A lo largo del día uno que otro compañero de la universidad me felicito, no fueron muchos ya que a pesar de que hayan pasado años mi título como el sexto jugador fantasma aun seguía intacto por lo tanto mi presencia seguía siendo débil, tras un largo periodo de clases el día llego a su fin, como era de costumbre me encontraba en la biblioteca adelantando un poco de tarea, al escuchar el toque de salida mire hacia el reloj del lugar, tome mis cosas y me prepare para dirigirme al preescolar, al salir del edificio principal no podía dejar de pensar que había olvidado mi cumpleaños, estaba tan preocupado por haber recibido un mensaje de kagami-kun la noche anterior indicándome me visitaría hoy por la tarde en mi trabajo que no me percate de mi alrededor y choque con alguien
-auch!, o cuanto lo siento yo…- esa persona me miro con sorpresa, por un momento dudo en hablarme pero fui yo quien decidió hacerlo
-¿Furihata-kun?- le extendí mi mano para ayudarlo a levantarse
-wow, pero si eres tu Kuroko, que increíble dime ¿estudias aquí?- me comento mientras aceptaba mi ayuda
-si… no te había visto desde la graduación de Seirin, ¿tú también estudias aquí Furihata-kun?-
-me acaban de transferir, me encontraba estudiando en Sapporo, pero por suerte consegui una beca aquí en Tokio- me dijo amablemente.
Furihata-kun parecía haber cambiado un poco, se encontraba un poco más alto y ya no era tan tímido como lo era en Seirin.
-oo mira la hora que es lo siento pero tengo que irme, fue un gusto verte Kuroko- dijo al mirar su reloj, se dio la vuelta y apresuro su paso, al dirigirme a la salida escucho que Furihata-kun llamaba mi nombre
-¡Feliz cumpleaños Kuroko!- dijo con al agitar sus brazos en señal de que lo viera, le regrese el saludo y salí de la Universidad.
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Al llegar al preescolar salude a todos los profesores, deje mi mochila en mi casillero y me puse mi bata y me dirigí al salón, los niños se encontraban dibujando, al parecer estaban muy tranquilos me dirigí al escritorio principal y salude a Yomu-sensei
-buenas tardes, Yomu-sensei-
-OO pero si es Kuroko-san, buenas tardes, ahh ya que es viernes quiere decir que hoy es día de juegos, ¿te importaría traer un poco de material?, están en las cajas de la bodega- me indico amablemente
Yomu-sensei es una joven educadora de 25 años de edad, ella ha dedicado su vida al aprendizaje de sus alumnos y fue ella quien me ofreció este trabajo, siempre le estaré agradecido. Me dirigí a la bodega y lleve las cajas al centro del salón al dejarlas en el suelo todos los niños llegaron inmediatamente a ellas y sacaron los juguetes de manera rápida, una niña se acerco jalo de mi bata y me enseño su dibujo
-Kuroko-sensei, mire lo dibuje a usted- dijo con una agradable sonrisa, tome el dibujo en mis manos y lo mire con ternura, no era muy bueno pero realmente me parecía agradable.
-gracias Paku-chan, es realmente adorable- se lo regrese pero me negó con la cabeza
-es para Kuroko-sensei- me volvió a sonreír y se fue a jugar con los demás niños.
Al cabo de unas horas me pidieron tocar el piano y lo hice, todos los niños jugaron bailaron y rieron sin parar, hasta que la profesora regreso con una visita
-tocas bien en el piano Kuroko- dijo esa persona, alta, imponente traía puesto un uniforme de bombero, sostenía su casco con la mano izquierda mientras con la derecha se saludaba, sus ojos color carmesí al igual que su cabello me dejaron atónito, ya que a pesar de mi mala memoria nunca podría olvidar aquella luz.
-Kagami-kun…- dije un tanto sorprendido
-¡Kagami-oniichan!- gritaron caga uno de los niños corriendo hacia el lo jalaban de su uniforme y como fueron tantos a la vez lo llegaron a tirar, el mostraba una gran sonrisa como siempre lo hacía cada vez que visitaba a los niños del preescolar.
-oigan oigan van a lastimar a Kagami-san- indicaba Yomu-sensei
Al cabo de un rato, Kagami-kun platicaba con los niños sobre su trabajo, todos atentos a el, mi lanzaba miradas divertida que me hacían reír, al dejar las cosas en su lugar regrese al salón y me lleve una gran sorpresa
-¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS KUROKO SENSEI!!!- gritaron los niños mientras sostenían un enorme cartel que tenia dibujos de todos nosotros, Kagami-kun ayudaba a cargar ese cartel estaba realmente feliz.
Al terminar las clases los niños fueron a sus respectivas casas con sus familiares, regrese al salón a terminar mis pendientes me despedí de Yomu-sensei y salí del preescolar, a la salida estaba kagami- kun esperándome
-ioo, te estaba esperando, ya que hoy es tu cumpleaños he decidió darte el tuyo-
-pero ¿no kagami-kun me lo dio hace un momento con los niños?- dije un tanto confundido
-solo ayude a sostener un cartel, mi verdadero regalo esta aquí- me dijo entregándome una caja decorada con un sencillo moño de color azul celeste
-gracias Kagami-kun- le respondí, el se sonrojo levemente y desvió un poco su mirada, me dispuse a abrir el obsequio, al quitar la envoltura vi lo que era:
Una fotografía de Seirin antes de que los sempais se graduaran, podía ver cada uno de los integrantes del equipo, me sentía feliz y con un poco de nostalgia, el recordar mi pasado, fue el regalo más bello hasta ahora
-vamos a jugar baloncesto por los viejos tiempos- dijo mientras giraba un balón de basquetbol en sus manos
-si- asentí inmediatamente, realmente estaba muy feliz.