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Valiente. por Maira

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La siguiente noche, reforzando la muy breve disculpa que le había enviado por escrito mediante Yusuke al no haberse encontrado en condiciones de llegar hasta allí, se presentó ante Anzi con su nuevo aspecto quién le miró completamente perplejo durante largos momentos sin comentar nada al respecto. El silencio que se había generado entre ambos era de muerte luego de sus propias palabras dichas. Incluso el murmullo de la tierra al tomar asiento con mucho cuidado fue casi lo único que se escuchó además del de las hojas de los árboles ser mecidas por el viento. Se encontraba un poco incómodo.

Cuándo por fin reaccionó, el castaño le imitó sentándose a su lado. Se pasó una mano por los cabellos, dejando descansar las armas a su lado y lo primero que hizo por supuesto fue intentar revisar qué clase de heridas tenía. Como era costumbre, Zin no se lo permitió.

-Tenemos que hablar muy seriamente acerca de algo, como te he dicho en el mensaje. No escribí mucho, lo sé. No tenía las fuerzas y no podía asegurar que a Yusuke no le sucediera algo al permitirle arriesgarse para traerte aquella nota. Simplemente…

-Lo sé. Lo supongo. Pero no me importa eso. ¿Estás bien?- le interrumpió sin quitarle los ojos de encima un solo instante –él… te… - titubeó finalmente señalando con su mano la apariencia general del contrario.

-¿Eh? Ah, no. Yo mismo me corté el cabello, pero debería comenzar a hablarte acerca de lo que sucedió desde un principio. Desde que esa mañana desperté… mañana… bueno… casi el mediodía. Necesitaré de tu ayuda, Anzi. Se trata de algo muy importante.

-Sabes que te ayudaría en lo que fuera. Pero debes permitirme revisar tus heridas ésta vez. ¿Te las ha tratado un médico? ¿Cómo demonios has logrado que el monstruo Miwa no te mate?- suspiró aliviado ante una respuesta afirmativa. Luego con total delicadeza se dedicó a remover toda prenda superior del menor observando el vendaje que le cubría la mayoría del torso y los brazos, sin perder en ningún momento la atención sobre la historia que le relataba detalladamente. No se atrevió a quitarle el vendaje, simplemente observando las manchas carmín que aparecían aquí o allí sobre las vendas. No comprendía cómo era que el muchacho podía encontrarse tan tranquilamente sentado con semejantes heridas. Especialmente la del hombro cuyas vendas aparecían muy húmedas. Al tocarlas sobre aquella zona, sus dedos se impregnaron de la sangre que le tomó trabajo quitarse friccionándolos contra los propios pantalones.

Escuchó absolutamente todo, a veces apretando los puños o la mandíbula por el simple hecho de escuchar que alguien había dañado a Zin. Lo vistió de nuevo dejando las prendas tal cual habían estado originalmente y tomó una de las pequeñas manos entre las suyas a la que el rubio no tardó en retirar. Le comprendía, comprendía todo su dolor. Pero también valoraba mucho el hecho de que hubiera sido tan audaz, tan valiente. En ese mismo instante supo realmente cuánto había cambiado, crecido y logrado si bien no cómo lo esperaba, el principal objetivo que les había llevado a pasar tantas noches juntos: el más bajo había aprendido a cuidar de sí mismo con suma eficiencia. Podría decirse que había logrado esculpir una obra de arte casi impecable.

-He comprendido todo… aunque… ¿Estás enterado realmente de lo que has hecho? ¿No puedes ver las dimensiones de todo eso? Miwa tiene bestias bajo sus órdenes. Además, veinte mil hombres son los que va a enviar a través del mar, ¿Cierto?- sumamente pensativo, se frotó el mentón con insistencia –has arruinado los planes de conquista del Rey, enano. Y a cambio Miwa ha decidido enviar sólo a sus hombres, a su tropa… a su pequeña porción del gran ejército que el Rey posee gracias a los Capitanes Generales, siete hombres que si bien no son peores que el monstruo, no están muy lejos de serlo… bueno, ya has conocido a unos pocos en la mansión del señor…- hizo una pequeña pausa –los hombres de Miwa valen por el ejército entero porque todos son muy diestros en el uso de cualquier arma. Además han aprendido muchas técnicas de combate y están entrenados para luchar hasta desangrarse si es necesario. Que los deje a tu cargo es, por supuesto, una burla. Sólo él y sus amigos pueden controlarlos. No respetan a nadie más que a ellos. Incluso… - observó algo incómodo al muchacho –he oído que en las largas campañas tal cual la que están a punto de iniciar, suelen comerse entre ellos cuándo ya no queda mendrugo que llevarse a la boca. Quizá Miwa esté buscando que te torturen y te coman… lo más probable es que no los envíe solos, sino con un par de generales que estén en condiciones de viajar. Más personas de altos rangos para controlarlos. Por supuesto, si mueres, todo continuará siguiendo su curso. Podría apostar mi cabeza a que enviarán refuerzos, es decir, al resto del ejército en cuánto tus víctimas se recuperen… por último, su amenaza de que te harán volver si sobrevives puede que sea cierta. ¿Necesito continuar explicándome entonces?

-Así está bien. Ya he comprendido- respondió por completo desanimado. No podía creer la manera en la que había sido tan idiota al pensar en que las cosas serían sencillas. Era de esperarse por parte del general algo así, pues a pesar de que fuera un ebrio y una horrible persona, era muy bueno en su oficio. Deseó golpearse a sí mismo al caer en la cuenta de que otra vez no había impuesto condiciones antes de cerrar el trato. Había actuado precipitadamente al encontrarse desesperado, aquellas eran las consecuencias a las que él mismo se había dejado conducir.

-Viéndolo de esa manera, no puedo entender en qué podría ayudarte realmente… es decir… ah, creo que ya es hora de que te hable acerca de algo. Pero no quiero que te enfades conmigo. Así que te lo diré sólo si prometes no enfadarte conmigo.

-¿Qué es lo que tienes que decir, Anzi?- inquirió ladeando un poco la cabeza -¿Vas a decirme que no puedes hacerlo, que no puedes venir conmigo? Te necesito para algo más importante que eso… pero puedes comenzar hablando tú. Luego hablaré yo.

-Bien… por dónde comienzo…- suspiró con la inquietud danzando en su mirada -¿Sabes lo que es un Cabo, Zin?

-¿Un Cabo?- el rubio ladeó su cabeza hacia el lado contrario – ¿Un rango del ejército?

-Exacto. Un Cabo es un hombre que tiene a su cargo una escuadra militar, es decir, un grupo de un máximo de doce soldados. También se le llama Líder de escuadrón. Cuándo te alistas al ejército, el primer rango que se te asigna luego de tu enseñanza completa es el de soldado, luego asciendes a soldado de primera, el rango de Cabo es el tercero… podría decirse. Si tu escuadrón sobrevive y es bueno, puede que asciendas nuevamente dejando tu lugar al mejor hombre de la escuadra. Hay muchos de ellos, además muchas escuadras como también podrás deducir. Es algo complicado de explicar en realidad… no quiero dar tantos rodeos. Por otro lado, Suboficial Mayor es un rango bastante alto. Sin ese rango, los de menor categoría no podrían interactuar con los de mayor, es decir, los Suboficiales Mayores además de tener a cargo a varios rangos por debajo del suyo son los que sirven de intermediarios…- se detuvo al notar que Zin concentraba toda su atención en él, su labio inferior tembló un poco –hace muchos años yo era un Cabo bajo el mando del monstruo Miwa, cuándo él aún era un Suboficial Mayor. Ahora soy un desertor… -volvió a hacer silencio a la espera de una reacción por parte del menor quién se le quedó viendo tan fijo como hasta ese momento lo hacía –hubo una guerra en el desierto. El Rey quería controlarlo por completo. Cómo sabes, jamás pudieron lograrlo. Los salvajes allí son implacables, conocen demasiado bien sus propias tierras y sacan todo el provecho de ellas a la hora de luchar. Los rangos mayores nos abandonaron en cuánto tuvieron la oportunidad, en cuánto notaron que todo estaba perdido. Me hirieron profundamente, estuve a punto de perder un brazo… lo único que lo mantenía unido a mi cuerpo eran huesos astillados y un poco de carne. Me tomó muchísimo tiempo lograr que volviera a la normalidad…

-¿Sobreviviste en el desierto?- preguntó entonces con curiosidad, haciendo un pequeño gesto de dolor al removerse -¿Cómo es posible que tu brazo luego de…?

-Una pequeña tribu nómada me encontró y me sanó. Son realmente buenos en lo que respecta a medicina. Cuando por fin volví aquí dispuesto no sólo a destruir a Miwa, sino a todos los rangos incluso al Rey, me topé con que ofrecían recompensa por cada uno de los desertores de la batalla del desierto. Por mí también, por supuesto. Vi morir a muchos de mis antiguos compañeros en una hoguera o la horca. Sin embargo nunca pudieron atraparme, me escondo muy bien, me muevo con cuidado.

-¿Cómo es que eres cazarrecompensas entonces? ¡Anzi! Esa es la razón por la cual sabes tanto de armas, de luchar y de… ya sabes quién… nunca se me hubiera ocurrido.

-Tengo un par de amigos entre las autoridades- sonrió -les entrego apestosos maleantes y ellos me pagan- se encogió de hombros –es sencillo cuándo tus contactos saben que si te traicionan, podrías cortarles la garganta mientras duermen.

-¿A esos les llamas amigos…?

-¡Claro que sí! ¿Apoco tú no tienes amigos…?

-Yo nunca le haría eso a Yusuke… -murmuró haciendo que el castaño soltara una repentina carcajada.

-Bueno, en conclusión… podría infiltrarme contigo en uno de los barcos del ejército. Pero lo que allí arriba sucediera contigo o conmigo, simplemente no sabría predecirlo. Conocí a muchas personas estando en el ejército. Nos acumulaban como ratas y nos enviaban a cualquier parte en diferentes misiones. Además solía arreglar muchos pleitos y de vez en cuándo hacer que alguna corrupta o chiflada cabeza volara por los aires. Hay mucha gente cuya mente no termina muy bien centrada luego de los entrenamientos. Se vuelven locos.

-Ya veo… ¿Entonces es posible que nos maten a ambos en cuánto nos vean?

-Claro. Pero también hay una posibilidad de que eso no suceda. Eso depende de las circunstancias. Siempre podemos arreglárnosla, es cuestión de improvisar. ¿Qué era lo que querías decirme antes de que comenzara a hablarte acerca de mi pasado?

-Ah… bueno… es que yo…- comenzó a darle rodeos al asunto en busca de expresar bien su disparatada idea, aquella que había estado taladrando su mente durante todo el día –sé que quizá se te haga una locura. Una muy grande pero… yo… ¿Prometes que vas a ayudarme?

-¿De qué se trata, enano? Siempre y cuando no sea una locura de proporciones colosales estará bien— ésta vez lo observó con una chispa de curiosidad ardiendo en sus oscuros ojos.

-Tú sabes muy bien cuánto quiero a Kei, también a Yusuke- comenzó a explicarle lentamente a la vez que veía cómo poco a poco la expresión del rostro de Anzi mudaba a una peor, sabía que el contrario ya se estaba haciendo ideas acerca de su pedido –no podría dejarles aquí con aquel monstruo… no a Kei. Yusuke sabe muy bien cómo lidiar con él, pero no quiero que Kei crezca con él… siento que si lo abandono aquí, además de perderle para siempre, crecerá podrido por dentro. No quiero algo así para Kei, para mi Kei…

-¿Y qué diablos pretendes? ¿Llevarlo contigo a quizá la guerra más peligrosa en busca de conquistar tierras? Has perdido la cabeza, Zin- tomó sus sables con la mano derecha y se incorporó de una sola vez –no tienes mi apoyo en ese sentido. Es simplemente una locura. No puedo ayudarte a protegerlo, ni al sirviente de Miwa. No lo haré, Zin.

-¡Espera! No te vayas, no te enfades. Quiero que escuches todo lo que tengo que decirte…

-Pienso que ya fue suficiente por hoy. Te llevaré a casa, descansarás para que esas heridas no estén tan frescas el día de partir y nos iremos. Pero sólo eso- estiró su mano hacia el más bajo quién la tomó también incorporándose bajo una leve queja de dolor.

-Por favor, Anzi- le imploró apenas cayendo en la cuenta de que el castaño aceptaba emprender aquel peligroso viaje con él –por favor… Kei es… Kei es como mi hijo. No puedo dejarle aquí. El general va a criarlo sin amor, siento que va a obligarle a entrar al ejército cuándo tenga la edad. Lo va a golpear, lo va a maltratar. Quién sabe cuántas cosas pueda ser capaz de hacerle en cuánto crezca… lo amo demasiado como para permitir que alguien como él lo convierta en un monstruo. Yusuke podría cuidar de él. No serán una carga. Lo prometo…

-He dicho que no, porque de hecho sí serán una maldita carga. Una muy grande. No voy a arriesgar mi vida por el mocoso hijo de Miwa o un sirviente.

-Estás siendo cruel, Anzi- murmuró bajando su vista al suelo –no son sólo eso… como yo nunca fui una puta.

-Me da igual. No voy a permitir que acaben con nosotros por su culpa. Por favor, Zin. Entra en razón, no tienes idea de lo que estás tramando. Intenta recapacitar antes de que emprendamos el viaje en nueve días. Cuándo por fin llegues a la conclusión, a la verdad, verás que habías pensado en una verdadera locura.

-¿Acaso no dijiste que querías vengarte de él? Es tu oportunidad, Anzi. Puedes matarle, nos llevaremos a su hijo. Yusuke podría cuidarle y…- tuvo que callar cuándo el castaño le posó la palma de su mano sobre los labios.

-Basta. ¿Sabes? Ahora mismo te voy a enseñar algo esencial para sobrevivir en ésta clase de vida: a veces hay que dejar muchas cosas atrás para continuar avanzando. Incluso cosas que realmente nos duelen- observó la manera en la que Zin apartaba de un golpe su mano y en cuánto estuvo preparado para protestar, volvió a cubrirle los labios -¿Crees que si tú no hubieras existido, el destino del niño habría sido diferente? El monstruo Miwa prácticamente mató a su esposa en busca de que se quedara encinta de aquel niño. La mujer enfermó gravemente luego del último tratamiento médico, el mercurio le corría por las venas. ¿Crees que el niño estará en sus cabales? ¿Crees que será sano? Yo no lo pienso así, Zin. Debería ocurrir un milagro para que el mocoso estuviera perfectamente- sorpresivamente, recibió una fuerte bofetada que durante largos momentos logró que su mejilla perdiera la sensibilidad. Sin embargo no estuvo dispuesto a responder a ese gesto, no quería lastimar a Zin. Simplemente quería que entrara en razón.

-Eres egoísta, Anzi.

-No, no lo soy. Simplemente soy realista. Ah… ¿Vas a volver a golpearme? Sólo intento que pienses muy bien las cosas, que te informes antes de continuar hilando tus planes. Apenas podremos cuidar de nosotros mismos. No podemos cuidar de un niño que aún se alimenta de leche.

-Está comenzando a comer sólidos, eso no sería un problema. El único problema es el de la seguridad. De hecho, si ésta vez me ayudas… prometo encargarme yo mismo de la seguridad Kei y Yusuke. Tú sólo tendrás que velar por tu propia seguridad y la mía.

-Es una locura, Zin. Creo que ya no quiero participar en esto… anda, te llevo a casa- murmuró a modo de respuesta. Luego de amarrarse al cinturón ambos sables, le dio la espalda al más bajo para que se subiera de un empellón. Pero a cambio el contrario le abrazó por la espalda –ahh… no me digas que estás llorando, Zin- se quejó al cabo de unos instantes en cuánto escuchó la respiración del menor, la manera en la que se sorbía la nariz –no llores. Tarde o temprano tenía que suceder algo así. Por ejemplo, si hubieras muerto anoche…

-Cállate Anzi. Sólo haz silencio y quédate quieto- respondió en un tono apenas audible, estrujando la ropa del más alto quién suspiró pesadamente –necesito sólo un momento.

El castaño bufó de manera pesada. La situación en sí comenzaba a desagradarle. El llanto de Zin era comprensible luego de todas las cosas que le había espetado, incluso él mismo sintió que había sido duro con el rubio. Pero simplemente no podía aceptar… -Ah, Dios Santo- el hilo de sus pensamientos fue interrumpido por un desgarrador gemido de parte del otro, ahora Zin lloraba sin consuelo aferrándose a su espalda. No le gustaba en absoluto escucharle. Como pudo se lo desprendió del cuerpo antes de voltear y abrazarle. Ah… no comprendía cuándo había llegado a amarle tanto. Sus ojos se movieron inquietos de un tronco hacia el otro de los tantos que les rodeaban a la vez que sus manos acariciaban tanto el cabello ahora corto como la espalda ajena –de acuerdo- comentó de manera algo cortante –deja de llorar. Tenemos que irnos, Zin. No vas a lograr nada con llorar- pero el menor comenzó a sollozar tan fuerte, que de a momentos se quedaba sin aire -¡Ah! ¡Maldita sea, Zin! De acuerdo… de acuerdo. ¡He dicho que de acuerdo! ¡Deja de llorar! ¡Voy a ayudarte a robar al mocoso! Pero serás solamente tú quién vele por su vida. De todos modos no va a sobrevivir a un viaje de estas dimensiones. Se lo comerán las ratas- a sus últimas palabras las dijo casi en un murmullo.

-¿D-De veras? Yo… yo me encargaré de que todo resulte bien. Tú sólo tienes que ayudarme. Prometo que haré todo lo que esté al alcance de mis manos. G-Gracias… ¡Gracias, Anzi!

-Menudos problemas son en los que me metes, maldito enano. Bueno, de todos modos ya tenía muchas ganas de darle una buena lección al monstruo Miwa. Creo que su turno ha llegado de una vez por todas. Nos vamos- sin más, cargó al más bajo entre sus brazos comenzando a caminar –deja ya de llorar. Que hasta cuándo lloras me entran ganas de hacerte cosas muy pervertidas- rio ante su propia broma la cual le costó una ligera mordida de reprenda en el hombro izquierdo –eso sí, no nos veremos hasta ese día porque tienes que descansar. Tú sólo espérame y partiremos juntos. ¿Bien amanezca se van, cierto?- ante un asentimiento por parte del menor, sonrió –tengo un par de cosas qué hacer antes de abandonar ésta tierra. 

Notas finales:

Buenas, buenas, buenas ouo/~

 

En primer lugar, perdón por la demora ;A; ayer se me hicieron las 2 a.m revisando el texto para subirlo y bueno... ZzzZzzZz 

Pero aquí lo traigo owó! Espero que les haya gustado. Espero no haberme equivocado en nada owo xD -está muy torpe- 

Y pues uwu ahí se sabe un poquín más de Anzi, al igual que en próximo capi, se sabrá otro poquín de Anzi y pasará algo muy... -cejas cejas- 

Ehm ewe ya se nos vienen pjs nuevos~~ incluiré bastantes a partir de ahora -no tiene idea de cómo los va a manejar- necesitamos pj nuevos *O* lluvia de pjs nuevos (?)

Hmm... vengo a contar mis traumas uwu por último antes de irme.

Resulta que el Lunes iba a escribir pero dije, nah... primero veo Game of Thrones que ya salió con subs -pone GoT-  -llega el final del capi- .... .... .... .... ;O;!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 

Estuve todo el día Lunes mal pensando en la muerte de Oberyn owo xDD por Dios, hacía tiempo que no me ponía tan mal por la muerte de un pj en una serie -eso pasa porque es demasiado pobre para comprarse los libros- creo que desde la muerte de Hershel en The walking Dead que no me ponía tan mal xDD pero jhnkjdfnvdknk así de buaaa porqueee Oberyyyynnn ;O;!! -rueda por la cama abrazando la almohada(???)- ok no, tanto así no pero fue como jcnjdfkndfjkkj carajo. 

En fin uwu esa es mi historia traumática de hoy, hum. 

Se la cuidan ouo/ el próximo capi lo subiré prontito... ¿Qué día es hoy? Bueno, llegando al fin de semana estará cocinadito eue.

Besines u(L)u los quiero. 


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