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Valiente. por Maira

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Anduvieron a pie un trecho corto, por completo en silencio. Durante todo ese tiempo, Masashi no dejó de vigilar de reojo a Kamijo. Fue en una intersección con un vertiginoso risco cuando el rubio se detuvo frente a él, lo miró fijo en busca de captar su atención y por último se llevó una de las manos al mentón.

─¿Qué debería enseñarte primero? ─preguntó más para sí mismo que para el pelinegro─. ¿Te interesa aprender algo en particular?

─Si fuera por mí, podrías regresar al infierno del que te enviaron.

─No, no puedo hacer eso ─le respondió tranquilamente─. Así que debes decidir o yo lo haré por ti.

─Me da igual ─dijo cortante y se dispuso a continuar con su camino, hasta que Kamijo lo tomó por uno de los brazos. Jamás creyó que esa mano de apariencia tan delicada pudiera tener la dureza del hierro, que fuera tan poderosa como para provocarle un delicioso dolor.

─Entonces, bajaremos al pueblo más cercano ─alzó su mano libre, trazó un rectángulo al aire, poco a poco la forma se alargó hasta tocar el suelo. El rubio la empujó y la puerta hacia el vacío absoluto se abrió─. Entra, te explicaré cómo se llega al lugar que deseas.

─Ya sé transportarme entre dimensiones ─refunfuñó el pelinegro.

─Sólo sabes ir a parar a cualquier lugar ─replicó, luego comenzó a caminar a modo de también obligarle a Miwa a hacerlo.

─Puedo caminar por mi cuenta… oye… ¡Oye! ─sin embargo, el contrario hizo caso omiso a sus palabras. Fue introducido en el portal, Kamijo no lo soltó hasta que la puerta estuvo por completo cerrada. Al instante, a su alrededor todo se iluminó con una tenue luz azulada que resaltaba los relieves rocosos a su alrededor─. Vaya, qué genial, aún estamos en el mismo lugar…

─Un portal se dibuja con energía, luego se expande y se abre con los poderes de la mente ─le explicó un poco tajante─. Para poder divisar la dimensión que deseas, tienes que imprimir un poco más de dicha energía, pero muy suavemente. Corres riesgos de desplomarte aquí y no poder volver jamás. Lo mismo sucede con los lugares a los que deseas trasladarte. Ahora… ─cerró sus párpados de modo natural, dejó caer las manos a los costados de su cuerpo. Enseguida, a su alrededor las diversas partículas del tenue resplandor azul trasmutaron en diferentes formas, algunas de paisajes que el pelinegro conocía, otras que sus ojos jamás habían contemplado. A Masashi las curiosas lucecitas le recordaban vagamente a unas luciérnagas en los arbustos de su antiguo jardín trasero durante las noches de verano, esos pequeños puntos flotantes que tanto lo distraían al sentarse a beber solo en el porche trasero─, aquí nos detenemos ─finalizó el rubio. Con un ademán de su mano le mostró el espacio a su alrededor, consistente en un pueblo en el que la mayoría de sus habitantes dormía. Más tarde abrió la portezuela rectangular, le cedió el paso y la cerró a sus espaldas.

─Bueno, sí. Es un truco muy útil. ¿Y ahora qué?

─Podrías ponerlo en práctica la próxima vez que nos veamos obligados a trasladarnos ─volteó al captar los sonidos cercanos de la única taberna que había; se podían escuchar las palabras groseras, las risas y las copas de vino chocar contra la madera de las mesas, al parecer también se llevaba a cabo una pelea entre dos hombres─. ¿Necesitas energías? Puedo captar varias almas malvadas allí…

─¿Y me vas a decir que también puedo obtener su alma utilizando mi energía?

─Más que tu energía… podría decirse que tus poderes telepáticos ─Kamijo acompañó sus palabras con dos dedos posados en sus sienes─, ellos te ayudan a darle forma al alma dispersa. La razón por la cual te agotas, derrochas tu energía y las envías incompletas, es porque los vestigios se te escapan. Tienes que concentrarte, no dejarte llevar por el éxtasis que te produce absorber la energía vital del sujeto que cae en tus brazos.

─Eres bastante listo ─refunfuñó entre dientes, aún sin mirarlo. De repente tuvo ganas de golpearse a sí mismo por haber sido tan torpe durante todos esos largos años. Para disimular cómo se sentía, se llevó las manos por detrás de la espalda, repasó los alrededores con aire distraído.

─Son cosas básicas… ─suspiró y luego le hizo gesto de que lo siguiera, la próxima parada era la taberna.

Se trasladaron con movimientos rápidos, tanto así que ningún par de ojos humanos podrían verles. A su alrededor todo conformaba una espiral de colores, aire, temperaturas. A Masashi le gustaba utilizar ese truco para cubrir distancias largas, aunque prefería caminar como cualquier mortal lo haría. Súbitamente recordó la primera vez que había ensayado ese truco en el bosque cercano a su hogar, cuánto se había sorprendido y también asustado de lo que en ese momento, creyó una monstruosidad. La habilidad de transportarse a una velocidad considerable se le había dado bien desde un principio, de una manera natural. Se detuvieron al llegar frente a las puertas de la taberna, a la sombra de una columna, que la luz proveniente del interior generaba en ángulo diagonal.

Inesperadamente la cercanía de tantos seres humanos lo colocó ansioso, se encontró con la mandíbula apretada y el entrecejo fruncido en un gesto muy serio. Kamijo le asió la muñeca en un gesto tranquilizador, pero él se soltó con un brusco movimiento y sin poder contenerse, se abalanzó sobre el primer hombre que se encontraba más cerca de la puerta. Lo llevó a rastras por el camino, sin importarle que el borracho gritara, maldijera e intentara golpearlo. Al llegar a un apartado parecido a una callejuela, escuchó que varios de sus compañeros salían al exterior del local en busca de saber qué había sucedido con su compañero, que lo llamaban a gritos.

─¡No! ¡Mira lo que acabas de hacer! ─le regañó Kamijo. En conjunto con sus palabras pronunciadas, se tomó la cabeza con ambas manos en busca de contener su rabia─. ¡No puedes hacer eso, nunca!

Pero Masashi apenas lo escuchaba. Acercó el rostro al del borracho y sostuvo sus muñecas para evitar que le lanzara un puñetazo, le absorbió la energía vital a un ritmo inconstante; primero ansioso, luego más despacio, al final mucho más rápido. No le importó que los compañeros de su víctima se acercaran peligrosamente a su escondite en su busca, los mataría de así ser necesario. Esperó a que el alma del borracho se elevara sobre el cuerpo y clavó su mirada en el rubio.

─Ya sabes lo que tienes que hacer. Ahora concéntrate ─le indicó Kamijo─, si no lo logras, tenemos otros tres en camino para intentarlo. Ya que has armado semejante revuelo no nos queda otra opción.

Masashi se mantuvo estático unos momentos, luego cerró sus ojos en un intento de concentrarse mejor. ¿Tenía que utilizar sus dones mentales? Durante todo ese tiempo, él había pensado que eran escasos. Llegó a la conclusión de que en el primer intento no iba a obtener muy buenos resultados, de todas maneras decidió colocar todo su empeño en el trabajo.
Lo primero que hizo, fue imaginar una esfera luminosa entre sus manos, la misma flotaría entre ellas y ninguna partícula energética escaparía. Le ordenó al alma del hombre que se mantuviera en esa forma, invariable, luego imaginó que se transformaba en materia y era posible dejarla descansar en la palma de la mano. Cuando creyó que ya estaba listo para abrir los ojos, ver el resultado logrado e incluso enviarla a través de un portal al infierno, la esfera luminosa se deshizo y cada uno de los pequeños puntos que la conformaban se esparcieron, sin que pudiera evitarlo desaparecieron en la oscuridad de la noche. Golpeó la tierra con el puño, por completo furioso. Luego se volvió hacia el camino en busca de uno de los compañeros del difunto.

Durante todo el proceso, Kamijo se mantuvo en silencio. Se dedicó a vigilarlo, comprobar que no cometiera ninguna locura más, corregirle en caso de ser necesario. Pensó en que Miwa iba bien encaminado, pero que aún le faltaba un poco para poder controlar los poderes de su mente, que tan oxidados se encontraban debido al poco uso.
Observó fascinado la manera que el pelinegro tenía de alimentarse, tan primitiva e intensa. Él mismo se encargó de silenciar a los dos restantes compañeros de la nueva víctima, con un movimiento rápido les tocó las sienes, insertando la orden en sus mentes de que se sumieran en un profundo sueño, luego los recostó uno al lado del otro sobre el mugriento suelo.

─Ahora concéntrate ─le indicó casi en un susurro─, visualiza una red parecida a la que utilizan los pescadores en la playa. A mí me funciona de maravillas ese truco.

─Si cerraras la boca, podría concentrarme como se debe ─refunfuñó, sin embargo imaginó la red de la que hablaba Kamijo. Era tan sencillo que se sorprendió al ejecutarlo, pronto atrapó dentro de esa impenetrable red hasta la última porción del alma, le dio una forma concreta que se paseaba entre el círculo y el óvalo. Esa vez inclusive pudo sentir un destello de la esencia que la componía. Aquel sin dudas era un truco maravilloso, pero lo ejecutó correctamente hasta abrir los ojos y ver la esfera disolverse en el aire otra vez.

─Te quedan dos intentos ─le consoló Kamijo. Más tarde con un ademán de su mano extendida le indicó al pelinegro que se acercara a los cuerpos inconscientes.

─¿Y si no lo logro? ─preguntó precavido a la vez que avanzó un par de pasos.

─Buscaremos más víctimas, hasta que te canses ─se encogió de hombros, en un gesto muy natural.

Masashi lo intentó una vez más con su siguiente presa, un hombre de mediana edad tan roñoso como sus compañeros. Al escrutar su mente, encontró que había sido un individuo de verdad malvado, por lo tanto valía la pena intentarlo con él. Le absorbió la energía vital rápido, pues ya no quería perder el tiempo en esa serie de experimentos fallidos. Esa vez también visualizó la red que Kamijo le había recomendado, salvo que tuvo el cuidado de cerrarla en torno a la esfera, luego imaginó una caja de madera cubriéndola con su correspondiente cadena y estaca. No estaba seguro si el hecho de reforzar el agarre de esa forma serviría, pero no perdía nada con intentarlo. Abrió los ojos lentamente, como si el mundo fuera a acabar en cuanto viera lo que tenía frente a ellos. Estuvo a punto de perder el control sobre la esfera, pero en el último momento pudo enviarla al infierno a través de un minúsculo portal. Un alma completa se dirigió a los confines más profundos de la tierra para jamás descansar en paz─ Ya está ─farfulló sin poder creerse lo que acababa de hacer─. ¿Cuál es el siguiente paso a seguir?

─Enviar el alma que resta al infierno y deshacernos de los cadáveres ─respondió el rubio.

─¿No puedes hacerlo tú? ─le preguntó un poco fastidiado.

─Yo no soy el que debe practicar ─al medio regañarle por lo que había dicho arqueó sus dos cejas, las mismas se le perdieron entre las rubias ondas que le cubrían parcialmente la frente.

Masashi refunfuñó y se acercó al último cuerpo, repitió la operación con calma, a la vez evitando que la energía consumida se escapara accidentalmente de su cuerpo al emplear sus poderes mentales. Lo logró con un poco más de dificultad, luego se colocó de pie, tomó por las ropas a tres de los individuos y con una fuerza bestial los lanzó tan lejos, que pronto se perdieron de vista en la profunda oscuridad de la noche.

─¡Así no! ─le regañó de nueva cuenta el rubio y sacudió su cabeza en un par de gestos de negación. Seguido a esto tomó por las axilas al cadáver que restaba, lo acomodó sentado contra la pared de la callejuela y le cerró los párpados con dos de sus dedos─. Así aparenta estar dormido. Tardarán un par de horas en darse cuenta de que murió.

─Esas son puras estupideces ─el pelinegro rodó la vista.

─Claro que no lo son… ─respondió un poco dolido. Se acercó a él hasta casi rozarle el brazo, abrió nuevamente un portal y lo invitó a pasar primero.

─¿Y ahora qué sucede?

─Nos vamos a otro lado ─respondió con la paciencia desbordándosele─, así que apresúrate.

Al poco tiempo llegaron a un prado. Después de mirar alrededores, Miwa se volvió hacia Kamijo con un silencioso semblante interrogante. ¿Por qué lo había llevado allí? Volvió a rodar la vista y deseó que el amanecer llegara.

─Vamos a caminar un poco por aquí, entretanto te explico algunas cosas que deberías saber ─le animó el rubio a su vez comenzando a caminar a paso humano─. Primero te voy a explicar los tipos de demonios que existen, puesto que no tienes mucha idea de lo que significa el color del aura entre nosotros ─cruzó los brazos sobre el pecho y observó de manera tranquila alrededores─. Primero están los demonios con el aura azul; como yo, los que tenemos la capacidad de sanar heridas e incluso reanimar cuerpos. No somos muy peligrosos, tampoco tan territoriales. Sólo perdemos el control cuándo alguien nos provoca involucrando a terceros, seres queridos para nosotros. Además de sanar heridas, somos muy hábiles para numerosas cosas ─hizo una ligera pausa para que Masashi asimilara todo lo que le decía─. Luego están los demonios con el aura roja, los más peligrosos. Tú tienes el aura de ese color, aunque no puedas verla. Uno no puede verse el propio color. ¿Qué decirte de los rojos? Son los que por alguna razón han sido rechazados en el infierno, condenados a vagar en la tierra. Agresivos, territoriales, reacios a compartir o a colaborar con otros demonios, fuertes y resistentes ─dejó caer suavemente la cabeza hacia un lado─. A pesar de ser poderosos, son muy sensibles a la luz solar; es decir que les afecta peor que a cualquiera de nosotros, les genera grandes lesiones. Por eso es que tienen que ocultarse antes de que el sol salga… o en su defecto, transportarse hacia alguna parte del mundo en el que la noche apenas comience.

─¿Eh? ¿Cómo es eso? ─preguntó, pero enseguida se arrepintió ya que no era su intención mostrar tanta curiosidad al respecto.

─¿No lo sabías? ─le preguntó con sincero asombro, se volvió hacia él y enderezó la cabeza─. Cuándo en cualquier lugar de estas tierras es de noche, al otro lado del mar es de día. Puedes transportarte allí, tal cual te enseñé, a tierras dónde sea de noche cuándo la luz solar te obligue a ocultarte. Si es que no te da sueño, claro ─hizo nueva pausa─. Luego están los de aura dorada, las almas inocentes transformadas a la fuerza. Son los demonios más pacíficos, los que tienen el favor de Tsunehito debido a sus condiciones. Una vez que un humano ha sido transformado en un demonio, no hay vuelta atrás. Muchos de nosotros a veces sentimos el impulso de estar acompañados por nuestros seres más queridos, aquellos que hemos dejado en el mundo de los mortales, pero tenemos que contenernos y no hacerlo. De ese tipo de cosas sólo se obtiene sufrimiento. Luego… 

─¿Cómo transformas a alguien en demonio? ─le interrumpió de repente Miwa.

─Bueno, no es fácil. En tu caso, para transformar a alguien en demonio, debes cederle una parte del alma mortal que ha sido modificada e introducida en tu cuerpo. Tsunehito no está hecho de materia, pero puede modificarse hasta aparentar tener un cuerpo tan rígido como el tuyo y así recorrer el mundo cada vez que se le antoja. Él nos ha transformado a todos introduciéndonos partículas de ese ser que lo conforma y que se renuevan constantemente. Al igual que yo. Los únicos que poseen un cuerpo sobrenatural tangible son los rojos y los dorados.

─Entonces, en realidad no estás aquí conmigo.

─Claro que lo estoy, en mi forma de espíritu modificado. Puedes atravesarme con una lanza y no hacerme daño, por ejemplo. ¿Me explico?

─Algo así… ─murmuró y se alborotó los cabellos.

 ─Por último están los demonios de aura verde. Ellos se encargan de torturar a los malvados que llegan al infierno. Son seres engañosos, un poco infantiles. Es muy raro verlos por estos lugares. ¿Tienes alguna pregunta que hacerme? Responderé a lo que sea. 

─¿Cómo debo sanar rápido por mi cuenta si me hieren? Teniendo a Tsunehito tan cerca, me vendría bien saberlo ─dijo con cierto desdén, pero muy sincero.

─Bueno, la energía vital de los humanos es el combustible de tu cuerpo, como la leña lo es para mantener vivo un fuego. Mientras más energía absorbas, más intenso será el color de tu aura. Mientras más intenso sea, más poder tendrá. Debes concentrarte en visualizar el color sobre las heridas o el lugar dónde te duele, aplicarlo y verás que el resto se realiza por sí mismo.

─Ya veo ─respondió a la par que se sentía más y más estúpido.

Continuaron con la caminata en completo silencio durante al menos un cuarto de hora. Kamijo no se sentía incómodo con la presencia del más alto, al contrario, era bueno tener nueva compañía. De repente cayó en la cuenta de que Masashi se mostró un poco más relajado, con la guardia baja, dispuesto a escucharle. Sintió el impulso de leerle los pensamientos, pero no lo hizo porque creyó que no era el momento indicado. Más tarde sus pensamientos vagaron alrededor de la la idea de que el pelinegro podría ser un buen compañero ocasional, sólo bastaba con educarlo un poco más.

─¿Él te enseñó todo lo que sabes? ─rompió el silencio, obviamente se refería al gobernante del infierno.

─Sí, algo así ─respondió en medio de un titubeo, pues no se esperaba esa pregunta.

─¿Y por qué te convertiste en demonio? ¿Qué rayos hiciste?

─Apenas te conozco, no puedo decírtelo. Tal vez algún día te lo relate todo ─respondió con nerviosismo─. Mientras tanto continuemos la marcha, tengo un par de cosas más que enseñarte, otras tantas de las que hablarte. Creo que no me va a alcanzar la noche, pero no importa. ¿No es cierto? Tenemos mucho tiempo para hablar y retomar nuestras charlas.

Siguieron el mismo camino durante un largo lapso de tiempo, entre explicaciones, instrucciones o pequeños trucos que Kamijo le enseñó a ejecutar con sus manos. Para el final de la noche se toparon con un pueblo en el que el rubio dejó a Masashi. El más alto se refugió en el sótano de una iglesia en ruinas que encontraron, Kamijo se despidió bajo la promesa de volver a la siguiente noche.
Miwa se sintió un tanto extraño al recostarse, rendido por el sueño, y encontrar que en su pecho una agradable sensación crecía. La compañía de Kamijo le había sentado bien, tal vez era lo que había estado necesitando durante esos largos años, a pesar de habérselo negado a sí mismo. Quizá no estuviera tan mal tener un amigo, pensó mientras se quedaba dormido, alguien dispuesto a compartir su tiempo con él. 

Notas finales:

Buenas ouo/

Aquí les traigo un capi nuevo u3u espero que les guste.

Hoy no tengo referencias para dejarles y comentaré poquito porque tengo sueño @w@ debería estar durmiendo. 

Espero que no se les haya hecho denso leer el capi de Masashi uwu/

Ahí con Kamijo papasito uwú

Espero que estén bien. Gracias todos, como siempre *3*

Besines~


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