"Planes de Rescate"
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Abrió los ojos con una completa pesadez, y lo primero que vio fue una muy resplandeciente luz solar, que se colaba por aquella solitaria y gran ventana. Comenzó a observar con más detalle aquella misteriosa habitación, y no pudo evitar sorprenderse al ver el lujo que poseía.
Quiso levantarse, pero al quitarse la ligera sábana de seda que lo cubría, se dio cuenta que traía puesto, otra ropa, un ligero camisón de un color crema, el cual le llegaba un poco más abajo de las rodillas, se sonrojo con violencia por tal sorpresa. De una manera rápida inspeccionó el lugar en busca de una salida, pero solamente había dos puertas, una era la del baño, lugar que estaba abierto, y la otra era la salida, pero no pudo intentar nada, porque por allí entro aquel hombre que lo había llevado a ese misterioso lugar.
—Veo que ya despertó mi príncipe. —Hablo con educación el mayor, mientras observaba de arriba abajo al doncel. — ¿Cómo se siente? —Cuestionó preocupado, mientras se acercaba.
— ¡No se me acerque! —Pidió alarmado, por alguna razón su intuición le gritaba peligro, cada que el peli azul estaba cerca.
Pero Akira no hizo caso al pedido del menor, al contrario, se acercó y tuvo la osadía de juntar su frente con la del décimo Vongola, cosa que le daba pánico al menor, quien temblaba con cada movimiento del Hitman frente a él.
—Al parecer ya no hay fiebre. —Con una sonrisa un tanto altanera, movió sus ágiles manos, hacia el torso del menor, quien se quedó quieto. —Es usted muy lindo príncipe mío. —Murmuró de una manera sensual, mientras acariciaba aquel magnífico cuerpo. — ¿Le gustaría ser mío por hoy? —Preguntó de una manera descarada, mientras comenzaba a besar la piel expuesta.
Tsuna solo sentía como aquel hombre lo tocaba de una manera jamás antes sentida, dándole un amargo sabor de boca. A él no le estaba gustando nada de eso, lo que es más, le temía a ese hombre, pero por alguna razón no podía hacer nada en su contra, tal vez el miedo a que le hicieran algo más, algo que quisiera hacer con Reborn.
Estaba a punto de gritar y exigir que lo dejara, cuando una bella mujer se adentró a la habitación y le dio un fuerte golpe al mayor encima de él.
—Akira miro a su atacante con furia. —Rose, ¿por qué me atacaste? —Preguntó molesto, mientras se ponía de pie.
—Porque estabas haciendo cosas que no están de acuerdo con lo acordado, me prometiste que Sawada Tsunayoshi no sería herido, y me topo con que lo ibas a violar. —Lo reprendió muy enojada. —Sal de aquí, yo me haré cargo de él, es obvio que no lo puedo dejar solo contigo.
Akira no encontró palabras para refutar en contra de eso, sin más salió de la habitación, no sin antes enviarle una mirada para nada sana al menor, el cual se encogió en aquella cama, en un claro signo de temor a ese hombre.
Tsuna pudo suspirar tranquilo, cuando no tuvo en su mirada al peli azul, y luego miro detenidamente a la rubia frente a él. Era sumamente hermosa y desprendía un aura lleno de inocencia y sin ni un solo signo de maldad, pero sabía perfectamente que si estaba con Carusso Akira era porque solo buscaba venganza.
—Veo que ya no tienes fiebre, eso es bueno, porque estuviste dos días enteros inconsistente y con altas temperaturas, ¿cómo te sientes ahora? —Con gentileza palpo de una manera cuidadosa la frente del menor, quien se sonrojo por las atenciones de la amable mujer.
—B... Bien, aunque me duele mucho el cuerpo. —Dijo completamente apenado, por un momento olvido que hacía esa mujer allí.
—Rose sonrió aliviada ante la respuesta. —Me alegro, y por lo del dolor, es normal, como dije antes, tuviste altas temperaturas, casi los cuarenta y dos, por un momento creímos que morirías, y aun con mi poder de sanación seguías grave. —Explicó algo angustiada, eso era algo que no quería repetir. —Mi nombre es Rose, Valiere Rose, y no te preocupes, yo te voy a proteger de todos esos bárbaros. —Se presentó mientras guiaba un ojo.
—Pero usted es uno de ellos, ¿por qué se les revela? —Quiso saber, su intuición le decía que podía confiar en esa mujer.
—Rose borro su sonrisa, y una faceta avergonzada y arrepentida se asomó en su bello rostro. —Sé que soy parte de ellos, yo me uní a ellos para vengarme de Aria, pero después de pensarlo, ella jamás me odio o replicó algo, lo que es más, ella siempre estaba para mí cuando la necesite, así que deje de lado mi venganza, pero me quede con ellos porque vi las verdaderas intenciones de Akira. —Su rostro se tornó preocupado. —El odia a Reborn-san, nadie sabe la razón de ello, pero siento en mi corazón que ese odio va más allá, además, él tiene una rara obsesión contigo, ya lo viste ahora, imagínate si no llego a tiempo. —Termino su relato mientras miraba al menor.
—Tsuna se tensó ante lo último, era verdad, ¿qué tal si no llegaba?, probablemente lo hubieran ultrajado. —Gracias por salvarme. —Hablo sincero.
—De nada, al contrario, gracias por escucharme, ahora creo que mejor te traigo algo para que comas, supongo que tienes hambre, y descuida, la cocinera soy yo. —Le dijo para después levantarse de la cama.
Rose le dio una última mirada al menor, para después salir y cerrar, pero antes de alejarse, se aseguró de no tener presencias cercanas, después de todo, ella se aseguraría de proteger a ese niño, en el cual sintió una hermosa calidez y luz, y por nada dejaría que apagarán aquel sentir tan hermoso.
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Lambo logró despertar después de dos días, claro, con un inmenso dolor de cabeza, regalo que le dejo su muy querido hermano mayor. Comenzó a analizar con detalle la habitación en la que se encontraba, todo era blanco, pero al ver a los lados y frente a su lugar, se preocupó demasiado al ver a sus muy queridos hermanos y hermana, completamente inconsistentes.
— ¿Qué rayos paso? —Preguntó en susurro.
—Veo que ya despertaste. —Hablo mientras se adentraba a la habitación.
Lambo miro hacia la puerta, encontrado al doctor Shamal, quien hacia los chequeos médicos en los demás guardianes, para después finalizar con él. Después de un rato entro Reborn, ¿adulto?, eso sí lo agarro más sorpresivo.
—Muy bien inútil, tienes cinco segundos para decirme todo lo que sabes de Tsuna. —Ordenó enojado, mientras apuntaba a León convertido en pistola, justamente a la cabeza del Bovino.
— ¿Tsuna? —Susurró preocupado. — ¡Ya recuerdo!, él fue quien me dejo inconsciente, también me dijo que yo te recordará el collar que le dio su padre en su cumpleaños. —Explicó cómo pudo, estaba muy preocupado por su jefe y hermano.
Reborn bajo el arma y suspiro resignado, al menos Tsuna les dio una pista de cómo encontrarlo, pero ahora tendrían que ir con sumo cuidado, no solo porque se arriesgarían a entrar en terreno peligroso, sino que además estarían poniendo en riesgo a Tsuna.
—Voy a avisarle a los demás lo que me dijiste, pero también mandare a Verde para que te examine, tal vez tú seas la clave para despertar a los habitantes de Nanimori, y puede que también a los otros guardianes. —Hizo un ademán para que vea a los jóvenes.
—Antes de eso, quiero saber qué pasa. —Exigió con seriedad, muy rara en él.
—Shamal te explicará. —No le tomo demasiada importancia, salió de allí para hablar con los ex-arcobaleno.
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Después de un rato hablando y planeando lo que harían, Verde fue a investigar a fondo por qué Lambo seguía despierto con las esporas invadiendo la ciudad, y se asombró mucho por la respuesta a todas sus dudas, pero sobre todo, porque ya había ganado su puesto de mejor científico, de nuevo.
—Esto es interesante. —Murmuró sonriente, mientras veía la muestra de sangre de Lambo. —Al parecer este chico puede repeler las esporas con su campo electromagnético, pero lo que me mueve más a investigar, es que no solo lo protege por fuera, también por dentro, y todo de una manera inconsciente, y sin necesidad de utilizar sus llamas de última voluntad. —Explicó fascinado.
— ¿Y puedes hacer un antídoto para las personas y guardianes? —Preguntó el karateca con seriedad.
—Mejor que eso Fong, puedo hacer unas esporas que repelan las que ocasionaron este embrollo, y además puedo fabricar el antídoto para los guardianes y el décimo Vongola, claro, el último puede ser más difícil, pero de que puedo, puedo. —Hablo con simpleza.
—Bien, entonces quédate aquí con Shamal y Lambo, asegúrate de hacer todo lo que nos dijiste y luego nos alcanzas, los demás iremos a la casa de Tsuna, allí es donde Iemitsu dejo guardado el monitor GPS para rastrear a su hijo en caso de una emergencia, después iremos donde están nuestros enemigos, seguramente ya están impacientes por la larga espera. —De manera rápida se encargó de asignar tareas para cada uno.
Todos asintieron ante lo dicho, mientras alistaban todo lo necesario para la batalla, y Verde comenzaba a fabricar los antídotos y las esporas que liberarían a toda Nanimori de su hibernación, después de todo, si tenían a los guardianes despiertos, sería una muy buena ventaja.
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Lograron llegar a la casa Sawada sin problemas, y rápidamente encontraron lo que buscaban, junto con muchas cosas que jamás debieron ver.
—No puedo creer que Iemitsu sea un viejo pervertido, mira que filmarse con su esposa haciendo eso-kora. —Comento apenado el rubio.
— ¿Y qué con el título?, Fabricando a Tsuna, ese tipo tiene problemas. —Dijo burlesco el del casco.
—Sí, pero esa obsesión con proteger a su hijo, al parecer alguien tendrá problemas con su suegro. —Comentó con burla el ilusionista, mientras miraba con discreción a cierto Hitman.
—Mejor a lo que venimos. —Dijo ya harto de tanto parloteo, encendió el monitor y rápidamente les dio el paradero del castaño. –En las afueras de Nanimori.
Todos adquirieron una pose seria y decidida, para después comenzar a ir hacia ese lugar.
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— ¡Ya no quiero más! —Molesto y adolorido dijo aquello, mientras se ocultaba detrás de Shamal.
—Mocoso, necesito más muestras de sangre, tengo que despertar a mucha gente. —Hablo el científico totalmente fastidiado por el berrinche del Bovino.
—Pero ya me duelen los brazos. —Se quejó adolorido.
—Es el precio de ser un héroe. —Respondió con simpleza.
Ambos siguieron corriendo por toda la base secreta, era obvio que eso duraría más de lo esperado.
—Parece que tardaremos más. —Susurró el doctor completamente fastidiado.
~ஐ~
Reborn y los demás llegaron al lugar que apuntaba aquel monitor, encontrando una gran y extraña mansión en medio de un desolado y solitario bosque. Al parecer Akira ya lo tenía muy bien planeado.
Observaron muy bien la mansión, y se sorprendieron al ver que era de tres pisos, y lo más seguro era que ya estuviera equipada para cada batalla que se daría. Se adentraron al primer piso, lugar donde no había nada, salvo al gran enemigo de Colonello, quien ya esperaba ese momento con ansias.
—Nos volvemos a ver, Colonello.
—Alexander Burton. —Susurró el rubio con rencor.
CONTINUARA