Mis lágrimas se desbordaban al leer cada línea al reverso de la hoja, palabras punzocortantes que me hacían daño, expresando los dolidos sentimientos de mi amado Seere, si tan solo hubiera sabido antes que él nunca me podría corresponder tal vez no me hubiera ilusionado de esa manera.
La impotencia al verme estúpidamente enamorado… y más aún de no poder hacer nada con ello… de saber que nuevamente era la persona equivocada… que no pude hacer nada para ayudarle y por ello, igual que todos se marchaba.
Los primeros rayos de sol llenaron la habitación, permitiendo leer con mayor claridad la nota de la despedida de mi amante.
“No tengo nada más que dar, he encontrado el final perfecto, nací solo para hacer daño, desapareceré en la inmundicia
Me iré a los brazos de Dios, gracias por iluminar mi camino, ahora solo déjame ir”
Esas eran las primeras líneas, mis lágrimas comenzaron a fluir con más rapidez… entendía esas palabras… porque era lo que siempre pensó de sí mismo… pero ¿Quién no había nacido para dañar y ser dañado? Pero la felicidad era más grande que el dolor, por ello me negaba a dejarle ir.
“Toma el tiempo para respirar. Irónico terminar justo donde comencé
Me enfrentaré a mí mismo, sintiendo como el dolor se arrastra bajo mi piel
Querida Agonía, sólo déjame ir
Sufro lentamente… ¿es así como será siempre?”
De repente las luces parecieron apagarse para siempre de mis ojos, empujándome a la tristeza, comprendí que lo que sucedió el día anterior fue solo porque de algún modo Seere intentaba despedirse de mí. ¿Cómo pude pensar que en realidad había logrado algo más?…
Entonces ¿Tenía que aceptar que luego de todo lo que me esforcé lo había perdido para siempre?
No, lucharía hasta el final, yo también pelearía… preguntándome si ante él era solo eso, agonía… una querida agonía
“No me entierres… lo siento ¿es así como debe de ser?”
Junté fuerzas y continúe leyendo, por difícil que resultara quería comprender el por qué, tan solo quería encontrar una pequeña esperanza de que alguna vez lo nuestro significó algo.
“Déjame solo, dios, déjame ir, siento el frío, el amor me empuja, y el odio me levanta
Solo da la vuelta… no queda nada… no siento nada más”
No sentir nada… ¿qué era lo que debía hacer para demostrarle que todo era real?, el único que no lo sabía era él, intenté pensar claramente, la nota hablaba de irse… pero conociendo a Seere ese “irse” no se referiría al suicidio, no, definitivamente se marcharía para alejarse de todo.
Tomé mis ropas y salí a buscarle, no tenía idea de donde podría estar, la funeraria estaba vacía, lo cual hizo aun peor mi objetivo, nadie habría visto a Seere, pero si lo que quería era irse lejos definitivamente no sería a unos cuantos kilómetros.
Tomé un taxi al aeropuerto, rogando porque aún no fuese tarde, el lugar estaba concurrido a pesar de ser tan temprano, sin pensarlo pedí las listas de vuelos que habías salido y que estaban por salir, una petición no cumplida de muy buena manera, pero la señorita que atendía, al ver mi desesperación accedió.
Demasiadas listas… demasiados lugares… era como si no pudiera avanzar, el mundo era demasiado grande como para poder volverle a encontrar, ya una vez lo había hecho… pero lo había arruinado todo…
-Necesito los nombres de los pasajeros- proferí sacudiendo a la chica de antes sin saber que más hacer.
-Señor, eso no es…
-Solo quiero saber en dónde está Seere- exclamé desesperado.
-Escuche, no puedo hacer eso- titubeaba nerviosa- yo…
-Necesito a Seere- comencé a gritar con mayor vehemencia, atrayendo la atención del resto de personas.
-Señor, las listas son muchas… y estamos ocupados, lo que me está pidiendo…
-Deme sus listas, yo mismo lo buscaré.
Mi actitud hizo que los encargados de seguridad fuesen hasta mí, dispuestos a sacarme de aquel lugar.
-No lo entienden, Seere no puede irse- continuaba implorando mientras era jalado por los guardias- por favor, por favor solo busque el nombre, se llama Seere Cross y…
El guardia me impidió continuar hablando mientras un puñado de gente me veía con molestia, si tan solo comprendieran la mitad de lo que estaba sufriendo.
Afligido regresé a la funeraria, notando que Seere ni siquiera había empacado, dejó todas sus cosas, su teléfono, su guitarra, incluso a Yeot mo quien parecía compartir mi dolor.
Lo tomé en mis manos llorando un poco mientras él ponía sus patas delanteras en mi mejilla derecha haciéndome cosquillas con us garras y sus bigotes.
-Así que finalmente nos ha dejado eh, no te preocupes, eres un recuerdo de él y te cuidare hasta que decida volver, solo tenemos que ser pacientes.
El roedor solo ladeo la cabeza, como si en verdad estuviera escuchando, pero había algo cierto incluso siendo un animal podía sentir cariño por Seere, porque podía sentir esa amabilidad en él… y ahora que no estaba…
Posiblemente también era invadido por aquel vacío.
Le di de comer algunas semillas, mismas que acepto sin ganas y regresándolo a su jaula le deje un poco más.
-Deberías descansar un poco.
Y para mis adentros sentía como yo también lo necesitaba.
-Quédate aquí iré a tomar una ducha- nunca me sentí tonto hablando con la pequeña wistar, incluso Seere lo hacía, busqué mi ropa y una toalla y finalmente entré al cuarto de baño.
“Él no volverá” me decía a mí mismo sumergiéndome en la tina que parecía más espaciosa sin él a mi lado, mis lágrimas comenzaron a mezclarse con las gotas de agua.
“Debe volver” repetía constante intentando convencerme de algo casi imposible, pero era lo único que podía hacer, aferrarme a esa esperanza, soportar la cruel agonía de no estar a su lado.
Salí de la tina sintiendo mi cuerpo pesado como nunca antes, pese a no ser mas de las 5 de la tarde el sueño me vencía. Me recosté notando que Yeot mo ya dormía, tapé su jaula dándole un “buenas noches” y me recosté encontrándome con Flippy, su almohada favorita
-Vaya, ni siquiera a ti te llevó… debía estar más que deseoso de marcharse y dejar todo atrás… de dejarme a mí atrás.
Los recuerdos comenzaron a invadir mi mente, tantos recuerdos agradables que compartimos, en tan poco tiempo y me había enamorado de esa manera de él, me abracé a su almohada aspirando su aroma, era tal y como el de Seere, definitivamente no había manera de olvidarlo… pero no quería hacerlo, aun si dolía, estaba seguro que el volvería.
Pensé tantas cosas, si no le hubiese obligado a estar conmigo, si no me hubiese enamorado, si no le hubiese conocido, si Taylor estuviera a su lado… tal vez él sería feliz.
Releí varias veces su carta intentando acostumbrarme a esas palabras hasta que se volvieran menos dolorosas… pero no fue así, en medio de mis lágrimas me dejé vencer por el sueño, ojala que esto fuera uno, que aún no despertará y al abrir los ojos Seere estuviese a mi lado… si tan solo los deseos fueran suficientes…
“Querida agonía, solo déjame ir”
Pasaron dos días, sin noticias del pelinegro, días en los que el tiempo era más que lacerante, ni siquiera notaba pasar el tiempo, cuando le conté a Angel, se sorprendió al principio, pero luego solo concluyó con “Estoy seguro que volverá”. A quien en verdad preocupé fue a mi hermano Neal que insistía para que saliera.
-Hoy habrá una exposición sobre fotografía, ¿quieres venir?
-No tengo ánimos- contesté dejando la mitad de comida que se hallaba en el plato.
-Oye ¿quieres que Seere vuelva y te vea así?- me reprendió amablemente
-Seere no volverá- comenté afligido y a punto de llorar.
-No digas eso, no puedes saberlo, pero en cambio hay algo que sabías él te…
-Él me tenía lástima- le interrumpí.
-No es eso lo que parecía, deberías dejar esa actitud, no te traerá nada bueno- se comenzó a intranquilizar aún más.
-Lo siento- fingí una sonrisa para no preocuparle- solo bromeaba… solo… solo era una broma- agaché la mirada para que esta no delatara mis verdaderos sentimientos- sé que él volverá.
-Así es, por ello anímate un poco, no quiero que te pase nada malo como cuando murió mamá
Recordé aquellos tiempos en que me deprimí a tal grado que no salía de mi habitación, no comía, no dormía y ni siquiera tomaba agua y por tanto mi salud decayó, terminando cuando me internaron en el hospital donde trabajaba mi padre.
-No pasará, a mamá la extrañé porque no volvería, pero con Seere no será igual
-Exacto, anímate un poco.
-Vale Neal, gracias.
Ojala que aquella mentira pudiese volverse realidad, que Seere en realidad fuese a volver, le necesitaba tanto a mi lado, justo cuando creí que podíamos ser felices los dos juntos.
-Por favor Angel, sé que conoces en donde esta Seere, solo dímelo- insistía aferrándome a la idea de que el rubio supiera algo que yo no.
-Owayne, te he dicho suficientes veces que no tengo idea- gritó el ojiazul mostrando la exasperación
-Como podrías no saber- le tomé del brazo comenzando a molestarme también, pareciendo tan despreocupado- es por eso que parece que no te importa, ¿qué clase de hermano eres?
-Seere ya es un adulto como para necesitar que yo le cuide- exclamó molesto zafándose de mi agarre.
-¿Y solo por eso dejas a cada uno con sus propios problemas?- continué reprendiendo
-Crees que eres el único con problemas, no me hagas reír, ¿sabes que Demian no ha vuelto, que hubo un accidente? y lo único que te interesa eres tú mismo.
Ni siquiera recordé que el día anterior de que Seere se fuera el jefe había salido, que Chris había ido con él, que Gee había despertado, y ahora me enteraba que encima de todo había ocurrido un accidente.
-Claro, tú tampoco haces mucho, pero está bien porque al fin y al cabo tienes a Neal- le recriminé molesto intentando excusar mi actitud.
-Oh que observador eres- expresó con sarcasmo- para tu información Neal terminó conmigo porque su “amado hermano” está en su fase de sufrido y ni siquiera puede hacer algo por él mismo.
Me lamente saber todo lo que estaba sucediendo por mi culpa, saber que le preocupaba tanto a Neal que fue capaz de terminar con la persona que amaba, ambos nos quedamos sin más palabras que decir y cuando sus hermosos ojos azules se comenzaron a llenar con lágrimas instintivamente le abracé.
-Lo siento… no lo sabía.
Lloró un poco sobre mi hombro, y finalmente se separó un poco más tranquilo- Está bien pelirrojo tampoco debí gritarte… es solo que estoy dolido por aquello….
-Lo siento Angel, lo siento, has sido tan amable conmigo y solo te he causado problemas.
-Está bien… yo también me preocupo por Seere… y tampoco debería desquitar mi frustración contigo, también me desespera no tener idea de a donde fue y no poder ayudarte- limpió sus lágrimas para posteriormente sonreírme- pero creo que están pasando muchas cosas, como Demian, no sabes cómo me preocupa, he llamado tantas veces al hospital y...
-Sé que el jefe estará bien, es un hombre admirable…
-quiero creer eso, pero que algo así pasara no es lo más normal.
-Hablaré con mi padre, él sabrá cómo está la situación en el Castle hill.
-Por favor.
-Ah y Angel- me detuve antes de coger el teléfono.
-¿si?
-Todo estará bien… y sabes, Neal te ama, estoy seguro que pronto volverá contigo.
-Seere también te ama pelirrojo, estoy seguro que también volverá.
No estaba seguro de si esas palabras serían ciertas, podía sentir en mi interior que no sería así y mientras mis lágrimas caían decidí comenzar esa espera, si Seere necesitaba tiempo se lo daría, todo el que fuese necesario, por ahora habían otros problemas que atender.
-Padre- hablé una vez que mi llamada fue atendida
-Owayne, ¿eres tú, hijo?- preguntaba él con cierto nerviosismo en su voz
-Sí, yo…
-Qué bueno que llamas, hay algo urgente que necesitaba decirte… es sobre Demian y Gerard