Snape bajo a las mazmorras a una velocidad impresionante, tomando en cuenta los zapatos que llevaba, no es que fueran tacones pero tenían cierta cuña, murmurando maldiciones, y con uno que otro tropiezo, entro a la sala común de Slytherin, estaba vacía gracias a Merlín, solo sus pasos y los de Regulus llenaron el lugar. El slytherin menor iba callado sabiendo que algún comentario sería una sentencia de muerte para su persona.
Severus ingreso al cuarto y Regulus se coló unos momentos antes de que la puerta fuera cerrada de un portazo-Inútiles-mascullo otra vez, el menor de los Black miro las piernas de Snape.
-Pues yo creo que hicieron un buen trabajo-murmuro observando el conjunto que llevaba puesto su amigo-con lo detallado que quedo el vestuario, apostaría que hasta la ropa interior va en conjunto-se llevó una mano al mentón en modo pensativo. Un libro lo golpeo en la cabeza fuertemente. Regulus frunció el ceño sobándose la zona afecta-ya, no era en serio- la puerta del baño resonó al ser cerrada fuertemente.
Black se sentó en la cama de su amigo escuchando como la ropa caía en el piso-hijos de puta, se atrevieron a…-Regulus sonrio imaginándose con que se topó el pelinegro.
-Te lo dije-soltó en un tono burlón Regulus.
El silencio reino por un momento en el lugar, el de cabello negro se dejó recordar un poco lo sucedido, la cara que había puesto su hermano y el idiota de Potter no le agradaron, casi podía jurar que tenían un rostro impresionado y ¿embelesado?... Sonrio divertido, todos en el Gran Comedor se habían quedado perplejos, incluso él, en verdad no esperaba que Severus se mirara de esa manera, con ese tipo de ropas, supuso que era por el cuerpo tan delgado que tenía el joven, le daba un aspecto casi delicado y frágil, y las piernas se miraban largas y tentativas. La sonrisa en su rostro creció, esos gryffindors pagarían las consecuencias de lo que le venían haciendo desde hace tiempo a su amigo y ellos mismos se lo habían creado. Dulce venganza.
Abrió los ojos medio adormilado al sentir el olor de humo-Severus, ¿Qué demonios estás haciendo?-murmuro un Black medio dormido tocando la puerta del baño. Escucho como su amigo soltaba otra maldición y le quitaba el seguro a la puerta, alzo una ceja al ver como Severus quemaba, en el baño, el traje de sirvienta con una expresión furibunda, sí que había quedado enojado.
Finalmente el traje quedo reducido a cenizas-¿y eso?-pregunto Regulus al ver algo brillando entre los retazos de tela negra y la ceniza, Black se tuvo que morder los labios para que una sonrisa no se instalara en ellos-como que tu hechizo no pudo con el collar-sin quererlo el tono de voz salió divertido, se agacho y tomo entre sus manos el collar con encaje y con un cascabel algo grande.
-Dame eso-mascullo Snape.
Regulus miro el collar en la mano y miro a Snape, repitió ese proceso unas veces más, hasta alzarse de hombros y guardar en el bolsillo del pantalón el collar.
-Regulus…-siseo en modo peligroso el pelinegro.
-Oh vamos Severus, no te afectara y tengo pensado usar esto para después-una sonrisa maliciosa se posó en sus labios.
El ojinegro alzo una ceja-¿para qué?-cuestiono sintiendo un poco menos de ira, ciertamente el quemar ese estúpido traje le había bajado un poco las súbitas ganas de asesinato.
-Después lo veras-Regulus salió del baño-por el momento deberías dormir, mañana se supone que íbamos a ir a Hogsmeade para comprar más ingredientes para tus pociones-menciono distraídamente el menor-recuerda, te lo prometí como regalo de cumpleaños-recordó mientras se acercaba a la puerta de la habitación, con ánimos de salir.
Severus desvió la mirada-gracias…-susurro un tanto contrariado, no estaba precisamente acostumbrado a que le regalaran algo.
Regulus le dio una mirada suave-de nada Severus, descansa-el chico le dio una sonrisa leve a Snape antes de cerrar.
El descendiente de los Prince suspiro mientras se acostaba en su cama, una sensación algo amarga se posiciono en su pecho, detestaba a los Marauders, a casi todos les daba gracia lo que hacían, pero nadie notaba que verdaderamente lastimaba, después de todo el solo era un paria en ese colegio.
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Paso la lengua por el cuello, disfrutando de la textura cremosa que degustaba, mordió con malicia un poco el cuello de su pareja, la miraba brillo llena de lujaría al ver como el cuerpo debajo de él reaccionaba a cada roce, el rostro bellamente sonrojado. Con dulzura tomo entre sus manos el rostro entregándose a un beso arrebatador, enrollo su lengua con la otra, algo de saliva resbalo de la comisura de la boca de ambos.
-J-James-jadeo.
-Ya casi-murmuro el castaño mientras penetraba el cuerpo a su merced, una ola de placer llego a él, su falo siendo presionado de una forma tan deliciosa y tan endemoniadamente caliente, jadeo lleno de placer, tomo las blanquecinas piernas para poder penetrar de forma más rápida, las estocadas se volvían irregulares, el ambiente caliente rodeándolos. Dulce, dulce, todo era tan malditamente dulce.
-S-Severus-gimió el castaño llegando al orgasmo.
-¡Puta madre!-James Potter grito, se levantó agitado mirando aterrado a su alrededor, gracias a Godric que no había nadie, bajo la mirada asustado a su entrepierna, la podía sentir punzar de una manera poco agradable, trago saliva con dificultad sintiendo la boca tan jodidamente pastosa. Con paso apresurado se dirigió al baño sin tocar antes.
-J-James-miro a su mejor amigo, el cual tenía una prominente erección al igual que él.
-Sirius-murmuro incómodo.
-Por lo visto tuviste lindos sueños con Evans-menciono el de ojos grises con el fin de alivianar el ambiente incómodo.
-Igual que tu supongo- menciono James, Sirius alzo una ceja-es decir lo de soñar con alguien, no el haber soñado con Lily, si eso-Potter soltó una risita nerviosa.
El de ojos grises se alzó de hombros con una sonrisa lasciva en el rostro- con la rubia pechugona de Hufflepuff de la última vez-Black mostro una sonrisa prepotente-ya la veré hoy después para que ella misma se encargue de esto-menciono divertido el de pelo negro azulado bajando la mirada. James prefirió no bajar la mirada.
-Que suerte tienes Paddy-murmuro James.
-Es obvio Prongs, soy Sirius Black-menciono con una sonrisa brillante.
El de ojos café rodo los ojos-sí, sí, gran señor-soltó un suspiro de alivio al ver como ya había bajado el problema, en todo el sentido de la palabra-bueno te espero afuera-menciono el de lentes mientras se internaba a la habitación.
La puerta del baño se cerró, el de ojos grises apoyo su cabeza contra el vidrio del baño-mierda-murmuro consternado. Sin duda, Sirius Orión Black era el mejor mentiroso que existía en la vida, porque la persona con la que había soñado, no era Hufflepuff, rubia, pechugona ni mucho menos mujer. Se mordió el labio inferior recordando su sueño, el cuerpo sumiso, con cabellos negros en el rostro, levemente sonrojado, jadeando debajo de él-maldita serpiente-maldijo al ver como su erección presionaba de nuevo. El pelinegro negó con la cabeza, se deshizo de la ropa rápido y se metió al agua, deseando que estuviera totalmente helada.
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-¿Podrías prestarme el libro de la vez pasada?-Regulus iba medio dormido caminando por los pasillos, Severus lo había levantado a las 5:30 a.m. porque estaba paranoico y quería irse temprano. El pelinegro lo sostuvo del brazo cuando estuvo a punto de chocar contra una pared.
-Está bien, es de Edgar Allan Poe-miro a Black que iba con los ojos entrecerrados.
-Muggle, ¿verdad?-ambos caminaron en dirección de la entrada a las cocinas del Gran Comedor, que estaba escondida detrás del retrato de Lilith White.
-Sí, pero su forma de pensar no era como la de uno-entro primero seguido de Regulus.
-Interesante-el menor de los Black se sentó en una mesa, mientras un elfo domestico les preguntaba que querían. No era la primera vez que comían ahí, una que otra vez cuando Severus no quería toparse con los idiotas de gryffindor. Regulus soltó un pequeño bostezo.
-Perdón por levantarte tan temprano-Black sonrio mientras apoyaba su rostro en una mano.
-Da igual Sev, solo termina de comer para poder salir de una vez-el muchacho se dispuso a comer, Snape solo asintió y comenzó a comer igual que su acompañante.
Cuando salieron de Hogwarts apenas unos pocos estudiantes estaban ingresando al Gran Comedor, en el carruaje Black luchaba por no quedarse dormido-¿no dormiste bien?-pregunto el de ojos negros.
-No mucho, es que me quede haciendo unas cosas-una mueca perversa se posiciono en los finos labios de Regulus, Snape solo asintió.
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-Sirvió de algo levantarse temprano, ¿verdad?-Regulus cargaba unas cuantas bolsas.
-No era necesario todo esto-Snape se removió incomodo mientras cargaba el nuevo caldero que le había comprado el otro.
-Lo quise hacer-Black se alzó de hombros- y hago lo que se me da la gana- menciono divertido, Severus bufo.
-Te malcrían-soltó el de cabello azabache.
-Bueno, desde que Sirius escapo en las navidades pasadas, para mis padres soy el único hijo que tuvieron…-susurro el otro distraídamente, Severus le dio una mirada de disculpa, el tema de Sirius Black, era un tema delicado-da igual, él lo quiso así-menciono amargamente- pero sin duda lo de levantarse temprano fue buena idea, terminamos de comprar antes de las 11, pudimos encontrar ingredientes escasos y frescos, y la amable bruja nos hizo un descuento del caldero por lo demás-Regulus le dio una leve sonrisa.
-¿Y ahora?-menciono viendo la nieve que se hundía debajo de él.
-A las tres escobas-Black le dio una mirada al lugar.
Ambos slytherins se dirigieron a paso calmado al sitio. Cuando llegaron se toparon a Lucius sentado con ese porte aristócrata con tres cervezas de mantequilla-Severus, Regulus-saludo el mayor.
-Lucius-los dos menores le dieron un asentimiento de cabeza.
-Saben es tedioso que dejen esperando a alguien-mascullo entre dientes el de ojos grises.
-Severus no sabía-Regulus se alzó de hombros-se nos hizo un poco tarde.
-¿Y cómo estuvieron los acuerdos de la nueva fábrica?-pregunto el ojinegro dándole un sorbo a la cerveza que le había pasado anteriormente el heredero Malfoy.
-Bien, aunque no entiendo para que me llevo-Lucius frunció el ceño-y no entiendo para que me dieron permiso de faltar a clases y por lo que me conto Cissa paso algo interesante ayer-menciono lánguidamente el líder de prefectos mirando su cerveza.
Severus puso un rostro amargo-¿Qué te conto Narcissa?-pregunto con el ceño fruncido.
-No mucho en realidad, solo eso, pero lo que sucede en Hogwarts siempre está relacionado con los idiotas gryffindors y por consiguiente contigo-el rubio platino lo vio mientras alzaba una ceja de manera elegante-por lo visto parecía entusiasmada por algo- Regulus sonrio burlón detrás de la jarra de cerveza.
-No fue nada importante-Severus le dio otro trago a su cerveza.
-Bien, ten no te había dado mi regalo, por los apuros- el rubio saco un paquete elegantemente decorado con colores verdes y platinos- esta encogido, cuando llegues a tu habitación solo lo agrandas.
-Gracias-murmuro otra vez sintiéndose extraño de que le dieran algo.
-De nada, como recompensa por no estar ayer en tu cumpleaños-el mayor le dio una sonrisa apenas perceptible-oh… Es cierto Cissy me dijo que después te daría el de ella más tarde hoy, al parecer tuvo ciertos contratiempos con su encargo.
Severus asintió todavía algo descolocado.
-Supongo que podemos retirarnos ya-los tres jóvenes se pusieron de pie.
El pelinegro se desato la bufanda para poder enrollarla como era debido; sin embargo, esta salió volando en dirección del bosque-mierda, ya vengo-salió corriendo antes de recibir una respuesta, sonrio levemente al ver la bufanda, el sonido de un ladrido lo asusto levemente.
-Pulgoso, no deberías dar esos sustos a la gente-murmuro al notar que el perro a pesar de ser enorme no se miraba peligroso, más bien parecía curioso-¿tienes hambre?- “claro que tengo hambre, idiota, por tu culpa en el desayuno el estómago me quedo hecho un maldito nudo, ni si quiera follando con Iris la pechugona quede del todo bien” Severus alzo una ceja, si los perros pudieran hacer caras estaba seguro que ese perro puso una sarcástica-bueno ten-se sacó unas galletas que había comprado antes y las puso en la palma de su mano, ofreciéndolas con una leve sonrisa, el enorme can olfateo su mano y después de pensarlo estiro el hocico “no puedo creer que le esté mendigando comida al enclenque, este” el perro siguió comiendo distraídamente hasta que sin querer su lengua rozo la palma del slytherin “joder, es cremoso” antes de darse cuenta siguió lamiendo la palma de la mano.
-No pulgoso malo, ahora tengo tus jodidas babas- el pelinegro miro con asco la mano mientras se ponía de pie.
-¡Sev!- “Regulus” el enorme perro negro salió corriendo rápidamente-¿Por qué rayos tardas tanto?
-Es que…-miro que el perro ya no estaba-nada-se agacho y tomo la bufanda entre sus manos, de paso haciendo un hechizo para limpiarse la mano.
-Vamos, no creo que a Lucius le guste el estar cuidando bolsas-menciono divertido el slytherin más joven de los tres.
-Quien diría que el heredero de la familia Malfoy aceptara el cuidar bolsas-soltó sarcástico Snape, Regulus le dio una sonrisa divertida.
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Sirius escondido detrás de una árbol no le prestó atención a la conversación-demonios-había estado a punto de lanzársele encima a Snape, le había encantado el sabor, por lo menos a su parte más salvaje-joder-no debió salir a follar con Iris, si no lo hubiera hecho no se hubiera encontrado con Snape.
Pero de todas formas eso era ridículo-no me gustan los hombres, ni mucho menos el simplón de Snivellus-si eso era estúpido, era completamente heterosexual, eso era tan irracional como el que James fuera gay o estuviera atraído por Snivellus, si completamente ridículo.
Su corazón dio un tironazo al recordar la imagen de Severus en ese traje, idea de James al ver unas revistas-sí, simplemente ridículo-cerro los ojos para poder recordar mejor la sonrisa que le había dado cuando le dio las galletas, una solo para él.
Sí, completamente ridículo…