Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Rompiendo el caparazón de dolor por Dereck G de Sehamforash

[Reviews - 404]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Nuevamente el epilogo ¬¬ lamento esto, algunos problemas técnicos XD mil gracias a quienes siguieron este fic ;u;

Un nuevo año llegó y el frío parecía ser escondido con la emoción del nuevo comienzo, las calles llenas de nieve mantenían aun en espera a los árboles marchitos que ansiaban la primavera, el tiempo siguió su andar y finalmente las cosas parecían ponerse en su lugar, como si no hubiese podido suceder de otra manera.


Matt vio salir a la primera mariposa del insectario, un proyecto que disfrutaba desde que entró a la universidad, sorprendido la vio aletear, lamentándose porque las orugas llegaron justo cuando Owayne había comenzado a salir con él. Y ahora nacían, fuera de temporada, quizás el insectario tenía un clima adecuado pero preferiría haberlas visto nacer en primavera.


Tomó la mariposa y la colocó en el lado de las arañas, esta comenzó a volar y quedó atrapada en una de las redes, tomó su cámara para tener una buena fotografía aunque no se sentía del mejor humor para hacerlo. Luego de varios intentos se rindió y se sentó a mirar los arácnidos comenzar a acercarse para devorar la mariposa, sintió algo de compasión pero creyó que no habría problema; era la naturaleza.


—Cuando algo ha encontrado su felicidad lo mejor que podemos hacer es alejarnos y no intentar cortar sus alas.


Matt volteó notando que se trataba de Chris, quien se acercó hasta él y con cuidado desenredó al alado insecto para luego dejarlo en libertad.


—No pretendía cortar sus alas, sólo ver como intentaba liberarse de un lugar que solo le haría daño, pero al parecer no puede hacer nada para salir…


—No creo que sea una buena analogía si piensas en Owayne —le reprochó entendiendo la razón de sus acciones— él es feliz y estoy seguro que no sufrirá al lado de Seere.


—Eso espero.


—Y tú también deberías buscar algo que te haga feliz en lugar de poner a los insectos a devorarse unos a otros. No sólo tú sufres por una ruptura.


—¿Acaso un genio insensible como tú también tiene sentimientos? —se burló el rubio, curioso de saber quién había logrado enamorar al mayor.


—¿Acaso lo dudas? Para tu información los genios como yo también sentimos y necesitamos alguien interesante.


—¿Intentas flirtear conmigo?


—Por favor, ¿escuchaste acaso la palabra “interesante”?


—Bueno, para mí tú no eres interesante así que no me juzgues, si creía que eras desagradable creo que eres peor cuando tu novio te deja…


—A diferencia de ti no soy un mocoso homosexual, y solo para que lo sepas recién terminé con una chica, no con un hombre.


—Al menos no soy el único. —musitó dando fin a la pequeña conversación, al menos hasta que el silencio le fue demasiado incómodo— ¿Sabes? comienza a hacer frío vayamos por un café, yo invito.


—Creo que el que intenta flirtear es otro…


—Quien sabe…


 


*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*


Neal y Angel ya de por si eran una pareja perfecta, una pareja que podría tener mil problemas, pero mil y una razones para permanecer juntos pese a ellos.


Cierto era que por sus trabajos tenían poco tiempo para ellos mismos, pero justamente eso les hacía valorar más los momentos en que podían verse y Angel adoraba salir a medio trabajo solo para ir hasta el estudio a recordarle a su amante lo mucho que le amaba.


—Joven Taylor hay alguien que necesita verle, intenté evitarlo… pero ha insistido.


—Estoy en medio del ensayo no puedo… —no obstante, antes de terminar, el ver al rubio al otro lado del cristal le obligó a sonreír y acceder a salir— gracias por avisarme.


Pidió un descanso y salió a ver a Angel, se sentó a su lado en la banca y le entregó su bufanda puesto que pese al frío el rubio vestía muy primaveral.


—¿Estoy molestando? —preguntó inocente Angel haciendo que el otro riera.


—Por supuesto que no, tú jamás molestarías. Pero ¿no tienes más trabajo de lo normal ahora que Clarisse está preparando su boda?


—Justo por eso, me estresa tanto trabajo así que necesito verte para sentirme mejor.


—Lo hubieras dicho antes y habría usado toda la noche para hacerte sentir mejor —susurró de manera seductora en su oído, haciéndole sonrojar y acceder sonriendo hasta unir sus labios, mas no tardaron en ser interrumpidos por el director que molesto llamó a Neal.


—Bueno, supongo que debes regresar —el rubio sonrió aun sentado.


Neal suspiró sabiendo que aquellas palabras eran verdad, acarició su cabello y depositó un beso más sobre sus labios.


—Que tengas un lindo día amor.


Dio la vuelta y antes de volver a entrar Angel volvió a hablar.


—¿Sabías que Seere y Owayne han vuelto?


—Ya era hora de que lo hicieran, ¿no lo crees?


La sonrisa de Angel se volvió más amplia y haciendo una seña de despedida con su mano se retiró hacia su trabajo nuevamente, ansioso de que llegara la noche para volver a estar al lado de su amado.


 


*.*.*.**.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.


Jake con Joshua seguían bastante cerca sus pasos, siendo algo así como una “feliz pareja” a pesar que las peculiares diferencias entre ambos, en ocasiones visitaban a Gilbert o a Wilfrid, teniendo que enfrentarse en más de una ocasión al padre de ambos, mas no igual con la madre de Jake que poco a poco comenzó a mostrarse un poco más comprensiva.


—¿Quieres comer un poco más cariño? —ofreció amable la señora Winckelmann a su hijo.


—Creo que paso.


—¿Qué hay de ti, Joshua? —se dirigió esta vez al otro, con quien últimamente demostraba más afecto.


—Muchas gracias señora, estoy satisfecho.


—Vamos querido, siempre hay espacio para el postre.


—Está bien, sólo un poco más —accedió finalmente, haciendo a su medio hermano sorprenderse por su capacidad para los postres.


—Joshua, ya fue demasiado postre por hoy.


—Sólo uno más —pidió con ojos suplicantes haciendo que Jake tuviera que ceder.


—Maldición, no sé qué hice mal pero me temo que te he embarazado.


Aunque Joshua se sonrojó no pasó lo mismo con la madre de Jake, quien largó una carcajada, aunque Jake pudo notar una mirada de melancolía porque un nieto era algo que jamás podría darle, pero al menos estaba Gil, seguro que él y Anne tendrían hijos de lo más lindos.


La madre se levantó por el postre y Jake no dejó ni un momento de mirarla, aun cuando reía sabía que por dentro estaba dolida. Después de que supo que el matrimonio con su marido no era lo que hubiera deseado se volvió un tanto más comprensiva con él, dejando todo aquello que no le hacía bien como sus falsas amistades.


—Tu madre está tardando un poco… —musitó el más pequeño con preocupación.


—Llorar no lleva poco tiempo.


—¿Eh? ¿Si está llorando no deberíamos…? —Jake le sujetó antes de que terminara de levantarse, negando con la cabeza.


—Todos tenemos que lidiar con nuestros demonios de vez en cuando, será difícil, pero valdrá la pena, lo sé por experiencia.


Joshua sonrió comprendiendo, asintió y continuo con la espera, aunque la felicidad era difícil de conseguir al final valía la pena. Lo sabía porque la suya se encontraba justo a su lado, sujetando su mano y esperando con él.


 


*.*.*.**.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.


Gerard giró su cuerpo con lentitud, removiendo las sábanas para contemplar aquel rostro que alegraba sus días, sus noches y su vida entera, aun durmiendo con la respiración tranquila. Amaba la paz que le transmitía el observarle de esa manera y sonrió contemplándole un rato más hasta que el mayor notó su mirada sobre él.


—Buenos días Gerard —saludó acariciando su mejilla y haciéndole sonrojar— despiertas muy temprano como siempre.


—Ya te lo he dicho antes: dormí demasiado como para desear desperdiciar un minuto más durmiendo en lugar de aprovechar la vida a tu lado.


Demian sonrió al saberse correspondido y le atrajo hacia él hasta que sus labios se unieron en un perfecto beso. Esa era la manera en que despertaban cada mañana, quedándose incluso horas conversando sobre cualquier trivialidad o sujetando sus manos, eso para ellos era hacer el amor, porque no necesitaban algo carnal. El simple tacto de su piel y el calor de sus labios sin malicia, entregando el alma en un simple roce era lo que uno al otro hacían sentir.


Esta vez no fue distinto: Gee se recostó sobre el pecho de Demian mientras este acariciaba su cabello y lo enredaba entre sus dedos.


—¿Sabes algo? Creo que los días de paz terminaron ahora que esos dos vuelven a estar juntos.


—Los días tranquilos no son tan hermosos como los días llenos de alegría.


—Qué irónico que deba haber alegría en una funeraria.


—No por trabajar en la funeraria debemos hacer el ambiente más sombrío.


—Realmente con mis empleados es imposible tener algo como un ambiente sombrío…


—Y espero que así sea por mucho.


—Estoy seguro que lo será, así como nosotros logramos estar juntos… y está vez para siempre.


Y Gee sonrió enternecido, porque el deseo era mutuo. La nieve cayó como si desease limpiar el dolor del pasado, el año que comenzaba definitivamente sería mejor, y la vida a partir de entonces, también.


 


*.*.*.*


 


Evan entró sorprendiéndose que su llave aun siguiera funcionando luego de ese tiempo, se adentró hasta la recamara donde se encontró a un emocionado Kevin que dejando el circuito que armaba volteó como si ya hubiese esperado por su llegada.


—Bienvenido.


—Dime que no te has vuelto un hetero que se olvidó de Evan.


—Tonto, ¿cómo podría volverme hetero? Por cierto ¿quién es Evan? —bromeó haciendo que el menor golpeará cariñosamente su brazo.


—Que gracioso.


—¿Todo terminó bien?


—De alguna manera supongo que si… lamento haberme ido tanto tiempo.


—La espera al final trae su recompensa.


—Gracias por esperar.


—No hay nada que agradecer.


 


*.*.*.**.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.


 


Y por su parte Owayne y Seere pudieron ser lo más parecido a una pareja normal, con días buenos y malos pero siempre con el deseo de estar juntos pese a todo.


—Owayne, volviste demasiado pronto —musitó Seere limpiando con un trapo la pintura de sus manos y dirigiéndose hasta donde Owayne.


—Sólo fui a traer algo que desde hace tiempo deseaba —expresó emocionado sacando de una caja un lindo roedor blanco con manchas cafés oscuras.


—Un longevans —exclamó sorprendido el pelinegro tomándolo entre sus manos y pasándolo a la jaula de su propio roedor.


—Así es, de esa manera Yeot mo podrá jugar.


—No era necesario que la compraras.


—Tú me diste un hijo, así que ahora yo te doy uno.


El pelinegro se sonrojó al escuchar aquellas palabras, la manera en que Owayne podía decirlas tan naturalmente jamás le causó molestia, pero ahora no le causaba incomodidad porque no necesitaba ocultarlo y correspondió a su comentario con una tímida sonrisa.


—Parece que no se llevan bien —comentó al cabo de un rato, notando que los roedores peleaban entre sí.


—Con el tiempo llegaran a hacerlo.


—¿Como nosotros?


—Si… como nosotros.


Se sentaron sobre la cama, viendo divertidos como los roedores continuaban peleando hasta que quedaron exhaustos.


—¿Querrías volver a ser mi novio? —preguntó Owayne sin verlo a la cara, un tanto avergonzado al saber que aun cuando no lo había mencionado antes Seere ya le consideraba su amante. Pero por alguna razón deseaba confirmarlo.


—No…


—Oye que…


—Quiero ser más que eso, quiero permanecer a tu lado para siempre y que esta vez nada nos separe.


Owayne sonrió con ternura y tomó la mano de su amante, entrelazando sus dedos.


—Quédate a mi lado hasta el final.


—No… esto no tendrá final.


Owayne le sonrió con ternura y levantó su rostro acortando la distancia hasta que sus labios se unieron en un tímido beso que poco a poco fue cobrando más fuerza, ya no había más espacio para dudas o dolor, porque todo estaba cubierto por un nuevo caparazón: uno de felicidad que no podría ser atravesado por nada.


 


*.*.*.**.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.


Y yo… bueno supongo que yo estoy bien, Seere es feliz Maxximilian y yo, yo también lo soy, supongo que eso cuenta como haber cumplido mi promesa.


Que afortunados todos, es una lástima que no todos podamos tener un final feliz, pero lo seré mientras tú lo seas, y estoy seguro que no habrías cambiado nada de esta historia.


Lo sé, tampoco yo lo haría ¿qué por qué lloro? Emoción supongo, siempre supiste lo emotivo que he sido, si aun siendo un oficial tengo algo de sentimientos, estoy por irme cuando escucho  a alguien llegar y es demasiado tarde para marcharme.


—Disculpe, no pensé que habría alguien —se dispensa con una voz tranquila.


—Oh que vergüenza —exclamo limpiando mis lágrimas.


—No se preocupe, sé lo que es perder a alguien amado.


Deja un ramo en la tumba de al lado: Beatrice Taylor, supongo que sería la persona que amaba, le miro una vez que me he tranquilizado, su cabello pelirrojo atado en una trenza y sus orbes esmeraldas, hay algo en él que de alguna manera me resulta familiar.


—¿Sucede algo? —me pregunta, al parecer incómodo por mi mirada.


—Lo siento, sólo… sentí que le había visto en algún sitio.


—Puede ser, trabajo en el Castle Hill —explica con una agradable sonrisa.


Y la sonrisa me contagia. Quien sabe, quizás después de todo no sea un final desafortunado.


 


 


 


 


Fin

Notas finales:

QwQ ok ahi esta su final, me quedo muy satisfecha por el cariño y apoyo de los lectores, en verdad que sin ustedes no habría sido posible, quizas algun dia vean alguna continuación, pero bueno por el momento solo queda editarlo y claro agradecer de nuevo a ustedes.

Mil gracias por el apoyo :D y el fic termina pero espero que algo de él pueda quedar por siempre en ustedes.

Con cariño:

Dereck G.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).