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¿Son tus hijos? ¡Nuestros hijos! por CaedesDarkParadaise

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Regulus Black había viajado desde Canadá a Rusia en solo dos meses, y queria disfrutar de muchos más. Pero ahora lo llamaban de un momento a otro.

¿Tanto le querían?

Iba a matar a Sirius.

No conocía los motivos de la llamada, llevaba años sin ir a Hogwarts. Tal vez podría pasar por la biblioteca y devolver algunos libros que se quedaron en su baúl después de que "muriera".

De no haber sido por su sirviente fiel Kreacher.

Regulus no podía irse de viaje sin Kreacher, y él no creía que Kreacher no le siguiera después de que se ocupara tan arduamente de que despertara de su estado de coma cuando salió del departamento de misterios.

Unas semanas más tarde de su despertar hizo la maleta con algunos impedimentos de su hermano mayor Sirius, por supuesto. Y prometiendo que volvería pronto para vivir un tiempo en la Mansión Malfoy, le dejo ir. Desde sus doce años deseaba viajar y ver mundo fuera del mágico, pero por esa época la oscuridad rodeaba la noble y ancestral casa de los Black y Regulus solo era una sombra más.

Cruzo la red Flu de su hotel mágico en Rusia al despacho de la nueva directora de Hogwarts, Minerva McGonagall. Y se encamino al Gran comedor aunque estuvo apunto de perderse porque ya no se acordaba de ningún rincón del castillo.

- Creo que solo me falta un pasillo.- murmuró.

¡...PUM!

Mierda.

Regulus había chocado con alguien, y en un impulso atrapo un cuerpo suave y más pequeño entre sus manos haciendo que cayera sobre él. Abrió los parpados lentamente, y se encontró unos bonitos ojos azules violáceos que le miraban sorprendidos.

"Es hermoso" pensó, analizando sus facciones finas y bellas. Tenía el cabello del color del fuego, una nariz puntiaguda y unos labios rosados, dulces y gorditos.

- Te pido perdón. Ha sido mi culpa- El joven pelirrojo quiso levantarse, pero las manos de Regulus presionaron fuertemente en su estrecha cintura.- ¿Me sueltas?

-Oh, claro.- Regulus reacciono soltándolo de inmediato. En menos de un minuto, los dos se encontraban de pie en medio del pasillo.- Yo también lo siento. Estaba distraído.

El pelirrojo sonrió quedamente.

- Entonces si esta todo bien continuare mi camino.- Regulus lo analizo fijamente y descubrió un pendiente brillante en la oreja izquierda del pelirrojo y esa sonrisa radiante que descubrió para su asombro que podía observarla todo el día sin aburrirse.- Hasta luego.

Paso a su lado desprendiendo un olor dulce de lavandas muy agradable.

-Adiós.- murmuró embobado bajando sus ojos al trasero del menor.- Eh...

El pelirrojo se giro.

- ¿Si?

- ¿Como te llamas?

Sonrió de nuevo.

- Bill Weasley.- Y desapareció por el pasillo.

¿Un Weasley?

Le sonaba aquel nombre porque era el primer apellido en la lista de familias indeseables de los Black para crear un compromiso previo. Tenia que haberlo predicho, quien más podría llevar ese color de pelo de fuego tan llamativo y parecer humildes.

Era un Weasley muy sexy.

Continuó con su camino y al minuto siguiente llegaba a su destino.

Entonces empujo las puertas para montar su entrada triunfal al estilo Black.

Si lo hacia Sirius porque él no podía.

- ¡Ya llego por quien lloraban!- gritó.

Todo el mundo volteo a verlo.

- ¡Hermano!- chilló Sirius con felicidad exagerada, corrió hasta él tirándolo en el proceso al suelo.- ¡Te he extrañado!

Sirius y Regulus se perdonaron el odio fingido, las peleas y las palabras no dichas del pasado. El tema de sus padres fue convirtiéndose en tabú hasta el punto que no volvió a mencionarse. Tenían muchas cosas que quitarse de encima pero todo empezaba con un buen comienzo.

- Lo he notado.- sonrió.- Es bueno volver a verte, Sirius.- le beso la mejilla.- Ahora te pregunto, ¿Porque me han quitado tiempo de mis preciadas vacaciones? Quería ir a Kazán en Rusia.

Sirius formo un puchero.

- Quería ir contigo pero Mi Lucius no me deja salir de su cama.- lloró en el hombro de Regulus siendo fulminado por Lucius.- Solo soy un objeto sexual para él.

- Sirius.- siseó Lucius.

Regulus negó con la cabeza.

- Solo bromeó, cariño.- Sirius se lanzó sobre el y le propino un beso en los labios.- Me encanta ser tu juguete sexual.

- Padres.- renegó Draco.

- Querido sobrino.- Regulus le paso un brazo por los hombros a Draco.- Vete acostumbrándote. ¡Que comportamiento tan indecente para un Black!

- Exagerados.- bufó Sirius.

- ¿Alguien me puede explicar que hago en Hogwarts?

- Veras, hermano...

Varias explicaciones, la aparición de Kreacher y una tarta de melaza después.

- Entonces mi sobrino y el chico Riddle van enamorarse, casarse y tirar por la borda su estúpida rivalidad, ¿no?- Draco le acribillo con la mirada.- No me extraña.- Los dos herederos de la casa Malfoy y Riddle lo observaron incredulamente.- Se olía desde Rusia. Al igual que Severus y Remus. ¡Ya era hora!

Remus se sonrojo profundamente y Severus le echo su mirada mortal.

- Eso sí.- y se giro hacia Rodolphus y Elliot, que conversaban con su hijo Orión.- Me intriga la relación de Lestrange con el payaso de Elliot. Nunca lo pensé.

- Ni tu ni nadie, hermano.- Sirius se sentó a su lado a comer un trozo de rana de chocolate.- El único que sabía era Lucius y poco mas que eso.

- Mi hermano es un pozo donde no hay principio ni fin.- dijo Rabastan, divertido.- Realmente no se como Elliot se enamoró de él.

- Elliot es incluso peor.- escupió Lucius.

Regulus divisó unas matas de cabellos pelirrojos iluminar el salón.

Eran los Weasley.

Hablaban, reían y chillaban animados con la hija de Draco y el hijo de Severus, pero no veía al tal Bill por ninguna parte.

- ¡Vuelvan a sus lugares!- anunció Minerva.- Esta será la última presentación de hoy.

La profesora Macgonagall bajo del estrado dando paso a una preciosa niña rubia de ojos grises eléctricos, que venia de la mano con otra niña mas pequeña aún de cabello negro como el ala de un cuervo y los ojos de un color azul...violáceos. Eran adorables desde el punto de vista de Regulus.

- Hola.- saludó la primera niña, dulcemente.- Me llamo Alia y ella es mi hermana Katrina. Nuestro primer apellido es Black.

Todos miraron de inmediato a Sirius, y este a su vez estaba pálido como si le hubieran dicho que su moto era solo un anticuario.

- Nuestro padre no es el tío Sirius..- rió Alia.- Somos hijas de Regulus Black.

Entonces Regulus sintió como su cabeza daba mil vueltas.

Unos golpes suaves en la mejilla le despertaron rápidamente de su aturdimiento y una dulce voz resonó en su oído.

- Despierta amigo.- Unos ojos violáceos fueron lo primero que vieron los suyos.- Desmayarse no es sano.

Los ojos de Weasley.

- ¿Estas bien?.- le pregunto Bill.- Te desmayaste justo cuando entraba.

Regulus se levanto gracias a la mano que su hermano le tendió.

- Papa.- le llamo Katrina sentándose a su lado.- ¿Sueles desmayarte mucho?

El menor de los Black miro a la pequeña con un nudo en el estomago.

¿Su hija?

- ¿Porque lo dices?- Regulus encorvo su espalda.

Sirius coloco a Alia en su regazo y le sonrió pícaramente.

- Hace una semana te ocurrió lo mismo cuando papa te informo que estaba embarazado.- Regulus sonrió sin darse cuenta.

Katrina lo abrazó.

…l se lo devolvió un poco incomodo aunque no tarde en acomodarse en sus pequeños brazos.

- ¿Podemos seguir, papa?- Este asintió.- Tengo 11 años y mi hermana Katrina tiene 9 años por lo tanto le faltan dos años para ir a Hogwarts. Mi casa es Ravenclaw.

La casa de las águilas aplaudió efusivamente.

Regulus se desilusiono porque su hija mayor no estuviera en Slytherin aunque le seguía quedando Katrina.

- Mientras yo voy a Hogwarts, mi hermana se queda en casa estudiando con papa, y Kreacher la ayuda un montón. ¡Adoramos a Kreacher! - Katrina abrazó a un lloroso Kreacher.- Aun no he hecho las pruebas de Quidditch de este año, pero en cuanto pueda seré la primera en alistarme. Mis mejores amigas y yo haremos que Ravenclaw gané la copa de las casas.- La casa volvió a aplaudir.- Es mi primer año. Me gusta trasformaciones y pociones. Gracias, tío Sev.- Este asintió.- Mis padrinos son los tíos Sirius y Lucius. Y los de Katrina...

- Los digo yo...- Hizo un puchero muy tierno. Bill sonrió ante el gesto.- Son el tío Ron y la tía Ginny.

Los Weasley miraron raro a Regulus pues apenas conocían al Black.

Regulus frunció el ceño.

Esto empezaba a ponerse raro.

- ¿Quien es tu papi, Alia?- le preguntó Regulus.

- Mejor os digo todo mi nombre.- les dijo sonriente.- Mi nombre es Alia Black...Weasley.

Los Weasley jadearon al unísono mientras se miraron unos a otros.

"Un Weasley y yo"- pensó - "¿Que ocurriría si mi madre se levantara de su tumba? Me asesina"

Bill no sabia que pensar.

Regulus Black era muy atractivo, amable y podía estar casado con cualquiera de sus hermanos. Pero si tal vez fuera él...

- ¿Cuál de ellos?- le interrogo Regulus.- ¿Son siete?

Los Weasley se sonrojaron levemente.

- Déjate de tonterías, Reg.- le regaño Sirius cogiéndole de la oreja.- Esto no es un sorteo. Piensa un poco. - Regulus se sobo la oreja.- Descartamos a Ron y a Ginny por ser sus padrinos. Querida sobrina Alia.- Sirius se agacho a su altura.- Dinos, ¿Quien es tu papi? Ve a por él.

Alia sonrió divertida.

Caminó en dirección a los Weasley, y con diversión vio como todos se movían nerviosos.

El primero al que señalo fue Charlie.

Este sonrió nervioso.

- No eres tú, tío.- Le dio a Charlie un beso en la mejilla.- Respira.

- ¡George, Fred! - Alia se abalanzo sobre ellos.- ¿Quizás sois uno de mis padres?- Los gemelos abrieron la boca.- ¿O quizás sois los dos?

Molly y Arthur miraron a sus hijos y a Regulus pálidos como la nieve.

Regulus habría jurado que escucho dos gruñidos y una maldición resonar a su espalda.

- Es un poco raro.- le susurro Ginny a Ron al oído.- ¿Ver quien es su padre? Aunque las niñas son adorables.

- Completamente adorables.- afirmó Ron con una sonrisa.

Katrina comenzó a reírse con fuerza al ver como sus tíos se ponían tiesos al igual que la mesa de los chicos del futuro.

- Tío George, Tío Fred.- Los dos dejaron escapar el aire al oír la palabra "tío".- Estáis eliminados.

- No es un maldito concurso.- siseo Tom a James.

James le beso la nariz.

- Sopórtalo.- murmuró.- Me estoy divirtiendo.

- ¡Percy!- El pelirrojo casi se cae del susto.- Podrías ser mi papi de no ser por el tío, quiero decir, tu esposo.- Percy trago en seco.- …l es muy celoso en cuanto se refiere a ti. - Miró a su alrededor con duda. - Sera mejor que no diga nada.

- No, Alia.- le dijo Andromeda.

- Respira, tío Percy.- sonrió Alia.

- Entonces si descartamos a los gemelos, Ron, Ginny, Percy y Charlie.- contó Sirius.- Solo nos queda...

Regulus sintió que el nudo en el estomago se estrechaba.

Y todas las miradas se dirigieron a un asombrado Bill.

- ¿Quieres decir que eres mi hija?- Bill estaba blanco de la impresión. Katrina alzó sus brazos para que la cargara, y eso es lo que hizo.- ¿Así que tu eres una de mis pequeñas?

Regulus apretó los labios para que las emociones de su pecho no le desmoronaran.

- Soy tu pequeña preferida.- le informo Katrina.

- Lo soy yo.- chilló Alia cogiendo la mano con Regulus.

Bill se abstuvo de mirarle mientras Regulus le miraba intensamente.

- Oh, Bill.- lloriqueo Molly emocionada.- Son hermosas. Vosotras sois mis niñas.

Molly las apretujo en sus brazos.

- Gracias, mama.- Le dijo Bill alejando a las niñas de su madre al ver que se ponían moradas.

- Solo faltan seis.

Los demás pelirrojos evitaron mirar a su madre a los ojos.

- Molly, cielo.- suspiro Arthur.- Tendrán hijos si quieren.

- Las presentaciones se acabaron por hoy.- les avisó Macgonagall alzándose en el estrado.

Todos los alumnos subieron a sus habitaciones en las torres y otros a las mazmorras mientras los chicos del futuro fueron rumbo a la sala de los menesteres. Y los demás cogieron las habitaciones del castillo.

Bill daba vueltas en la cama que le habían asignado.

Eran las tres de la mañana, y no concebía el sueño. Tiró las sabanas al suelo con frustración, porque quien podía dormir después de la cantidad de información que había extraído su mente.

¿…l?

…l era esposo de un Black, y no un Black cualquiera, sino del Black.

Estaba histérico.

Salió de su habitación intentando no despertar a Percy y los gemelos mientras se encaminaba a ningún lugar principalmente. Bajó hasta las orillas del lago y se sentó en el césped.

- Así que tu tampoco puedes dormir.

La voz de Regulus mando un escalofrío a su espina dorsal.

- No.- negó sin girarse.- Bonita noche, ¿cierto?

- Si.- La presencia de Regulus hacia que Bill se pusiera más nervioso de lo normal.- Te puedes creer que he estado viajando dos meses buscando nada en particular, y en segundo he encontrado un pedazo de lo que será mi vida.

Bill se sintió la culpabilidad extenderse por su cuerpo.

- Perdóname, Black.- El mayor le observo sorprendido.- Pareces ser un alma libre, y al venir aquí te han cortado las alas. Comprendo que te lo pienses dos veces antes de querer dar un paso. ¿Querrías cambiar algo?

Regulus le cogió de la mano, y Bill se sonrojo fuertemente.

- Escúchame, Weasley.- le dijo seriamente.- Jamás cambiaría a mis hijas.

- Pero...

- Nunca creí que me casaría ni mucho menos tener hijos. - sonrió levemente.- Pero ellas son adorables, y se parecen a mi. Es extraño ver una pequeña parte de ti en una personita y asusta.- exhalo aire.- Mucho. Y aún así una parte de mi desea tenerlas. Llevó años sin ver esa inocencia.

Bill soltó una carcajada que hizo que Regulus sonriera con gusto.

- Empezamos con mal pie, Weasley.- Los dos rieron.- Me llamo Regulus Arcturus Black, soy el segundo hijo de unos padres puristas de sangre, hermano de un traidor a la sangre pura y me encanta la música clásica.

Bill le apretó la mano.

- Me llamo William Arthur Weasley, pero llámame Bill.- Regulus rió.- tengo siete alborotadores pero maravillosos hermanos menores y adoro el rock muggle.

- Encantado, precioso.- Regulus tiro de la mano de Bill para acercarlo a él.- Voy a probar otra cosa.- Sus alientos se rozaron poco a poco. - No te muevas.

Regulus apretó los labios de Bill contra los suyos. Los saboreo, lamió y mordió con sus dientes hasta que Bill intensifico el beso sorprendiendo a Regulus por su efusividad. El mayor le atrajo por el cuello de la camisa, y le rodeo la cintura con un brazo.

- ¿No crees que vamos muy rápido?- le pregunto un jadeante Bill media hora más tarde.

- ¿Tu crees?- Regulus continuo haciéndole una marca en el cuello.- Lo que yo creo es que si sigo besándote así perderé la poca educación que recupere cuando Sirius se marcho de casa.

Bill se sentó a horcajadas en el regazo de Regulus.

- Intentemos conocernos primero.- le dijo Bill colocando el cuello de su camisa.- Y después pasamos a tercera fase.

- ¿Y la segunda?

- Nos la saltaremos.- Regulus beso sus labios de nuevo.- ¿Estas de acuerdo?

- Como usted diga caballero.

Durante varias horas hablaron de todo y de nada. Llevaron varios temas a colación como relaciones pasadas, traumas de infancia y recuerdos tristes que compartieron escuchándose mutuamente. Entonces Regulus descubrió un mundo nuevo donde se escondía un tierno y atento aventurero pelirrojo que le estaba abriendo los ojos y a su mente llego la idea de que tener a un hombre así por el resto de su vida no le vendría nada mal.

En realidad Bill era hermoso por dentro y por fuera hasta el punto intentar conservarlo un tiempo indefinido. Y los dos juntos acabaron rendidos a la orilla del lago hasta que amaneció.


--------Al otro lado del castillo concretamente en una habitación de Slytherin------

- ¿¡Porque no!? - gritó George a Richman, su pareja. El segundo suspiro con cansancio.- Estoy harto de esconderme.

- Te lo he dicho, George.- Richman se sentó en la cama.- Mis padres no lo aceptaran.

- Pero a ella si la aceptan, ¿no?

- Mary es mi prometida por ese maldito acuerdo entre familias.- le informo otra vez con tristeza.- Y ellos la quieren como mi esposa.

George aguanto las lagrimas de sus ojos.

- Enhorabuena por tu compromiso.

Y salio de la habitación con un portazo que hizo que los hombros de Richman temblaran.

Unas horas después en el Gran Comedor esperaban que se presentara un nuevo chico/a del futuro con curiosidad hasta que por la puerta entraron Bill Weasley y Regulus Black con las manos entrelazadas. Aunque el que estaba más sorprendido era Fred Weasley por ver a su hermano George con un humor de perros.

- ¡Me toca a mi!- Al estrado se subió un joven alto de ojos marrón caramelo y cabello pelinegro rizado que usaba ropa muggle y tenia un extraño accesorio en la oreja en forma de dragón. - Me llamo Hugo Parkinson Granger...

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