- ¡Despierta, Harry!- La suave mano de Hermione le golpeó incesantemente en la mejilla.- ¡Harry!
Harry entreabrió despacio la mirada encontrándose con los ojos marrones de Hermione. Se apoyó sobre los codos posicionándose incómodamente sobre el asiento de madera.
- Te desmayaste, amigo.- le susurró Ron, un poco pálido.
Todo el gran comedor los observaba atentamente, sobre todo a Harry.
- ¿Que ha sucedido?- le interrogo Harry a Ron.- ¿He tenido un sueño muy raro? ¿He tenido un hijo sin enterarme?
- Lo siento, Harry.- Hermione señalo al pequeño de ojos grises que degustaba una tarta de melaza.- Pero realmente ha sucedido.
Miró con detenimiento al pequeño niño. Le vio con asustado ojo crítico analizando cada detalle del pelo azabache revuelto que según generación de la familia Potter era su herencia.
Excepto los ojos, que eran grises.
A Harry le resultaron muy conocidos.
- ¡Despertaste, papi!- chilló el niño abalanzándose sobre él.- Ya me empezaba a preocupar.
-¿No se dé quien me hablas?- El pequeño hizo un tierno puchero que encogió el corazón de Harry. ¿Acaso tenía que creerle?- Es extraño. Soy muy joven para ser tu padre.
- ¿Dinos tu nombre?- le incito Ron.
- Soy Scorpius.- contesto animado.- Tío Ron creí que lo sabrías. Eres mi padrino.
Ron y Harry se sonrieron mutuamente, si ya le estaba creyendo era por algo.
- ¿Y tus apellidos? ¿Cómo has aparecido aquí?- Hermione entrecerró los ojos.- No te vi entrar.
- Solo es un niño, Hermione.- Harry abrazó al niño, que apretó sus pequeños brazos en el cuello de su papi.- No le hagas tantas preguntas.
- A tu respuesta, tía Mione.- le dijo con cierta arrogancia que a Hermione le resulto incrédulamente conocida.- Caí del cielo.
Los pasos de la profesora Mcgonagall resonaron en el suelo seguido de Lily y Remus.
- Señor Riddle, ¿se puede saber que esta pasando?-les dio la mirada mas severa que usaba.- ¡Señor Riddle!
- Aún intento averiguarlo.
- ¿Cuántos años tienes pequeño?
Lily le dio una encantadora sonrisa.
Scorpius le devolvió el gesto, y con sus dedos puso el numero siete, hubo un gran suspiró colectivo de ternura de algunas chicas y chicos. La mesa de Slytherin observaba todo con ojos calculadores.
Draco Malfoy tuvo una mañana tranquila, se había echado una pequeña siesta cerca del lago, escrito una carta a su papa Sirius y hablado con su padrino Severus Snape.
Todo remotamente normal hasta que entro al comedor, encontrándose con Riddle que iba muy feliz, por un momento eso le irrito.
Clavó su mirada gris en él, y como Draco predijo, Riddle se giró.
Algo subió por el estomago de Draco, lo puso nervioso al mirar esos hermosos ojos verdes esmeralda.
Intento volver a su mundo real.
Hermoso, desde cuando esa palabra y Riddle iban juntos.
No es que realmente el chico Riddle sea feo, ese termino nunca iría con él. La segunda guerra mágica cambió a todo el mundo sobretodo a Riddle, estaba mas violable. Su cuerpo era de pecado, de complexión delgada, cintura estrecha y pequeña y piernas torneadas. Tenia unos pocos músculos, gracias al Quiddich. Y los labios, esos labios rojos y carnosos que hacían que cualquiera quisiera besarlos.
Draco se removió en su asiento, el ambiente inexplicablemente empezaba a calentarse.
Dejo de lado esos pensamientos.
Riddle se levantó y estaba a punto de salir con los gritos de Granger y la Comadreja Weasley detrás de él, y de pronto un niño cayó despacio del cielo como una pluma volando lentamente.
En cuanto puso los pies sobre el suelo, corrió hasta el ansioso Riddle, que huia de él. Y lo más sorprendente es que ese niño lo llamaba papi...¿¡Que demonios ocurría!?
- ¡Draco despierta!- La mano de Pansy se movió delante de su rostro.- Estas en otro mundo.
- Hermano.- le llamo Blaize.- mira a Po...Riddle esta rojo. Te has dado cuenta que son iguales.- murmuró Blaize. Theo sonrió y siguió leyendo.- Me recuerda a alguien pero ahora no caigo.
- Tu también.- le dijo Pansy, sorprendida.- Es raro. Puede que sea de la hermana de Weasley.
Draco la fulmino con la mirada.
- ¡Que decís idiotas!- gritó Malfoy indignado.- ¡Riddle no puede estar con esa!
Eso atrajo la atención de todo el comedor, de Riddle y de sus amigos que sonrieron picaramente hacia él.
- ¿Y porque no?- insistió Theo.- Yo creo que ese era el plan de Ginebra Weasley. Casarse con Potter.
Por un momento Draco deseo que la Weasley menor desapareciera del mapa. Malfoy no tuvo tiempo a pensarlo, una gran esfera nublosa rompió el techo del comedor, y varias sombras cayeron mientras soltaban quejidos de dolor e incluso gritos.
- ¿Eres idiota o que?.- La voz ronca del chico sonó por todo el gran comedor. Pelirrojo, atractivo y con ojos azules.- ¡Hay que buscar a Scorpius!
- Esta ahí, ¡míralo!- Le señalo, una chica rubia de ojos verdes, muy hermosa.- Padre se va enfadar mucho, Scorpius.
Scorpius, inocentemente, corrió hacia la chica dejando a Harry boquiabierto.
El comedor se quedo en silencio.
- Directora, por favor.- Uno de los chicos se acerco hasta la directora Mcgonagall.- Podría hablar con usted privado.
Minerva asintió en silencio, analizando a los nuevos visitantes y todos se quedaron sentados y estáticos en su asiento hasta que volvieron. Una hora después aparecieron, los Weasley al
completo, el Señor Malfoy, Sirius, Narcisa Black, los hermanos Lestrange, Oliver Wood, Marcus Flint que se sentaron en una mesa aparte, y los chicos nuevos se sentaron a su lado discutiendo quien seria el primero en presentarse. Y unos minutos más tarde llegaron Tom y James Riddle- Potter raramente agitados.
- ¡Padre, papa!- Les saludo Harry en cuanto los vio.- ¿Que tal el viaje?
- Muy interesante, mi pequeño de ojos verdes.- Harry se sonrojo.- ¿Donde diablos están Lunático y Canuto?
- ¡Cornamenta, aquí!- Sirius levantó la mano desde su asiento y se dirigió hasta ellos seguidos de Malfoy mayor y su hijo.
Harry se tensó.
Por suerte vino Remus, al que Harry tranquilizaba mucho.
- ¡Ni una carta mal amigo!- exclamo Sirius, en cuanto termino de abrazarle.- Mas te vale que sea bueno en la cama.
- ¡Sirius!- protestó Lucius.- Eso no te incumbe.
Cornamenta y Lunático soltaron una carcajada mientras Tom lo mataba con la mirada, y Draco y Harry negaron con la cabeza divertidos a la vez.
- Pues muy bueno.- le susurró James a Sirius en el oído.
James, Sirius y Remus seguían siendo tan inseparables como siempre. Sirius se veía mas feliz y joven, como Remus, sus ojos brillaban y sonreía más. Tantos años sin sus amigos habrá sido duro para él. Lily se acercó a saludarlos. Narcisa vino minutos más tarde, la reacción de Lily al verla fue de risa. Invento una excusa y salio apresurada.
- "Esto es interesante"- pensó Harry sonriendo maliciosamente.
Draco quiso probar sus labios en aquel momento.
- Señores, siéntense.- les aviso la directora.- Empezaran a presentarse..
La varita de Mcgonagall estaba colocada en su cuello como un micrófono.
Para desagrado de Draco, se tuvo que separar a regañadientes de la familia Riddle- Potter y de Harry...¿Porque él? Harry se alejo lentamente echándole un vistazo al hurón albino, saludó a todos los Weasley y se sentó en su lugar.
- ¿Que crees que pase amigo?- le preguntó Ron.
- No lo se.
La muchacha rubia subió hacia la mesa de profesores bajo la atenta mirada del comedor.
- Buenos días, querido Hogwarts.- sonrió.- Soy la encantadora e irresistible...
- Sobre todo eso.- dijeron dos voces.
- Sigo.- siseó, enviando una mirada amenazadora. Harry miró a Draco, eso era muy propio de un Malfoy.- Soy Andromeda Malfoy-Riddle.
Nadie habló, todos miraban las reacciones de Harry y Draco, que estaban pálidos.
- Mi cachorro se ha enamorado.- canturreo James.-Tom lo oíste.
Sirius estaba en la cumbre, su hijo y ahijado iban a casarse.
- Ahora somos consuegros, Cornamenta.
"Yo con el hurón, es imposible. A mi no me gusta ¿verdad? Solo creo que es sensual, guapo, comestible, etc."
- Eso es imposible.- gritó Malfoy, entre sorprendido y enfadado.- Riddle y yo imposible.
Los ojos de Harry se entristecieron, Draco notó aquel gesto.
- Vamos, padre.- saboreo Andromeda.- Todos sabemos que papi te mueve algo mas que el suelo.
La sonrisa de Andromeda se agrando al ver sonrojado a su padre.
- ¡Pero que mierda pasa!- Ron Weasley amplio la boca al borde del desmayo.- ¿¡Harry y el hurón!? Hermione matame.
- Weasley.- replico Blaize con los ojos brillantes y sombríos.- No me dirás que estas enamorado de Riddle
Cualquiera diría que estaba bromeando, pero en realidad quería asegurarse que su Lindo león no pensara en nadie más.
Maldijo en voz baja al ver el sonrojo de Ron.
- ¡Cállate, Zabini!
- Déjenme presentarme, por favor.- bufó Andy.- Luego hablan de sus problemas de amoríos.
Harry se levantó despacio.
- ¿Es cierto, Andromeda?- susurró Harry.- ¿Como ocurrió?
- Como crees, Harry.- le dijeron los gemelos Weasley.- Tu y Malfoy se divirtieron juntos un día...
- Cerrad el pico, Weasleys.
- Padre.- repitió Andy.- Los tíos solo quieren destensar el ambiente.- Andromeda se acerco a Draco.- Somos idénticos exceptos por los ojos de papi, y se que a ti te encantan. No lo niegues, se nota a leguas que yo soy una verdadera Malfoy-Riddle.
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