Una despedida que no lo pareció, el cálido “hasta pronto” fue pronunciado por los labios de Chris y cada uno partió por su lado, Owayne caminó un poco sintiendo el penetrante frío y finalmente entró a la funeraria para encontrarse con el jefe terminando unos últimos papeles.
— Creí que tardarías más, ¿Qué pasó con Chris? ¿No es tu novio?
La pregunta hizo que Owayne se sonrojara al saberse tan obvio.
— No es mi novio… solo es un amigo, y ya se ha ido. Así que volví a completar el turno.
— Siendo así que mejor, en fin por qué no vas a ayudar a Seere.
— En seguida — sonrió de manera servicial.
Llegó al cuarto donde el chico pasaba todo el tiempo encerrado, el lugar donde se preparaba a los cadáveres, pero debido a la falta de trabajo él solo dormía sobre el escritorio, Owayne se entristeció al verlo, le parecía adorable y deseaba poder ayudarlo de alguna manera, permaneció un momento así hasta que una voz lo hizo sobresaltarse.
— ¿Así que te gusta espiar a la gente mientras duerme? — Dijo serio el pelinegro, quien al parecer no estaba dormido.
— No sabía si despertarte — se excusó el pelirrojo — por cierto, la laptop que estabas arreglando… era mía, me sentiré mal si no te pago… así que dime, cuánto te debo.
— No es nada
— En serio, ¿o acaso tan mal quedo como para que no necesites cobrarme? — se burló.
— Estúpido, soy un ingeniero en sistemas, obviamente quedo bien.
— Ingeniero, ja, no te alabes tanto, para ese título necesitas terminar una carrera — le reprochó el pelirrojo.
—Lo cual ya hice — afirmó hastiado el maquillista
—Imposible… ¿cuántos años tienes?
—23
¿23? ¿Aquel chico al cual no le calculó más de 17… tenía 23?
— Mentiroso.
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—Pues si… resulta que nuestro querido Seere es todo un ingeniero y tiene 23 — confirmaba Demian ya que Owayne no se quiso quedar con la duda.
—¿Y cuantos tiene usted “señor universitario”? — Se burlaba el pelinegro — supongo que después de todo el crío es otro.
—19… — confesó conteniendo lo vergonzoso de la situación — ¿y que con eso? debería avergonzarte a ti por no aparentar tu edad real, ¿cuánto mides? ¿1.70?
—1.71 y estoy bien con ellos, si midiera tus 1.86 sería peligroso caer de esa altura.
—Uy discúlpame, tal vez uno de estos días te pise accidentalmente.
—Uy discúlpame tal vez uno de estos días llame a control animal diciendo que hay una jirafa en la funeraria.
—Por lo menos una jirafa es algo decente, ¿qué eres tú un duende?
Mientras ambos seguían discutiendo cosas absurdas la paciencia de Demian parecía esfumarse
—¡Quieren callarse ambos! Ahora largo a trabajar, par de mocosos.
—Lo sentimos señor — aunque el único disculpándose era Owayne
—Perfecto, ahora los dos irán a hacer la entrega del trabajo de Seere, nuestro transportista está ocupado así que Owayne toma las llaves del auto, espero que sepas manejar.
—Por supuesto señor.
Ambos se marcharon, Seere le explicó brevemente que el trabajo era relacionado a las computadoras de una compañía y él se encargó de arreglarlas, aunque no tenía nada que ver con la funeraria era conveniente para Demian porque el cobraba por acarreo y flete. Owayne alegre condujo por la ciudad, al parecer no estaba muy lejos, entregaron el paquete como era debido y regresaron.
En el camino Owayne conducía tranquilamente, las calles se veían un tanto vacías, todo iba bien cuando de pronto un auto le intentó rebasar de mala manera, pese a que el chico se orilló para que los tipos de atrás pasaran, estos se limitaron a seguir golpeándolos con su auto.
—Maldición qué hacen — exclamó el pelirrojo — el auto es de Demian…
—Ignóralos, solo acelera.
El chico obedeció, más no era suficiente, Seere comenzando a molestarse pisó a fondo el acelerador perdiéndolos en el camino, pero llamando la atención de una patrulla que estaba cerca y los obligó a detenerse.
—Genial… y ahora somos los malos
Bajó la ventanilla observando un hombre maduro de cabello castaño oscuro y ojos del mismo color.
—Seere Cross eh — anunció el oficial — ¿por qué no me sorprende?
—Oficial Aldrich — devolvió Seere — me pregunto por qué será.
—Escuche oficial — comenzó Owayne — no es nuestra culpa unos tipos comenzaron a…
De pronto sus palabras se vieron interrumpidas por los mismos chicos de antes, el oficial Aldrich al ver lo que sucedía lo comprendió
—Vuelvan con cuidado — se despidió, dispuesto a perseguir al otro auto.
—No sabía que el oficial te conocía — comentó Owayne un poco más aliviado — y mira que ya saber tus manías — rio recibiendo un golpe de Seere
—Me conoce porque alguna vez me ayudó cuando era niño, desde entonces está al pendiente de mí.
—Ya veo — sonrió conduciendo nuevamente a la funeraria, donde Demian se portó muy amable pese al enorme golpe en el coche… solo diciéndole que lo iría descontando de su paga.
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El nuevo amanecer llegó y con él Owayne llegó a la funeraria, fatigado por lo que sucedió el día anterior, exhaló y se preparó para un trabajo que nunca llegó.
—Parece que el universo no desea que el negocio prospere — bromeó su jefe — por qué no vas a donde Seere quizás él tenga algo interesante que hacer, les llamaré si necesito algo.
—De acuerdo.
Subió las escaleras hasta la habitación de Seere. Tocó y él anunció que podía pasar.
Owayne entró notando lo peculiar de la habitación: Las paredes tapizadas de blanco con la pintura de un árbol seco y varios cuervos, la cama con sábanas y almohadas negras, una mesa en forma de dragón, junto a la cual yacía un enorme librero todo combinando en una perfecta escala de grises junto con el resto de muebles, candelabros y cruces por doquier, mas allá se veía un espacio para posiblemente su trabajo ya que tenía varias partes de PC apenas visibles tras unas persianas de cristal cortado y un simpático sillón en forma de ataúd.
Era la primera vez que veía algo así, pero prefirió no hacer comentarios, de hecho le parecía un trabajo muy artístico. Además estaba ahí solo por trabajo.
Pero por más que esperaron no ocurría nada interesante, las horas pasaban y la falta de trabajo les imposibilitaba hacer algo más, Seere se limitó a soplar pajillas molestando a Owayne cada vez que lograba darle.
—¡Deja de hacer eso! Eres un tonto, me niego a seguir limpiando tu caos — exclamó molesto el pelirrojo dejando caer las pajillas que había levantado.
—Es inevitable, falta trabajo, incluso el maquillarte a ti no levantaría mi ánimo.
—No hay nada que a ti pudiera levantarte el ánimo.
—O la verga.
—¿Qué? — Owayne corroboraba avergonzado creyendo que el chico tal vez no había dicho aquello
—¿Qué cosa? — Fingía demencia el pelinegro
—¿Que dijiste?
—¿Que dije de qué?
—Eres un tonto, y mira que tener 23 — musitó mientras era golpeado con otra de las pajillas.
—Disculpe si mi exceso de infantilismo le molesta, señor madurez — exclamó sarcástico.
—Señor madurez… — rio — mira quien lo dice amargado.
Tomó una de las almohadas y golpeó a Seere, quien molesto le devolvió la agresión con otro de los almohadones, comenzando una feroz guerra que trajo solo caos a la pulcra habitación.
Owayne estaba ganando lo cual se notaba al estar encima del pelinegro, tomó una de las almohadas sin notar cual era cuando vio que Seere volvía a mostrarse molesto.
—No te atrevas a tocar a Flippy — expresó tajante mientras le dirigía una mirada fulminante
Owayne sin comprender del todo miró bien, aquella almohada tenía forma de una ballena.
—¿Se supone que este ballenato es Flippy? — preguntó extrañado.
—¿Tienes deficiencia mental? eso es una orca y si… es Flippy —Owayne bajó del chico y acomodó al peluche en donde lo encontró, sonriéndole de manera tierna
—Lo lamento, no era mi intención hacerle algo a Flippy— se acostó a su lado sintiendo el tiempo pasar.
—Esto es demasiado aburrido, creo que debería irme a casa — anunció el chico de orbes esmeralda luego de un rato.
—Demian jamás te dejará
—Igual y lo intentaré — afirmó seguro mientras se levantaba de la cama.
Mala decisión por parte del chico, si algo odiaba Demian era la impuntualidad y eso incluía el querer irse antes, podía verse la espesa y temible aura emanar de Demian
—¿Escuche bien… has dicho irte a casa? — aunque el motivo de dicha pregunta no era corroborar la respuesta sino más bien darle oportunidad de cambiarla.
—Lo siento, creo que no… yo… regresaré al trabajo
Corriendo regresó al cuarto, aun temblando impávido por la escena que acababa de presenciar.
—Es necesario reiterarte que te lo dije — le reprochó el oji celeste.
—No, no lo es, joder, ahora que recuerdo tengo una tarea importante, y justo hoy la recuerdo, tal vez la realice en lugar de estar perdiendo el tiempo.
Se dispuso a hacerla, pero no lograba entender bien los conceptos del problema, así se quedó largo rato sin entender nada, pasaron horas y era hora de irse a casa.
—Terminó el turno, ya puedes ir a casa Owayne — anunció Demian, quien lucía tan amable que resultaría imposible pensar que era un demonio en realidad.
—No iré si no termino esto — comentó exasperado.
—Como quieras, aquí vivimos Seere y yo, no creo que le moleste compartir su habitación, ve a dormir pronto, buenas noches.
Owayne siguió sin poder ir ni atrás ni adelante, solo observaba a Seere dormir tranquilamente
—Maldición, no debí faltar a tantas clases… no puedo entenderlo, tal vez deba dejarlo por hoy, el ver a Seere dormir así me da sueño.
Sin darse cuenta quedó profundamente dormido, hasta que una reacción de esas que te avisan “ya es tarde” llegó a sus sentidos, miró el reloj… faltaban 20 minutos, y recordó la causa de su desvelo, miró a su cuaderno con el ejercicio resuelto y una nota “si eres demasiado estúpido para hacer las cosas, por lo menos no lo seas para pedir ayuda, no me despiertes pd: ojala un coche te atropelle estúpido”
Owayne miró a Seere, se acercó lentamente y susurro un leve “Gracias” que como respuesta obtuvo un tremendo golpe
—¿Por qué hiciste eso? — cuestionaba Owayne frotando su frente
—Dije claramente “no me despiertes” ¿eres tan estúpido como para procesar el significado de eso?
—Lo siento, vuelve a dormir, y gracias, te debo una… bueno muchas, lo compensaré.
—Que te atropellen dos coches, estúpido
—Eso no fue nada lindo.
Él volvió a acostarse, dejando visible su acostumbrada seña con el dedo medio, Owayne lo miró, definitivamente era amor, aun sin siquiera darse cuenta cómo ocurrió y lo más cruel era que no sentirse correspondido, pero sentía una extraña felicidad con simplemente poder tener momentos como aquellos.
—Owayne… si el jefe no se encuentra no hagas ninguna pregunta estúpida.
—¿Qué cosa?
—Y lo estás haciendo de nuevo…
—Imposible hablar contigo —fue a darse una rápida ducha y despedirse del jefe, quien si se encontraba.
—Tampoco era necesario que te quedases toda la noche aquí, claro que si deseas puedo darte alojo.
—¿En serio? No bromee con eso, o créame que me tendrá todo el día aquí.
—Eso sería bueno, anda apresúrate o llegarás tarde.
—Muchas gracias nos vemos en la tarde jefe.
Owayne partió de ahí, preguntándose el por qué Seere habría dicho aquello, que el jefe no estuviera no era tan grave ¿O sí lo era? ¿Dónde podría haber estado toda la noche? Intentando no pensar demasiado en aquello dio un último vistazo a la funeraria, así es como sus monótonos y aburridos días terminaban...