"Inconsciencia"
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Todos estaban en una base subterránea, Reborn veía con seriedad a todos y cada uno de los que antes eran los arcobalenos, ya con su forma original, odiaba admitirlo, pero el gran Hitman Reborn estaba sumamente preocupado por lo que estaba pasando.
Veía todo a su alrededor con intriga y su mirada quedo fija en el científico, el cual veía con insistencia su computadora.
— ¿Qué es lo que está ocurriendo?, ¿por qué no se han ido de Nanimori?—Preguntó el azabache de patillas con seriedad mientras acomodaba mejor al castaño que estaba en sus brazos.
—El científico dejo de ver el aparato y viro a ver a Reborn y luego se acomodó los lentes. —No estoy cien por ciento seguro, pero creo que Blue tiene que ver en todo lo relacionado con la barrera que nos tiene atrapados en la ciudad y no solo eso, hace poco encontramos sin querer a los guardianes del Décimo Vongola y por más que les he hecho estudios no he dado con lo que tienen. —Explicó el peliverde con suma seriedad.
—Explícate bien. —Exigió. — ¿Quién es ese tal Blue?—Preguntó, de alguna manera ya sabía la respuesta, Akira se la había dado antes, pero quería confirmarlo.
—Blue es uno de los mejores científicos que conozco, se podría decir que él y yo somos eternos rivales, él nunca ha soportado que yo le gane en todo lo relacionado con la ciencia. —Dijo mientras se quitaba los lentes y los limpiaba. —Y con lo que les sucedió a esos mocosos y lo de la barrera creo que ha venido a buscar venganza. —Explicó con pesar.
—Reborn suspiro con resignación, ahora le tocaba a él dar explicaciones, pero antes viro a ver a su alumno con preocupación, la cual se intensificó al ver que el menor respiraba agitadamente y sus mejillas estaban completamente sonrojadas, alarmado llevo una mano a la frente de Tsuna y se alarmo más al sentir la delicada piel del menor hirviendo.—Antes de darles las explicaciones que necesitan quiero que Verde atienda a Tsuna.—Dijo el azabache con una mirada llena de seriedad, la cual era una muy buena fachada para que no vieran cuan preocupado y angustiado estaba.
—No te preocupes Reborn, después de que encontramos a los guardianes del Décimo y los tragimos aquí fuimos por el doctor Shamal y lo trajimos para que los atienda, claro que aunque no encontró la solución al problema le pedimos que se quedara porque sentimos que algo malo pasaría y sería necesaria su presencia. —Explicó con calma el azabache de la trenza.
—Por ahora será mejor llevarlo a una cama. —Dijo Verde mientras guiaba a Reborn al lugar donde dejarían a Tsuna.
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Caminaron por un no muy largo tramo oscuro hasta llegar a una habitación que parecía ser un pequeño consultorio, el lugar era completamente blanco, desde las paredes, techo y suelo, hasta la cama y sábana, el azabache acostó al menor con mucha delicadeza y luego lo acobijo como se debe.
—Iré por Shamal y tranquilo de alguna u otra forma encontrare la solución a este problema, por nada del mundo puedo permitir que Blue me gane en algo. —Dijo el peliverde para después salir, dejando a Reborn con el menor.
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Akira veía con seriedad a todos y cada uno de sus compañeros.
—Bien, gracias a la idea de Blue, el Décimo Vongola ya no tiene poder alguno contra nosotros, eso nos hará más fácil el trabajo. —Dijo el peli azul con una sonrisa burlona.
—Solo espero que ya pueda cobrar mi venganza contra el maldito Fong, porque ya estoy muy impaciente.—Dijo con molestia el apuesto hombre de complexión alta, delgada y musculosa sin llegar a exagerar, de piel blanca y delicada, ojos de un color café oscuro, mirada seria y tranquila, cabello negro, corto y alborotado, vestido con una camisa tipo kimono de mangas largas de un color amarillo y el estampado de un dragón verde en el lado derecho, un pantalón negro y zapatillas del mismo color, en la espalda llevaba una barra de metal de un color dorado.
—Tranquilo Ryunosuke, todo a su debido tiempo. —Dijo Akira con seriedad para después virar a ver al científico. —En cuanto a ti, quiero que comiences con la fase tres del plan, ya que no quiero que ningún ciudadano de esta ciudad de porquería me estorbe y con eso sabes que me refiero a los ayudantes de Rokudo Mukuro, además entre más involucrados más rápido se entregara Sawada Tsunayoshi. —Le dijo al científico con una sonrisa burlona y aura tétrica.
—Blue sonrió de medio lado y comenzó a teclear su computador. —En unos minutos las esporas comenzarán a invadir toda la ciudad hasta que no haya nadie más que nosotros y nuestros rivales, claro que también el Décimo y el doctorcito ese. —Dijo con seriedad.
Después de decir aquello, Blue apretó un botón rojo y al hacerlo, del techo de la mansión comenzó a salir un enorme y extraño cañón, el cual disparo y de allí salieron millones de extrañas esporas que comenzaron a esparcirse por todos los rincones de la ciudad.
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Todas las personas veían con intriga y fascinación aquellas extrañas esporas, pero al pasar cerca de las personas, todas comenzaban a caer al suelo completamente inconscientes.
En Kokuyo no era diferente, M.M, Ken, Chisuka y el pequeño Fran también vieron las esporas, pero sin poder hacer nada cayeron en la misma desgracia que su jefe y el resto de la ciudad.
Kyoko y Haru estaban en la casa de la primera cuando las esporas comenzaron a entrar, sin saberlo y sin tener oportunidad cayeron inconscientes.
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Verde que después de haber mandado a Shamal a atender a Tsuna, estaba monitoreando la ciudad con ayuda de sus cámaras ocultas cuando se alarmó al ver que todas las personas comenzaron a caer dormidas y con lo que pudo ver a través del aparato, se dio cuenta que estaban en la misma condición que los guardianes del castaño.
—Maldito Blue, ¿qué es lo que estas tramando?—Preguntó con molestia, no solo estaban atrapados, sino que tampoco tenían el apoyo de los chicos de Kokuyo.
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Shamal atendía la fiebre de Tsuna, por alguna razón su cara expresaba preocupación y eso no le estaba gustando nada a Reborn, el cual veía con impotencia aquello.
—Esto es malo. —Susurró el doctor con preocupación después de haber checado el estado del menor.
—Reborn viro a ver a Shamal. —¿Qué es lo que tiene Tsuna?, ¿es algo grave?—Preguntó con su habitual seriedad, pero por dentro estaba que se moría de la preocupación.
—Shamal suspiro resignado.—Para serte franco, no estoy seguro de lo que tiene, por alguna extraña razón su llama de última voluntad no se siente por ningún lado, además de que eso sería algo malo, ya que de por si Tsunayoshi tiene una gran cantidad de poder, eso solo me indica que de alguna manera sellaron su llama y al hacerlo causaron un gran cambio en su cuerpo.—Explicó lo más claro posible, pero conocía a Reborn perfectamente como para saber que estaba tan preocupado que no le entendió y para ser sinceros ni el entendía lo que dijo.
—Explícate bien. —Exigió con molestia.
—El doctor suspiro y viro a ver al castaño.—Para que me entiendas mejor, tú me dijiste que a Tsunayoshi le inyectaron un extraño líquido y que después de eso quedo como está ahora.—Dijo y vio un asentimiento del Hitman.—Creo que ese extraño líquido sello las llamas de última voluntad, pero al hacerlo lo enfermaron, debido a que encerraron una gran cantidad de llamas en un pequeño y frágil cuerpo, normalmente Tsunayoshi utiliza sus llamas sin saberlo y eso hace que este equilibrado, pero como encerraron las llamas él no puede liberar la cantidad que libera todos los días y es lo que lo mantiene enfermo y vulnerable.—Explicó con seriedad.—Lo único que puedo hacer es inyectarle algo para bajar la fiebre, pero antes le sacare algo de sangre para que Verde-san la analice y pueda encontrar un antídoto.—Dijo para después hacer lo que dijo antes.
Shamal hizo lo que dijo y salió de la habitación con la muestra de sangre, dejando a Reborn cuidando al menor, vigilando su sueño y su temperatura.
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Pasaron dos días y Tsuna seguía dormido, las cosas se habían puesto cada vez peor, Verde no pudo encontrar la manera de hacer que los guardianes y las personas despierten y tampoco pudo encontrar un antídoto para que el castaño pudiera usar sus llamas y por eso el pobre seguía con fiebres altas, tampoco había podido dar con el paradero de sus rivales. En esos dos días Reborn les había contado a todos lo que Akira le dijo y cada uno de los ex-arcobalenos meditaron lo que antes les habían dicho, recordando a los que una vez juraron venganza.
En ese momento Reborn estaba cuidando de cuidando de su alumno, de vez en cuando le cambiaba el paño que tenía en su frente por uno más frio, le preocupaba mucho la fiebre que no cesaba, pero se alivió al ver que el menor comenzó a moverse y dar indicios de despertar. Tsuna había despertado algo desorientado y lo primero que sus ojos miel vieron fue a su tutor con una expresión de ¿preocupación?, pero descarto aquello de inmediato, no quiso creer que eso fuera posible, claro que en cuanto se despejo un poco los recuerdos le vinieron de golpe a la cabeza intento levantarse, pero al hacerlo un mareo lo atacó, de no ser por su tutor hubiera caído de lleno al suelo.
—No te esfuerces Tsuna, la toxina que te inyectaron te ha tenido inconsciente durante dos días y hasta con fiebre, así que por ahora trata de descansar un poco más. —Dijo el Hitman lo más serio que la preocupación le permitía.
—El castaño asintió, pero estaba muy preocupado por sus amigos, solo esperaba que estuvieran bien. —Reborn...por favor no permitas que...nada malo pase con...los chicos. —Pidió de manera entrecortada para después caer al mundo de los sueños nuevamente.
—El azabache sonrió ladinamente mientras ponía un paño húmedo en la frente de su pupilo y amor. —Eso es lo que más me gusta de ti, que siempre te preocupas por los demás antes que de ti, pero planeo hacer lo posible por cumplir tu deseo y protegerte con mi vida.—Dijo para después alzar el paño y darle al castaño un suave beso en la frente.
CONTINUARA