-Deberías mirar bien con quien te metes.
-P-por que defienden a una puta como esa…- titubeó el antes amenazante sujeto.
-No te atrevas a llamarle así de nuevo, una mujer que se acuesta con medio mundo o una que en su vida se acuesta con alguien no son putas o frígidas: son personas seguras de sí mismas que deciden qué hacer con su cuerpo, y créeme que si esta chica encaja más en la primera no significa que tu estés como candidato en su lista.
El tipo que cada vez se aterraba más por la voz del pelinegro aun insistía en no ser humillado de esa manera.
-No me jodas con tus clases de moral, maldito homosexual.
Sacó una navaja, pero antes de envainarla para defenderse el dolor le doblegó y Seere terminó pisando su mano derecha al grado de casi destrozarla.
-¿Qué has dicho?- su rostro se mostró aún más sádico.
-Seere, no lo hagas- intentó detenerle el pelirrojo, pero fue tarde.
La sangre se esparció por el albo piso, producto de arrancar la argolla de la nariz del sujeto que se enroscaba más que antes bajo la insensible vista celeste de Seere.
Por desgracia la escena asustó al resto de personas, que se comenzaban a reunir alrededor, obligando a una enfermera a llamar a la policía llena de horror, confundiendo a Seere con el malo.
No tardó nada en cruzar la puerta del hospital un hombre que virilmente portaba una gabardina negra, balanceándose al compás de su castaño cabello lacio.
-Todos quietos- ordenó iracundo- no puede ser- rodó los ojos- Cross ¿otra vez tú?- se acercó con más confianza- hasta cuando dejarás de causarme problemas.
-Oficial Aldrich, tal vez el día en que muera, al menos creo que esta vez de verdad me excedí- le señaló al sujeto lleno de sangre en el suelo.
El oficial apenas pudo verlo antes de que el tipo enloqueciera y se lanzara contra la chica castaña tomando nuevamente su navaja, dando a entender a Aldrich que la actitud de Seere no fue tan irracional.
-Todo esto comenzó por tu culpa, maldita zorra te arrepentirás de haber nacido, di tus últimas…
Una bala en su mano le obligó a apartarse, permitiéndole al oficial ir por la chica y esposar al agresor mientras sus compañeros se ofrecían a llevarlo, ya las leyes dirían que hacer con él. Ciertamente algo no tan bueno si se consideraba que tenía un extenso historial y cometió algunos robos de los que aún no se le había culpado.
-Supongo que eres un imán para los dementes- comentó el oficial al pelinegro- solo intenta dejar de tentar a la suerte, no siempre podrás tú solo.
-Si los tuyos hicieran algo más que comer rosquillas consideraría dejarles a cargo los problemas en carácter de urgente.
-Que gracioso- se burló sarcástico- anden, los llevaré a casa- ofreció el castaño.
Salieron hasta el estacionamiento hasta llegar a la patrulla, Seere subió en el asiento del copiloto y los otros dos atrás, el pelinegro miró por el retrovisor mirando con cierta molestia a la chica pegada al brazo del pelirrojo, mientras este acariciaba su cabello de forma amable.
-Tu vientre está más abultado- soltó sin reservas el pelinegro, sonrojando a Carly y sorprendiendo por su soltura a Owayne- supongo que son ya tres meses.
-¿Eh?- el pelirrojo la miró mejor, comprendió a lo que se refería su novio, la apenas notada barriga se alcanzaba a mostrar como seña del embarazo.
-S-sí, tiene tres meses, pero por eso fui al hospital- agachó la mirada- yo…
-No lo hagas- le prohibió hablar más- no puedes siquiera considerar el quitarle la oportunidad de vivir. Es una vida aparte, si en algún momento no le agrada este mundo que sea él quien lo decida.
Carly comenzó a llorar, era verdad que su “novio” le obligó a prepararse para un aborto, y quizás para ella estaba bien, un bebé en ese momento era una responsabilidad con la que no era capaz de cargar
-Pero no puedo yo sola…
-No estás sola, nos tienes a Owayne y a mí.
-Gracias Seere- se conmovió la chica oji-miel- gracias por toda su amabilidad, perdón por todo lo cruel que fui con ustedes.
Owayne igual de conmovido sonrió, Seere cada vez parecía más volver a ser el chico que suponía era antes, si las cosas seguían así no tenía nada de qué preocuparse, y lo mejor de todo, cada vez amaba más a su novio.
-Que dramatismo- bufó Seere- si quieres disculparte me basta con que dejes de tocar a mi novio.
La castaña se sorprendió al escuchar sus palabras, pero se alegró por ellos, soltó el brazo de Owayne algo avergonzada, ciertamente las dolorosas circunstancias que le habían ocurrido le hicieron madurar, desde quedar embarazada de alguien que no se responsabilizó, ser echada de su casa por sus padres y tener que vivir con un mal hombre para sobrevivir. Pero ahora sabía que no estaba sola, tenía a personas maravillosas.
El sueño casi les vencía hasta que notaron que habían llegado a la Eternall, Owayne y Seere bajaron agradeciendo, un poco más adelante vivía Carly, quizás era un buen momento para hablar con sus padres, de lo contrario a Aldrich no le molestaría dejarla en el apartamento en el cual por cierto nunca estaba por causa de trabajo.
Afortunadamente todo terminó bien, sus padres eran buenas personas que solo habían actuado imprudentemente a causa de la decepción y que justo ahora le abrazaban llorando y diciéndole cuan preocupados los tenía, pidiendo que nunca volviera a irse y ofreciéndole a cambio nunca más actuar irracionalmente, apoyarla y demostrarle cuanto la amaban.
-Perdón, papá, mamá… no lo volveré a hacer.
Aldrich al esperar un rato imaginó que no había necesidad de seguirlo haciendo, encendió el coche pero antes de irse salió la joven que con lágrimas le agradecía.
-No dudes en llamar si necesitas algo- y tras decir eso se marchó, al parecer Seere ahora tenía buenos amigos.
Entre tanto, en la funeraria todos reprendieron a los chicos por tardar tanto.
-Y cuéntenme ¿qué tal el hotel?- bromeaba Jake, provocando un puchero de molestia en su hermano.
-No los molesten, es que ya no se puede tener algo de privacidad, después de todo Demian prohíbe hacer ciertas “cosas” en el establecimiento- jugaba Angel levantando sus cejas a manera de burla.
-Pues entonces no deberías hacerlas, y por cierto olvidaste quemar las sábanas- se defendió el ojiazul dejando a Angel sin posibilidad de objetar más.
-Suficiente a todos, la cena esta lista- anunció el jefe- vengan pronto que mañana tenemos que trabajar duramente.
La cena pasó muy animadamente con ese carácter de calidez familiar, a pesar de que Demian aún se sentía vacío por la falta de Gee algo dentro de él se sentía pleno, preguntándose si Gee estaría orgulloso de lo que era ahora la Eternall… “pero aún falta él… solo entonces sería perfecta en verdad”
-Gracias por este día, Seere, aunque tu parte sádica asusta un poco me alegra conocer más de la forma en la que eres, como cuando defendiste a Carly.
-Supongo que solamente intentaba ser amable como tú…
-No digas eso, yo sé que lo eres… te quiero Seere
-Me aterra pensar en amor- confesó Seere cubriéndose con las sábanas- pensar que tus sentimientos son sinceros y sin embargo yo soy simplemente…
-Eres lo que más amo en el mundo- tomó su mano entrelazando sus dedos.
-¿Y si no pudiese corresponderlo?..- se apesadumbró escondiendo su mirada.
-Solo dime una cosa ¿todo lo que me has dicho es verdad?
-Lo es.
-No necesito nada más- arrimó su rostro al del pelinegro, tan cerca que podían sentir la respiración del otro- solo no te apartes nunca de mi lado, te amo Seere.
Y finalmente, luego de suficiente tiempo se unieron en un beso que ninguno de ellos era capaz de detener, solo cuando el aire se vació de sus pulmones les obligó a separarse.
-Descansa Seere, y no te preocupes, esperaré lo que sea necesario para que mis sentimientos sean correspondidos.
Tal vez no había que esperar un segundo más… aun cuando era doloroso para el chico de mirada celeste. Ninguna palabra más fue necesaria, simplemente el calor de sus cuerpos unidos por un abrazo, mientras la placidez nocturna les arrullaba hasta el amanecer.
-Un nuevo cuerpo ha llegado- informó Demian al maquillista para que comenzara a trabajar.
Seere se sorprendió al mirar el interior… dentro del ataúd se encontraba un niño de unos 7 años, la manera en que se los entregaron era por demás cruel, el cuerpo estaba completo, pero su rostro tenía una dolorosa expresión, la falta de color le hacía lucir mayormente penoso.
Sin hacer más comentarios hizo su trabajo acomodando a aquel chico, maquillándolo y dejándolo como si aún estuviese vivo, sin embargo Owayne notó que hacía su trabajo lleno de aflicción.
—¿Sucede algo malo Seere?- preguntó finalmente.
El chico le miró de manera inocente
—Lo siento, es solo que me deprime cuando son niños —confesó en un susurró mientras acariciaba la pálida mejilla del inanimado cuerpecito que descansaba- creo que ellos son criaturas inocentes que no deberían irse…
-Seere- le abrazó, era la primera vez que le notaba tan triste, ciertamente en él, cada uno de los que llegaban a la funeraria eran una pequeña carga de dolor, pero tenía razón, esta era la primera vez que veía un niño y era sumamente doloroso- a diferencia de ti no soy una persona muy religiosa, pero sí creo que hay algo más y que él está en un mejor lugar.
-Sus padres son unos malditos que ni siquiera pudieron llorar por él…
Owayne lo sabía bien, la filosofía de Seere era que las personas que aman a alguien lloran por él cuando se va, de lo contrario no le amaban, pero más que reprochárselo a otros se lo reprochaba a si mismo por lo ocurrido años atrás con Taylor, Owayne no le reprochaba, pero el enterarse de esto le resultaba sorprendente.
Ciertamente los padres eran unos riquillos que poca importancia le dieron, de cualquier manera no deseaban tenerlo, estaban por divorciarse cuando el niño en cuestión llegó a su vida, no le quisieron cuando nació… y tampoco le querían ahora, su muerte fue para ellos un alivio.
-Seguro que las habrá... personas que pueden llorar por él- dijo mientras unas finas lágrimas brotaban de sus ojos.
-Owayne- se separó un poco limpiando sus mejillas- lloras por él…
-Claro, es natural- sonrió un poco- no te preocupes, definitivamente hay quien lloré por él, aun si no son los padres, hay tantas personas que aman aun sin estar unidos por la sangre.
-Gracias… si tan solo yo pudiese también ser capaz de hacerlo.
-No te preocupes por eso… ahora continua, tiene que quedar lindo para esa última gran fiesta ¿no?, será la última vez que le vean todas esas personas que le amaron.
Y ciertamente fue de esa manera, cuando una joven vida es arrebatada solo queda dolor a su paso, conocidos y desconocidos, mucha gente le lloraba, sus padres se unían con falsas lágrimas, pero finalmente solo valían las de aquellas personas con sentimientos genuinos y sinceros, entre la multitud Owayne también lloraba un poco, pensando en cuanto le gustaría que no existiesen muertes como esa.
Volvieron a la funeraria, el servicio estaba completo y no había más que hacer, Owayne estaba un poco más tranquilo, pero el pelinegro por el contrario comenzó a sentirse mal.
Ver a aquellos tipos en el cementerio… ¿sería que él era igual a ellos? ¿Simplemente un monstruo que no puede sentir amor y no siente por tanto dolor? ¡No! Claro que le dolía… entonces ¿por qué se mostraba como ellos?, los padres al menos fingían lágrimas, por supuesto que no valían pero al menos ellos eran conscientes de cómo debe ser… entonces ¿eso le hacía peor que ellos? Hundido entre los pensamientos que daban vueltas dentro su cabeza terminó desplomándose.
-Es increíble, recién saliste de tu revisión ayer y hoy ya estás enfermo- se quejaba el pelirrojo notando los casi 40 grados en el termómetro.
-No es importante, estaré bien- protestó intentando levantarse de la cama.
-Claro que lo estarás- sonrió obligándole a recostarse de nuevo- yo me encargaré de cuidarte.
-Owayne… ¿soy como esas personas que no pueden amar ni siquiera a su hijo?
-De ninguna manera digas eso- le reprendió- no eres como ellos.
-Y si no pudiese llorar por ti… me seguirías queriendo- preguntó con sus mejillas sonrojadas, producto no únicamente de su alta fiebre.
-Seere deja de pensar eso, imaginaré que estás delirando por tener temperatura, descansa y en cuanto despiertes podemos hablar de lo que quieras.
Cuando Seere se quedó dormido tranquilamente, Owayne salió de la habitación encontrándose con Angel quien le miraba de forma seria.
-Sabes mi pequeño Owayne creo que todos vamos bastante bien, pero tú y Seere no parecen progresar mucho así que creo que ha llegado el momento de contarte algunas de las cosas… de su pasado…
-…- el pelirrojo no fue capaz de armar palabras en un rato- Entiendo… - suspiró con atención- te escucho.
Ambos se dirigieron a la habitación de al lado, se sentaron sobre la cama que ahora pertenecía a Angel y Neal, con cierto nerviosismo por lo que aquella conversación representaba, finalmente lo que deseaba saber por tanto tiempo: el pasado de su Seere.