El sentimiento que impregnaba cada palabra dejaron a Thor mudo por la impresión, realmente no esperaba que su padre le hablara tan abiertamente sobre su no hermano, con tanto sentimentalismo, parecía irreal pero si no fuera la mirada del mayor por parte de su único ojo bueno que mostraba desde tristeza hasta compasión, de cariño hasta dolor, la muerte de madre lo había ablandado y le había dado una nueva perspectiva de la vida, negó con la cabeza levantándose.
Se dirigió hasta su padre sin saber muy bien que hacer, no fue necesario hacer mucho, el mayor le entregó el objeto con una sutil sonrisa en los labios, dándole un ligero apretón en la mano en reconocimiento para después con un asentimiento dejarlo partir a donde sea que debiese, el rubio apretó el hombro y se marchó sin más del recinto no sin antes colocarse la gema al cuello, dejando a Odín solo metido en sus cavilaciones antes de también retirarse a su lugar correspondiente, el Salón del Trono.
El ojiazul sonreía de medio lado caminando por los pasillos en dirección de la habitación de su hermano adoptivo que durante todo ese tiempo se mantuvo cerrada hasta ahora, tan solo tocar la manija redonda sintió algo llamándolo a su interior, la puerta se abrió sola invitándolo a pasar y sin perder tiempo entró sin más contratiempos cerrándose la puerta tras suyo.
El embriagante aroma de su amado pelinegro golpeó sus fosas nasales haciendo que cerrara los ojos en una mueca de gusto, casi sintiendo que su Loki estaba ahí, cuando menos se dio cuenta las lágrimas bajaban por sus mejillas sin siquiera notarlas hasta que la humedad fue demasiada provocando que abriera sus pozos azules un tanto turbios por las emociones contenidas, caminó hasta la cama para recostarse en ella y así sintió como sí él estuviera ahí.
Lo materializó desde su mente postrándolo en la cama, justo a su lado sonriéndole burlonamente, como en antaño, era un recuerdo personificando su dolor, el Loki que ahí estaba portaba su típico traje de lucha asgardiana, sin su preciado casco con cuernos, pero ahí estaba, viéndose tan hermoso como siempre, como él solo podía verse, no salió de ahí hasta la mañana siguiente con los ojos algo rojos e hinchados por el tiempo que había llorado, pero sonreía.
Sonreía por que pronto traería a su hermano devuelta a Asgard, costase lo que costase, su hermoso pelinegro volvería a casa, a sus brazos, donde siempre debió haber estado y ambos subirían al trono, aunque no pudiesen tener hijos serían la pareja más feliz de toda Asgard, sí, ese era un gran sueño y lo cumpliría a como diera lugar, porque lo había prometido a esos bellos ojos que ahora se habían mostrado opacados.
El día pasó como el anterior, entrenando arduamente sin sobrepasarse para el día de la verdad, comiendo todo lo que podía para recuperar un poco de lo que había perdido anteriormente, sus amigos le miraron con sospecha una vez volvió al campo de entrenamiento y no dudaron ni un segundo en encararlo, la primera como siempre fue la dama de cabellos oscuros con seriedad, plantándose frente él con las manos en la cintura y mirada penetrante.
-Bien, Thor, ¿Qué estás tramando? -frunció ligeramente el ceño
- ¿De qué hablas, Sif? -fingió no comprender con su mejor cara de idiota como decía su Loki, casi sonrió, casi
-Por favor Thor, te conocemos, ¿Qué sucede? ¿Qué te hizo cambiar de actitud? Hace sólo un día parecías un fantasma entre los vivos caminando por el castillo como alma en pena y mírate ahora, actúas distinto, así que no finjas, nunca fuiste bueno en eso-cruzó los brazos bajo su pecho esperando respuesta
-Tengo una misión muy importante que atender-dijo finalmente dándose por vencido, en tono serio
- ¡Habérnoslo dicho antes! ¿A quién matamos? -dijo alegremente el rubio de traje verde
-No mataremos a nadie, de hecho, esta misión es en solitario-sus amigos lo miraron extrañados
-Debe ser algo importante-inquirió Hogun en su típico tono, haciendo que los demás guerreros asintieran y dejaran a Sif con un extraño presentimiento
-Lo es… es la misión más importante en mi vida-sentenció el rubio
La forma en que fue dicho fue tal que los cuatro se miraron entre sí con preocupación, solo una vez habían escuchado ese tono en el pasado, solo una vez, pero no podía ser posible que una vez más fuera por él, ese astuto portador de la lengua más ágil y mentirosa de toda Asgard, Loki; Sif frunció el entrecejo notoriamente molesta por que el embaucador aun estando muerto fuera la prioridad de Thor en todo en momento.
No era ningún secreto que Sif estuviese enamorada del dios de cabellera rubia, en todo caso era un secreto a voces que sus mejores amigos no sabían si ignoraba el sentimiento o era consciente, no lo sabían a ciencia cierta, es por eso que despreciaba tanto al pelinegro porque siempre de una u otra forma era la prioridad de su querido ojiazul y la hacía rabiar tanto que se desquitaba con los Tres Guerreros en los entrenamientos, le rehuían en cada momento cuando llegaba a suceder.
Los Tres Guerreros no estaban seguros, dudaban sobre la estabilidad mental de su mejor amigo y príncipe, después de todo ante la muerte del menor de los hijos del rey había actuado con un profundo dolor y aún más, odio hacia la mortal que tanto decía amar, un cambio demasiado radical que ciertamente los asustaba bastante, no podían dejar a su amigo así, debían ayudarlo a retomar el camino.
-Thor… ¿estás hablando de…? -el pelirrojo no pudo terminar de armar la pregunta cuando su amiga explotó
- ¡¿Estás demente?! -gritó fúrica la morena- ¡no puedes estar hablando enserio! ¡Ese bastardo causó la muerte de tu madre tanto como la mortal! -los ojos de los restantes a su alrededor se abrieron al tope y se alejaron a paso presuroso de ellos, esto no terminaría bien-un traidor y miserable ser como el no debería tener tu aprecio, sino solo el odio tuyo y de todo el pueblo-
-Sif… -la voz oscura alertó mucho más a sus amigos que no sabían qué demonios hacer para evitar que la verdadera furia a la que en verdad temían saliera, el cielo asgardiano se llenaba de cumulonimbos tan oscuros como ahora los ojos de Thor-escúchame bien…-la tomó de un brazo con tal fuerza que la mujer se sorprendió-nunca… nunca hables así de mi hermano… metételo en la cabeza-un rayo potente iluminó el cielo dándole un tétrico aspecto al primogénito de Odín que asustó a la mujer
-Thor…-susurró con cierto temor, temblándole la voz sin evitarlo-yo… lo lamento-le costó decir pero por la forma en que la tomaba del brazo sabía que con un poco más de fuerza se lo rompería
- ¡Eso va para todos! -gritó aun sin soltarla, mirando a los demás guerreros en el campo de entrenamiento- ¡no quiero escuchar que hablen de mi hermano de forma negativa! -advirtió soltándola al fin
La mano de Thor quedó marcada en el brazo de la única guerrera con un dolor insoportable haciendo que tomara su brazo fingiendo que apenas le había dolido, mordiéndose los labios con resignación y mayor odio hacia la maldita serpiente de ojos verdes que había engatusado a su amado.
Sí, tampoco era un secreto para nadie del extraño cariño que le profesaba casi de forma enferma, a sus ojos claro está, por que el bello y poderoso Sol de Asgard no podía querer tanto al Lengua de Plata aun después de todas las cosas malas que había hecho el maldito traidor al reino de Asgard.