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Rompiendo el caparazón de dolor por Dereck G de Sehamforash

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Notas del capitulo:

Nop, no es un milagro :v (aunque lo parece) es solo una actualización más luego de la enorme pausa

QwQ lo siento mucho, mis lectores son un amor, son fieles, participativos y amables y yo soy un ingrato que los deja sin actualizaciones... pero ya, tranquilos que pronto terminan mis días de presión

 

Gracias a todos quienes siguen el fic, que por cierto termina pronto (si, si, sé que dije eso hace como 10 capítulos, pero ahora ya esta estructurado y e capi 45 es el fin)

 

Recordando la última vez (porque seguro que hasta perdieron el hilo): Seere le pide a Owayne que cuide a Yeot mo, pero al verlo Owayne no puede evitar que sus sentimientos se hagan presentes y tras estar a punto de besarlo es interrumpido por un dolido Matt quien ahora le está pidiendo al pelirrojo le haga el amor porque es su responsabilidad como su pareja :v (lo dije bien??) :v bueno sin más a leer

La oscuridad silenciosa rodeaba el apartamento, una fría noche en que la brisa que se filtraba por las ventanas abiertas, cargada de embriagadores aromas. Una luna llena colgaba alta en el cielo hacia el oeste claramente visible entre los cientos de estrellas.


Era sin duda una hermosa noche, no obstante Owayne no podía percibir aquella belleza. Su corazón latía aceleradamente y deseando que pudiese sonreír de la manera inocente en la que solía hacerlo y que la “felicidad” que con él sentía no fuese en vano, apretó los puños sobre el borde de la cama para asegurarse de que aún estaba despierto y eso no era un sueño.


Aquel chico rubio que todo el tiempo parecía demasiado tímido esta vez tomaba la iniciativa para aquel acto que en el tiempo que llevaban juntos jamás le nació realizar, despojándose de su remera y subiendo sobre él.


—Matt… que seamos amantes no significa que debamos hacer esto —le apartó de forma amable, lo cual no fue suficiente para que el rubio dejara de realizar su labor.


—¿Por qué no? —cuestionó en forma seductora llevando la mano del mayor a su mejilla y la deslizó hasta su vientre— Cuando me tocas, no sólo se siente más caliente, sino que deseo más. Necesito el calor que tu presencia me da. ¿Acaso no pasa lo mismo contigo?


Su cabeza bajó hasta apoyarse en el pecho de Owayne. El pelirrojo supo que la respuesta a esa pregunta sería demasiado cruel, quería a Matt, de eso no había duda, y realmente quería verle feliz pero no le nacía hacer algo más con él.


Las manecillas dieron la vuelta completa al reloj, tiempo suficiente para que el más joven supiera que la respuesta no llegaría, no obstante no desistiría y levantando un poco su rostro colocó un pequeño beso sobre la piel de su amante seguido por un camino de muchos otros, algunos de los cuales dejaron visibles marcas sobre la pálida piel.


Owayne se estremeció al sentir sobre su cuello el aliento suave y cálido que soplaba desde los labios del rubio, nuevamente intentó apartarle pero en su lugar Matt envolvió sus brazos alrededor de la cabeza de Owayne y sus piernas alrededor de su cintura. El pelirrojo gimió en señal de protesta cuando el rubio le despojó de la camisa, más su gemido fue sofocado por un duro apriete buscando sus labios que exigían un asentimiento.


Owayne supo que cualquier opción que eligiera llevaría a algo no demasiado agradable, rechazar a Matt le provocaría dolor, pero aceptar aquello sería una traición todavía más cruel, y sin embargo el rubio parecía tan feliz que por un momento pareció reconsiderar el continuar con aquello.


Cerró los ojos y acarició la mejilla del más bajo. Sus emociones se agitaron al sentir nacer la erección del cuerpo encima suyo. El rubio se movía en un vaivén mientras recorría con sus labios el cuello del mayor, decidió avanzar con sus manos por la espalda de Owayne, rozando su abdomen y finalmente para llegar hasta la bragueta de los pantalones… sólo para ser separado.


—Disculpa… pero en verdad creo que no.


Los ojos azules de Matt parpadearon ante la acción, llenándose de tristeza a punto de desbordarse en lágrimas —¿Tan desagradable sería para ti el hacerlo?


—No es eso Matt… sólo creo que no es momento para esto, tampoco creo que tú lo desees de esta manera.


—¿Qué es lo que tú deseas? —cuestionó de manera triste sin bajar aún del mayor.


—Poder cuidarte y protegerte, hacerte feliz… —sonrió tristemente al saber que no era algo que pareciera estar haciendo— aunque creo que no lo logro en absoluto


—¿Sabes que es lo que deseo?


Owayne apartó la vista hacia la ventana, sintiéndose incómodo, la lluvia había pasado de algunas gotas suaves a transformarse en un fuerte viento que chocaba contra la ventana y hacía crujir el marco. Nuevamente dirigió la mirada a su amante que mordía sus labios antes que su respuesta llegara.


—¿Qué cosa?


El rubio le miró con ternura, bajando de él y dejándose caer sobre la cama, le sonrió y cerró los ojos dejándolo confundido por la respuesta que jamás llegó. Owayne le miró mejor notando sus mejillas sonrosadas, tomó las sábanas para cubrirle cuando percibió que su temperatura corporal estaba por encima de lo normal.


—Matt estás ardiendo


—¿En verdad? Vaya debe ser un futuro resfrío por culpa del clima… no deberías preocuparte


El pelirrojo se preguntó si lo mejor sería llevarle a que su padre le revisara, al parecer la fiebre no era demasiada, pero si le era alarmante.


—Si te sientes mal podría llevarte al hospital —se ofreció tratando de verificar la manera en que el rubio se sentía.


—Estaré bien… sólo es un poco de fiebre…


—No es “solo un poco”— recalcó mientras abría el cajón del tocador para tomar un pañuelo de su interior—… buscaré algo de agua


Acarició su cabeza en un gesto amable y al cabo de un rato regresó con el pedazo de tela empapado, con cuidado lo colocó sobre la frente del rubio, quien al sentir la fría sensación gimió por lo bajo apretando los ojos.


—Eres tan amable Owayne… lamento haber intentado aquello


—No te disculpes, te quiero Matt.


—Definitivamente muy amable —sonrió aun cuando preferiría haber llorado al saber que aquella amabilidad que le había enamorado era ahora la causa de su dolor— gracias por todo.


Owayne colocó en su mano un antifebril y en la otra un vaso con agua, era lo menos que podía hacer al ver a su amante en ese estado. El rubio, obediente, comprendió la orden de tomar aquella pastilla y una vez que lo hizo se volvió a recostar.


Los ojos de Matt se cerraron, y en unos segundos se quedó dormido. Owayne no dijo nada más, simplemente depositó un beso en la cabeza del rubio y se sentó ahí sosteniendo su mano hasta que sintió sus parpados ceder ante el sueño.


Hacía mucho que no tenía sueños por las noches, pero esa fue una excepción, quizás porque fueron muchas cosas en un día, no solamente el volver a ver a Seere, el comportamiento reciente de Matt y la preocupación de verle enfermo.


 


La luz del alba iluminó la habitación, anunciando junto con el canto de las aves el nacimiento de un nuevo día, Owayne de forma perezosa abrió los ojos sintiendo su cuerpo adolorido por la incómoda posición en que pasó la noche.


Retiró las blancas sábanas y lo que encontró fue la suave y perfecta piel blanca de Matt, al parecer estaba mejor y solamente dormía. Intentó soltar la pequeña mano que sujetaba, pero esta se apretó con más fuerza alrededor de la suya.


—¿Ya despertaste? —Pronunció con voz apenas audible, pero con la suficiente intranquilidad por conocer cómo se sentía el rubio.


 Los ojos de Matt se abrieron, pero no parecían mirarle fijamente, y el pelirrojo recordó que la mirada de Seere también era de un color azul tan hermoso como el de los ojos del rubio, y justo ahora por primera vez veía en esos ojos una profunda tristeza.


—Buen día Owayne… — contestó finalmente— ¿qué haces en el piso?


—Lo siento. Me quede dormido en mi intento de cuidarte


Se inclinó hasta quedar a su altura, tocando su frente para comprobar que la fiebre había pasado


—Me siento mejor, deberías descansar… lamento haberte preocupado


—No hay problema, creo que descansé lo suficiente, iré a preparar el desayuno.


Se levantó dirigiéndose a la cocina para realizar su labor: huevos con tocino, pan tostado y jugo de naranja, nunca fue bueno preparando desayunos o cocinando en general- más cuando en la funeraria era Demian quien desempeñaba esa labor- pero al menos sabía que lo que preparaba era comestible y que Matt aceptaría gustoso cualquier cosa.


Le llevó el desayuno hasta la cama al rubio y lo tomaron juntos, al principio un poco silencioso, pero después con más ánimo. Luego de ello quiso caminar por el centro, a pesar de que el pelirrojo no estuvo del todo de acuerdo debido a su estado la noche anterior terminó por convencerle tras asegurar que se sentía mejor tras haber descansado.


Era un bonito día, nublado pero no demasiado frío, en las calles se juntaban algunos turistas a ver las interpretaciones de actores y músicos callejeros.


Owayne trató de mostrar su sonrisa, pero era difícil de hacer cuando quería desaparecer al ver la mirada afligida en el rostro de su amante.


Le siguió en silencio hasta que se detuvo en el parque y se sentó en una de las bancas observando a las aves, Owayne le imitó y se sentó a su lado, esperó un momento hasta que el rubio habló.


—Aun no te lo he dicho


—¿El que?


—Lo que quiero de ti


—Matt…


—Está bien Owayne… porque lo que deseo es verte feliz… y sé que no lo eres conmigo… tu sonrisa vale más que mi capricho de que permanezcas a mi lado.


Owayne se conmovió de escuchar esas palabras, sintiéndose más culpable porque si Matt era demasiado para él, y sin embargo el rubio parecía ver las cosas al revés.


—Tonto, ¿crees que no soy feliz contigo?


—No como lo serías con Seere


—Jamás te he comparado con Seere, no deberías hacerlo tú


—No es compararme… simplemente es aceptar que no puedo cambiar tus sentimientos… y realmente no tienes que hacerlo… por eso ve con él… así como tú quieres verme feliz yo quiero que tú lo seas, si permanecemos juntos no haremos más que dañarnos el uno al otro.


Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, obligando a Owayne a permanecer fuerte, si todo había terminado por lo menos deseaba ver a Matt no tener que preocuparse por él.


—En verdad que lo lamento…


—Solo recuerda que lo que siento es real… te quiero Owayne


—Lo sé… y de verdad lo siento, porque creo que no existe una persona en el mundo que pudiera brindarme sentimientos tan sinceros como los tuyos.


—No te rindas… creo que Seere también te ama… no veo cómo podría haber alguien que no amase la gran persona que eres.


—No tanto como tú —depósito un casto beso sobre la mejilla del otro— por eso esfuérzate en encontrar a alguien que valore eso, de acuerdo.


El rubio limpió sus lágrimas y finalmente sonrió, asintiendo y dejándole ver que pese a lo difícil de la situación el seguiría adelante.


—Vale, gracias por todo, es momento de que vuelva a casa.


—¿Por eso es que quisiste venir? Sabes que no es necesario que te vayas


—Lo es… gracias por permitirme estar a tu lado todo este tiempo


—Al contrario… gracias a ti… supongo que no hay nada que te haga cambiar de opinión


El rubio negó


—En ese caso cuídate mucho porque créeme que el que terminemos no significa que me despreocupare de lo que te pase, así que estaré vigilando que cumplas lo que me estás diciendo ahora.


Matt sonrió un poco más sinceramente al notar la actitud de Owayne


—Vale, también cuídate… nos vemos después


Lo acompañó al autobús y le abrazó por última vez, y sonriéndole con felicidad por el poco, pero grato tiempo juntos, le miró marcharse. Definitivamente no encontraría a otra persona en el mundo como Matt.


Posiblemente se encontraba en el mismo lugar en el que comenzó, solo y con el único deseo de convertirse en alguien importante para Seere, el chico del que se enamoró en un instante, pero esta vez estaba dispuesto a cumplir ese deseo.

Notas finales:

Gracias mis amados lectores :) nos leemos la próxima n.n/


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