El momento infinito alumbrado por las visibles estrellas, el tiempo pasaba haciéndome desear que fuese interminable, eterno como el amor que sentía. El camino aún era largo, pero para cumplir esos sueños que anhelaba era necesario dejar toda tristeza atrás… justo donde yacía ahora.
Tan solo deseaba por siempre quedarme así, bajo el cielo que no necesitaba palabras, porque todo lo que necesitaba estaba justo a mi lado, luego de los 8 meses Seere había regresado.
-Vaya, de verdad eres tú- exclamé alegre concluyendo que no era un sueño, el pelinegro había vuelto.
-Idiota, claro que soy yo, y me estás asfixiando- se zafó del abrazo, pero luego repitió la acción- te extrañé.
Sentí mis ojos aguarse por sus palabras, y correspondí su abrazo, esta vez de manera más delicada a pesar de mis ganas de oprimir con todo mi deseo para demostrar cuan necesitado estaba de él.
-Tenía miedo de que no volvieras…- le confesé nostálgico- te fuiste sin decir nada y…
-Está bien, creo que deberíamos entrar- musitó separándose nuevamente del abrazo- hay muchas cosas que tengo que decirte.
-Espera primero debo…- recordé a mi amigo quien iba conmigo, pero a lo lejos le miré despidiéndose con su mano, en un gesto tan prudente como solo él podía serlo, dándonos oportunidad de conversar a solas- no importa- concluí agradeciendo y mirando a Seere.
Tomé su mano y entramos a la funeraria que estaba vacía en esta ocasión, hallé una nota que decía: “Feliz cumpleaños. Te esperamos en la cafetería Blue Bottle”
-Tal vez deberías ir… es tu cumpleaños- opinó alcanzando a leer la caligrafía de mi hermano mayor.
-Habrá tiempo para eso después, hay cosas más importantes- le contesté a la par que pasaba mi pulgar sobre su mejilla, dejándole claro que él era más importante para mí que cualquier otra cosa.
Continuamos hasta la habitación, donde sin pensarlo revisó a Yeot mo, quien se veía feliz de que el pelinegro hubiera vuelto. Se sentó sobre la cama acariciando al roedor que simplemente se dejaba hacer.
-Perdóname Seere, no fui capaz de entender tu dolor- me disculpé finalmente
-Tonto, claro que siempre lo hiciste, ansiaba verte
Sentí mis mejillas ruborizarse ante su confesión, la soltura con que la pronunció era algo que no había visto en él.
-Nosotros también te extrañamos sabes.
-Imagino, la nota que deje ni siquiera explicaba las cosas, pero fue lo único que alcancé a hacer.
-Pues creo que la carta si era un poco más explícita- recordé con tristeza- cuando la leí yo…
-¿Que carta?… - interrumpió en una pregunta que denotaba sorpresa- solo era una nota.
-Eh… hablo del reverso… la nota estaba tras la carta
Sus ojos celestes me miraban confundidos, de manera que tuve que sacar la hoja para hacerle recordar, él la tomó devolviendo a Yeot mo a su jaula.
-Esta carta, lo que dice al reverso, sobre que sólo soy una agonía y que te deje marchar.
Pasó su aun inexpresiva vista rápidamente por el escrito. Su rostro se tornó preocupado de repente.
-Eso es una canción… ni siquiera tenía idea de sobre que escribí la nota- comentó mientras leía el reverso- eso significa que tú pensaste que…
-Pensé muchas cosas- confesé sin calmar la tristeza que había sentido.
Demasiadas cosas, si tan solo hubiera sabido que lo que se hallaba tras la nota no era una carta, y que en absoluto denotaba lo que Seere sentía por mí… si tan solo hubiera prestado un poco más de atención… si no hubiese dudado de sus sentimientos…
-Lo siento- pronunció interrumpiendo mis pensamientos y dejándome más impresionado.
-E-espera, no te tienes que disculpar, digo no hiciste nada malo…
-Pues no parece que lo que hice haya traído algo bueno…
-Solo… solo debiste avisarme.
Era verdad, las palabras hubieran servido para evitar todo por lo que pase, aunque debí imaginar, finalmente Seere me había aceptado, y aquello no había sido una despedida, todo había sido real.
-Quería hacerlo, se supone que me iría una semana después.
-¿A dónde irías?- cuestioné con curiosidad
-Alemania, estuve trabajando en un proyecto sobre un módulo de conexión entre diversas plataformas para los sistemas operativos, de manera que se tenga una interfaz común y… -me miró pausando- ¿no tienes idea de que hablo cierto?
Negué con la cabeza
-No es importante, es un proyecto de gran escala sobre la ingeniería en sistemas, por ello no he tenido tiempo ni siquiera de descansar, y también por ello es que no me pude comunicar antes… eso y claro, el hecho de que deje todas mis cosas aquí.
-¿Y por qué te fuiste antes?- acaricié su cabello
-Porque la madre de Taylor murió y su padre entró en una grave crisis psicológica, además de ocuparme del proyecto todo este tiempo estuve cuidando de él… en verdad siento no haberme comunicado contigo.
Pareció duro todo por lo que pasó… y me lamenté por pensar que simplemente se había marchado, aunque de alguna manera todo de nuevo se dirigía hacia ese nombre: Taylor.
-Lo importante es que estás aquí…- tomé su mano sonriendo, intentando dejar atrás esos 8 meses de innecesario sufrimiento.
-Es verdad, te traje un regalo- dijo a punto de levantarse.
-No necesito nada más- le jalé hacia mi nuevamente dejándole recargado sobre mi pecho- eres el mejor regalo que pudiera haber deseado…
-¿Sabías que el proyecto estaba planeado para hacerse en año y medio?- apartó su vista.
-¿Eso significa que te presionaste de más solo por regresar antes?
-Quería verte lo antes posible… antes de que te olvidaras de mí.
Ese brillo en sus ojos, llenos de inocencia me hacían sentir tan seguro, como si no importara el mundo a mi alrededor, sólo adentro, donde la cálida paz abrigaba.
-Yo nunca podría olvidarme de ti Seere, nunca… y te esperaría una vida si fuese necesario, solo promete que avisarás la próxima vez.
-Lo prometo.
Levantó sus ojos para encontrarse con los míos, acelerando notablemente mis latidos, con el corazón agitado mis manos buscaron las suyas, nuestros pechos se acercaron y junté mis labios con los suyos, como si le hubiera extrañado toda la vida, sintiendo esa calidez que tanto necesitaba y dejándome envolver por su dulce fragancia que me hacía perder la razón.
El pelinegro pasó sus brazos alrededor de mi cuello, recordándome aquello que anhelaba fervientemente volver a vivir, algo producido repentinamente por el destino. Estar una vez más con él, solo para volver a sentir vibrar mi tan neutro interior. Le tiré sobre la cama y él no opuso resistencia.
Le comencé a besar con más ahínco, notando que él trataba de replicar pero entre beso y beso le era imposible hablar, acaricie su piel lechosa y tan suave que extrañaba con afán.
Lo amaba tanto, estaba tan loco por él, que sólo quería hacerle feliz al grado de hacerle olvidar absolutamente todo lo demás. Nos despojé de la ropa que comenzaba a estorbar y él lo aceptaba, con ese rubor en las mejillas que me causaba aún más ternura.
-¿Puedo continuar?- me aseguré de no estar haciendo algo que le provocara dolor
-Es necesario preguntar eso ahora- bufó con aparente molestia
-Lo siento- sonreí y con la mayor templanza que pude recorrí su cuerpo entero con mi boca, a la par que mis dedos preparaban su cuerpo.
Deslicé las tres prolongaciones fuera antes de remplazarles por mi virilidad y entrar en él, solo para sentirle empujar sus caderas y estar completamente dentro. Era muy estrecho, resbaladizo y cálido.
Se sentó sobre mí, envolviendo sus piernas alrededor de mis caderas y marcando un vaivén suave y lleno de dulzura, con unos paulatinos gemidos con cada embestida.
Nuevamente extendió sus brazos alrededor mi cuello para sostenerse, arañando en el acto un poco mi espalda.
-Seere- pronunciaba una y otra vez su nombre
-¿Mmh?- musitó delicadamente apenas pudiendo hablar.
-Espero que no me remplazaras con algún apuesto rubio- bromeé mientras entraba más profundo dentro suyo y siendo compensado con sus jadeos.
-Es obvio que no, ni siquiera pude comer como debía, pasaba semanas enteras dentro del aula para investigación… más bien me preocupa que tú me reemplazaras.
-Eso no pasaría ni en un millón de años- le aseguré derribándole sobre la cama para que quedase frente a mí y mordiendo levemente su cuello volví a penetrarle.
La cadencia de mis embestidas fue haciéndose mayormente fuertes, temiendo que le dañara intenté frenar un poco, más él aceptó el ritmo que marqué mostrándome que podía seguirlo.
-¿Además por qué un rubio?- cuestionó con la voz entrecortada
-Pues son más deseados supongo.
-Me gustan más los pelirrojos- musitó delicadamente pasando sus dedos por mi labio inferior, incitándome a besarle y sonreír por lo lindo de su comentario
-Y a mí me gustan los pelinegros, especialmente si tienen unos lindos ojos azules y más…- susurré mordiendo el lóbulo de su oreja provocándole un gemido- si se llaman Seere.
-Que bien, conozco a un tipo así, pero no parece tan interesante, en cambio deberías conocer a su novio.
Seere, mi Seere, amaba todo de él, lo amaría por siempre.
La luz esclareció el paisaje que recién daba la bienvenida a un nuevo día, sentí el peso de Seere sentándose sobre la cama para levantarse.
-¿Te duele algo?- cuestionaba frotando mis ojos, mientras él se levantaba para abotonar mi camisa, misma que le puse para cubrirle.
-¿Parece que me duela algo?- cuestionó lanzándome una mirada fulminante
-No… pero creo que a diferencia de la última vez no me pude contener.
-No necesitas contenerte- expresó apartando la mirada
-Tampoco necesito ir deprisa, aunque supongo que contenerme por 8 meses fue bastante.
-Tonto.
Me senté a su lado, acariciando su mejilla y obligando a su vista a encontrarse con la mía, permanecimos unos instantes simplemente mirándonos el uno al otro.
-¿Qué?- cuestionó al final
-Nada, solo quería verte, tu rostro sigue igual de hermoso que cuando partiste.
Mi comentario hizo que sus mejillas se adornaran con un casi imperceptible carmín, que lo hacía lucir aún más hermoso.
-Serás idiota, no era lindo entonces y no lo soy ahora.
-Error, lo eres, y creo que ahora eres más hermoso que entonces
Él volteó la mirada, observando algo por unos instantes
-La guitarra parece haber sido usada- comentó de pronto
-Lo siento, la estuve utilizando- indiqué mientras comenzaba a abrochar mi pantalón
-No era una queja
-Lo siento.
-Tocarías algo para mí.
El interés que mostraba por algo tan simple como yo, la actitud que resultaba algo nuevo ante mí, más algo agradable.
-Ah… pero no creo que el indie sea lo tuyo
-Lo que sea estará bien si viene de ti
Sonreí al saberme loado con su compañía, con sus sentimientos, porque sabía que esa forma de amar tan única de él era su propia forma de manifestar lo que sentía.
Tomé la guitarra preguntándome que debería tocar. Luego de meditarlo un poco comencé con una de mis canciones favoritas, no era romántica sino algo conscientizadora así que creí que podría gustarle: Propaganda de subterránea
Las notas llegaron con su marcada suavidad una tras otra y pronto el coro que musitaba el casi poema que componía la pieza.
“Escuchen todos, sabes que yo habría hecho todo por ti, pero tú te soltaste en la nieve y moriste
Mis queridos amigos, no me hagan esperar por mucho, mucho tiempo. Todos los sueños de los demás colisionan. Porque yo sigo caminando en propaganda de sueños que nunca llegarán…”
-Lo siento es lo único que sé hasta ahora- comenté frenando la música
-Supongo que está bien, es agradable
No me pareció que fuese en absoluto su estilo, pero era amable que se preocupara por hacerme sentir bien
-Ahh… es verdad- cambié el tema de pronto recordando un suceso importante- hay una buena noticia que aún no te he dicho: Gerard despertó
Y por primera vez su semblante dejo de ser tan frío, permitiéndome apreciar cuán importante el hermano de Demian era para él
-Esas son muy buenas noticias. Demian debe estar muy feliz
-De alguna manera todos lo están, Angel y Neal van a casarse pronto, Jake y Joshua están juntos y con eso les basta, Carly por fin tiene a su bebe, es una niña muy linda, el jefe Demian está por fin con su hermano…
-¿Y tú?- cuestionó con interés
-Justo ahora tengo mi felicidad frente a mí- sonreí acariciando su mejilla.
Nuevamente estuve por unir nuestros labios, pero escuchamos un ruido provenir de abajo
-Ese idiota que se cree al dejarnos plantados- alcancé a escuchar la voz molesta de Jake- Déjenme 5 minutos con él y…
Al abrir la puerta tanto él como el resto se encontraron con la agradable sorpresa de que mi novio había regresado, y la molestia que había contenido se transformó en alegría lanzándose sobre Seere
-Volviste- exclamó alegre el peli verde solo para ser golpeado en seguida por Seere
-Seere- pronunció el jefe- es bueno verte otra vez, bienvenido de vuelta
-Eres un tonto- gritaba Angel estrujándole- te fuiste así sin más, sabes cuánto nos preocupaste, niño tonto sino fuera por ti en estos momentos ya estaría casado…
Y la alegría parecía haber regresado con su llegada. Un día que nacía, un día más para hacer recuerdos con las personas que amaba, especialmente con mi mayor felicidad, y aun si nos esperaban momentos difíciles, definitivamente a su lado podría enfrentar cualquier cosa.