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Némesis por RozenDark

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Notas del capitulo:

Bien, yo les prometí actualizar más seguido hasta finalizar y eso es lo que voy a tratar de hacer, aunque tenga que aporrear mi cabeza xD

Aqui les traigo el nuevo capitulo y más largo que los otros, así que espero les guste ;)

Los personajes de KHR son propiedad de Akira Amano y los demás de mi retorcida cabeza xD

Y sin más que decir, les invito a leer ^3^/

"Soldado Vs. Soldado"

 

~°ɞ°~ღ~°ɞ°~

 

Alexander y Colonello se veían con un gran odio y rencor. En el aire se podía sentir toda la tensión acumulada durante años, pero los únicos ajenos a toda esa tensión y ambiente oscuro.

Colonello observó con gran detenimiento a su antiguo rival y ex amigo de guerra. Con furia apretó los puños y su azulina mirada se llenó de completo rencor.

 

—Nos volvemos a ver... Colonello. —Con furia escupió el nombre del ojo azul.

—Alexander Burton, ¿cuánto tiempo? —Preguntó con rencor y odio contenido.

—El ojo verde frunció el ceño en señal de enojo. —El suficiente para seguir odiándote, ¡maldito cobarde! —Le recordó con furia.

 

Colonello solo oculto su mirada con su cabello, revelando en su rostro una faceta completamente sombría, muy rara en él. Pero era inevitable, Alexander se encargó de recordarle aquel día donde inicio ese gran odio y rivalidad, el día en el que dejaron de ser amigos y se volvieron completos y odiados enemigos.

 

---FLASHBACK---

Todo inicio en la época de militar en la que Colonello se inició como uno de los mejores. Lal lo mando a ser parte de un equipo militar de muy alto rango, según para que aprenda lo que es el trabajo en equipo, y dejar de alardear y creerse de más.

Al principio detestaba todo eso, pero después de casi un año, supo hacerse de amigos y grandes camaradas, entre ellos y uno de sus mejores aliados y amigos, Alexander Burton.

Ese hombre era uno de los mejores soldados que había en el lugar, además de que ya le había enseñado varias maniobras y movimientos que Lal no le había enseñado. Justo por esa razón de apoyo mutuo, los enviaron a una importante misión de exploración y búsqueda de información a un pequeño pueblo que estaba en guerra.

 

—Será mejor no hacer ningún movimiento, al menos no por ahora. —Sugirió el rubio cenizo, al ver los distintos soldados que los rodeaban.

—Tiene razón senpai, al parecer ya nos tienen rodeados-kora. —Respondió con seriedad el rubio.

—El líder de los soldados solo chasqueo la lengua con furia. —¡¡YA DEJEN DE HABLAR Y CAMINEN PRISIONEROS!! —Grito con completa cólera.

 

Después de un rato caminando, llegaron a una zona completamente solitaria para ellos, la oportunidad perfecta para librarse de aquellos hombres, cosa que aprovechó el mayor, quien de una manera rápida y casi inhumana para simples soldados, los mato, todo sin siquiera sudar.

 

— ¡Maldición!, nuestra intención era no llamar la atención y ya logramos lo contrario. —Se quejó completamente frustrado.

—Tranquilo Colonello, ahora lo mejor es concentrarnos en conseguir la información que necesitamos e irnos sin ser vistos de más, eso es lo primordial, no lo olvides. —Le recordó con calma.

—Supongo que tiene razón, senpai. —Ya resignado le respondió.

 

Después de aquella plática decidieron descansar lo necesario, solo para estar al cien por ciento para futuros enemigos. Y ya después de un buen rato de descanso siguieron su camino, hasta toparse con la cabaña que tanto buscaban.

En esa cabaña se encontraba un hombre que estaba ayudando en la fabricación de armas y explosivos para el bando enemigo, nada raro y fuera de lo común, pero el detalle estaba en que aquel hombre era parte del bando aliado y por razones misteriosas se volvió un traidor. Su intención era sacarle información de todo lo que había visto y fabricado, y llevarlo con las autoridades de los aliados.

 

— ¡Ya!, ¡di todo lo que sabes! —Exigió el mayor, mientras apuntaba su arma a la cabeza del señor.

—El hombre tembló del miedo que Alexander le infundía. —Es...está bien, les diré todo lo que sé, pero por favor, no me maten. —Con total miedo, les pidió un poco de clemencia.

—Tranquilo, solo queremos la información. —Trato de calmarlo el rubio, con aquella verdad, por alguna razón, el señor le daba pena.

—Antes que nada, yo solo me uní a estos trúhanes porque se llevaron a mi nieto, ellos sabían de mí y la posición que tenía con sus enemigos. —Comenzó a relatar. —Me devolvieron a mi nieto, de hecho ya debe estar por llegar de la escuela, ellos nos obligaron a establecernos como si fuéramos de aquí, y aprovecharon que mi nieto todavía tiene seis años y no entiende nada de lo que pasa, por eso les pido un poco de piedad, llévenme a mí y a mi nieto de regreso, yo asumiré todo el daño que mis inventos causaron. —Hablo desesperado. —La intención de los altos mandos enemigos era destruir a todo el pueblo para tener más terreno y así esparcirse más, se aprovechan de que todos en el pueblo son débiles e ingenuos, pero ahora ya todo estará bien, me alegra que los mandarán, al fin regresare y me redimir...

 

El hombre no pudo terminar de hablar, debido a que Alexander le disparó directamente al corazón, causándole una muerte instantánea.

Colonello miro con horror a su senpai, pero luego viro a ver a la entrada de la cabaña, todo por haber escuchado el grito lleno de agonía de aquel infante ignorante de aquel mundo cruel.

 

—¡¡ABUELITO!! —Grito lloroso el niño, mientras se acercaba al cuerpo muerto de aquel hombre que lo crio desde bebé.

 

Alexander ni se inmutó ante lo que había hecho, lo que es más, se acercó al niño, el cual lo miraba con odio, sonrió divertido y le apunto a la cabeza, para después jalar el gatillo y matar al niño, todo de una manera fría y desinteresada.

 

— ¡¿Por qué hiciste eso Alexander?!-kora —Con furia le pregunto, incluso se olvidó de su respeto y el característico "senpai".

—Porque ya nos dijo lo que queríamos, además de que le hubieran hecho lo mismo, yo solo le adelante su final. —Respondió con simpleza.

—Pero ese no es nuestro trabajo, además de que con lo que nos dijo, probablemente todo hubiera sido diferente, tal vez solo hubiera ido a prisión por un tiempo, y su nieto tampoco merecía lo que le hiciste. —Simplemente estaba fuera de sí.

—Ya no hagas tanto drama, recuerda que un traidor es un traidor.

 

Colonello se quedó callado, con esas últimas palabras no buscaba como refutar en contra. Siguieron su camino, pero por alguna razón no fueron por donde habían llegado, al contrario, Alexander hizo que llegaran a lo que parecía el lugar donde el jefe de los altos mandos enemigos se refugiaba. Después de eso, una batalla, o más bien dicho, masacre se desató, descubriendo así, la verdadera naturaleza de aquel hombre al que tanto admiraba.

Alexander no quería recobrar la paz, él quería hacerse dueño de todo y todos los que estuvieran en medio, y él como un tonto creyó conocerlo en verdad.

Una batalla a muerte se libró entre ellos. Uno del lado del poder, guerras y catástrofes, el otro del lado de lo justo, honorable, y ninguno estaba dispuesto a perder.

 

—Colonello jadeaba y sudaba debido al esfuerzo de la pelea. — ¿Por qué Alexander? —Preguntó sin comprender al que según era su amigo.

—El ojo verde solo comenzó a reír con cinismo. —Muy simple, porque me canse de ser el típico hombre que recibe órdenes, por eso vine aquí, para hacerme del poder del jefe de los altos mandos, de hecho ya me habían ofrecido el puesto, solo debía matar a ese inútil. —Explicó con simpleza, mientras señalaba el cadáver de aquel soldado.

—Pero por culpa de esto, muchas personas están sufriendo y otras van a morir-kora. —Quiso hacerlo entrar en razón.

—Siempre deben haber sacrificios.

—Eres un maldito cínico. —Le escupió con odio.

—Descuida amigo, yo te considero un buen amigo y soldado, así que te daré la oportunidad de unirte a mí, y ser el segundo al mando, ¿qué me dices? —Preguntó sonriente, creyendo firmemente en el rubio frente a él.

—Colonello solo preparo su arma para la batalla. —Puedes quedarte con tu propuesta y meterla por donde más te quepa, yo voy a hacer lo correcto-kora. —Le dijo con furia.

—Qué pena, entonces tendré que matarte. —Lo miro con odio, mientras se preparaba para el ataque.

—Puedes intentarlo si quieres. —Respondió furioso.

 

Fue así como se dio esa batalla a muerte. Colonello atacaba a Alexander con todo lo que tenía, al igual que el otro, quien no se dejaba amedrentar por aquel que había tomado como amigo y camarada.

La feroz batalla duro casi un día entero, y fue una de las más recordadas en mucho tiempo. Los certeros golpes, las tácticas militares de niveles altos y críticos, todo en aquella batalla era imposible de olvidar, pero cuando esta acabo, fue como si nada, y el gran vencedor fue Colonello, cosa que Alexander jamás aceptaría, sobre todo porque su kouhai no quiso matarlo, al contrario, se atrevió a dejarlo con vida, solo para recordarle una y otra vez quien había ganado, y quién no.

 

—Mátame de una vez. —Le ordeno furioso.

—No lo haré...no puedo olvidar todo el daño que causaste, pero tampoco puedo olvidar nuestra amistad, yo te admiraba y aun seguirá siendo así, por eso creo que mejor debes pagar de la manera correcta y algún día redimirte. —Respondió sonriente.

— ¡Eso jamás!, y si no me matas, yo buscaré la manera de vengarme en el futuro, así que cuida tus espaldas. —Le dijo lleno de odio, para después lanzar una bomba de humo y desaparecer en el acto.

 

Para cuando Colonello logro recuperar la visión, su ahora ex amigo había desaparecido. Se odio, pero sabía que había hecho lo correcto, miro al cielo y suspiro, ya nada podía hacer, solo seguir viviendo hasta el día en el que se volvieran a encontrar, y así siguió su vida, hasta que sucedió la tragedia de la maldición arcobaleno, creyendo siempre que ese era el castigo por traicionar a su amigo y camarada.

---FIN DEL FLASHBACK---

 

—Ahora sí, es hora de la venganza. —Dijo lleno de odio, mientras sacaba a relucir su preciada bazuca.

—Colonello maldijo entre dientes. —Reborn, ustedes vayan por Tsunayoshi, yo me encargo de él. —Miro de reojo al ojo verde, mientras se preparaba para la batalla.

—Solo asegúrate de salir vivo de esta, recuerda que Lal siempre te espera. —Le recordó divertido el de patillas.

—Obvio, estás hablando de mí, yo no voy a perder. —Alardeo lleno de confianza.

 

Reborn y los demás hicieron lo que el rubio les pidió. Tomaron el único camino que había en aquella habitación, no sin antes, mirar una última vez a Colonello, esperando que logre ganar y dejar un amargo pasado atrás.

 

—Ya que los estorbos se fueron, que la pelea empiece. —Hablo prepotente, mientras sacaba de sus ropas un pequeño control remoto. —Pero antes, un poco de ventaja no haría mal. —Le dio clic al único botón rojo que poseía el aparato.

— ¡Maldición! —Colonello se dio cuenta demasiado tarde. Aquel aparato activo varias bombas que habían a su alrededor.

 

Alexander solamente comenzó a reír como desquiciado. Mientras que Colonello, se movía con dificultad de entre los escombros que la explosión había dejado. Ambos se miraron con total odio, y con mucho trabajo, el rubio menor se puse en pie de nueva cuenta.

 

—Si crees...que con esto perderé, te equivocas. —De una manera rápida, lanzó su ataque al brazo del mayor, el cual grito de dolor.

—Maldito, porque no mejor peleamos como los hombres. —Sugirió con malicia, él sabía más de eso que el mismo Colonello.

—Supongo que así te sentirías orgulloso de ganar. —Respondió serio, mientras dejaba caer su arma.

 

Ambos se lanzaron al ataque. Un ataque cuerpo a cuerpo donde demostrarían no solo su fuerza e intelecto estratega, sino también, donde demostrarían quien era mejor en esa zona.

Golpes, patadas, una que otra cuchillada, ambos tenían cortes, rasgaduras de ropa y moretones que dolían al contacto, más ninguno paraba de pelear, ni daban su brazo a torcer.

 

—Alexander jadeaba lleno de cansancio. —Ríndete, aun si me derrotas, tus amigos no podrán salvar a ese niño. —Le dijo burlesco, y sin que Colonello se diera cuenta, saco una poderosa mágnum plateada y la apunto al rubio ojo azul. —Hora de morir. —Susurró malicioso, mientras disparaba y le daba justo en el pecho.

 

Todo paso en cámara lenta, y para cuando Colonello se dio cuenta del inmenso dolor que lo aquejaba, estaba cayendo debido al gran impacto de aquella poderosa arma.

Miles de imágenes pasaron por su cabeza, algunas de su infancia y de cómo Reborn siempre lo derrotaba, pero luego le llego el primer recuerdo que dejo Lal en él. Esa mujer temeraria y fuerte que le enseño a ser quien era, luego recordó a Tsunayoshi, quien lo ayudo de alguna manera a que Lal regresará a su forma original, esa era su razón de pelea, por esas dos personas es que él estaba luchando, y no importaba si le habían perforado el pecho, él iba a ganar por lo que le importaba.

Se puso de pie con un excesivo poder sobrehumano, y corrió hacia el distraído Alexander. Como pudo le quito el arma que tenía y comenzó a golpearlo con fuerza y de una manera certera, por todo el cuerpo, sin darle alguna oportunidad de defenderse.

 

— ¿Cómo? —Preguntó ya sin poder moverse. — ¿Cómo es que todavía puedes moverte?, ¿Por qué sigues con vida maldito? —Preguntó furioso, mientras miraba con odio al menos, el cual ya había agarrado la mágnum que momentos antes estaba en su mano.

—A diferencia de ti...yo si tengo por quien luchar...tengo personas que esperan mi regreso...yo decidí mi camino, y no uno podrido como el tuyo...y esta vez, yo voy a terminar lo que empecé. —De una manera temblorosa apunto al pecho de Alexander. —Hasta nunca. —Susurró serio, mientras jalaba el gatillo.

 

Alexander solo sonrió sincero, al fin logró pelear una vez más contra su rival, y aun cuando perdió, sentía una gran calma, aunque muy en el fondo sentía una gran culpa, él le había prometido ciertas cosas a un científico muy loco, que aunque lo sacaba de quicio, lo amaba con locura.

 

—"Al parecer no poder cumplir mi promesa, Blue". —Sonrió mientras daba su último suspiro de vida, y de alguna manera le alegro que su último pensamiento lo tuviera Blue.

 

Colonello cayó al suelo rendido. Sentía su cuerpo muy pesado y frío, sabía que estaba perdiendo sangre y mucha, pero al menos había cerrado un viejo capítulo de su vida, ahora solo debía aguantar lo más que pudiera a que Verde llegará con Shamal, de lo contrario sabía que moriría.

 

—Lal. —Susurró con trabajo, para después dejarse caer en la inconsciencia.

 

~ஐ~

 

Cierto peli azul estaba leyendo una vez más los experimentos y ataques de los inventos que usaría en contra de su odiado rival, cuando su pecho se contrajo lleno de dolor, un dolor que le indicaba una perdida muy importante.

 

—No...Tú no Alex. —Susurró con dolor, sin él su vida no tenía sentido alguno.

 

~ஐ~

 

Reborn y los demás llegaron a la siguiente habitación, que al igual que la anterior, esta no tenía nada de cosas, solamente la puerta que los conduciría a la siguiente habitación y en medio de esta, el gran rival y enemigo de cierto ser inmortal.

Un chico de unos extravagantes y coloridos gustos, que miraba con completo odio al del casco.

 

—Hora de morir...Skull-san.

 

El del casco solo trago grueso, ya sabía que su hora le estaba llegando, más si se trataba de ese chico que tanto lo odiaba.

 

 

 

 

 

CONTINUARA

Notas finales:

Si les gusto y me lo hacen saber con sus hermosos comentarios, se los voy a agradecer muchicimo ^///^

Se que soy mala con el final que le di, pero es para picalos más y más xD

La pelea de Skull es la siguiente, ¿que habra hecho ese pillo? xD

Proximo capitulo 

"Skull Debe Morir"

Nos leemos pronto

Chau chau (*_-)/


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