Las estrellas brillaban con más fulgor que el de costumbre, destellando en tonos dorados, extraño un cielo tan despejado en aquellos días nublosos, pero lo estaba y al ver la calle hacía la funeraria una profunda nostalgia se apoderó de él.
No había sabido nada de ellos en un buen tiempo, no solamente era Seere, en su anterior trabajo se quedaron muchas personas importantes, sabía que no era lo mejor encontrarse con el pelinegro, pero quería corroborar que todo iba bien, al menos mejor de lo que a él le iba.
Sin hacer caso al leve deseo de frenar aquello se adentró a las apenas iluminadas calles hasta contemplar que no solamente estaban los trabajadores, sino que Neal y Angel parecían haberse reunido igualmente, tal vez después de todo no era tan mal momento para llegar.
El primero a quien visualizó fue Gerard, quien amablemente le dio la bienvenida, se encontraba intentando hacer comer al pequeño Yeot mo que lucía enfermo y con esfuerzo comía lo que el peliblanco le ofrecía.
Owayne con cuidado se le acercó y saludándole amablemente tomó entre sus manos al roedor para alimentarlo, Gee estaba por hablar cuando el ruido se hizo presente.
—Aléjate de mí, malparido
Bajando del segundo piso se encontraba Seere, dolorosamente supo que sus sentimientos no habían cambiado ni un poco, deseaba ir con él pero se vio interrumpido al notar que tras el pelinegro iba un chico de peculiar aspecto.
—Oye no hay necesidad de que seas tan cruel.
—Que seas el hermano de Taylor no te da derecho de joderme cada vez que te venga en gana.
Y entonces comprendió que no era cualquier sujeto, esa persona era posiblemente lo más cercano a Taylor que Seere tenía y ahora que no estaban juntos posiblemente Seere estaría más feliz con él… y si ese era el caso lo mejor sería desistir…
No, definitivamente no lo aceptaría, Seere no parecía en absoluto feliz, él tampoco lo era y si el orgullo de ambos continuaba no llegarían a ninguna parte.
El chico de los ojos dorados alcanzó a Seere sujetándole del brazo, estaba por decirle algo cuando Owayne le apartó atrayendo a Seere hacia él.
—Disculpa, pero me temo que llevo esperando demasiado a Seere, si no te importa estamos ocupados.
Le tomó de la mano y se dirigió a la salida tan rápido como pudo hasta que sintió que estaban lo suficientemente lejos.
—Creo que eso bastará —exclamó soltando la mano del maquillista y regresando la mirada para verificar que no les hubiera seguido.
—Gracias… supongo.
—Ah lo lamento, creo que fui muy impulsivo pero parecía que no estabas teniendo un momento muy agradable.
—No de hecho.
—¿Eh? ¿En verdad? — Se sorprendió al ver a Seere tan decaído— Es decir, ¿no tendrías cosas que hablar con él?… después de todo es el hermano de Taylor
—No hay nada de lo que tenga que hablar con él —respondió con cierta molestia, pero también parecía entristecido porque el pelirrojo supiera eso, posiblemente si malentendía las cosas como lo solía hacer todo el tiempo eso les separaría más.
—Ya veo.
Owayne le contempló un poco mejor, si creyó que Yeot mo lucía mal ahora notaba que no era lo único desmejorado, Seere se veía más pálido y también más delgado.
—Oh es verdad —recordó al roedor que se hallaba lamentablemente encogido en su bolso
La expresión de Seere se volvió dolida al mirar a Yeot mo, lo tomó entre sus manos intentando transmitirle un poco de calor.
—Creo que no soy capaz de cuidarlo —susurró abatido— ¿puedo pedir… que cuides de él?
—Por supuesto, vamos mi apartamento no queda demasiado lejos —al notar que Seere ni siquiera llevaba un suéter consigo se quitó su abrigo dispuesto a colocárselo cuando fue interrumpido.
—Estaré bien… solo cuida a Yeot mo…
—Lo haré… pero tú cuida de ti… Seere —acarició su cabello que lucía más largo que de costumbre y de pronto el chico pelinegro pareció perder el equilibrio, siendo sujetado por Owayne— olvídalo solo vayamos —sin ganas de seguir discutiendo paró a un taxi que pasaba indicándole a donde los debía llevar.
No pasaron ni 5 minutos cuando habían llegado, Owayne buscó sus llaves y al entrar encendió la luz, ofreciéndole tomar asiento
—¿Te sientes mejor?
—No le prestes atención, solo no he comido bien últimamente…
—Te traeré algo espera un momento.
—No es necesario —dijo volviendo a levantarse— debo volver.
—Quieres dejar de ser tan obstinado, ahora vuelve a sentarte y espérame aquí, no tardaré y cuida a Yeot mo también traeré algo para él.
El pelirrojo fue por un vaso de café con una espolvoreada de canela y un poco de avena con plátano, recordando que su antiguo novio era vegano usó leche de soya en vez de la normal , buscó también un poco de cereal y semillas de girasol para Yeot mo y al cabo de un rato volvió.
—Toma, cómelo —ordenó entregándole la comida.
—No deberías ser tan amable… —sin protestar comenzó a comer, observando como Yeot mo aceptaba ser alimentado igualmente, suspiró aliviado al saber que su wistar estaría en buenas manos.
—¿Cómo están todos en la funeraria?– Preguntó tras un largo silencio Owayne intentando entablar una conversación
—Supongo que bien, todo está como debería
—¿Y tú?
—También lo estoy…
—Disculpa que lo diga pero… no lo parece
—…
El rostro confundido del maquillista demostraba que aceptaba las palabras del otro como ciertas, y antes de que la habitación se volviera a inundar con la afonía el pelirrojo volvió a hablar:
—¿Sabes algo? yo tampoco lo estoy, te extraño Seere.
—También te extraño… —pronunció apenas perceptible, agachando la mirada para ocultar sus ruborizadas mejillas, dolido porque sin importar por donde lo viera lo suyo había terminado— como sea debo volver, te encargo mucho a Yeot mo, si necesita algo puedes pedírmelo. Perdón por causar tantos problemas.
—Espera no salgas sin esto —le colocó su abrigo— no causas problemas, pero los causarás si algo te pasa —comenzó a acariciar su mejilla—no quisiera que terminaras de nuevo en el hospital así que promete que te cuidarás mejor.
—Intentaré.
—Por favor… eres demasiado importante para mí —le susurró haciendo que los ojos celestes de Seere se abriesen aún más.
El pelirrojo miró a aquel chico que lucía desprotegido y frágil recordaba todo lo que habían pasado juntos y sintió una gran nostalgia, se perdió en sus orbes azules que mostraban aquel distintivo dolor “Si tan solo pudiese quitar ese dolor” pensó sin apartar su vista.
—Debo irme, gracias por todo— dio la vuelta dispuesto a salir cuando fue sujetado por la mano de Owayne que le atraía nuevamente a él
El oji esmeralda quería decirle tantas cosas, todo aquello que aún sentía, nunca fue muy bueno con las palabras y ahora que tenía a la persona que tanto había amado frente a sí le era más difícil decir algo. Prefirió evitarse la conversación y tomando de manera suave su mentón comenzó a acercar sus labios a los del pelinegro.
Seere se dejó envolver por esa fragancia que cada noche se hacía presente cuando cerraba los ojos, tal y como lo hacía en ese momento, sintiendo sus respiraciones comenzar a entremezclarse hasta que una voz les interrumpió
—Owayne malo —el pelirrojo sintió a alguien jalándole de su abrigo: se trataba de Matt, quien a punto de llorar los separaba
—Matt, cuando es que…
—Eso no importa, estabas a punto de besar a Seere…
—Eso no…
—Eso no es así —interrumpió con total calma el peli negro evitando causarle problemas a la pareja— solo vine a dejar a Yeot mo, nos vemos Owayne cuídalo bien
Owayne, afligido porque una vez más le dejaba ir no tuvo más opción que acompañarle hasta la carretera, preocupado de que pudiese pasarle algo
—Puedo quedarme aquí, no necesito causar más problemas a Matthew y a ti.
—Yo… lo siento en serio, pero todo lo que te dije era verdad
El pelinegro no contestó, simplemente subió al taxi nuevamente despidiéndose de él
Y olió el abrigo de Owayne, que tenía impregnado su aroma, definitivamente extrañaba aquella fragancia amaderada que contenía notas cítricas, ciclamen, sándalo, cedro… una armoniosa combinación que evocaba recuerdos felices, recuerdos en los que estaba a su lado, alejando un poco su olfato regresó la vista a la ventana del transporte, intentando cambiar sus pensamientos.
Owayne regresó al apartamento notando que Matt se encontraba acomodando sus cosas para el día siguiente, tan absorto en sus pensamientos que ni siquiera lo vio llegar.
—Estoy de vuelta
—Vale
—Matt esto…
—No importa Owayne, iré a dormir
—Solo tomará uno momento
—No quiero oírlo… —se abrazó al mayor y mirada se volvió aún más dolida que antes, haciendo que Owayne se sintiera mal por ser capaz de lastimarlo— solo un poco más…
—Lo siento… descansa hablaremos mañana
Matt sin levantar la vista asintió para darle las buenas noches y marcharse a su habitación, simplemente esperando a que el pelirrojo le alcanzara, pero esa noche particularmente no se sentía con deseos de dormir a su lado sabiendo el dolor que le causaba.
Suspiró depositando en una jaula provisional al roedor que le miraba con grandes y suplicantes ojos pidiendo por una hojuela de cereal más.
—Pronto estaremos juntos de nuevo supongo… pero yo no soy quien decide eso sabes Yeot mo, tampoco creo que debería seguir causándole daño a una persona con sentimientos tan sinceros como los de Matt, debo ser de lo peor.
No pasó mucho tiempo hasta que sintió el cansancio apoderarse hasta hacerle irse a acostar, cayó sobre la cama sin siquiera meterse dentro de las cobijas y simplemente esperando que el nuevo amanecer llegara, sus ojos se cerraron automáticamente, pero antes de lograrlo escuchó los sollozos de su amante.
Dolido se acercó en silencio hasta donde se encontraba y le abrazó de una forma reconfortante, besó su cabello y pronunció un sincero “lo siento”
—Ya no importa… gracias Owayne… por permitirme pese a todo estar a tu lado.
—No digas eso Matt, ¿cómo podría no querer permanecer a tu lado?, por eso lo siento por haberte hecho llorar.
—No te preocupes, creo que solo malentendí las cosas porque me asusta perderte.
—Pues no lo hagas de acuerdo, aun si yo no estuviese contigo seguro que encontrarías a alguien genial que te ame demasiado
—No quiero pensar en eso… no quiero estar con alguien que no seas tú.
—Descansa Matt, ahora estamos juntos —besó nuevamente la frente del rubio haciendo que se sonrojara y se aferrara fuertemente a la polera de Owayne.
—¿Puedes dormir conmigo?
—De acuerdo —accedió en seguida, sintiéndose un poco mejor al ver que Matt había dejado de llorar.
—Y ya que somos una pareja, ¿harías el amor conmigo?
El pelirrojo sin poder armar palabras tras la nueva petición de su amante sólo atinó a sobrecogerse levantándose de la cama y mirando el rostro de Matt que parecía hablar en serio.
—¿Qué? —a pesar de lo obvio que resultaba aquella situación el pelirrojo quiso aferrarse a pensar que tal vez el rubio estuviese jugando
—Justo eso, que seamos uno… —susurró rodeando con sus brazos al mayor— eres mi amante, y eso es lo que hacen los amantes.
En ese momento su mente quedó en blanco, y esperó el momento en que despertara de un extraño sueño, un momento que no llegó y cuando reaccionó el rubio ya se encontraba sobre él, ansiando demostrar cuan en serio eran sus sentimientos.