Eran poco más de las siete de la mañana, y hacía tanto frío que Joshua no podía dejar de tiritar. Jake amablemente le colocó su abrigo sobre la espalda, intentando reconfortarle un poco y consiguiendo en el acto, como recompensa su dulce sonrisa. Cansados tomaron asiento en la sala principal de la funeraria mientras Demian amablemente les ofrecía unas bebidas calientes.
Estaban por tomarlas cuando apareció un furioso Owayne que, sin perder tiempo, se dirigió de forma molesta a Jake.
—¿En dónde demonios te metiste? Estuve esperando 8 horas, 8 malditas horas en el frío ocultándome de tu loca amiga acosadora que no es capaz de procesar el significado de la frase “soy gay”
—Al menos sigues vivo— se burló el peli verde
—Maldito ¿dónde está tu jodida consciencia?
—Al menos no era una violadora, así que no, no me remuerde la consciencia
—Eres un…
—Owayne, ¿por qué no regresaste con nosotros?— cuestionó preocupado Angel que recién llegaba junto con Neal y escuchó la conversación.
—Oh si, quizás haya sido porque ustedes se perdieron con rumbo a un hotel— le reprochó molesto.
—Ok no hay más preguntas —rio sonrojado el rubio
—Vaya los noto muy animados, supongo que la fiesta fue buena, eh —preguntó interesado Demian sentándose junto a ellos
—Fue una boda demasiado hermosa —opinó emocionado Angel— la novia estaba perfecta aunque el vestido debía acentuar un poco más la perfecta forma que tiene, pero fuera de eso todo era genial, el novio, el ambiente, la decoración… amo las bodas… y todavía falta asistir a la de Jannice.
—¿Cómo? ¿Jannice se casará? —Preguntó Neal sorprendido
—Anda no te lo había dicho… bueno Allan no pudo casarse con Clarisse, pero entonces comenzó a hacerse más y más cercano a mi amiga y en 3 meses se casarán.
—Supongo que todos están teniendo sus finales felices —exclamó alegre el pelirrojo olvidando la mala noche que pasó gracias a cierto punk.
—Todos excepto tú mi querido Owayne —comentó con preocupación Angel al saber que su hermano y él aun no estaban juntos como deberían— aun no has arreglado las cosas con Seere, ¿no es verdad?
—Claro que lo arreglé… Seere y yo somos amigos… supongo que eso es suficiente
—Tonto, no te esfuerces en aceptar algo que simplemente no te haga feliz —le reprendió amablemente mientras le abrazaba de forma gentil.
—Vale…
—Vamos Angel, no debe ser fácil tampoco para él— le separó Neal— especialmente ahora que está con Matthew.
—De hecho… terminamos hace poco —confesó haciéndolos sorprenderse— ah pero todo va demasiado bien, seguimos siendo buenos amigos… pero es por eso, que esta vez no pienso perder tiempo, haré lo que sea necesario para volver a estar con Seere
—Bien dicho, pelirrojo.
—¿Y qué es lo que piensas hacer, hijo? —preguntó Demian con una gran sonrisa sabiendo lo que ocurriría en seguida.
—Supongo que buscar trabajo en la funeraria Eternall —contestó en complicidad.
El mensaje que recibió Seere le sorprendió, pocas veces usaba el teléfono y que sonará cuando estaba fuera no era algo común, notando que el remitente era Demian leyó el contenido: “Apresúrate hijo, tienes que conocer a tu nuevo compañero de trabajo”
Guardó nuevamente el dispositivo preguntándose por qué era necesario que conociera a un empleado más de la funeraria, después de todo no tenía nada que ver con él… y repentinamente la idea llegó a su mente: “Y si acaso si tenía que ver con él”
Rojo, amarillo y finalmente verde. Los colores de los semáforos pasaban demasiado lentos para su gusto a diferencia de su ansiedad que incrementaba a cada segundo. Sólo era Owayne, entonces ¿por qué le ponía así?
No negaba que le había extrañado, pero bien sabía que si el pelirrojo se había ido, en primer lugar era culpa suya, ahora que regresaba no tenía derecho a interferir en la mejor vida que debía tener, especialmente ahora que estaba con Matt.
Recargando su rostro en su mano izquierda miró el paisaje por la ventana, era un día muy frío, de esos en los que seguramente el sol no saldría.
Cuando llegó a la funeraria, curiosamente ya no había nadie más que el jefe, quien seguramente estaba demasiado ocupado como para notar que había regresado. Se dirigió a su habitación y entró, notando que Owayne dormía sobre la cama, se acercó sin hacer ruido y se colocó en cuclillas para estrujarle gentilmente. El pelirrojo entreabrió los ojos aun adormilado, más cuando notó el rostro de Seere despertó enseguida.
—Seere, lo lamento
—Está bien, ¿qué haces aquí? ¿Es por lo de la boda del hermano de Jake?
—No del todo… bueno regresé a trabajar en la funeraria… —pronunció confirmando que sus sospechas eran ciertas— ah pero está bien no hay necesidad de compartir tu cuarto, puedo ir y venir como lo hacía en el principio, maldición que tarde es, debo irme.
—Sabes que no hay problema si te quedas
—No quiero causar molestias
—De cualquier manera estaba acostumbrado supongo.
Un incómodo silencio se formó entre ambos, Seere estaba por retirarse cuando Owayne recordó algo importante.
—Ah por cierto traje a Yeot mo, es demasiado raro pero parece solo comer cuando estamos ambos… después que lo dejaste se negó nuevamente a comer.
El roedor, como si les escuchara se levantó en dos patas desde su jaula y luego comenzó a correr en círculos, a pesar de que la situación parecía graciosa les desconcertó a ambos.
—Supongo que es su manera de expresar que está feliz —comentó Owayne sacándolo de la jaula— ¿Al menos esta vez puedo ofrecerle hojuelas?
—Si puedes.
Asombrado por su serenidad, el pelirrojo tomó una caja con cereal de su bolso y los ofreció al wistar que en seguida los aceptó e incluso pidió más, prosiguió en ello hasta que parecía estar satisfecho.
—Por cierto Seere, yo… necesito decirte algo
—Te escucho
Owayne notó su mirada seria y profunda, le prestaba demasiada atención haciendo que se sintiera inseguro sobre decir aquello, pero ya lo había decidido antes, así que exhaló y decidió comenzar.
—La verdad es que…
Ni siquiera pudo terminar su frase pues la puerta comenzó a ser tocada con constancia, Owayne al estar más cerca la abrió encontrando a Evan tan sorprendido como él.
—Lo lamento— se disculpó Demian tras el peli azul— insistí en que no entrara pero es bastante persistente.
Evan sonrió triunfante y entrando a la habitación empujó a Owayne fuera —Lo siento apuesto pelirrojo, si deseas hablar con Seere tendrás que esperar.
—Oye que… —Una vez dentro puso el seguro a la puerta haciendo enfurecer aún más al pelinegro —abre la puerta, maldición.
—Lo siento, lindura, esto es importante.
Seere bufó molesto al notar el rostro de satisfacción sobre el otro y dirigiéndole una mirada fulminante le cuestionó.
—¿Hasta cuándo me dejarás en paz?
—Hasta que me escuches— las insistentes palabras le hicieron rodar los ojos y tras considerarlo decidió terminar con eso de una vez.
—Si con eso me puedo librar de ti me parece perfecto— abrió la puerta para indicar a Demian y Owayne que les dejaran solos un momento— tienes 5 minutos
—Oye eso es cruel, ¿tan ansioso estas por decirle al pelirrojo que también le amas?
—El tiempo sigue corriendo— se limitó a contestar, inexpresivamente.
—Oye, oye tranquilo, ¿qué te parece si nos olvidamos del tiempo y te hago una simple pregunta?— el pelinegro encogió los hombros, dándole a entender que le daba igual— bien ¿qué harías si te digo que te amo?
—Esa cosa llamada amor es sólo un sentimiento equivocado… y claro la obvia excusa para joder.
—Pues no parece importarte con el pelirrojo
—Incluso con él… yo no puedo amar
El peli azul soló rio tras la respuesta de Seere, haciendo que esté último se virara mirándole con molestia.
—¿Qué es tan gracioso?
—Es solo que ¿qué es lo que pretendes lograr con amor? El amor es algo difícil de poner en palabras porque cada uno tiene su propia definición de él… por eso deberías hacer tu propia idea de amor en lugar de buscar respuesta en alguien más. No vivimos nunca, sino que esperamos vivir; y disponiéndonos siempre a ser felices, es inevitable que no lo seamos nunca
—Tu tiempo se terminó, ya hiciste tu pregunta así que puedes retirarte y asegúrate de cerrar al salir.
Se dirigió a su zona de trabajo mientras se colocaba unos audífonos para evitar seguir siendo molestado como supuso que sucedería.
—Espera aún no termino— insistió alcanzándole y arrebatando el aparato en cuestión— Oye, mira no soy ningún tipo de acosador, solo quiero saber si tú eras el novio de Taylor.
—¿Y que si así fuera?
—Pues que hay algo que necesito entregarte— la respuesta de Evan lo trajo de regreso a la realidad, perdiéndose entre los orbes dorados tan parecidos a los de Taylor
—¿Qué cosa?
—Es algo de Taylor, así que por favor considéralo
—Algo de Taylor… —meditó unos segundos y enseguida el peli azul le mostró un sobre.
—Una carta, son las últimas palabras que mi hermano escribió para ti, quiso que te fueran entregadas… y bueno aquí están.
Seere tomó entre sus manos aquel papel, un poco maltratado por el tiempo, pero en cuya parte frontal se podía notar la singular caligrafía de aquella persona que amó.
—¿Por qué ahora?— cuestionó entre la desilusión y la molestia, sabiendo que los años desde la muerte de Taylor no habían sido pocos— tus padres sabían en donde estaba, ¿no podías simplemente venir?
—Hace mucho que no sé de mis padres—se sinceró sin ocultar la culpabilidad— te he buscado por todos los lugares para cumplir el deseo de mi hermano, tomó mucho más de lo que esperaba pero he cumplido mi parte.
—¿Sabes qué es lo que dice la carta?
El otro negó —La carta era para ti, jamás la he abierto. No sé lo que diga, pero confío en que sea algo que te ayude, seguramente lo será.
Confundido por lo que acababa de suceder, Seere asintió, aun cuestionándose que era lo que debería de hacer con ese pasado que se negaba nuevamente a irse. Levantó la mirada y buscó los dorados orbes todavía sin comprender.
—¿Y se supone que lo lea ahora?
—No lo creo, tú sabrás cuando sea el momento
—Bien la leeré ahora —bufó inexpresivamente mientras empezaba a abrir el sobre.
—Que… no oye dame eso— exclamó arrebatándosela— ¿Dónde queda el drama si la lees justo ahora, ya esperaste 6 años no cuesta esperar un poco más?
—Bien, esperaré, devuélvemela.
—Supongo que aquí termina mi trabajo aquí— exhaló con una sonrisa mientras le devolvía el sobre— cuídate mucho Seere y por favor sé feliz, eso es lo que hubiese deseado mi hermano.
—Sé que él deseaba eso… pero no puedo serlo sabiendo que no pude hacerlo a él
—De que hablas… Taylor jamás en su vida fue tan feliz como en el tiempo en que estuvo contigo
—¿Tú crees que de verdad fue amor?
—Estoy seguro de ello, ambos eran felices no hay mejor prueba de ello, quizás no lo amabas como lo desearías ahora mismo, pero sé que lo amabas con todas tus fuerzas… eso es lo importante ¿no lo crees?
—Es verdad… quizás no pude entregar mucho… pero si todo lo que pude. Supongo que gracias
—No hay de que, tengo que irme, creo que he cumplido mi objetivo.
Salió por la puerta observando por última vez al joven pelinegro que parecía tan frágil, definitivamente nunca lo llegó a conocer del todo bien, pero podía jurar que aquel chico amable que se enamoró de Taylor seguía ahí.
Miró al chico pelirrojo esperando en las escaleras y no pudo evitar reír al notar que sus sentimientos llegaban al grado de preocuparse de esa manera.
—Él estará bien —aseveró— asegúrate de cuidarle.
Owayne confundido asintió, y el peli azul, sin más que decir, salió, adentrándose en la noche invernal y la blanca nieve, notando la tenue luz empezaba a pasar y una ráfaga de vigorizante aire llegó de repente.
—Bien Taylor, tu deseo fue cumplido, ahora solo depende de él…
Owayne tocó la puerta y Seere accedió a que pasara, el pelirrojo se sentó a su lado
—¿Todo está bien?
—Si… lo está— contestó el pelinegro con una expresión de tristeza indiferente, provocando que el otro se preocupara.
—Sabes que puedes decirme lo que sea
—No es gran cosa solo… la carta que Taylor escribió para mí.
Su voz se volvió grave, como si aún le persiguiera el recuerdo de la súbita pérdida. Desilusionado de saber que así como su amor por Seere no desaparecería, tampoco el de él por Taylor lo haría.