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Energy por Paeony

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El piso de la habitación tiembla ante el impacto de libros al caer. El estruendo despierta a Baekhyun, quien, molesto, jala las sábanas para conciliar el sueño nuevamente, pero esto solo provoca que el resto de los libros, acumulados sobre su cama, caigan al suelo haciendo mucho más ruido.

—He ahí el libro de humanidades —dice con voz ronca adormilada tras escuchar el último libro caer. Luego de meses en sagrado matrimonio con ese libro era capaz de reconocer cualquier ruido que este pudiera hacer. Esta era uno de los muchos días en las que se cuestiona que hacía en ese lugar, tan lejos de su casa.

Meses antes de la graduación ya se había resignado a no continuar sus estudios, sus padres tienen un pequeño restaurante en la ciudad, podía vivir trabajando allí. Los estudios no hacen falta, repetía su madre en un intento de excusa por no poder pagar por los mismos. Baekhyun siempre respondía con una sonrisa y se alejaba; la verdad, sí hacen falta.

Murmurando cosas sin sentido se hunde nuevamente en la incómoda cama.

Ya habia pasado más un año desde su único encuentro con Jongin, no lo olvida por mas que intenta ignorar su recuerdo. Baekhyun creyó por fin haber encontrado a otro como él. Alguien con quien compartir su locura, pero no, él desapareció, como si todas las horas que pasó a su lado viendo su energía delirar tan solo fueran parte de una pesadilla poco coherente.

Luego de eso las semanas pasaron hechas segundos haciendo los meses correr a una velocidad incómoda acercando cada vez más la graduación. Y con la misma rapidez matando sus esperanzas de volverlo a ver.

No eres ningún ciego Baekhyun...

Jongin salió caminando de la escuela con paso firme, tranquilo, como si nada no hubiera pasado. Baekhyun, tembloroso, apenas pudo dar unos pasos en su direccion antes de derrumbarse a los pies de la escalera

—¿Baekhyun? —escucha a lo lejos una voz envejecida y angustiada, acompañada de rápidos pasos fuertes.

Baekhyun siente su pecho oprimido impidiéndole respirar mientras su rostro entra en contacto con el helado suelo, sus ojos se nublan y se asusta.

¡¿Que esta pasando?!

Siente unas manos recorriendo su pecho desatando con rapidez la corbata que aprieta su cuello y escucha unos gritos que no puede comprender aunque reconocía la voz, es el Sr. Choi, el guardia de seguridad. Siempre le trae una cálida taza de café cuando sale tarde de la enfermería, él siempre la recibe con una gran sonrisa.

Días después desperto en una incómoda camilla de hospital totalmente atontado por los medicamentos, nadie podía explicarle lo que paso, eso solo creo más preguntas en su cabeza

Paso días solo, pudiendo ver el agrietado techo de la habitación y oyendo las conversaciones sobre el misterio de sus heridas. Aún no los ve, pero todos hablaban a escondidas de él sobre los grandes moretones que trae en el cuerpo.

Cuando por fin los pudo ver semanas después tuvo que ahogar un grito, su madre apartó la vista insistiendo en que ahora se veían mucho mejor que antes y eso le  parecía poco creíble, cubrían de morado oscuro la mitad derecha de su cuerpo.

Siendo rata de laboratorio no lo dejaron salir durante semanas de aquel frío lugar. Leusemia, plantearon muchos de los médicos que lo visitaron durante su nada agradable estadía, pero ninguno logró demostrarlo. Uno de los doctores le tomó pena y tras escucharlo cantar como ave enjaulada en su habitacion, le dejó libre.

—¿Siempre eres tan ruidoso? —pregunta una voz profunda entre risas.

Baekhyun siente una punzada en su pecho al reconocer la voz.

Abre los ojos de golpe haciendo a un lado las sábanas con brusquedad para encarar al intruso. ¡Mierda! Ver su espalda es suficiente para confirmar su identidad. Jongin.

—¡¿Que haces aqui?! —pregunta Baekhyun en una mezcla entre enojo y sorpresa. Su ojos viajaban imperativos por la espalda del intruso, admirando el abrigo color azul marino, que se cierne a su piel como una segunda y costosa piel. Trataba de distinguir si es real o tan solo un juego de sus ojos.

Aún sin mirar a Baekhyun el intruso vuelve a reír haciendo temblar sus hombros ahora mucho más altos.

—Mi nombre es Kim Jongin —sube su maleta sobre la cama junto a la de Baekhyun—, soy tu nuevo compañero.

La flamante sonrisa de Jongin se desdibuja cuando se voltea para saludar con la mano derecha extendida. La confusión momentánea reprime su energía que se encoge a su alrededor tímida.

¿Me recuerda?

Un fino hilo bronce, de la energía de Jongin, se extiende con lentitud hasta enroscarse con dulzura en el brazo de Baekhyun. Queda paralizado cuando siente el cosquilleo sutil sobre su brazo, algo asustado baja su mirada para ver el travieso destello ahora color dorado recorriendo su brazo con gracia e, inconsciente, sonríe antes de llevar sus ojos de vuelta hasta los de Jongin que en ningún momento ha dejado de mirarle confundido.

—¿Te conozco? —pregunta Jongin.

La sonrisa de Baekhyun se borra, siendo reemplazada por una expresión de enojo mientras sale de su cama y recoge abrigo del suelo, la habitación era un chiquero.

—¿En serio? —pregunta ofendido Baekhyun mientras pone el abrigo color rojo rápidamente—. La verdad no me sorprende —susurra mientras camina a la puerta.

Antes de salir de la habitacion Jongin lo detiene agarrando su brazo con fuerza.

—Baekhyun, espera.

—¿Esperar? ¿Para qué Jongin? ¡Casi me matas! —Jongin suelta un poco su agarre— ¿...y ahora finges no conocerme?

El silencio reina en la habitacion mientras Jongin solo deja viajar sus ojos alrededor de Baekhyun. El nunca entendera, piensa mientras mira fijamente la gran masa de luz blanca que flota a sobre la piel de Baekhyun. Ni siquiera yo lo entiendo.

Baekhyun harto de no obtener respuesta e intimidado por los ojos oscuros de Jongin clavados en algún punto inexistente lo aparta y sale de la habitación. Dejando la puerta abierta corre. No entiende porque todo su cuerpo grita peligro y lo inunda el deseo de huir, pero igual lo hace siguiendo su instinto. Corre hasta salir del dormitorio donde se sienta en las rígidas escaleras de concreto en la entrada. Se detiene a ver como el sol empieza a ocultarse entre los árboles a la distancia sin poder negar que, de alguna manera, se encuentra feliz. A vuelto, pero también le enfadaba su actitud y le intimidaba su presencia.

Escucha un suave caminar bajando la escalera.

—Baekhyun... —escucha el alivio en la voz de Jongin.

—¿Por qué desapareciste? —pregunta Baekhyun sin subir la mirada.

—Yo... —comienza Jongin, pero se detiene. El silencio vuelve a poner ansioso, y se plantea la idea de volver a escapar. Jongin en cambio se sienta a su lado acomodando su abrigo caro—... nunca debí aparecer en un principio.

Baekhyun deja escapar una carcajada irónica.

—Eso no es precisamente una respuesta.

—Casi te mato, tú bien los has dicho —Jongin lo mira curioso cuidando la distancia entre ellos— No debería estar cerca de ti —baja la mirada—, de nadie la verdad.

Baekhyun no comprende nada de lo que dice Jongin, pero ve el miedo y el dolor, su energía perdió su brillo drásticamente.

—¿Por qué? —pregunta Baekhyun temeroso.

Jongin muerde levemente su labio inferior antes de mirar a los ojos a Baekhyun.

—Eso no lo puedo contestar ahora —Baekhyun nota un leve temblor en su voz que aparenta ser segura.

Se para en seco dispuesto a irse, no quería seguir escuchando aquellas evasiones estupidas que solo lo hacían desesperar más. Aún sentado Jongin lo detiene tomando su mano izquierda.

—Solo te hago daño cada vez que te toco, Baekhyun —Jongin se levanta quedando parado un escalón mas arriba que Baekhyun haciéndolo ver demasiado alto de una manera intimidante. Sube la manga gastada del viejo abrigo de Baekhyun hasta el codo, mostrando así la suave piel blanca matizada por leves hematomas color verde claro. Baekhyun aparta su mano poniendo rápidamente la tela en su lugar.

Eso explica mucho. El recuerdo de los grandes y dolorosos hematomas que tuvo hace un año atrás invaden su mente.

—¿Qué eres, Jongin? —pregunta exigente.

—Ni yo mismo sé... —el color bronce de su energía flaquea viéndose grisácea por unos segundos, esto asusta a Baekhyun quien da un paso atrás—. Muchos dicen que soy un arma, otros que soy un enchufe, me han llamado hasta envase—. Jongin vuelve a sentarse en la escalera seguramente esperando a que Baekhyun se ria por lo que acaba de decir, pero este no lo hizo.

—¿Y eso es...?

—¿En serio queres saber? —casi podría decirse que estaba feliz. Baekhyun estaba rebasando el límite de la conversación y eso lo sorprendía, nadie había llegado tan lejos nunca—. Cargo demonios temporalmente.

Baekhyun no entendía en que momento todo se puso tan oscuro o cuando empezó a reinar el silencio a su alrededor. En un dormitorio de chicos universitarios, ¿cuando hay silencio?, nunca. La tensión entre ellos provoca en Baekhyun una risa nerviosa imposible de controlar mientras se sienta junto a Jongin temiendo que pueda caerse al piso en cualquier momento. Jugando con los bordes de las mangas deshiladas mira a Jongin alejarse al sentirlo demasiado cerca.

—¿Así que eres un tipo de hotel? —pregunta Baekhyun después de un largo silencio, tratando de calmar a Jongin

—Eso es nuevo, nunCA me habían llamado hotel —sonríe mirándole a los ojos.

—Conozco un amigo... —balbucea— estudia publicidad. ¿sabes?  podría hacer un anuncio —contínua nervioso—. Kim Jongin, Hotel de Demonios —narra Baekhyun visualizando el letrero en luces de neón—. Seras millonario —escucha la suave risa de Jongin.

—No creo que estén dispuestos a pagar por su estadía —vuelve su mirada a los árboles

—Tal vez si les das un mejor servicio... mejor comida—sonrie Baekhyun

La sonrisa de Jongin desaparece, sus ojos se vuelven más oscuros de lo normal y nuevamente su energía flaquea.

Baekhyun se levanta, todo su cuerpo grita peligro.

—La comida que quieren no puedo dársela, Baekhyun.

Baekhyun da varios pasos atrás realmente espantado.

—J-jongin...  —tartamudea Baekhyun, cuando una masa espesa de color nauseabundo sustituye su brillante color bronce.

Los ojos de Jongin se convierten en orbes negras sin brillo, se pone en pie despacio sin prisa alguna. Sabe perfectamente que Baekhyun no va a escapar. Sabe demasiado, la curiosidad lo mata. Solo se queda ahí parado, mirando como el miedo en Baekhyun desata llamaradas de luz blanca que levitan en su dirección, y eso es exactamente lo que la Legión dentro de Jongin busca, se alimenta de su miedo. Sin necesidad de tocarlo consume su alma en grandes cantidades, eso lo debilita rápidamente, hasta que se tambalea y cae. Ni siquiera intenta evitar la caída de Baekhyun, por más que lo grita a todo pulmón, su cuerpo no obedece ningún mandato. Se sorprende al escucharse a sí mismo reír antes de comenzar a caminar hasta el cuerpo aún consciente de Baekhyun.

—Pudiste escapar... —lo último que logra escuchar Baekhyun antes de que con el roce de sus dedos robe el último soplo de su conciencia.

 


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