"Difícil Decisión"
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Sentía su cuerpo muy pesado y cansado, tanto era aquel incesante cansancio que sentía sus párpados tan pesados como si de una pesada roca se tratara, pero aunque sea tenía que abrir sus ojos, así lo sentía y después de muchos intentos por fin logró abrir sus ojos. Abría y cerraba los ojos, en un intento por acostumbrarse a la luz y cuando por fin pudo ver con claridad, analizó con inquietud la habitación, "blanco" pensó y así era, todo era de un completo color blanco, desde las paredes techo y suelo, hasta los muebles, puertas y la cama donde se encontraba.
Viro a ver a su alrededor percatándose de que se encontraba solo, suspiro y viro a ver hacia su lado izquierdo donde vio que su brazo estaba conectado a un suero, suspiro y cerró los ojos tratando de recordar algo importante y cuando por fin recordó aquello abrió los ojos y con desesperación se desconectó de aquella bolsa de suero, no importándole lastimarse al arrancar la aguja que le pasaba el suero a su débil cuerpo, no importándole la sangre que derramó al hacer aquello.
Se levantó de la cama con mucho esfuerzo y aunque caminaba agarrado de la blanca pared y con el cuerpo tambaleante, él quería llegar hasta donde se encontraban sus amigos, su intuición le decía que estaban muy cerca y no se equivocó porque cuando llego a la habitación que estaba al lado de la suya, sintió una opresión en el pecho, con sus temblorosas manos tomó el picaporte y lo giro.
Ya con la puerta lista para abrir, suspiro con derrota, sentía que al entrar lo que vería no le agradaría, pero decidido abrió la puerta y se adentró al cuarto, topándose con algo que ni en su más terrible pesadilla querría ver.
Todos sus guardianes estaban cada uno en una camilla completamente inconscientes, conectados a una bolsa de suero y una mascarilla de oxígeno. Se acercó más hasta quedar en medio de ellos y cayó de rodillas mientras comenzaba a llorar silenciosamente y con una total desesperación.
—Chicos...en verdad lamento el no haber hecho nada por ayudarlos. —Gimió el castaño con un nudo en la garganta, abrazándose como un indefenso niño, llorando como nunca lo había hecho en su vida, como le dolía ver en ese estado a sus queridos amigos.
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En la mansión de los némesis, había una gran pelea entre ellos, por alguna razón, Ryunosuke comenzó a dudar de la forma en la que Akira los dirigía y esa duda comenzó a implantarse en todos como si de una plaga se tratara.
Todos a excepción de Alexander, Blue y la eterna rival de Aria estaban en contra de las decisiones que Akira estaba tomando. No le veían sentido alguno el que tengan que secuestrar al Décimo Vongola, creían que para el peli azul, aquel hermoso castaño era solo un capricho y no veían ni encontraban la razón de aquello.
—Te lo digo Akira, ese chico solo es una obsesión o una especie de capricho, no le veo razón para traerlo, si con eso solo atraeremos a Reborn y eso solo te serviría a ti. —Hablo con algo de rencor aquel pelinegro mientras se cruzaba de brazos.
—Akira frunció el ceño y miro con furia al pelinegro. —Cuando yo dije que les ayudaría a obtener venganza no mentí, los demás ex-arcobaleno están a lado de Reborn, además de que cada uno de ellos formo un lazo con Sawada Tsunayoshi, así que cuando digo que si atrapamos al doncel todos y cada uno de nuestros eternos rivales vendrá para rescatar al muchacho. —Hablo con un aura y pose llena de autoridad, calmando a todos en el lugar.
—Pues yo sigo sin creer que eso sea verdad. —Dijo con furia y los puños fuertemente cerrados.
—Pues en eso te equivocas, tal vez yo no tenga las mismas habilidades que Luche, Aria o la misma Yuni, pero aun así puedo sentir y afirmar que Akira-san no miente, incluso en una ocasión cuando aún me llevaba con Aria, ella misma me dijo que Sawada Tsunayoshi es de las personas que uno quiere proteger y esa revelación está confirmada, por favor!, el chico tiene alianza con la familia Cavallone, Shimon y hasta con la familia Milfiore y aun así crees que nadie vendrá a salvar al chico.—Hablo en voz alta una hermosa mujer, de estatura media y un cuerpo delgado, pero formado, de unos hermosos ojos de un extraño color violeta, que se asemejaban a un par de amatistas, piel blanca y delicada como la porcelana y cabello de un color amarillo claro, largo hasta la cintura y peinado con una media cola, vestida con un elegante vestido de mangas cortas de un color crema. Aquella mujer inspiraba calidez y tranquilidad y nadie creería si quiera que ella estaba en ese lugar por venganza.
—Valliere Rose, tu siempre buscas la manera de calmar a las personas. —Estaba convencido, Lee Ryunosuke había quedado convencido y por aquella mujer que lo había cautivado desde que la conoció. —Ya estoy convencido, has ganado Akira. —Hablo con derrota. — ¿Qué hacemos ahora?—Preguntó con seriedad.
—Akira sonrió de medio lado. —Estar atentos a las cámaras y esperar que estoy completamente seguro de que Sawada Tsunayoshi está a punto de entregarse. —Hablo con seriedad y una postura elegante, digna de un Hitman.
Todos asintieron y comenzaron a alistarse para recibir al Décimo Vongola, mientras que Valliere Rose veía a cada uno de sus acompañantes, pensando y recapacitando si estaban haciendo lo correcto.
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En el departamento de Gokudera, para ser más precisos en un baúl dentro del armario del peli plata, Lambo acababa de soltarse, por alguna razón lloraba y alrededor de su cuerpo había un campo de fuerza hecho de electricidad y sin que el pequeño se diera cuenta eso lo había salvado de caer en la misma desgracia que toda la ciudad.
—Wuaaa...malo Gokudera es muy malo...Lambo-san solo quería ir con Tsuna y por eso me amarra y encierra...wuaaa...te voy a acusar Bakadera y Tsuna te va a regañar.—Hablo con desesperación y según el tristeza, pero al no recibir respuesta.—Debo mantener la calma...pero yo quiero ir con Tsuna...wuaaa.—Y como siempre de su cabello saco la bazuka de los diez años y se metió en ella haciendo que al instante apareciera su yo del futuro.—Yare, yare, parece que otra vez llegue al pasado.—Dijo con un tono de aburrición y decidió salir del lugar para visitar a su jefe y hermano.
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En cuanto a Tsuna, pues el pobre seguía en aquel cuarto lamentando el no haber hecho nada por sus amigos, pero decidió ir a ver a Reborn para que le dijera la situación actual en la que se encontraban, se levantó con mucho trabajo y otra vez apoyado de las paredes comenzó a caminar, pero antes de salir viro a ver hacia sus guardianes/amigos y varias lágrimas cayeron de sus ojos miel, pero luego salió y cerró la puerta tras de sí, para después ir a buscar a su tutor y amor secreto.
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Reborn y los demás se encontraban reunidos en el laboratorio de Verde, estaban viendo todo el estado de la ciudad a través de aquella pantalla, no podían creer lo que sus eternos rivales estaban haciendo.
—Maldito Akira, ¿qué es lo que quieres ganar al involucrar a tantos inocentes?—Preguntó con furia el azabache de las patillas mientras apretaba con fuerza los puños.
—Alexander estaba loco desde un principio, pero jamás creí que se atreviera a involucrar a tantas personas. —Dijo con furia el rubio mientras daba un fuerte golpe a la pared.
—Y lo peor es que Blue pudo cumplir con su cometido y yo no he podido dar con la maldita cura, eso solo hace que me sienta patético. —Hablo con furia el científico mientras veía el monitor con molestia.
—Y estoy completamente seguro que todo esto lo planearon para atraer a Tsunayoshi sin tener que pelear. —Dijo el azabache de la trenza con una extrema seriedad.
—Pues esos malditos me la van a pagar, porque mientras estoy aquí atrapado, pierdo mucho dinero. —Dijo el ilusionista de la capa con molestia.
—Yo igual estoy molesto, porque ahora que recupere mi forma normal, tenía planeada una gran función en honor a mi regreso. —Dijo con molestia el peli morado.
—Por ahora lo mejor será que mantengamos a salvo a Tsunayoshi. —Sugirió el doctor con seriedad.
Todos asintieron con decisión, no permitirían que alguien tan bueno y bondadoso como Tsuna cayera en las garras de esos terribles demonios.
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En cuanto a Reborn y Shamal, ellos salieron para hablar en privado, sin notar que Tsuna los seguía y que también había escuchado lo que había pasado con todas las personas de la ciudad y por esa razón estaba llorando y tapando su boca para evitar que escuchen sus sollozos. Shamal cerró la puerta del pequeño cuarto y viró a ver al Hitman con una media sonrisa, claro está que ninguno de los dos se dio cuenta de que el castaño los había seguido y que estaba escuchando todo lo que decían.
—Muy bien Reborn, tu no me engañas, te conozco perfectamente como para saber que no estas protegiendo a Tsunayoshi solo porque eres su tutor y el tu pupilo, no por nada yo te ayude a borrar tu pasado y a que inicies una nueva vida.—Dijo el doctor con una media sonrisa mientras veía al Hitman.
—El Hitman suspiro con resignación y viro a ver a otro lado, huyendo de la mirada de su amigo.—Como veo no tengo ninguna opción más que contarte...verás desde hace algún tiempo que no veo a Tsuna como mi alumno, más bien lo veo como la persona con la que quiero compartir mi vida, no había dicho nada porque él estaba enamorado de Kyoko y además ambos somos hombres, claro que a mí no me molesta la idea, pero antes estaba en el cuerpo de un bebé y eso de que a Tsuna lo vean como un pedófilo no me gustaba, temía que le hicieran algún daño, si de por si por ser un perdedor, bueno para nada le pegaban no quiero ni imaginar que le hubieran hecho si hubiera estado con un bebé, pero cuando me enteré de que era doncel justamente después de que Verde me hablo para decirme que había creado una máquina para recuperar mi forma original, te juro que lo tome como una señal, pero cometí muchos errores y ahora Tsuna me va a odiar, yo lo amo y eso no lo puedo seguir negando, pero tampoco puedo decirle mis sentimientos a él, porque aunque no lo creas, yo el gran Hitman Reborn, tengo miedo, miedo de las emociones que me causa ese Dame.—Se expresó como solo lo hacía con aquel amigo que lo ayudo a iniciar una nueva vida, se expresó sin ninguna pizca de seriedad y frialdad.
—El doctor amplio su sonrisa y palmeo el hombro de su amigo.—Primera vez que te enamoras y ya hablas como idiota, es obvio que el amor te pego duro, pero en verdad creo que deberías decirle al mocoso tus sentimientos.—Dijo con sinceridad.
—Claro que lo haré, pero después de resolver lo que está pasando, no quiero que Tsuna se entregue por voluntad propia para salvar a todos, yo lo voy a proteger. —Hablo con decisión, pero luego viro a ver con un aura amenazante al doctor. —En cuanto a lo que hablamos, será mejor que nadie se entere o te mato. —Amenazó con León convertido en pistola.
—Shamal comenzó a negar y a sudar frio. —No te preocupes, que no diré nada. —Dijo con nerviosismo.
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El pobre Tsuna, pues él estaba con la cara completamente sonrojada y sus manos apretaban con fuerza el lugar donde estaba su corazón, el cual palpitaba como nunca, había escuchado todo y estaba de que no se lo creía, Reborn lo amaba tanto o más que él lo hacía, su amor era correspondido, pero cuando dijeron lo que estaba pasando comenzó a llorar, con eso había tomado una decisión y creía que era la correcta, así que sin ser notado comenzó a alejarse de allí para comenzar a buscar una salida de aquel lugar para que pueda entregarse y así curar no solo a sus amigos, sino que también a la ciudad entera.
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En cuanto al Lambo adulto, pues se le hacía extraño que no había regresado al futuro y además que todas las personas estuvieran dormidas, pero siguió caminando y para su buena suerte a lo lejos vio a Tsuna, pero al verlo caminar y tambalearse se preocupó y se acercó a auxiliarlo, pero justo antes de llegar a el castaño, sintió una presencia hostil cerca.
— ¡Joven Décimo!—Hablo en voz alta mientras alzaba la mano captando la atención del castaño.
—Tsuna viró a ver hacia atrás de él y con sorpresa vio a Lambo adulto acercándose. —Lambo, ¿estás bien?, pero ¿cómo?—Preguntó con agitación y una expresión llena de sorpresa.
—No estoy seguro de lo que está pasando, yo aparecí en el departamento de Gokudera-nii, pero lo extraño es que fue hace como media hora. —Explicó con confusión el ojiverde.—A todo esto, ¿qué hace aquí solo?, ¿se encuentra bien?—Preguntó con preocupación, ya que veía que el castaño se tambaleaba como si en cualquier momento fuera a desmayarse, además de que respiraba forzosamente y sus mejillas estaban sonrojadas.
—No importa ahora, quiero que te vayas antes de que algo malo te pase. —Dijo lo más serio que su estado le permitía.
—Lo siento, pero no voy a dejarlo solo y menos en el estado en el que se encuentra. —Dijo el guardián del rayo con decisión.
—Es que tu no entiendes, si no te vas también quedaras como todos en la ciudad y yo necesito que estés a salvo, tal vez tú seas la clave para que haya una cura, pero en todo caso yo ya he tomado mi decisión, así que por favor vete, el escondite donde Reborn se encuentra está cerca, así que vete. —Ordenó con seriedad.
—No, no quiero dejarte Tsuna-nii, no sé lo que esté pasando, pero tengo el presentimiento de que es algo malo y que corres grave peligro. —Dijo con preocupación el más alto.
—Tsuna sonrió levemente y miro con cariño a Lambo.—Se lo que va a pasar, pero por ahora es la única esperanza que Nanimori tiene, así que por favor hazme caso.—Suplicó mientras comenzaba a acercarse al ojo verde y abrazarlo.—Lambo, necesito que vayas con Reborn y los demás y les digas lo que hice, pero también quiero que les digas que comiencen a rastrearme, dile a Reborn que recuerde el collar que me dio mi Oto-san en mi cumpleaños, el entenderá a que me refiero.—Dijo mientras lo abrazaba fuertemente.—Y perdóname por el dolor de cabeza con el que vas a despertar.—Susurró al oído del desconcertado Lambo.
— ¿A qué te refieres Tsu...—Pero no pudo continuar hablando porque el castaño le dio un certero golpe en la nuca.
—Lo siento mucho Lambo, pero ya tome mi decisión. —Susurró con un sentimiento de culpa mientras escondía al inconsciente Lambo.
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Después de asegurarse de esconder bien a Lambo, Tsuna camino hasta llegar al centro de la ciudad, donde se sentó a esperar a uno de aquellos monstruos que tanto daño le hicieron a su ciudad y amigos, su intuición le decía que estaban cerca y no se equivocó, porque justo en ese momento apareció Carusso Akira frente a él.
—Supongo que ha venido a entregarse a cambio de la cura. —Dijo el mayor mientras se acercaba lentamente al indefenso castaño.
—Así es, pero debe prometerme que entregará la cura a Reborn. —Dijo el castaño mientras miraba hacia otro lado, evadiendo aquella penetrante mirada, que por alguna razón le perturbaba.
—Está bien, pero antes de dar la cura quiero enfrentarme a Reborn, yo así se los prometí a mis aliados.—Hablo con frialdad, asustando aún más al menor.—Por ahora será mejor irnos.—Dijo el peli azul para después hacer un movimiento ágil y rápido y situarse detrás del castaño.—Buenas noches Sawada Tsunayoshi.—Dijo para después poner un pañuelo en la nariz y boca del castaño, el cual no pudo hacer nada y cayó inconsciente en los brazos de aquel hombre, el cual sonrió de medio lado y se fue de la misma manera en la que vino.
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Verde seguía monitoreando toda la ciudad hasta que vio a Tsuna en los brazos de Akira y los vio desaparecer, cosa que lo alarmo y reunió de inmediato a todos, los cuales al recibir tal noticia, estaban que no se la creían, más cierto Hitman, el cual golpeo fuertemente la pared, no importándole la sangre que derramó por haberse lastimado, ahora mismo tenía un dolor mayor clavado en lo más profundo de su corazón.
—Tsuna. —Susurró el nombre del castaño al que juro proteger con su vida, pero por hazañas del destino había fallado.
CONTINUARA